NEPTUNO EN TRÁNSITO POR LAS CASAS
CASA
I
Cuando Neptuno está en
tránsito por el ascendente, es probable que no nos quede otra opción que
aceptar nuestra confusión y convivir con ella. La disolución de lo que ha sido
hasta entonces nuestro sentimiento de nosotros mismos y de nuestro camino en la
vida es el efecto principal del paso de Neptuno por esta parte de la carta.
Como nuestro antiguo ser se está muriendo, podemos sentirnos perdidos y
confundidos, hasta este momento sabíamos quienes éramos y que queríamos en la
vida, pero ya no estamos tan seguros. El tránsito de Neptuno por el Ascendente
puede ser uno de los periodos más sobrecogedores y solitarios de la vida.
Cuando Neptuno atraviesa el Ascendente, es frecuente que nos
veamos arrastrados a relaciones de tipo víctima/salvador. Si durante este
tránsito nos sentimos débiles, “pequeños”, es natural que andemos en busca de
alguien que nos rescate. Cuando Neptuno anda por el Ascendente3 algunos
de nuestros motivos para servir a la gente son sin duda puros, pero también es
posible que se infiltren otros factores.
Con Neptuno en tránsito por el Ascendente y la primera Casa,
quizá nos sintamos atraídos hacia el alcohol y otras drogas como manera de
expandir nuestros límites, o como forma de escapar de las dificultades que no
querernos afrontar. También es probable que nos sintamos más cansados y
aletargados que de ordinario, especialmente cuando Neptuno está cruzando el
Ascendente.
NEPTUNO
EN
TRÁNSITO POR EL
ASCENDENTE
Neptuno en el Ascendente
puede traer un período de intensa confusión respecto a la vida personal, y
ambiciones utópicas. Es un período de grandes ilusiones y sueños de grandeza.
El efecto es a veces de considerable altura; consecuentemente su opuesto, lo
bajo, es abismal. Puede ser un período encantador y muy romántico. Podemos
encontrarnos con muchas personas fascinantes, extrañas y muy misteriosas que
aportan emoción a nuestra vida. Este es un período de gran desengaño, tanto
propio como de los demás. Y hay un impulso a sacrificarse por una causa1 normalmente
más allá del amor y de compasión. La necesidad de amor en este tiempo puede ser
aplastante y, debido a esta desesperada necesidad, se crean a veces relaciones
desafortunadas.
Puede haber esporádicas pérdidas de la
estabilidad psicológica; un sentimiento de perder nuestro dominio, y a veces ni
siquiera inquietud si lo perdemos. Podemos estar seguros de nosotros mismos, de
nuestra salud mental. Algunas veces hay una sensación de que no podemos y una
necesidad de que alguien nos cuide. Podríamos tener momentos suicidas, o un
inmenso miedo que no podemos nombrar, con la posibilidad de división de
personalidad. Se escuchan voces interiores que vienen a mitigar la angustia del
miedo y la incertidumbre.
Pueden asaltarnos fuertes sentimientos de
sufrimiento que nos llegan al alma, una tristeza inmensa que penetra en todas
las cosas. Surgen anhelos religiosos o espirituales que no encuentran
satisfacción; podemos experimentar una crisis espiritual/religiosa tras otra.
Puede haber dificultad al separar los sueños
de la realidad. Comienza a asombrarnos el nivel en el que realmente vivimos; si
soñamos una situación o realmente sucede fuera de aquí. Pasar del estado del
sueño a la conciencia es a menudo una transición confusa.
Puede haber cambios en nuestro estilo de vida debido a la confusión.
Los trabajos se vuelven de repente apegados y sin estímulo. Cambiamos por
tanto, o al menos lo deseamos. Los asuntos mundanos parecen descoloridos y
comenzamos a buscar lo "extraño", lo oculto y cosas por el estilo.
Puede haber disipación física, pérdida de peso y un peligro definido de caer en
el alcohol y las drogas; tendencia a beber demasiado o tomar drogas como
escape, o vernos profundamente envueltos con personas que tienen estos
problemas por querer "salvarlos".
Las experiencias de muerte
se pueden producir bajo este tránsito; las personas pueden morir físicamente y
volver a la vida. O puede darse la muerte de la personalidad que existía hasta
el momento del tránsito. Si estamos listos para partir, éste es el tránsito que
nos llevará.
En un nivel mundano hay
una fuerte atracción por las artes, el teatro, etc. Podemos vernos activa o
creativamente implicados en estas cosas o simplemente incrementar el tiempo
dedicado a estas actividades. Estas es ciertamente una forma menos peligrosa de
evasión.
Patricia Morimando, págs. 102-103
El Efecto de Neptuno
CASA
II
Al transitar por la segunda
Casa, Neptuno puede provocar insatisfacción con nuestro actual status material,
o aumentarla: si somos pobres queremos lo que tienen los ricos; si somos ricos
seguimos queriendo más. Sin embargo, si de resultas de este tránsito alcanzamos
todo el éxito material que esperábamos, nos encontraremos con que aún nos falta
algo. Neptuno confunde las distinciones y cuando transita por esta casa puede
provocar el fraude, el caos, la confusión y el engaño en asuntos de dinero.
Hasta lo que nos parecía un negocio seguro puede salir mal debido a fallos
inesperados y circunstancias imprevistas. También otras personas pueden
engañarnos: nos ofrecen dinero o maneras para obtenerlo y después no cumplen lo
prometido Durante este tránsito podemos tener muchas dificultades para
conservar el dinero, y es probable que nuestros esfuerzos para acumular riqueza
se queden en nada Motivados inconscientemente por Neptuno, organizaremos sin
darnos cuenta circunstancias que nos llevarán a perder algo a lo que estamos
apegados... en especial dinero o propiedades.
A medida que Neptuno transita
por la segunda casa, lo que valorábamos va cambiando. El tránsito de Neptuno
hará todo lo que pueda para alterar el status quo. Nuestro verdadero valor no
se puede medir en términos materiales, y en última instancia esto es lo que
quiere demostrarnos Neptuno al transitar por la segunda casa.
CASA III
Al transitar Neptuno por la
Casa III, la intuición y la percepción se incrementan, y advertimos que a
nuestro alrededor suceden cosas que antes jamás notábamos. Sin embargo, el
efecto disolvente de Neptuno sobre la mente indica también que habrá momentos
en los que experimentemos confusión mental y dispersión del pensamiento.
Más crédulos que de costumbre, corremos mayor riesgo de
dejarnos engañar por cualquier personalidad poderosa o carismática con la que
tropecemos. Debemos de tener cuidado con las personas por quienes nos dejamos
influir mientras estamos pasando por este tránsito. También hay propensión a
malentender y malinterpretar a otros, o que los demás puedan interpretarnos
mal. Quizás se nos ocurran ideas que consideramos propias, cuando en realidad
hemos absorbido los pensamientos de quienes nos rodean.
Este tránsito puede dificultarnos la expresión sincera o
clara de lo que sentimos. Nos damos cuenta de lo que no se dice o no se expresa,
incluso cuando la gente insiste en que nos está diciendo la verdad
Por otra parte es posible que sintamos el deseo de enriquecer
nuestros conocimientos sobre arte, música, danza, fotografía, poesía, cine,
teatro, etc.
Quizás alguno de nuestros familiares (hermanos, tíos, tías,
primos) y vecinos, esté pasando por una etapa de dificultad y es probable que
estemos muy sensibles a sus necesidades y dificultades.
Cuando en su tránsito por la tercera casa Neptuno moviliza
aspectos difíciles en el tema natal, pueden aflorar a la superficie problemas
mentales, conflictos emocionales o trastornos neurológicos hasta entonces
latentes. En los casos extremos, esto puede ser motivo de crisis nerviosas o de
enfermedades físicas relacionadas con el mal funcionamiento del cerebro y del
sistema nervioso. En algunos casos puede resentirse la motricidad, la visión o
el oído.
CASA IV
La presencia de Neptuno en
esta casa puede reflejar una sensación de andar a tientas: no sabemos donde
estamos y no tenemos un sentimiento de nosotros mismos lo bastante sólido para
que nos sirva de base para nuestra visión de la vida. En otras palabras,
estamos frustrados con la forma en que está organizada nuestra vida. La cuarta
Casa tiene un efecto rebote sobre la décima, y parte de esta frustración puede
relacionarse de forma directa con sentimientos de insatisfacción con nuestro
trabajo.
Hacernos mirar hacia adentro de nosotros mismos es el efecto
más sutil de este tránsito, que también puede manifestarse de forma muy
concreta en problemas que tienen que ver con el hogar y con la vida personal.
Es muy frecuente que el tránsito de Neptuno por la casa Cuarta coincida con una
fase en la que hacemos reajustes importantes o hasta sacrificios dentro del
ámbito doméstico. Quizás estén viviendo con nosotros personas que necesiten un
cuidado o un apoyo especial: un familiar enfermo, o bien un cónyuge, amante,
hijo o compañero de piso que pasa por una época difícil. También puede indicar
engaño en el seno del hogar: alguien con quien convivimos nos está engañando.
En algunos casos coincide con la necesidad de tener que abandonar por completo
un hogar o nos vemos forzados a dejar una casa que amamos.
Como Neptuno es el planeta del engaño no es este buen momento
para hacer transacciones (como comprar una casa o un piso).
El tránsito de Neptuno por esta esfera puede referirse a algo
que le esté pasando a nuestro padre, ó madre, y lo que le suceda en este
momento puede tener el efecto de acercarnos más a él.
En definitiva, en su expresión más profunda, el tránsito de
Neptuno por esta casa nos pide que volvamos la atención hacia adentro, hacia
donde vive el alma.
CASA V
Cuando Neptuno transita por
la quinta Casa no es excepcional que dramaticemos en exceso y exageremos todo
lo que nos sucede. Nada es del tamaño natural: lo nuestro no es felicidad sino
éxtasis, y lo que normalmente nos entristecería, nos arroja a los abismos de la
tragedia y de la desesperación.
La búsqueda del placer puede ser a la vez gratificante y
esquiva cuando Neptuno se mueve por la quinta casa.
La quinta casa se asocia también con el amor y el romance y
aquí Neptuno plantea diversos problemas, el más común de ellos el de idealizar
una relación o a una persona amada. Se siente tentado a no dar valor a lo que
tiene y a adorar el amor que negó, a dar a lo que no lo merece y a quitar a lo
digno. Durante este tránsito la necesidad de amor es grande, sin embargo,
habitualmente uno tiene miedo de darse por completo antes de estar seguro de
que su amor será recibido.
Por otra parte, ea probable que en esta época tengamos que
hacer sacrificios por nuestros hijos. Puede ser que alguno de ellos sufra una
enfermedad o incapacidad que necesite atención especial y mucha comprensión.
También pueden producirse embarazos no planeados, abortos espontáneos o la
pérdida de un hijo.
CASA VI
El tránsito de Neptuno por
la casa Sexta hace que nuestras defensas físicas se debiliten, somos más
propensos a la invasión de los microbios que pueda haber en la atmósfera, y al
contagio de enfermedades o a los efectos del estrés. El ejercicio, el descanso
y la dieta, en proporciones adecuadas, pueden ayudar a contrarrestar algunos de
los posibles efectos perjudiciales del tránsito de Neptuno por esta casa. El
abuso de alcohol y otras drogas puede ser muy peligroso.
Los problemas de salud pueden ser difíciles de diagnosticar:
hay casos de personas con Neptuno en tránsito por la sexta casa a quienes se
les trató una enfermedad que no tenían, o se les prescribió una medicación que
les produjo efectos secundarios. Pueden ser benéficas las medicinas
alternativas o complementarias: homeopatía, acupuntura, o naturopatía. Cuando
anda rondando Neptuno, las enfermedades pueden ser de origen emocional o
psicológico, y es posible que sirvan a algún motivo o propósito oculto.
El trabajo es otra de las áreas que afecta Neptuno cuando
atraviesa esta casa: puede ser que en esta esfera se nos exija alguna forma de
adaptación o de sacrificio. Este tránsito significa también que somos más
sensibles a la atmósfera y a las condiciones laborales. Es posible que surjan
malentendidos con los jefes, los empleados o los colaboradores. Quizá seamos
víctimas del engaño de nuestro jefe o de un colaborador, o las personas con
quienes trabajamos nos conviertan en el chivo expiatorio.
También es posible que hasta las tareas más sencillas nos
resulten complicadas y difíciles. En ciertos momentos de este tránsito es
probable que nos sintamos incapaces de hacer frente a los detalles prácticos de
la vida diaria. Las rutinas de cada día nos parecen increíblemente aburridas o
absurdas; quisiéramos una vida que tuviera más encanto y no la condena de tener
que cocinar, quitar el polvo y preocuparnos de las facturas que hay que pagar.
CASA
VII
Cuando Neptuno transita por
la casa siete, cambiamos por mediación de situaciones que se dan en la esfera
de las relaciones íntimas. Aunque tengamos ya una relación de pareja, en estos
momentos es posible que nos interese una persona nueva a quien acabamos de
conocer. Pero es posible que haya complicaciones; quizá no estemos percibiendo
con claridad a esta persona.
En esta época nos sentimos atraídos por tipos “neptunianos” y
es posible que nos enamoremos de personas engañosas y traicioneras, y si es una
persona engañosa, quiere decir que ha llegado el momento de examinar más de
cerca nuestra propia capacidad de engañar y traicionar.
Con este tránsito son comunes las relaciones
víctima/salvador. Quizás nuestra pareja está pasando por dificultades
emocionales bastante graves, o tiene problemas de salud, dinero o de trabajo:
sea cual fuere la causa, necesita de nuestro apoyo, nuestros cuidados y nuestra
comprensión.
En ocasiones este tránsito coincide con el hecho de que nos
enamoremos de personas que no son libres de formalizar un compromiso o que son
incapaces de amarnos. Con Neptuno en danza las relaciones no están preparadas
para ser perfectas. También puede significar la pérdida de la pareja, ya sea
por muerte, divorcio u otra forma de separación, y si esto sucede, es porque
Neptuno se está esforzando, por medio del destino, para enseñarnos una lección
de desapego.
Las batallas legales pueden ser confusas, largas y
complicadas si se las inicia en este momento.
Neptuno en tránsito por la Séptima
casa a menudo trae desilusión y un sueño que no termina realizándose como uno
esperaba.
NEPTUNO
EN TRÁNSITO POR LA CASA VII
Aquí se produce confusión, ilusiones y engaños en las relaciones
próximas. Hay expectativas irrealistas respecto al matrimonio y asociaciones;
los ideales son tan elevados que nada en la tierra se le acercará. Las personas
pueden estar tan sensibles a la idea global del “matrimonio” que se evita como
una plaga, debido a un insondable miedo. O las expectativas son tan altas que
nada se puede consumar. Las ideas de lo que matrimonio y el cónyuge deberían
significar pueden ser demasiado románticas. Se puede dar una proyección
exagerada en la otra persona - ésta debería ser lo que yo quiero que sea y, por
consiguiente, podemos experimentar gran dificultad al percibirla como realmente
es. Aquellas personas de las que pensamos que podrían ser la pareja ideal
resultan estar muy lejos de lo ideal, de nuestro alcance y por tanto las
desilusiones con copiosas, constantes y aplastantes. Hay una tendencia al
reproche a los demás por el hecho de que sean sólo aparentes. La cuestión es
que esa persona fue aparente siempre, pero nosotros estabamos tan “cegados” que
no podíamos verla o no queríamos ver la situación. Es muy difícil ver lo “otro”
con este emplazamiento o tránsito de Neptuno.
Patricia Morimando, págs. 104-105
Los Efectos de Neptuno
CASA
VIII
Neptuno crea vaguedad y
credulidad; no vemos con claridad, tal como son, ni a las personas ni las
situaciones, y es bien fácil que en este momento puedan engañarnos. En estos
momentos es necesario asegurar las promesas por escrito y leer bien la letra
pequeña, y esto es válido principalmente para los tratos financieros, que
pueden resultar confusos. Debemos tener mucho cuidado en la elección de las
personas con las que hagamos negocios, a la inversa, en estos momentos quizá
también tengamos la tentación de querer engañar a otros.
Cuando Neptuno pasa por esta zona de la carta no son
excepcionales las dificultades y la confusión por herencias y legados.
El amor y el sexo pueden ser una escapatoria, una manera de
abandonarnos o de olvidarnos a nosotros mismos: nos dejamos ir y nos entregamos
a otra persona. Puede haber un aumento tanto en la cantidad como en la
intensidad de las fantasías sexuales, como si estuviéramos buscando algo más
satisfactorio y más excitante que lo que ya conocemos o tenemos.
En un sentido más negativo, en algún momento del tránsito de
Neptuno por la casa ocho podría activarse un deseo de muerte o una inclinación
suicida.
Puede existir un interés por la psicología o el deseo de
explorar las dimensiones misteriosas y ocultas de la vida mediante disciplinas
como el ocultismo, la filosofía esotérica o la metafísica.
CASA
IX
Cuando Neptuno transita por
esta casa, podemos sentirnos atraídos hacia una religión, filosofía o sistema
de creencias, en la esperanza de hallar el medio de nuestra salvación. Neptuno
puede confundirnos en nuestra búsqueda de verdades y principios superiores que
nos orienten en la vida: estamos ávidos de fundirnos con algo mayor que nuestro
propio ser, a menudo mediante la adhesión devota a una filosofía, una religión,
un culto o un gurú.
Con Neptuno en la casa nueve, una religión o un sistema de
creencias, puede convertirse en un motivo de fanatismo o de obsesión.
En algún momento de este tránsito es posible que nos sintamos
inseguros de lo que creernos. Entonces nos encontraremos a la deriva, sin saber
que creer o como orientarnos en la vida.
Neptuno también influirá en los viajes y bajo este tránsito
algunas personas se embarcarán en una peregrinación a lugares que para ellas
tienen una importancia especial. Es probable que descubramos en el extranjero
lugares o contactos con personas e ideas extrañas que nos fascinan o nos
cautivan.
Un tránsito difícil de Neptuno inclina a los desengaños,
decepciones y traiciones en los viajes. Debemos mantener los ojos bien abiertos
para no ser víctimas de engaños mientras viajamos.
Este puede ser un buen tránsito para profundizar en el
estudio de actividades sanadoras, de la meditación, la filosofía, la religión,
la metafísica, de artes como la pintura, la danza, la música, el teatro, el
cine, la fotografía, etc.
Por otra parte este tránsito puede coincidir con un periodo
en que nuestra visión de la vida y del futuro pasa del extremo de un optimismo
extático a la total desesperación.
En un nivel más mundano, la casa nueve se asocia con los
parientes políticos, y Neptuno puede pedirnos que aceptemos compromisos,
hagamos sacrificios y nos adaptemos en interés de ellos, especialmente si están
pasando por momentos difíciles.
CASA
X
Mientras Neptuno está en la
décima casa (y especialmente cuando cruza por primera vez el limite entre la
novena y la décima), es probable que pasemos por un periodo durante el cual no
podamos aclararnos con lo que estamos haciendo en nuestra vida. Ya no estamos
seguros de quienes somos ni de lo que realmente queremos. Neptuno en tránsito
por esta casa suele expresarse en sentimientos de sacrificios, de
contrariedades y de insatisfacción con el trabajo que tenemos: queremos ir en
pos de nuestros sueños en vez de conformarnos con lo que tenemos. Este puede
ser el momento adecuado para renunciar a un trabajo en favor de otro, pero es
necesario que examinemos cuidadosamente la nueva dirección que queremos tomar,
para asegurarnos de su sensatez. Necesitamos un trabajo o una carrera que nos
inspire fe, que nos conmueva e interese emocionalmente, un trabajo que
satisfaga los anhelos profundos que hay en nosotros.
En esta casa Neptuno puede suscitar delirios de grandeza. En
última instancia, la tarea de Neptuno es disolver -no inflar- las rígidas
fronteras del ego. Inicialmente, al menos, es probable que tengamos que dar más
de lo que recibimos a cambio.
Negativamente este tránsito puede coincidir con la pérdida
del trabajo, quizás por despido, y es probable que las personas mayores tengan
que enfrentarse con el retiro.
Este tránsito puede señalar un periodo en el cual hay
sectores populares que nos idealizan y nos reverencian. Algo que tenemos
captura la imaginación y el interés colectivos, o nos convertimos en la
encarnación viviente de un movimiento o de una fuerza que arrasa sectores de la
sociedad. En unos pocos casos, puede coincidir también con un periodo en el
cual nos convirtamos en foco de un escándalo público o terminemos por asumir
públicamente el rol de proscrito o de chivo expiatorio.
La casa diez también simboliza a la madre y durante este
tránsito puede ser que esté pasando por dificultades en su vida, ya sean de
índole física, psicológica o material, o por una fase de mayor inspiración
religiosa o creativa. Quizá necesite nuestro apoyo o nuestra ayuda. En ciertos
casos, el tránsito de Neptuno por la casa diez, puede coincidir con la muerte de
la madre. Dicho de otra manera, tenemos que dejar que se vaya.
CASA
XI
Cuando Neptuno transita por
la casa Once, experimentamos fases de incertidumbre y de confusión respecto de
las metas y los objetivos de nuestra vida. Esto de debe a que nuestros ideales
están cambiando; la visión de lo que esperamos lograr en la vida es fluida.
Nuestros viejos ideales nos parecen demasiado estrechos, demasiado reducidos, y
por eso pierden validez o poder. Podemos sentirnos atraídos por sectas y
sociedades secretas, por grupos artísticos o por círculos espiritualistas.
Queremos unirnos a otros para ofrecer al mundo nuestra idea de la verdad, de la
justicia o de la belleza, pero también es posible que depositemos nuestra fe en
algo que más adelante nos decepcione o no nos brinde lo que en un principio
prometía.
Neptuno indica amigos que brindan su apoyo, su atención y su
presencia cuando realmente les necesitamos o bien que nos ensanchen el
horizonte y nos abran los ojos a metas y visiones nuevas. A la inversa, durante
este tránsito es probable que en ocasiones tengamos dificultades para encontrar
un grupo donde nos sintamos cómodos, o amigos que congenien con nosotros. En
estos momentos, debemos seleccionar con mucho cuidado a las personas con
quienes nos relacionemos. De no ser así, Neptuno puede verse obligado a
enseñarnos algunas dolorosas lecciones. Cuando este planeta atraviesa la casa
Once, podernos tener la experiencia de que los amigos nos traicionen, nos
defrauden y nos abandonen. En estos casos, Neptuno no nos pide que rompamos la
relación, al menos no siempre, sino que renunciemos a las expectativas
desmesuradas que imponemos a la amistad y que aprendamos en cambio a ser más
tolerantes con los demás, y a aceptarlos tal como son. En algunas ocasiones,
bajo la influencia de este tránsito perderemos amigos, quizás por obra de la
muerte.
Por más empeño que pongamos en perseguirlos, nuestros
objetivos y expectativas en la vida quizá nos eludan continuamente durante este
tránsito, y es probable que nos veamos obligados a reconocer que algunos de
ellos son improbables o poco realistas.
CASA
XII
Al transitar por la casa
Doce, Neptuno remueve sentimientos profundos: las emociones que hace aflorar
ejercen sobre nosotros una fuerza tal que se nos hará difícil negarlas o
resistirnos a ellas. Nos convertimos en víctimas de nuestro propio
inconsciente: impulsos y anhelos sepultados o refrenados cobran fuerza y se
adueñan de nosotros de tal manera que ya no podemos seguir negándolos.
Nos encontraremos más sensibles a lo que sienten o
experimentan las personas que nos rodean, y muy especialmente los necesitados y
los que sufren. Esta clase de receptividad puede orientarnos hacia formas de
trabajo, no necesariamente pagadas, encaminadas a cuidar y ayudar a nuestros
semejantes.
Durante este tránsito debemos tener presente que somos más
susceptibles de vernos invadidos o de sentirnos agotados por las personas o los
ambientes con que establecemos contacto. Puede ser que necesitemos más tiempo
de soledad para limpiarnos de la "contaminación psíquica" que hemos
absorbido y acumulado durante nuestra interacción con el mundo.
Por otra parte es posible que experimentamos un maltrato en
nuestra relación con este tipo de lugares (hospitales, museos, bibliotecas,
instituciones, prisiones, etc.), nos sentimos desatendidos, maltratados, etc.
Cuando Neptuno está en tránsito por la casa Doce, es probable
que nos acosen cuestiones no resueltas en etapas anteriores de la vida (o de
vidas pasadas). Reaparecen viejos resentimientos y heridas, disfrazados a veces
como nuevos conflictos, y en otras ocasiones por mediación de sueños o
recuerdos recurrentes. Lo mejor de este tránsito de Neptuno es que en última
instancia puede tener un efecto depurador sobre el psiquismo, permitiéndonos
sentir el amor, la comprensión y la disposición a perdonar necesarios para
hacer las paces con personas y acontecimientos del pasado, o con partes de
nosotros mismos. Estos sentimientos de reconciliación son el preludio de la
nueva vida que iniciaremos cuando Neptuno cruce nuestro ascendente.