Nadia Sol Caramella

es posible que el tiempo
eche raíces en lugares insólitos
mientras vos acomodás tu pelo
para contemplar las plantas del jardín
puede que la vida no sea más que eso

Nadia Sol Caramella




esta noche
parece insinuarme algo
miro al cielo
las nubes me arrebatan un pedazo
de luna y con ella su luz
es curioso
mi gata juega entre las plantas
casi no puedo distinguirla
por un instante
me sorprende la belleza
de lo que tiende a perderse
en la oscuridad

Nadia Sol Caramella




la encontré en un rincón
detrás de la puerta
era chiquita, oscura y deforme
temblaba a pesar del calor
daba pequeños saltos
y emitía un quejido intermitente
la tomé en mis manos
y la solté en el jardín
junto a los malvones
ahora la soledad crece en el barro
bajo la lluvia del domingo
como las otras flores

Nadia Sol Caramella




la semilla
en la herida de la tierra
florece

Nadia Sol Caramella



muñecas de infancia
vestidas de luto
sillas apiladas en un rincón
el jardín y la gracia
de una rama seca
el disfraz de este día
sin planchar en el ropero
juegos de niña
y un pájaro muerto
a los pies del rosal
el resplandor del barrio
y la soledad de las antenas

Nadia Sol Caramella




ningún poema
puede salvarnos
pero puede decir:
los domingos por las noches
soy especialista en la ausencia
puedo diseccionarla
analizar sus partes
y verla multiplicarse
por toda la casa

Nadia Sol Caramella




si hay un dios para cada paisaje
este sería rosa,
afiebrado por la belleza del loto
en primavera

Nadia Sol Caramella



un pájaro voló
hasta un techo alto de tejas azules
y se estrelló
su cuerpo todavía con vida
cayó al suelo
pude ver el momento justo
en que su corazón dejó de latir
fue extraño
no sentí pena
solo curiosidad por la muerte

Nadia Sol Caramella













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