Luis M. Pescetti

Aprender a estar sola, sin ser un náufrago, y lograr que las voces que acuden a esa soledad sean compañeras."

Luis M. Pescetti



"La gente lee en silencio, se mueve en silencio, hasta parece hablar en silencio."

Luis M. Pescetti




"La sensibilidad al dolor no tiene nada que ver con entender."

Luis M. Pescetti


"Lo que veo es que cada vez hablás peor, repetiste mil veces las mismas palabras."

Luis M. Pescetti


"Lo valioso del juego es que nos arranca de la pasividad, rompe el orden establecido y nos coloca en una zona de caos que está más allá de toda preocupación por la eficacia o la utilidad. Es un caos cargado de vitalidad y de frescura."

Luis M. Pescetti



"Los juegos son un constante mensaje de vitalidad que se graba en quienes lo realizan, como una especie de combustible vital básico. Son herramientas de la alegría y la alegría, además de valer por sí misma, es una herramienta de la libertad."

Luis M. Pescetti


"No se asusten porque yo sí me asusto."

Luis M. Pescetti



"Queridos niños: déjenme que les pida una cosa. En estos días van a retomar la escuela. Todavía están a tiempo: ¡huyan! Escóndanse. La escuela es de las experiencias más peligrosas del mundo. Vienen los terremotos, los huracanes, el viaje a las estrellas y después ¡la escuela! Hagamos un plan: escóndase en el armario de su cuarto, o debajo de la cama. Algún lugar en el que las personas con quienes ustedes vivan no piensen jamás en encontrarlos, por ejemplo ahora no se me ocurre; pero refúgiense ahí. Entonces por la mañana no los encontrarán y ustedes podrán escapar en libertad. Todavía están a tiempo, ¡huyan! Conozco el caso de un niño que fue a la escuela y, sin siquiera que él mismo se diera cuenta, unos marcianos terribles habían reemplazado a los docentes y le chuparon el cerebro. Esto es científico, no se los digo por inventar solamente. Y conozco el caso de una niña que, en su escuela, fueron los maestros los que reemplazaron a los marcianos. ¿Cómo distinguir si su escuela está en poder de unos marcianos que quieren invadir el planeta? Es una tarea muy difícil. Tal vez ustedes van muy confiados, y no se percatan de que toda la escuela está llena de marcianos reemplazantes y así quedarán expuestos al más peligroso de los peligros. Y si la escuela no hubiera sido invadida por extraterrestres, de todos modos es de los lugares más infinitamente peligrosos de todo el mundo. Se los digo científicamente, niños. Créanme. ¿Por qué creen que en casi ninguna escuela hay perros? porque los marcianos saben que los perros son los mejores amigos de las personas y-por-e-so-no-los-de-jan-en-trar. Así de clarito. ¿Y por qué creen que en casi ninguna escuela hay gatos? ¿Porque los gatos saben leer? No, los gatos no saben leer. ¿Los gatos saben escribir? Tampoco. Entonces debería haber, ¿y por qué no hay? La respuesta es muy sencilla: porque los gatos saben oler el peligro, y los marcianos son peligrosos, por lo tanto los gatos huelen a los invasores extraterrestres y deciden que mejor no van, por eso. ¿Por qué este razonamiento no se le ocurrió a nadie antes? Es imposible que no se le haya ocurrido a alguien más. Seguro que sí se le ocurrió, y lo atacaron los marcianos reemplazantes de la escuela. Niños, ¡háganme caso! La humanidad entera corre peligro. No es cierto que todos necesitan saber leer y escribir. ¿Nadie se dio cuenta de esa gran mentira? Bastaría con saber una cosa u otra y que siempre fuéramos de a dos. ¡Es evidente! Si ustedes saben leer, por ejemplo, y un amigo de ustedes sabe escribir… ¡ya está! No necesitan aprender las dos cosas. Ahora bien, ¿y por qué se imaginan ustedes que siempre nos dicen que hacen falta las dos cosas? Muy sencillo: porque los marcianos reemplazantes necesitan el doble de tiempo para chuparnos el cerebro. ¿Y por qué necesitan el doble de tiempo? Porque la máquina de chupar cerebros les anda lento, por-e-so, así de sencillo. Si les anduviera súper bien lo harían en mitad de tiempo. ¿Es que nadie se dio cuenta de esto antes? Listo, ya avisé. Pensar que estoy salvando a toda la humanidad y aquí nomás, tan tranquilo. Pero, el día de mañana, me van a hacer una estatua como con dos caballos, por lo menos."

Luis M. Pescetti


"Se le había ocurrido la pequeña historia de una ballena nacida en el desierto, y eso era todo lo que conocía. Tenía buenos amigos entre las plantas y los animales del desierto, sólo algo no estaba bien, y era la arena que tiraba por su agujero: le raspaba. Eso la confundía porque toda su vida la había pasado ahí. Poco a poco, sin saber cómo, creció la sensación de que tenía que partir a alguna otra parte. Sin imaginar una llegada, sólo irse. Un día se despidió de sus amigos y partió. La historia termina con un largo camino que hizo, sintiéndose peor porqiue ya no estaba allá y todavía no había llegado a ninguna parte. Hasta que un día llegó al mar y no sólo el agua que soplaba por su agujro no la raspaba, sino que además había encontrado otras ballenas. Obviamente quiero decir que yo también me siento como esa ballena y que sólo sé irme y ya perdí todos los caminos de regreso y que de esto se trata lo que escribo (soy el número un millón, de los que se identifican los la ballena de esa historia). Peor en verdad hay algo más que me gusta en esa historia y es que en la ballena había un conocimiento sobre cierto orden o sentido de las cosas, aun cuando no supiera de dónde venía, ni que su malestar era por eso. En ella misma había una proporción no correspondida que se expresaba como esa voz que oía: Aquí no es, así no es. Posdata número cuatro: me gusta la idea de que el propio ser está destinado a encajar bien y no a vivir patas arriba como el loco del tarot. Posdata número cinco: esta es la única historia que conozco en la que encajar bien es lo contrario de conformarse."

Luis M. Pescetti




"Si le das oportunidad, todo chico va a preferir siempre la voz de sus padres."

Luis María Pescetti












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