Célebres olas

¿A dónde se apresuran errabundas
las olas como un susurrante arrullo,
trepando hacia el sol y balbuceando
como blancas flores?
Vayamos raudos hacia el mar
dancemos con las doradas luces,
corramos bajo la bóveda celeste,
desapareciendo en la bruma.

Juhan Liiv



Hojas caían

Una ráfaga despertó las olas, 
hojas volaron en el agua, 
las olas eran gris ceniza, 
el cielo de estaño-gris, 
Cenizas del otoño. 

Fue bueno para mi corazón: 
no mis sentimientos eran gris ceniza, 
el cielo de estaño-gris, 
Cenizas del otoño. 

El soplo de viento trajo un aire más fresco, 
las olas de duelo trajo la separación: 
el otoño y el otoño 
hacerse amigo de uno al otro. 

Juhan Liiv


Leve nieve

Leve nieve
pasa, pasa
en la ventana,
calla, calla. 

Como en espera
calla, calla,
contemplando está:
calla, calla. 

¿Por qué tan fuerte, corazón?
Calla, ¡calla!
La paz te espera:
pasa, pasa…


Juhan Liiv
Traducción: Ángela Artero Navarro/Jüri Talvet



Muusika
(Música)

En algún lugar del mundo escondida,
la armonía primera existe.
Está en la furia del infinito,
en las órbitas lejanas,
en la soberbia del sol,
en las flores, en los bosques,
en la canción de cuna o en el sollozo.
En algún lugar se ha de encontrar
la inmortalidad, la armonía primera.
¿Cómo si no se colma nuestra alma con su música?

Juhan Liiv


Olas

¡No me hieras! -clamó una ola a otra-
¿Por qué siempre me zahieres?
Déjame en paz.

Yo a nadie ofusco
pero soy arrastrada.
El mar nos colma y
toda rebeldía es inútil. 

Juhan Liiv



Vuela hacia la colmena

Revolotea de flor en flor
y vuela hacia la colmena;
mientras se yerguen nubes de tormenta,
vuela hacia la colmena.
Son miles las que caen en el camino
y miles las que alcanzan su destino.
Llevan consigo el cuidado y la pena
y vuelan hacia la colmena. 

Así, alma mía, en horas tan severas,
cómo ansias la patria;
ya sea aquí o en tierras extranjeras:
¡cómo ansias la patria!
Y aunque desde ella sople un viento letal
aunque te amenace una bala fatal,
olvidas la muerte y las amarguras
y en pos de la patria te apresuras.

Juhan Liiv



Una boca

Una boca, tan vieja
como una triza de mi terruño;
y un rostro pensativo,
de dulce cuño.

Y el rostro pensativo,
de tanto aprecio;
tan quedo, doloroso
en su silencio. 

Tan preciado, tan quedo
y tan quebrado,
tan claro y bondadoso
y tan dorado.
Así es mi madre,
mi trocito de arcilla;
así es mi madre,
¡pavesa de oro que tanto brilla!

Juhan Liiv
Traducción: Albert Lázaro­Tinaut/Jüri Talvet
















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