"En el sector civil, pocos comprenden plenamente que la geoingeniería es, ante todo, una ciencia militar y no tiene nada que ver con atenuar la temperatura del planeta ni con reducir las emisiones de carbono. Aunque parezca una fantasía, el clima se ha convertido en un arma. Al menos cuatro países (Estados Unidos, Rusia, China e Israel) poseen la tecnología y la organización necesarias para alterar regularmente los fenómenos meteorológicos y geológicos para diferentes operaciones militares y misiones encubiertas, relacionadas con objetivos secundarios, incluida la gestión de recursos demográficos, energéticos y agrícolas. De hecho, la guerra ahora incluye la capacidad tecnológica para inducir, potenciar o dirigir eventos ciclónicos, terremotos, sequías e inundaciones, incluido el uso de aerosoles polimerizados, agentes virales y partículas radiactivas transportadas a través de los sistemas globales meteorológicos."
Matt Anderson
Tomada del libro La tiranía de la mentira de Cristina Martín Jiménez, página 237
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