PREFACIO
"Utilizar la astrología para pronosticar el destino es
degradarla y debe servir para una función muy diferente."
FICINO
FICINO
"Mostrar al hombre lo significativo de su
vida es lo más importante que el astrólogo puede hacer."
DANE RUDHYAR
La astrología no debe ser considerada como un arte adivinatorio ni
la tarea del astrólogo consiste en erigirse en una especie de oráculo, sino que
debe de ayudar a los demás a que logren entender mejor su potencial natal y que
alcancen su plena estatura como seres maduros que irradian espiritualidad.
Cuanto más conscientemente estemos en contacto con nuestra vida interior, la
astrología más nos ofrece -no se trata de sorpresas sensacionales ni de un modo
de manejar el destino- pero es más bien un medio de aclarar las etapas del
autodesarrollo a las que deberíamos dar la bienvenida y usarlas como
oportunidades para la transformación personal.
La astrología da la
oportunidad de percibir lo que está oculto acerca de las influencias, mucho
antes de que ellas se manifiesten y en tal sentido podamos ser capaces de
ajustar nuestra mente o recibirlas de conformidad. Por supuesto, el grado de
control depende de nuestra etapa de evolución individual, porque debemos
rectificar equivocaciones pasadas que se manifiestan en esta vida como
desagradables experiencias antes de que podamos llegar a ser maestros de
nuestro destino.
Entonces podríamos preguntar: ¿Qué es lo que
hace un astrólogo? ¿Qué se propone? ¿Qué puede ofrecer legítimamente a la gente
si no es un consejo específico? Puede ofrecer su intuición, su comprensión, y
su apoyo; y puede proporcionar con la ayuda de la astrología, esclarecimiento,
sentido del orden y significado, posibilidad de
lograr un conocimiento superior, y sentido de las implicancias últimas de la
situación actual. La astrología usada de este modo proporciona un medio por el
cual la gente puede ocupares con más eficacia de sus vidas, reconociendo su
participación en los ciclos cósmicos, ayudándola así a lograr una verdadera
"perspectiva" de sí misma y de sus tratos con el mundo exterior.
Un mapa natal no es una
cosa estática que simplemente “esta hecha”. Es más bien un mapa que puede
ayudar a la persona en el camino del descubrimiento y el conocimiento
personales. La finalidad superior de la astrología no es tratar de
"cambiar" nuestro destino sino más bien “cumplirlo” mediante
crecimiento del conocimiento. En consecuencia, una carta astral debe ser
tratada en conjunto, y debemos de empezar a relacionarnos primero con la
persona y tener una vivencia directa de su identidad para ayudar al individuo
en su viaje hacia el desarrollo y evolución de sí misma. La persona está antes
que la carta, y este es un hecho que muchos astrólogos tienden a olvidar. La
carta no es humana y el individuo sí lo es.
Nosotros, no los planetas,
somos los responsables de los resultados de todas las confrontaciones vitales y
son nuestras propias restricciones y habilidades las que ponen límite o dan
salida a cualquier acontecimiento de nuestra vida. El horóscopo cartografía un
conjunto de potencialidades, pero no se puede decir qué es lo que ha hecho el
individuo con ese potencial suyo; y hay muchos factores importantes que no se
reflejan en la carta, el principal de los cuales es el sexo del individuo. La
carta natal sugiere además las lecciones que deben ser aprendidas, decisiones
que deben ser tomadas, desafíos que deben ser encarados, y problemas que deben ser
resueltos.
Por lo tanto la carta natal debe de verse
como una apertura para encontrar un significado a nuestra vida, y cualquiera
que sea la crisis -externa o interna- deberá
entendérsela como una fase necesaria de crecimiento puesto que erramos al enfocar
nuestra atención en el dolor, en vez de hacerlo en el proceso de
transformación.
Una de las cualidades más
valiosas de la carta es que puede proporcionar un cuadro más amplio y más rico
de lo que uno ha sido siempre... que es también lo que uno potencialmente puede
ser.
En cualquiera de los
casos, cuanto más descubra uno en sí mismo, tanto más podrá ver y ayudar a los
otros, y tanto más podrá gozar de una comunión más íntegra con la vida.
En definitiva, como muy bien observó Liz Greene:
"La astrología no puede tomar decisiones por nadie, como un mapa de
carreteras no puede tampoco por su propia voluntad
decidir si vamos o no a emprender un viaje".
FERNANDO SORDO
BIBLIOGRAFIA
- Greene, Liz: Relaciones humanas; Urano, 1987
- Dumon, Eloy R.: Manual de Astrología moderna; Sirio, 1989
- Arroyo, Stephen: Astrología, karma y transformación; Kier, 1992
- Ruperti, Alexander: Ciclos del devenir; Kier, 1982-1989