"A esta edad tan soberbia
que se nutre de vanas esperanzas,
y ama lo vano y la virtud persigue;
que reclama lo útil, estulta,
y no ve que la vida
en más inútil siempre se convierte;
superior yo me siento. […]"
Giacomo Leopardi
El pensamiento dominante
A la luna
Canto XIV
"Oh tú, graciosa luna, bien recuerdo
que sobre esta colina, ahora hace un año,
angustiado venía a contemplarte:
y tú te alzabas sobre aquel boscaje
como ahora, que todo lo iluminas.
Mas trémulo y nublado por el llanto
que asomaba a mis párpados, tu rostro
se ofrecía a mis ojos, pues doliente
era mi vida: y aún lo es, no cambia,
oh mi luna querida. Y aún me alegra
el recordar y el renovar el tiempo
de mi dolor. ¡Oh, qué dichoso es
en la edad juvenil, cuando aún tan larga
es la esperanza y breve la memoria,
el recordar las cosas ya pasadas,
aun tristes, y aunque duren las fatigas!"
Giacomo Leopardi
Giacomo Leopardi
“¡Ay, amor! ¡Qué mal me gobernaste! ¿Por qué un sentimiento tan dulce me trae tanto dolor, tanto deseo?”
que se nutre de vanas esperanzas,
y ama lo vano y la virtud persigue;
que reclama lo útil, estulta,
y no ve que la vida
en más inútil siempre se convierte;
superior yo me siento. […]"
Giacomo Leopardi
El pensamiento dominante
A la luna
Canto XIV
"Oh tú, graciosa luna, bien recuerdo
que sobre esta colina, ahora hace un año,
angustiado venía a contemplarte:
y tú te alzabas sobre aquel boscaje
como ahora, que todo lo iluminas.
Mas trémulo y nublado por el llanto
que asomaba a mis párpados, tu rostro
se ofrecía a mis ojos, pues doliente
era mi vida: y aún lo es, no cambia,
oh mi luna querida. Y aún me alegra
el recordar y el renovar el tiempo
de mi dolor. ¡Oh, qué dichoso es
en la edad juvenil, cuando aún tan larga
es la esperanza y breve la memoria,
el recordar las cosas ya pasadas,
aun tristes, y aunque duren las fatigas!"
Giacomo Leopardi
A sí mismo
Ahora reposarás y para siempre,
cansado corazón. Murió el engaño
que eterno imaginé. Murió. Y advierto
que en mí, de lisonjeras ilusiones
con la esperanza, aun el anhelo ha muerto.
Para siempre reposa;
basta ya de palpitar. No existe cosa
digna de tus latidos; ni la tierra
un suspiro merece: afán y tedio
es la vida, no más, y fango el mundo.
Cálmate, y desespera
por última vez: a nuestra raza el Hado
sólo otorgó el morir. Por tanto, altivo,
desdeña tu existencia y la Natura
y la potencia dura
que con oculto modo
sobre la ruina universal impera,
y la infinita vanidad del todo.
Giacomo Leopardi
“¡Ay, amor! ¡Qué mal me gobernaste! ¿Por qué un sentimiento tan dulce me trae tanto dolor, tanto deseo?”
"Cada cual es tan infeliz
como cree serlo."
"[…] Cada diario,
en varias lenguas, en varias columnas,
en cada campo lo promete al mundo
con concordia. Y universal amor,
férreas vías y múltiples comercios,
vapor, imprenta y cólera a los más
lejanos climas, pueblos, unirán."
"Casi todos los hombres que valen mucho son de maneras sencillas,
y casi siempre las maneras sencillas son tomadas por indicio de poco
valor."
"Confiad en los que se esfuerzan por ser amados; dudad de los que
sólo procuran parecer amables."
Giacomo Leopardi
"El alma tiende siempre a juzgar a los otros por lo que piensa de
sí misma."
"El egoísmo ha sido siempre la peste de la sociedad; cuanto mayor
ha sido, tanto peor fue la condición de la sociedad."
Giacomo
Leopardi
Giacomo
Leopardi
Giacomo
Leopardi
Giacomo
Leopardi
"Habiéndole preguntado a uno sobre lo que más raro le parecía en
el mundo respondió: "Lo que pertenece a todos, es decir, el sentido
común"."
"La astucia, que es parte del ingenio, se usa muchas veces para
suplir la escasez de éste".
“La compasión que nace e nuestro espíritu al ver a una persona que
sufre es un milagro de la Naturaleza, puesto que en aquel instante nos hace
experimentar un sentimiento completamente independiente de nuestro beneficio o
placer, que sólo se relaciona con el prójimo sin que exista mezcla alguna de
nosotros mismos.”
"La estimación es como una flor; una vez pisoteada o ajada, no
vuelve a recobrarse nunca."
"La felicidad consiste en la ignorancia de la verdad."
"La muerte no es un mal, pues libra al hombre de todos los males,
y juntamente con los bienes, le quita también los deseos. La vejez es mala,
porque priva al hombre de todos los placeres, dejándole los apetitos, y lleva
consigo todos los dolores.”
La quietud tras la tempestad
Pasado ha la tempestad:
Oigo a los pajarillos cantar festivos, y a la gallina,
En la calle de nuevo
Que repite su verso. Miro como la quietud
Atraviesa de poniente, a la montaña;
Despéjanse los campos,
Y claro en el valle el río aparece.
Los corazones se alegran, por todas partes
Renacen los sonidos
Regresa el trabajo usual.
El artesano mira el húmedo cielo,
Con su obra en la mano, cantando,
En la puerta de la casa; compiten
Viniendo fuera las muchachas a recoger el agua
De la reciente lluvia;
El verdulero canta
De sendero en sendero
El grito diario.
Mira como vuelve el Sol, como sonríe
Por las colinas y las aldeas. Abre los balcones,
Abre terrazas y ventanas la servidumbre:
Y, de la calle principal, se oye a lo lejos
El tintineo de las campanillas; el carro chirría
La ventura del viajero que su camino reemprende.
Se alegran los corazones.
Tan dulce, tan grata
¿Cuando es, como ahora, la vida?
¿Cuando con tanto amor
El hombre a sus quehaceres se dedica,
Y vuelve a su actividad, o cosa nueva emprende?
¿Cuando de sus males menos se acuerda?
Placer hijo del dolor es;
Alegría vana, que es fruto
Del pasado temor, donde se despertó
Y temió la muerte
Quien la vida aborrecía;
Donde un largo tormento,
Frías, silenciosas, pálidas,
Sudaron las gentes y palpitaron, viendo
Rayos, nubes y viento
Desencadenados por nuestras ofensas.
Oh naturaleza cortés
Estos los dones son
Estos los deleites
Que tú das a los mortales. Salir de la pena
Es el placer entre nosotros.
Penas tú esparces con larga mano; el dolor
Espontáneo surge y de placer, aquel que tanto
Por portento y milagro alguna vez
Nace del quehacer, es un gran logro. ¡Humana
Prole amada de los eternos! Bastante feliz
Si respirar se te consiente
De algún dolor: bendita
Si a ti de todo dolor la muerte sana.
“La razón es enemiga de toda
grandeza [...] Las cosas que llamamos grandes suelen salirse de lo ordinario y
como tales entrañan cierto desorden: pues bien, la razón condena ese desorden.”
"La vejez es mala porque
priva al hombre de todos los placeres dejándole los apetitos."
“Las personas no son ridículas
sino cuando quieren parecer o ser lo que no son.”
“Los antepasados son lo más
importante para quien no ha hecho nada.”
"Los bienes se desprecian
cuando se tienen seguros y se aprecian cuando se han perdido."
"Los hombres no son miserables por necesidad, pero están resueltos
a creerse miserables por accidente."
“Los males son menos perjudiciales a la felicidad que el aburrimiento.”
“Pesa mucho más el odio que el amor de los hombres, ya que todo aquel
que se deja llevar por el odio trabaja para sí, mientras el que se guía por el
amor actúa para el prójimo; nadie llega a exaltarse hasta el punto de servir a
los demás por encima de sí mismo.”
"Qué pena que beber agua no sea un pecado! ¡Qué bien sabría
entonces!"
"Quizá, el camino más directo para conquistar la fama sea el
afirmar con seguridad y pertinencia y, por cuantos modos sea posible, el
haberla conquistado."
“Si esos pocos hombres de verdadero valor que buscan la gloria
conocieran, uno a uno, a todos los individuos que componen el público y por lo
que se esfuerzan en conseguir su estimación, a costa de mil sufrimientos, es de
creer que se enfriarían sumamente en sus propósitos y, tal vez, lo
abandonarían.”
"Son menos nocivos a la felicidad los males que el
aburrimiento."
"Tened en cuenta que cuanto más se tiene en cuenta el tiempo,
tanto más se pierde la esperanza de disponer del suficiente; cuanto más se deja
correr, tanto más parece que avance."
Giacomo Leopardi
“Todas las criaturas se sienten o pueden sentirse satisfechas de sí
mismos, excepto el hombre; lo que demuestra que su existencia no esta limitada
a este mundo como la del resto de las cosas.”
"Una vez que el heroísmo desapareció del mundo y se introdujo, en
cambio, el egoísmo universal, la verdadera amistad, capaz de que un amigo se
sacrifique por otro, es dificilísima entre personas que tengan intereses y
deseos".
"Yerran grandemente aquellos que para hacerse más amables afectan
un carácter moral distinto al propio."
"Yo no llamo malvado propiamente al que peca, sino al que peca
sin remordimiento."