Marcos Gras

I

Siete muertos
Uno cada tres horas.
Uno mientras me levanto.
Uno mientras me ducho.
Uno mientras desayuno.
Uno mientras busco mis llaves.
¿Dónde las puse?
Uno mientras esquivo las baldosas rotas, la bosta de perro, la manguera de los
encargados.
Uno mientras busco el auto.
Uno mientras saludo al pibe del estacionamiento
¡Buenos días!
Uno que son dos cuando llego al trabajo.
Dos muertos que son tres cuando paro para almorzar.
Tres muertos mientras tomo otro café
“Sin azúcar, gracias”
Tres muertos que son cuatro cuando regreso a casa.
Cuatro muertos que son cinco mientras juego a los autitos con mi hijo.
Cinco muertos que son seis mientras baño a mi hija.
Seis muertos para la hora de la cena.
Seis muertos que son siete cuando apago la luz y digo:
“Hasta mañana, sueñen con los angelitos”
Siete muertos, siete niños muertos mientras escucho a coro “te queremos papá”
y yo me voy a dormir con una sonrisa.

Marcos Gras





II

Comencé a llevar un diario de poesía.
Hoy desperté a las 6 am
en 30 minutos me tengo que despertar para armar
el desayuno y cambiar a mis hijos
no estoy para llevar un diario.

Marcos Gras





VII

A un poema
a uno bueno
siempre se le va a la zaga
como a las minas lindas en una fiesta,
siempre de atrás
tratando de alcanzarlo
sin saber a dónde nos llevará
hasta que todo termina
y tan sólo el recuerdo queda
una sonrisa lejana para saborear
en el camino a casa
y en ocasiones ni eso.

Marcos Gras






















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