NACHIKETAS: La duda envuelve a un hombre que ha muerto. «Existe», dicen unos; «no existe», afirman otros. Mi deseo es que me expliques esto…
YAMA: Esta ley es sutil y muy difícil de comprender… Nachiketas, elige otro deseo, líbrame de ése… Elige que tus hijos y nietos vivan cientos de años, escoge abundante ganado, muchos elefantes, oro, caballos… Opta en su lugar por la riqueza y por una larga vida…
NACHIKETAS: Esas cosas fugaces se agotan con el vigor de todo lo mortal. Incluso toda una vida resulta breve… La riqueza no puede satisfacer a un hombre. ¿Elegiremos la riqueza si te hemos visto? ¿Desearemos la vida si tú eres el señor…? La duda es qué hay en la otra vida. Háblame de ello. Quiero conocer ese misterio, no tengo ningún otro deseo.
YAMA: Existen muchos otros deseos que has olvidado, Nachiketas. No has elegido la riqueza en la que se hunden muchos otros… La otra vida no brilla para el niño seducido por la ilusión de las posesiones materiales. «Éste es el único mundo, no existe ningún otro», piensa, y por ello cae una y otra vez bajo mi dominio… Tú te mantienes firme en la verdad; dejemos que una pregunta como la tuya, Nachiketas, obtenga nuestra respuesta.
YAMA: Esta ley es sutil y muy difícil de comprender… Nachiketas, elige otro deseo, líbrame de ése… Elige que tus hijos y nietos vivan cientos de años, escoge abundante ganado, muchos elefantes, oro, caballos… Opta en su lugar por la riqueza y por una larga vida…
NACHIKETAS: Esas cosas fugaces se agotan con el vigor de todo lo mortal. Incluso toda una vida resulta breve… La riqueza no puede satisfacer a un hombre. ¿Elegiremos la riqueza si te hemos visto? ¿Desearemos la vida si tú eres el señor…? La duda es qué hay en la otra vida. Háblame de ello. Quiero conocer ese misterio, no tengo ningún otro deseo.
YAMA: Existen muchos otros deseos que has olvidado, Nachiketas. No has elegido la riqueza en la que se hunden muchos otros… La otra vida no brilla para el niño seducido por la ilusión de las posesiones materiales. «Éste es el único mundo, no existe ningún otro», piensa, y por ello cae una y otra vez bajo mi dominio… Tú te mantienes firme en la verdad; dejemos que una pregunta como la tuya, Nachiketas, obtenga nuestra respuesta.
Nachiketas
De acuerdo con un texto sagrado de la India llamado Katha upanishad
Tomada del libro El espejo del paraíso de Graham Hancock, página 11
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