Martín Batallés

Once de la noche, la tele se ve como el ojete.
No dan nada, se terminaron aquellos
sábados de cine.
Mi padre se va quedando dormido
pienso en un lugar para ir
antes de quedarla yo también.
Entra mi hermano llorando de la calle
no, nada que ver
es que llueve y está empapado.
Nos miramos un segundo como saludándonos
y se va para el cuarto sin decir nada.
Tenemos puesta ropa del otro
él mi campera
yo el calzón.

Trato de imaginarme
que cosas me van a hacer acordar a esto
cuando ya no viva más en esta casa.

Martín Batallés




Son las tres de la mañana
hago fuerza para dormir
pero me molesta un ruido en la cocina.
Me levanto y la veo
mirando fijo la cafetera
las dos
tratando de sacarse algo oscuro de adentro.

Martín Batallés




Soñé que tenía una hija
que heredaba de mi
la perfección
de las manos.
De grande trabajaba en un cybercafé
y una noche
recibía un mail mío diciendo
que había nacido
para tocar el piano.

Martín Batallés




Tengo ganas de salir a manejar
ver un accidente
en un lugar muy alejado
y elegir
al más sano de los accidentados
un niño de cinco años
salvarlo de morir abrazado a las trenzas de su hermana
llevarlo a casa
como a un gato
calentarle los huesitos en la estufa
darle una
segunda oportunidad.

Martín Batallés



Una paloma, con dientes
tan gris y mugrienta que parece una pelusa
bajó a comer unas migas que tiré al balcón.

Estos animales feos
vinieron desde europa en un barco podrido
mascotas paradas en los hombros
de marineros muertos.

Martín Batallés











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