Ars Lúdica

Cuando estemos allí
de nuevo en el principio
-luego de tanto andar en manos de la razón-
podremos jugar al fin con pedruscos de colores,
asombrarnos de la lluvia, el sol,
y el alma de los árboles.

Recordaremos tristes el olvido milenario
del hermoso animal de humedad y piel
que casi se nos pierde.
Podremos volar sonrientes en sueños de ternura
sin el dedo inquisidor del censor implacable
y mirarnos desnudos, otra vez, al espejo.

Del poemario: Añoranza Animal
Serviprensa Centroamericana
Guatemala, 1995

Soy la piel del vacío
que producen los vientos
así germina
el más intenso y puro
de todos los sonidos:
el silencio

Tengo impresa en mi vientre
la palabra
mi lenguaje es de piedra
soy
la vida misma
misteriosa
sencilla
mágica
como
un
poema

Un poema
es un rayo de luz
suspendido
de un naranjo en flor

Luz Lescure


Espejo

Hay días
de felicidad tan infinita
que ni siquiera se ve la grieta en el espejo.
Hay otros
en los cuales
la grieta se devora al espejo
y lo convierte en abismo.

Luz Lescure



La lluvia

La lluvia a veces fluye
a veces se congela
sobre mi dermis fría
regresa a mí, a mi origen volátil
me arranca un poco de piel
cada vez que me roza
voy con ella
hasta el fondo del mar
a esa húmeda caverna
que se eleva hasta el viento
y luego se hace niebla
-ese cosquilleo húmedo en mi cuerpo
que me habla de la vida en otros tiempos
del fresco rocío de las nubes-
se acerca a mi rostro
y cubre de una sonrisa eterna
mi dureza de piedra.

Luz Lescure


Oración

Ojalá que la duda
me asalte siempre
para no caer en la tentación
de adueñarme de esta, aquella
o cualquier verdad;
para mantenerme incrédula,
insegura y libre,
libre del pecado
de la certidumbre total.

Luz Lescure


Renuncio

Renuncio, me retiro
de este juego, no me sé las reglas
yo jugaba a las blancas
pero tú haces jugadas que no entiendo
-tal vez hay muchas damas en tu mesa
o jugará este juego a tu manera-
Pero aún, a pesar de la tiniebla
y el miedo, tengo torres en pie
caballos empotrados en la noche
alfiles plata en línea de horizonte
mi corazón es reina entre la niebla
de tu insegura piel.
Jugador de noches tibias, me retiro
prefiero mi soledad y mi antigua tristeza.
Mejor dejemos tablas la partida, amor.

Luz Lescure


Si naciera de nuevo

Volvería a ser mujer,
llena de madreselvas, de follaje.

No cambiaría por nada
este cuerpo de pájaro incansable
donde habitan los astros;
mi cuerpo
que se mece en el mágico ritmo de la luna,
mis caderas, mi útero bondadoso,

mis meses, mis edades,

Este mi cuerpo
-antítesis fiel de lo monótono-
florece, menstrua, cohabita,
alumbra y envejece.

II

Volvería a ser mujer.
Bajo el vientre poseo mi propia entrada
Al universo inmenso que llevamos por dentro
A la oscura luminosidad de un mundo
Remoto e intenso.

Soy casi árbol:
En mí se da la vida,
El amor, la tristeza.

Soy ave, soy camino,
manantial
y sirena de las profundidades;
un goce inexplicable se concentra en mi cuerpo.

Soy la fuerza mayor.

III

Aunque naciera en siglos de tinieblas
y terminara ardiendo en una hoguera,
volvería a ser mujer.

Me gusta esta intensidad
de átomo que vibra en cada ovario,
los suaves laberintos de mis senos.
Volvería a parir sobre una piel de mamut
en la caverna,
aullaría mis celos en las noches de luna
y sedienta, bebería agua de manantial
impregnada de estrellas.

Si naciera de nuevo,
si alguien me preguntara,
volvería a ser mujer.

Luz Lescure
















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