Antonio Méndez Rubio

A oscuras
sin alguna verdad,
sin alguna obediencia
que defender como no
fuera de aire queriendo
ser aliento. Sin ningún
nombre para darnos: va
a durar, a empezar
a ocurrir 

Antonio Méndez Rubio




El ave que no encontró consuelo vuela perdidamente   
sin más razón que la desobediencia.   
 
Roza las hojas altas sin posarse   
cuando el silencio desenreda la luz   
para probar su transparencia oscura.   
 
El aire aguarda, donde el ramaje está entreabierto,   
hasta saber por qué la claridad   
no puede verse. Cómo desea el silencio   
de la luz escuchar   
otra vez el silencio en las palabras.   
 
La interrupción comienza siempre.   
Ajena a todo nombre, el ave pasa. 

Antonio Méndez Rubio




"El poema celebra un encuentro siempre pendiente, siempre en vilo. A mediados de los noventa, desde la Unión de Escritores, colaboramos con las Madres de Plaza de Mayo en su taller de escritura, y finalmente decidieron titular el poemario final como El lugar del reencuentro. Para mí ese lema resume lo que podría responder aquí: que el poema se concibe como tierra abierta para encontrarnos, para escucharnos, para ayudar a que no se pierda lo anónimo que nos une. Como un espacio de cruce para el dolor, la esperanza o la desesperación común. También, en la medida de su densidad rítmica y musical, como una microestancia sonora o pista imprevista de baile, ¿por qué no?"

Antonio Méndez Rubio


"El poema se hace y deshace a través de una materia precaria que señala la precariedad del mundo, que de hecho participa del mundo, y seguramente por eso el mundo tiende a no oírlo o despreciarlo incluso. Esto sucede tanto en el mercado editorial como en el sistema educativo, por no hablar de los mass media. El individualismo y el exhibicionismo subjetivo de la edad moderna han hecho que, cada vez más, lo poético se asimile a la función expresiva (centrada en el emisor) en vez de en el mensaje, como debería ser propio de la función poética como tal. La física del mensaje, su materialidad acústica, sintáctica, rítmica… en efecto, abren en el aire espacios libres o espaciamientos, campos magnéticos, o gravitatorios, o mórficos (como sugiere R. Sheldrake) que nos convocan a una relación “otra” con el “otro”. En algún momento se ha dicho que hacer el amor es poesía, y por eso mismo hacer poesía es un acto de amor. Su radicalidad es tal que cuesta asimilarla, que desborda lo comprensible, y en la práctica se falsea en el sentido de que ese amor se queda en entender el poema como selfie, o sea, en confundir función poética con función expresiva. Esa confusión se vuelve rentable a nivel de seguidores, de followers, dentro de la dinámica narcisista (o de narcinismo, como dice Colette Soler) que domina el presente."

Antonio Méndez Rubio



"El poema tiene la suerte, o incluso la obligación, de dejar sitio para que otro respire."

Antonio Méndez Rubio



FALSOGRAFÍA

A lo lejos, tras el cristal,
ese lugar dio paso
a una especie de visión abandonada
a su propio destino.
                                      Por escrito
casi se vuelve transparente,
segura: sombra suave
de una amapola que no se toca,
de noche,
en la hondonada de nieve.

Todo es verdad
sin ella. Y esa verdad se entiende
por la misma falta de sueño.

Antonio Méndez Rubio



"La cultura implica todo aquello que tiene que ver con la dimensión simbólica de la práctica social, es decir, con mensajes, valores, sentidos, imágenes... que acompañan a lo que hace la gente siendo de hecho constitutivos de cualquier forma de acción. En este sentido amplio y radical, la acción cultural es ya una forma de acción, igual que la teoría o el pensamiento son una parte de la práctica, contribuyen activamente a una manera de hacer las cosas. Si nos fijamos en la evolución del sistema económico durante el último siglo, sin ir más lejos, se ha observado y comprobado una evolución de la economía global hacia una especie de "capitalismo cultural" o "simbólico". Esta imbricación de las necesidades de la economía con las necesidades del sistema simbólico estaban ya en germen en el paso de una economía de producción a una economía de consumo, entre 1930 y 1960 aproximadamente, cuando la publicidad se volvió omnipresente y las cuestiones psicológicas se volvieron cada vez más prioritarias desde el punto de vista de los intereses comerciales a gran escala.
Desde 1990 como mínimo, como ocurrió por ejemplo en el nuevo zapatismo o en los movimientos altermundistas o "antiglobalización", la cultura ha pasado a un primer lugar en la agenda de las luchas sociales en todo el planeta. Se tiene la sensación de que la cultura se ha convertido en una forma de orden, de hegemonía, y también de resistencia y rebeldía al mismo tiempo, como ya indicara Z. Bauman en su ensayo "La cultura como praxis". Hay también una frase del escritor uruguayo Eduardo Galeano donde dice: "la cultura o es comunicación o no es nada". Entiendo esta idea en el sentido de que la cultura implica necesariamente una intervención en la arena de los vínculos con el otro, de la intersubjetividad. La comunicación vitaliza la cultura, la vuelve cada vez más democrática, más libre, de la misma forma que la publicidad y la propaganda la utilizan como un recurso de persuasión y seducción de masas.
En otras palabras, la dimensión comunicativa o interactiva de la cultura es la que hace precisamente que no pueda ser acotada como un Objeto de estudio que se analiza de forma empírica, o positivista, o funcionalista absoluta. En sentido estricto, no es viable una Ciencia que aborde la cultura desde una perspectiva disciplinaria, especializada, y esto es especialmente claro cuando se trata de comprender cómo tienen lugar los procesos cambiantes, dispersos e incluso contradictorios en las culturas anti-sistémicas, populares o subalternas. Mientras la Universidad, como institución estandarizadora y sometida a las presiones del mercado, va dejando de lado estas preocupaciones urgentes del pensamiento crítico, se hace a la vez urgente, inminente, entrar a intentar entender y compartir qué está ocurriendo con la cultura y la comunicación de la forma más abierta, crítica y creativa posible, ya sea desde dentro o desde fuera de los espacios académicos, o ya sea "desde la frontera", por rimar con el nombre de la universidad que tan amablemente se ha esforzado por la edición de este libro."

Antonio Méndez Rubio



Para qué. No hablar desde la voz.
¿Decir? No es tampoco una ayuda.
Elegir responder.
Y cavar, y cavar. Y más cal viva.

Antonio Méndez Rubio
Razón de más. Igitur, Tarragona, 2008, p. 40




Para que no pueda pensar que la he olvidado

No olvides decirle
que la recuerdo en las escaleras del tren
con el atardecer inquieto
mordiéndole desesperadamente la cintura.

Antonio Méndez Rubio



Por ley 

Nadie que se atreva
lo explica:

silencio en la vez de la rabia
por todo lo que no he podido salvar
de que la ley lo
traspasara,
desde entonces hasta ahora,
y más aún: ¿de verdad
me cuidas?

Antonio Méndez Rubio



"Somos animales simbólicos, necesitamos la palabra para estar en el mundo, y es además el lenguaje un lugar común, político, crítico. Como decía Wittgenstein en sus Investigaciones filosóficas “cada juego de lenguaje es una forma de vida”. Abrir la boca es tomar partido, y mantenerla cerrada también. Ahora bien, al mismo tiempo, no todo es o está en el lenguaje, no a todo accede el lenguaje para ser simbolizado ni el lenguaje puede capturar todo lo real para someterlo a un régimen de atribuciones entre significantes y significados. Una zona radical de nuestra experiencia se da en los límites, en silencios vivos, en vibraciones de mundo que no llegan a articularse en un código. Es cuando suele decirse que “nos quedamos sin palabras”, por ejemplo en situaciones de fragilidad intensa, como ante la muerte, o en soledad, o dentro del deseo… defiendo una poesía que irrumpa ahí, no tanto en el lenguaje como sistema referencial, supuestamente comunicativo o comprensible, pues para eso ya tenemos el habla cotidiana. La necesidad de la poesía se vuelve inminente cuando fallan las palabras, cuando algo no puede compartirse o no se sabe decir, o ni siquiera se reconoce, pero sin embargo estamos ahí con la sensación en la garganta de que nos jugamos la vida."

Antonio Méndez Rubio



Ver con palabras

Ver con palabras,
a su trasluz,
la palabra perdida:

designio no elegido
cepo no absurdo
éste de reinventar
otra forma más cruda
y más definitiva
de ceguera.

Antonio Méndez Rubio



Una voz 

exclamaba creyendo
que estaba viendo mundo: “¡Nieve!
¡Nieve!”.

Unos pasos
se cruzaban sabiendo
que no era nieve lo que se hundía
al oír de fondo: “¡No
se puede! ¡No se puede!”

Antonio Méndez Rubio
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 



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