TRÁNSITOS DE NEPTUNO EN
RELACIÓN CON
LOS PLANETAS
NEPTUNO - SOL
Bajo la influencia de estos
tránsitos, hemos de cuidarnos del falso optimismo: si creemos que hemos
descubierto el sentido de una paz y una felicidad que nadie ni nada podrán
conmover, nos estaremos preparando para un despertar muy desagradable cuando,
tarde o temprano, esa burbuja termine por estallar.
Los problemas de salud pueden ser difíciles de diagnosticar
bajo la influencia de los tránsitos difíciles Neptuno-Sol: nos sentimos molidos
hasta los huesos, sin fuerzas, distraídos y desanimados, y sin embargo los
médicos no encuentran nada que ande mal y explique semejante estado. Nos puede
venir bien descansar, tomar vitaminas o hacer ejercicio, pero por más que nos
esforcemos por sentirnos mejor, aun así es posible que no podamos evitar algún
desmoronamiento durante este periodo. Los tránsitos difíciles Neptuno-Sol nos
van minando la confianza, la claridad y la fuerza, y pueden paralizar nuestra
antigua personalidad y nuestra manera normal de comportarnos.
Una de las manifestaciones de los tránsitos Neptuno-Sol puede
ser la pérdida de la esperanza: no nos sentimos capaces de salir adelante
solos, y hemos perdido la fe en la vida. Son momentos en que es posible que nos
dejemos tentar por el alcohol y otras drogas, como medio de transcender el
aislamiento y de escapar del dolor, la frustración y las crueles realidades y
limitaciones de la vida en el cuerpo físico. Bajo la influencia de los
tránsitos de Neptuno, siempre existe el peligro de abusar de estas sustancias,
de modo que es necesario tener cuidado.
La confusión, la incertidumbre y los impulsos
autodestructivos no son los únicos efectos cuando Neptuno en tránsito forma
aspecto con el Sol natal. Como no estamos tan rígidamente encerrados en la
cáscara de nuestro propio yo, este tránsito intensifica nuestra empatía con
otras personas y hace que nos sea más fácil abrirnos al medio en que nos
movemos. Negativamente, esto significa que podemos sentirnos abrumados o
"invadidos" por sentimientos y emociones que no nos pertenecen.
Cuando Neptuno en tránsito está en aspecto con el Sol natal, es probable que se
nos pida que sacrifiquemos nuestras necesidades y nuestros deseos en bien de
otras personas o de la situación en que nos encontramos. Hay momentos en la
vida en que puede estar "bien" que lo hagamos, pero también debemos
reconocer aquella parte de nosotros mismos que se resiente cuando renunciamos a
nuestros deseos personales.
Puesto que el Sol es un "principio masculino", la
vivencia de este tránsito se da a veces por mediación de los hombres que hay en
nuestra vida. Quizá se nos pida que hagamos sacrificios o que nos adaptemos en
interés de un marido, novio, hijo, o de un jefe del sexo masculino. Sin que
tengamos que convertirnos en mártires -ni en felpudos- es probable que
necesitemos ser excepcionalmente sensibles a las vivencias de estas personase
En algunos casos, estos tránsitos pueden coincidir con la pérdida de (la
renuncia a) algún hombre importante en nuestra vida, ya sea un marido o un hijo
que se va de casa, o un padre que se nos muere.
Cuando pasemos por uno de estos tránsitos (y esto es válido
no sólo para los aspectos difíciles, sino también para el trígono y el sextil),
debemos guardarnos de creer que nos han encargado que transmitamos al mundo
algún mensaje divino. Cuando Neptuno forma un aspecto con nuestro Sol natal,
tendemos a la exageración espiritual o psicológica, y es preciso que tengamos
cuidado de no dejar que nuestra identidad personal (el Sol) resulte anegada o
hasta totalmente dominada por cualidades que corresponden a los niveles
transpersonales o superconscientes de la existencia.
Los tránsitos de Neptuno, especialmente en relación con el Sol o con
Saturno, a menudo coinciden con períodos durante los cuales en la vida de un
individuo se producen fenómenos “psíquicos”, porque la piel del yo se vuelve
más porosa y los anhelos más profundos de la persona están más cerca del umbral
de la conciencia.
Liz Greene, pág 139
Neptuno
Con
frecuencia, éste es un período de vagar sin rumbo.
Grant Lewi
NEPTUNO
- LUNA
Cuando Neptuno en tránsito
forma algún aspecto con la Luna natal, estos planetas se combinan para
incrementar nuestra receptividad hacia el ambiente y hacia las personas que nos
rodean. Percibimos que les pasa a los demás y esto intensifica nuestra
capacidad de cuidar de ellos o de consolarlos. Los que sufren o se encuentran
en un conflicto perciben nuestra capacidad de compasión y de comprensión y
vienen a llamar a nuestra puerta. Como resultado de ello, estamos en peligro de
vernos agotados por las exigencias de la gente. Por más que Neptuno en tránsito
en aspecto con nuestra Luna natal nos esté pidiendo que aprendamos a dejar de
lado nuestras necesidades para atender a las de otras personas, también es
necesario que pongamos limites y aprendamos a decir “no” de cuando
en cuando, en vez de forzarnos a atender todas las demandas. Como en estos
momentos estamos más abiertos a influencias de fuera, es fácil que los demás se
aprovechen de nosotros, a menos que tengamos más cautela y discriminemos mejor.
Cuando Neptuno transita en aspecto con nuestra Luna natal,
estamos preparados para aceptar jubilosamente cualquiera de las cualidades con
él asociadas, y especialmente la idea del amor romántico. Bajo la influencia de
los tránsitos Neptuno-Luna podemos provocar inconscientemente situaciones en
las que se nos pidan renuncias o sacrificios importantes en beneficio de los
demás. Quizá nos enamoremos de alguien que ya está casado (o casada) o que, por
la razón que fuere, no puede a su vez amarnos tal como quisiéramos. La nota
dominante de los tránsitos Neptuno-Luna es la del sacrificio y la aceptación;
probablemente no sirva de nada insistir en que la otra persona se divorcie o cambie
rasgos que son naturales en ella. Si queremos mantener la relación, tendremos
que adaptarnos a sus diversas limitaciones y condiciones, y aceptarlas.
Es probable que las mujeres que conozcamos durante esta
época, estén pasando por dificultades emocionales o físicas o que tengan
problemas con el alcohol u otras drogas. O bien que estén atravesando una época
de gran inspiración creadora, religiosa o espiritual. Tal vez ése sea el
momento de hacer sacrificios por las mujeres, o de adaptarnos a ellas: cuidar
de una madre enferma o servir de apoyo a una esposa sumida en la depresión.
También puede ser que nos veamos obligados a cambiar de casa o a renunciar a un
hogar que amamos. Si intentamos comprar una casa durante un tránsito difícil de
Neptuno en relación con nuestra Luna natal, podemos encontrarnos con mil
desilusiones y problemas.
Es aconsejable que las mujeres que se aproximen a algún
tránsito Neptuno-Luna se sometan a chequeos médicos regulares, para asegurarse
de que no hay peligro de tumores mamarios o uterinos. Tanto en los hombres como
en las mujeres, durante estos tránsitos el sistema nervioso es más sensible de
lo habitual cuando se trata de medicamentos, pero también del alcohol y de
otras drogas “sociales”. La meditación, la música y cualquier posibilidad de
comunión con la naturaleza tienen efectos restauradores sobre el alma acosada
por los altibajos de la vida. Incluso bajo la influencia de los tránsitos más
difíciles muchas personas descubren en sí mismas una profundidad de
sentimientos y una capacidad de compasión, de comprensión y de perdón de las
que nunca se hablan sabido poseedoras.
Neptuno en oposición a la
Luna en tránsito supone una baja de vitalidad, con sensaciones de fatiga,
dificultad para dormir y cansancio general. Es posible que se necesiten más
horas de sueño, que haya mayor dificultad para controlar la tensión y la baja
forma debida a la pérdida de energía. Pero al mismo tiempo este cansancio puede
hacer que uno se aparte de traumas emotivos innecesarios o que puedan afectar
aún más la propia energía por el gasto excesivo de fuerza vital. Además este
tránsito podría inducir un cambio en las propias reacciones emotivas.
Betty Lundsted, pág. 230
Tránsitos, El Ritmo de su Vida
NEPTUNO
- MERCURIO
Cualquier tránsito
Neptuno-Mercurio puede requerir que "usemos" nuestro Mercurio
poniéndolo al servicio de otras personas, quizá convirtiéndonos en portavoces
de los que, por las razones que fuere, no son capaces de comunicar por sí
mismos sus necesidades. Los tránsitos Neptuno-Mercurio, tanto los armoniosos
como los difíciles, aumentan nuestra capacidad de percibir y tener en cuenta
sutilezas y procesos ocultos que existían ya en nuestro medio, pero que quizás
antes no advertíamos; con la cuadratura o la oposición por tránsito, sin
embargo, es probable que sea mayor el peligro de que nuestra receptividad
psíquica se vea contaminada o deformada por nuestras propias proyecciones y
fantasías.
Los tránsitos armoniosos de Neptuno en relación con nuestro
Mercurio natal nos permiten un acceso más fácil y constante de lo habitual a la
sabiduría de nuestro inconsciente, al "sabio" que todos llevamos
dentro. Podemos hacer buen uso de estos tránsitos si todos los días nos dejamos
tiempo para la quietud y la reflexión.
Bajo la influencia de los tránsitos armoniosos de Neptuno en
relación con nuestro Mercurio natal, la creatividad y el sentido práctico van
de la mano. La inspiración de Neptuno puede canalizarse por vías artísticas:
escribir, pintar, hacer música o danza, el teatro o la fotografía no son más
que algunos de los caminos que se vuelven más transitables gracias al trígono o
al sextil por tránsito.
Los tránsitos difíciles, aunque ocasional o esporádicamente
ofrezcan algunas de estas mismas ventajas, son por lo común mucho más molestos
y difíciles de manejar con prudencia. El miedo, la duda y la confusión pueden
adueñarse de la mente y obstaculizar gravemente nuestra capacidad de funcionar
bien en el mundo. Nos cuesta más organizarnos y organizar nuestra vida diaria;
incluso actividades que hasta ese momento hemos desempeñado fácilmente pueden
resultarnos más difíciles. Quizá deseemos hallarnos en cualquier otra parte,
salvo donde realmente estamos en un momento determinado.
Durante los tránsitos difíciles Neptuno-Mercurio es probable
que tengamos que renunciar a nuestra manera habitual de organizarnos y a
nuestras rutinas diarias, y permitirnos andar perdidos durante un tiempo, hasta
que la psique elabore una solución.
Los tránsitos difíciles de Neptuno en relación con el
Mercurio natal nublan el pensamiento consciente. Nuestra memoria será menos de
fiar, y quizá tengamos dificultad para recordar o retener información. La gente
interpretará mal nuestros motivos, o nosotros entenderemos erróneamente los
suyos. La mayoría de los libros de astrología nos advierten que, si en este
momento firmamos algún contrato, no dejemos de leer cuidadosamente la letra
pequeña.
Abrumados por temores irracionales, quizá nos imaginemos sin
fundamento alguno que otras personas están pensando o hablando mal de nosotros.
Así como cuando forma un trígono o un sextil con el Mercurio natal, Neptuno
genera visiones intuitivas y sueños inspirados, los aspectos difíciles entre
estos dos planetas suelen coincidir con inestabilidad mental, tendencia a los
olvidos, delirios y pesadillas.
A veces los tránsitos Neptuno-Mercurio (especialmente los
aspectos difíciles) indican complicaciones con hermanos y hermanas, con otros
familiares o con vecinos. Tal vez debamos hacer concesiones o sacrificios en
favor de alguien, y quizá necesitemos ser más comprensivos de lo habitual con
lo que les suceda a otras personas, que pueden estar pasando por momentos de
confusión mental o emocional, tener problemas relacionados con el alcohol u
otras drogas, o incluso estar pasando por un período de inspiración espiritual
o creativa.
Con un tránsito adverso de Neptuno en relación con el
Mercurio natal, puede resentirse la comunicación: nuestras cartas se pierden en
el correo y la gente dice que hemos dicho lo que no hemos dicho o no oye
claramente lo que intentamos decirle. También pueden coincidir con períodos de
gran ansiedad y con extrañas dolencias nerviosas. Es probable que estos
problemas sean de origen emocional.
NEPTUNO
- VENUS
Bajo la influencia de estos
tránsitos encontraremos a Neptuno en el dominio del amor y de las relaciones,
en problemas que tienen que ver con la expresión creadora y en los cambios que
se producen en nuestro sistema de valores. Aunque tengamos ya una relación de
pareja, en este momento podemos enamorarnos perdidamente. Es posible que el
nuevo ser amado se nos muestre como la respuesta a todos nuestros sueños
románticos; es alguien que nos arrebata y nos promete las llaves del cielo.
Pero Neptuno en tránsito también trae consigo una tendencia a idealizar y a no
ver con claridad lo que tenemos delante.
Bajo la influencia de cualquier tránsito Neptuno-Venus es
probable que nos casemos o que iniciemos una relación de pareja, convencidos de
que nos dará la felicidad eterna, pero que no tardemos en descubrir que no todo
es tan bonito como parecía al principio. Por más maravilloso que sea el ser
amado, no siempre nos irá como anillo al dedo, e inevitablemente habrá cosas en
que nos sentiremos decepcionados. De una manera o de otra, estos tránsitos nos
piden que en nuestra relación amorosa nos sacrifiquemos y nos adaptemos de
maneras que, con frecuencia, significan dejar de lado nuestras propias
necesidades en beneficio de otras personas.
A veces los tránsitos de Neptuno en aspecto con Venus
significan que uno engaña a su pareja, o viceversa.
Cuando Neptuno en tránsito forma un aspecto con nuestro Venus
natal, es probable que nos hallemos en situaciones en las que se nos pide que
amemos a alguien aunque esa persona no siempre pueda darnos justamente lo que
nos gustaría recibir. Cuando Neptuno forma un aspecto con Venus en nuestra
carta, somos generalmente nosotros quienes tenernos que adaptarnos a las
necesidades de nuestra pareja.
Bajo la influencia de cualquier tránsito Neptuno-Venus
tendemos a dejarnos fascinar por personalidades neptunianas. Puede ser que nos
atraigan los “perdedores” o las víctimas, la gente que da la impresión de que
no puede dar pie con bola en su vida y que busca en nosotros un apoyo emocional
o financiero.
También es posible que sintamos una atracción irresistible
por personas que son inalcanzables o incapaces de ofrecernos la clase de amor
que necesitamos.
En algunos casos, el aspecto formado por Neptuno en tránsito
con el Venus natal (tanto el trígono y el sextil como los ángulos difíciles)
coincide de hecho con la pérdida o la separación de un ser amado, ya sea por
divorcio, muerte o de alguna otra manera.
En términos más generales, estos tránsitos (especialmente el
trígono y el sextil, y también las conjunciones cuando el Venus natal está bien
aspectado) indican una época en que nuestra capacidad de apreciar el mundo que
nos rodea se incrementa. El corazón se expande y rebosa de amor, no por una
persona, sino por toda la humanidad y el resto de la creación. Nos conmueve
fácilmente la belleza, y nos sentimos más afectuosos con los demás. Sin
embargo, la cuadratura y la oposición, así como la conjunción cuando el Venus
natal tiene aspectos difíciles, pueden "hacernos" más sensibleros o
sentimentales de lo habitual; estamos tan ávidos de amor y de afecto que lo
buscamos dondequiera que podamos hallarlos, y esta situación puede dar origen a
la promiscuidad o a una falta de discriminación en nuestra elección de pareja.
Lo mismo que sucede con cualquier tránsito de un planeta
exterior en relación con Venus, podemos experimentar algún cambio o variación
en nuestro sistema de valores, es decir en lo que nos parece hermoso o
esperamos obtener de la vida. Si siempre hemos depositado nuestra fe en el
dinero o en el éxito material como meta final de la existencia, es probable que
descubramos que hay otras cosas menos tangibles que necesitamos para
realizarnos efectivamente. Hay algo paradójico en la forma en que funcionan los
tránsitos Neptuno-Venus. A veces no nos dan lo que queremos, así que nos vemos
forzados a buscar nuestra felicidad de otras maneras. En ocasiones, estos
tránsitos nos dan precisamente lo que nuestro corazón desea, pero entonces nos
encontramos con que no es lo que esperábamos que fuese.
NEPTUNO
- MARTE
Cualquier tránsito de
Neptuno en aspecto con nuestro Marte natal altera la forma en que nos hacemos
valer. Con los tránsitos armoniosos, Neptuno puede tener sobre Marte un afecto
suavizante. Entonces actuamos con menos egoísmo, no sólo para afirmar nuestro
propio yo individual, sino también en lo que concierne a los demás. En
ocasiones, nuestra acción puede parecer inspirada, como si supiéramos
instintivamente qué camino debemos tomar. Bajo la influencia de estos tránsitos
podemos usar la energía de nuestro impulso para promover una causa que
beneficie a otras personas, y no solamente a nosotros mismos. Seremos más
considerados en nuestra forma de autoafirmarnos, e intentaremos hacerlo de una
manera que respete las necesidades y los deseos de los demás.
Los tránsitos difíciles de Neptuno en relación con el Marte
natal son más complejos y más problemáticos. En estos casos, Neptuno ejerce
sobre Marte un efecto disolvente, como si lo nublara. La confusión nos impide
ver cómo encauzar nuestra energía o nuestros impulsos; nos sentimos aletargados
e indiferentes, o inseguros de qué dirección tomar. Aun cuando tengamos cierta
idea de lo que queremos hacer, podemos encontrar gran dificultad para
motivarnos y ponernos realmente en marcha. O bien emprendemos proyectos que por
razones que aparentemente escapan de nuestro control van a terminar en el
fracaso. Neptuno exige sacrificios en relación con el principio representado
por el planeta con el que contacta mientras transita. En el caso de Marte, Neptuno
disminuye nuestra capacidad para lograr lo que queremos sólo para nosotros.
Cuando un tránsito lo lleva a formar un ángulo difícil con nuestro Marte natal,
Neptuno opera insidiosamente para reducir a la impotencia nuestra voluntad y
nuestra fuerza impulsiva, y cualquier empresa nueva que iniciemos bajo la
influencia de estos tránsitos corre el peligro de tropezar con problemas y
dificultades que no habíamos previsto. Hay astrólogos que nos aconsejarían no
iniciar proyectos nuevos durante este periodo, especialmente los que pueden
significar especulación o alto riesgo, y el consejo puede ser atinado.
Cualquier combinación de Marte y Neptuno significa que somos
capaces de actuar (Marte) sigilosamente (Neptuno). En ciertos casos, un
comportamiento así puede ser necesario para ejecutar una tarea o una
transacción, pero la tentación de la deshonestidad o el engaño puede provocar
problemas durante los tránsitos difíciles Neptuno-Marte.
La sexualidad es otro dominio que puede verse afectado por
los tránsitos Neptuno-Marte. Cuando son armoniosos, tendemos a suavizarnos o
refinarnos en nuestra expresión sexual; la relación amorosa se hace más sutil o
más tierna. Los tránsitos difíciles suelen traernos problemas. Como Neptuno
afloja el control que tenemos sobre impulsos y complejos inconscientes, es
posible que durante este periodo se intensifiquen las necesidades y fantasías
sexuales. Cualquier tránsito de Neptuno puede expresarse de maneras
aparentemente opuestas. En tanto que en algunas personas un tránsito Neptuno-Marte
incrementa el apetito sexual, otras tienen la experiencia inversa y pasan por
un periodo de impulso sexual bajo o inactivo.
Marte es un principio del animus, lo que significa que durante los tránsitos Neptuno-Marte es
posible que nos encontremos con Neptuno en las figuras masculinas que hay en
nuestra vida. Padres, hijos, jefes, amigos, maridos o cualquier hombre que
conozcamos puede estar pasando por una fase neptuniana, es decir,
experimentando dolencias físicas o inquietudes psicológicas que lo perturban, o
pasando por un periodo de intensa inspiración espiritual o creativa. También
debemos estar atentos a la tendencia a atraer hacia nosotros a hombres
deshonestos o mentirosos.
Los tránsitos Neptuno-Marte pueden afectar a nuestra salud
física, privándonos de impulso y energía. Puede ser que nos apetezca dormir
todo el día, y quizá sea conveniente limitar la actividad para pasar más tiempo
descansando y reflexionando. Sin embargo, bajo la influencia de estos tránsitos
el letargo físico puede deberse al hecho de que estamos evitando el
enfrentamiento con algún problema que deberíamos encarar.
NEPTUNO - JÚPITER
Los tránsitos armoniosos de
Neptuno con el Júpiter natal estimulan aquella parte de nosotros que quiere
creer en algo: vemos la fe como la senda hacia la redención y la realización, y
por lo tanto estamos abiertos a dejarnos inspirar o elevar por algún tipo de
filosofía, religión, teoría política o sistema de creencias. Las filosofías
metafísicas o espirituales -todo aquello que enriquezca nuestro sentimiento de
fraternidad con el resto de la vida, o que nos dé la sensación de estar
participando en un plan grandioso ó en un esquema más amplio de las cosas-
pueden atraernos especialmente en este momento. Se presentan oportunidades que
nos proporcionan entusiasmo y energía, y sentimos aumentar nuestro deseo de
participar en la vida, conocer gente y tener experiencias nuevas.
Los tránsitos armoniosos de Neptuno en relación con el
Júpiter natal indican también que es buen momento para enriquecernos viajando.
Estos tránsitos favorecen también cualquier estudio que profundice o ensanche
la mente, y nos enriquecen con habilidades que podemos usar para ayudar a otras
personas y mejorar la calidad de la vida sobre la Tierra.
En general, la conjunción, la cuadratura y la oposición de
Neptuno en tránsito con Júpiter estimulan cuestiones similares a las que
provocan el trígono y el sextil, pero de manera más inquietante o más
problemática, especialmente si en el tema natal Júpiter no está bien aspectado.
Por ejemplo, durante este tránsito podemos sentirnos atraídos hacia una
religión o una filosofía; pero sin saber cómo, nos dejamos llevar por nuestro
propio entusiasmo hasta el punto de volvernos fanáticos o extremistas.
Convencidos de que lo que hemos hallado es la respuesta a todo y para todos, es
posible que tratemos de imponer con demasiada fuerza nuestras creencias a otras
personas. Neptuno puede nublar o deformar la visión de Júpiter, y es necesario
que veamos con cuidado a quién confiamos nuestra fe durante este periodo,
porque podríamos ser presa fácil de cultos exóticos o gurús equivocados.
Otro dominio que se ve afectado por los tránsitos difíciles
Neptuno-Júpiter es el de los viajes. Durante este período debemos estar atentos
a no dejarnos engañar por personas que conozcamos en nuestros viajes. Sería
sensato verificar cuidadosamente todas las condiciones y reservas del viaje,
porque éste es el tipo de tránsito bajo la influencia del cual uno se encuentra
con que le han reservado habitaciones en un hotel que todavía no está
construido.
Dado que tanto Neptuno como Júpiter son energías expansivas,
en la cuadratura y la oposición entre ambos planetas por tránsito de Neptuno
hay algo bastante maníaco. Cuando los dos se combinan adversamente, generan una
tendencia a exagerar las cosas. Neptuno también puede confundir a Júpiter y
hacer que nuestra visión de la vida y de lo que es posible se vuelva nebulosa o
poco realista.
Antes que nada, es
probable que tengamos un sentimiento exagerado de nuestro propio poder o de
nuestras capacidades. Convencidos de que podemos hacer cualquier cosa, volamos
demasiado alto, abarcamos demasiado y excedemos nuestros límites. En segundo
lugar, estos tránsitos nos dan también una fe ingenua en la vida: estamos
convencidos de que cualquier cosa que hagamos terminará por salirnos bien.
Cuando Neptuno en tránsito está en trígono o sextil con nuestro Júpiter natal,
verdaderamente podemos tener suerte. Pero con los aspectos difíciles es más
probable que estemos siempre a la hora justa y en el lugar preciso para que nos
suceda lo que no queremos.
La mayoría de los textos de astrología nos advierten del
riesgo de falta de sentido práctico, exceso de idealismo o visión incierta
cuando Neptuno en tránsito está aspectando de forma adversa al Júpiter natal.
Este período no es el mejor para emprender aventuras financieras de alto
riesgo. Incluso inversiones aparentemente sólidas pueden verse descalabradas
por circunstancias que no hemos previsto.
NEPTUNO - SATURNO
Neptuno en cuadratura
con Saturno provoca miedos desorbitados e irracionales.
Patricia Morimando
Saturno el constructor de
fronteras, sirve para excluir de la conciencia aquellas partes nuestras que no
nos gustan y que nos hacen sentir incómodos. Neptuno, el que disuelve, va
minando las defensas de Saturno y deja al descubierto lo que hemos mantenido
oculto. Cuando el tránsito lleva a Neptuno a formar un trígono o sextil con el
Saturno natal, puede hacerlo de manera más suave o más gradualmente que cuando
se trata de una conjunción, una cuadratura o una oposición, pero aun así no es
una experiencia fácil de soportar para el ego. Incluso podemos tener la
sensación de estar enloqueciendo. Saturno intenta protegernos del dolor, la
inseguridad o cualquier otro sentimiento “desagradable” que no
deseamos reconocer, pero además podemos estar reprimiendo también parte de
nuestras potencialidades positivas: recursos todavía no explotados o
capacidades de creación que se han visto sofocadas en el curso de nuestra
evolución. Los tránsitos Neptuno-Saturno levantan las barreras que nos
obstaculizan el cultivo de estos dones y talentos ocultos.
Bajo la influencia de estos tránsitos podemos vernos forzados
a actuar de maneras que se contradicen directamente con la forma en que nuestros
padres, o la sociedad creen que debemos conducirnos. Bajo la influencia de los
tránsitos Neptuno-Saturno es probable que toda nuestra visión del mundo cambie:
aparecen ideas y creencias nuevas que vienen a sustituir nuestra antigua manera
de encarar la vida. Con el trígono o el sextil, el cambio puede darse con más
suavidad: tenemos revelaciones o intuiciones nuevas que alteran nuestra
percepción de la realidad, y sin embargo no experimentamos gran dificultad en
integrarlas en las estructuras vitales ya existentes. Con la cuadratura o la
oposición por tránsito nos encontramos generalmente con más resistencia, sea
ésta externa o interna, en el proceso de asimilación de nuestras ideas o
visiones nuevas.
Neptuno propende a lo místico y a lo espiritual, y se deja
llevar fácilmente por el vuelo de la imaginación; Saturno tiene los pies
firmemente plantados en la tierra, en el dominio del espíritu práctico y el
sentido común. Neptuno disuelve nuestra sensación de ser individuos aparte y nos
hace tomar conciencia de lo que hay en nosotros de universal e ilimitado;
Saturno define nuestra individualidad, nos dice dónde terminamos y dónde
comienzan los otros. Como es obvio, entre estas dos energías no se da una buena
amistad. No obstante, el tránsito de Neptuno en trígono o sextil (y también en
algunos casos la conjunción), con el Saturno natal apunta a un periodo de la
vida en el que podemos lograr un feliz matrimonio entre la visión espiritual o
intuitiva y el sentido práctico de la realidad cotidiana. Los tránsitos
armoniosos de Neptuno en relación con Saturno, indican también momentos en que, con
paciencia y disciplina, podemos dar alguna forma de expresión concreta a la
inspiración creadora. La cuadratura y la oposición por tránsito traerán más
problemas en este sentido. Quizá tengamos la visión (Neptuno) de algo que nos
gustaría lograr o expresar, pero tropecemos con numeroso bloqueos y
resistencias, internos o externos (Saturno) en el proceso de dar forma a lo que
está en nuestra imaginación. Nos guste o no, cuando Neptuno choca con Saturno
es probable que tengamos que trabajar ateniéndonos a los límites de lo que
están dispuestos a aceptar los elementos más convencionales de la sociedad
establecida. Y en algunos casos, no poder realizar nuestros sueños y visiones
no tiene nada que ver con fuerzas externas que nos bloqueen, sino con algo
interior que insiste en sabotear nuestros esfuerzos.
Saturno va asociado con los límites, y esto incluye al cuerpo
que nos contiene. Los tránsitos más difíciles de Neptuno en relación con
Saturno coinciden a veces con enfermedades o dolencias que nos restan
vitalidad. Es probable que en ocasiones así el cansancio y la confusión sean de
origen psicológico, pero siempre es prudente consultar a un médico si los
síntomas físicos persisten o si sospechamos de cualquier cosa que pudiera estar
subrepticiamente minando nuestra salud.
Los tránsitos de Neptuno en aspecto con Saturno pueden darnos
la sensación de que estamos perdiendo nuestro autodominio. Quizás en el pasado
hayamos sido prácticos y disciplinados, pero ahora nos encontramos inseguros,
perdidos, soñadores o lisa y llanamente haraganes. Creíamos que nos conocíamos
y que éramos los dueños de nuestra vida, pero ya no estamos seguros de qué es
real y qué no lo es. Estos tránsitos nos privan a veces de elementos de nuestra
vida (propiedades, personas, posesiones o sistema de creencias) con los cuales
nos hemos sentido íntimamente identificados. Por más que todo esto pueda
inquietarnos, es probable que tengamos que dejarnos desintegrar para poder
reorganizarnos de otra manera.
"Cuando Neptuno este
transitado nuestro Saturno natal definir los propósitos de nuestros sueños y
adecuarlos a los métodos de los asuntos prácticos en el mundo es la doble tarea
del ego en este período extremadamente importante."
F. S.
NEPTUNO - URANO
Ni Neptuno ni Urano son
planetas de gran sentido práctico, y su encuentro por tránsito puede señalar un
momento en que no vemos con mucha claridad la realidad concreta. Es probable
que mentalmente estemos muy lejos, y que nuestro comportamiento pueda parecer
bastante extraño.
Cuando en su tránsito Neptuno forma un trígono o un sextil
con nuestro Urano, somos más receptivos a las ideas, tendencias o corrientes
nuevas que flotan en el aire. Si nos hemos sentido atascados o detenidos en un
callejón sin salida, estos tránsitos pueden aportarnos intuiciones y
revelaciones profundas, que nos permiten seguir adelante. Más bien que
adaptarnos para complacer a otros, ahora queremos tener libertad para expresar
quiénes somos y qué es lo que creemos. Las teorías políticas y los movimientos
sociales nos llaman la atención y es probable que nos comprometamos con
movimientos de reforma social, especialmente con las causas que se esfuerzan
por ayudar a los menos afortunados o a las personas que, en nuestro sentir,
están sometidas a un trato injusto por el sistema existente.
Bajo la influencia de los tránsitos armoniosos de Neptuno en
relación con Urano nos sentimos tan inspirados por una nueva visión de la vida
que generalmente no tenemos demasiada dificultad para adaptarnos a las nuevas
perspectivas, porque nos sentimos preparados para ellas. Sin embargo, cuando el
aspecto por tránsito es una oposición o una cuadratura, el cambio está teñido
de tensión y conflicto. En el caso de los tránsitos difíciles Neptuno actúa
primero socavando nuestras creencias: pone en tela de juicio los principios por
los que nos hemos regido para organizar nuestra vida. Lo que hasta ese momento
considerábamos verdad ya no nos convence tanto. Podemos pasar por un período de
confusión que se alarga, por una fase en la cual lo viejo ya no funciona, pero
nada nuevo aparece para remplazarlo. O, atrapados en una tierra de nadie,
vacilamos entre nuestras antiguas teorías de la vida y las ideas e ideales
nuevos que ahora nos atraen. Nos sentimos culpables o asustados al renunciar a
nuestra antigua visión del mundo, pero algo interior nos insta a hacerlo. Y sin
embargo, no podemos entregarnos por entero a los nuevos valores y creencias. No
hay forma de escapar de esta tensión, a no ser evitar la confusión y darnos el
tiempo necesario para integrar en nuestra vida las nuevas maneras de actuar.
Cuando Neptuno en tránsito forma una cuadratura o una
oposición con nuestro Urano natal, puede ser que nos sintamos atraídos por
cultos, grupos o movimientos encabezados por "figuras carismáticas"
que nos inspiran una visión nueva. Como sucede con cualquier tránsito difícil
de Neptuno, debemos tener cuidado, si es posible, con las personas por quienes
nos dejamos influir en estos momentos.
Todos los tránsitos Neptuno-Urano nos predisponen a vivencias
de naturaleza mística o psíquica. Con la cuadratura o la oposición por
tránsito, algunas de estas experiencias pueden ser inquietantes o
perturbadoras, especialmente si nos enorgullecemos de nuestra racionalidad y de
no ser fácilmente engañables en cosas de este tipo. Si éste es nuestro caso,
debemos recurrir a la ayuda de personas familiarizadas con las dimensiones metafísicas
o espirituales del ser. Durante este periodo, la exploración de lo oculto o de
lo sobrenatural sólo ha de emprenderse bajo la supervisión de una persona
madura, de amplia experiencia y en quien se pueda confiar.
NEPTUNO
EN TRÁNSITO EN CONJUNCIÓN CON EL NEPTUNO NATAL
El ciclo de Neptuno dura
aproximadamente ciento sesenta años; por lo tanto, el planeta no completa su
órbita ni vuelve a su lugar natal en el término de una vida humana. Sin
embargo, la conjunción por tránsito puede producirse si Neptuno cruza su
posición natal poco después del nacimiento. Estas conjunciones por tránsito
después del nacimiento coinciden con una vivencia temprana de sacrificio o de
pérdida. En alguna medida esto es válido para todos, en cuanto venir al mundo
significa la pérdida de la unidad urobórica con la vida que sentíamos en el
útero. Otra pérdida o sacrificio precoz de cariz neptuniano puede darse si por
la razón que fuere, nuestra madre no puede cuidar adecuadamente de nosotros. Si
así sucede, nos vemos obligados a muy temprana edad a sacrificar algo que nos
corresponde: el derecho a la nutrición y al amor. Como resultado, en la vida
nos encontraremos siempre con que una parte de nosotros sigue buscando en los
demás el cuidado y la atención que no llegamos a recibir de nuestra madre.
NEPTUNO
EN TRÁNSITO EN SEXTIL CON EL NEPTUNO NATAL
Neptuno forma sextil por
tránsito con su posición natal entre los veinticinco y los treinta años
aproximadamente al mismo tiempo que Saturno se aproxima a su primer retorno y
Urano forma un trígono por tránsito con su emplazamiento natal. Cuando Neptuno
en tránsito forma un sextil con su propio emplazamiento, activa aquella parte
de nosotros que quiere que lleguemos a ser más de lo que ya somos. Aun cuando nuestros
logros sean muchos, Neptuno sigue estando ávido de más. A medida que se
aproxima este tránsito nos vamos sintiendo cada vez más inquietos. Las mujeres
que hasta ese momento se han dedicado a tener y criar hijos sentirán
probablemente la necesidad de buscar otras formas de expresarse. Los hombres
que se han consagrado exclusivamente a su trabajo y a adquirir un cierto status
social empiezan a preguntarse qué otros aspectos de la vida se estarán
perdiendo. Neptuno nos azuza para que ahondemos en nosotros mismos en busca de
las potencialidades que hasta ese momento hemos ignorado o dejado de lado.
El retorno de
Saturno puede aliarse con Neptuno. En primer lugar, Saturno nos ayudará en este
momento a mantener dentro de cierta proporción realista nuestra visión
neptuniana de lo que es posible: en caso de que nos pasemos del límite y
apuntemos a algo que excede nuestra verdadera capacidad, Saturno no estará
demasiado lejos para recordarnos cuáles son nuestros limites y para mantenernos
en la perspectiva adecuada. Además, Saturno -el concretador- nos apoyará en el
proceso de llevar a la práctica el sueño de Neptuno. Imaginarse lo que uno
podría ser es una cosa, pero dar -en la práctica- los pasos necesarios para
hacer realidad esa visión es otra, y para ese trabajo ningún planeta viene tan
bien como Saturno.
NEPTUNO EN TRÁNSITO
EN CUADRATURA CON EL NEPTUNO NATAL
Este tránsito, que se
produce alrededor de los cuarenta y dos años, coincide aproximadamente con la
oposición de Urano por tránsito con nuestro Urano natal y con la oposición por
tránsito de Saturno con su emplazamiento natal. En su conjunto, estos tres
tránsitos describen los cambios que se asocian con la crisis de la mitad de la
vida.
Cuando Neptuno en tránsito forma una cuadratura con su lugar natal,
tendremos que volver a confrontar la discrepancia entre lo que nos habría
gustado lograr hasta ese momento en la vida y lo que de hecho hemos alcanzado.
El tiempo nos va ganando la carrera, y este tránsito nos hace percibir
dolorosamente nuestros deseos insatisfechos, nuestros sueños y nuestros ideales
jamás alcanzados. Hasta cierto punto, la insatisfacción y el desaliento que nos
invaden nos hacen bien: son el acicate que nos mueve a hacer algo más con
nuestra vida. Estamos motivados para introducir cambios con el fin de alcanzar
una mayor felicidad y una realización más completa. Sin embargo, como estamos
hablando de una cuadratura de Neptuno, es necesario que nos aseguremos que no
vamos en pos de algo irreal o ilusorio. Corremos el peligro de demoler todo lo
que hemos construido en la vida para terminar descubriendo que ese “trabajo
perfecto” o esa "pareja maravillosa" que creíamos haber descubierto
no era lo que parecía.
La cuadratura de Neptuno con nuestro Neptuno natal nos pide,
en última instancia, que nos despidamos de la juventud. En vez de tratar de
aferrarnos a ella, ha llegado el momento de llorar su pérdida.
Neptuno es el planeta de los sueños, pero también se lo
asocia con la celebración de sacrificios. Cuando forma una cuadratura consigo
mismo, es probable que tengamos que sacrificar (Neptuno) una parte de nuestros
sueños (Neptuno). Dicho de otra manera, tal vez tengamos que renunciar a
fantasías que se remontan a mucho tiempo atrás, porque ahora nos damos cuenta
de que son inalcanzables. Ha llegado el momento de renunciar a los sueños
utópicos y de concentrarse en objetivos más realizables.
El tránsito de Neptuno en cuadratura consigo mismo nos hará
tomar conciencia de lo que tenemos de incompleto o de irrealizado. La
integridad y el sentimiento de logro que hemos alcanzado mediante el trabajo,
las relaciones o el bienestar material no son suficientes. Ya podemos ser ricos, estar
felizmente casados, tener unos hermosos hijos, vivir en una casa estupenda...
aun así sentimos que algo nos falta. Estamos pasando por una crisis
"espiritual", una crisis de significado. Sólo podremos hallar el
camino que nos saque de ella si ahondamos en nuestro interior en busca de
objetivos e ideales que den un propósito y una significación mayores a nuestra
vida.
NEPTUNO
EN TRÁNSITO EN TRÍGONO CON EL NEPTUNO NATAL
Este tránsito se produce
hacia los cincuenta y cinco años y puede coincidir con bastante exactitud con
el tránsito de Urano en trígono con su propia posición natal. Es fácil quejarse
de la pérdida de la juventud e insistir en los efectos negativos del
envejecimiento, pero la movilización armoniosa de ambos planetas juntos en este
momento nos está señalando que hay todavía abundantes oportunidades de
crecimiento y expansión. Quizá nos sintamos tentados a seguir navegando por
aguas tranquilas, pero si estamos dispuestos a hacer el esfuerzo descubriremos
que la vida está lejos de habérsenos acabado.
El tránsito de Urano en trígono con su posición natal indica
que en la última mitad de la cincuentena ya es hora de que nos demos permiso
para ser quienes somos, y de hacer lo que nos gustaría hacer y no lo que
creemos o pensamos que deberíamos hacer. Y cuando forma un trígono con su
propio emplazamiento natal, Neptuno en tránsito añade una dimensión más al
crecimiento, una dimensión interior y espiritual.
Cualquier tránsito importante de Neptuno significa la
posibilidad de un aumento en la empatía y en el interés por los demás. Y este
trígono, en particular, apunta a un momento en el que somos capaces de aceptar
y de obtener más placer de nuestras relaciones y contactos sociales. Liberados
de la tensión y el esfuerzo de los años anteriores, tenemos más tiempo para
detenernos a reflexionar sobre el sentido de la vida y para ver la belleza de
cosas que hasta este momento hemos pasado por alto en nuestra prisa. Puede
existir una inclinación al misticismo, y es probable que en esta época sintamos
un incremento del idealismo y un deseo de entregarnos a actividades que
promueven nuestra visión de un mundo mejor. La intensificación de nuestros
sentimientos de empatía puede hallar expresión en labores comunitarias o de
caridad que nos permitan servir y ayudar a otras personas.
Cualquier tránsito importante de Neptuno significa hacer
algún tipo de sacrificio. En el caso de la cuadratura con su posición natal,
tendremos que renunciar a sueños u objetivos que ahora reconocemos como
improbables o poco realistas. Sin embargo, el trígono sugiere que hacerlo nos
resultará menos traumático o doloroso, porque estamos más dispuestos a
aceptarnos como somos, aun cuando no hayamos logrado tanto como esperábamos, y
a aceptar nuestra vida tal como es.
NEPTUNO
EN TRÁNSITO EN OPOSICIÓN CON EL NEPTUNO NATAL
Este tránsito se produce alrededor
de los ochenta y cinco años, y coincide aproximadamente con el retorno de
Urano, por tránsito, a su emplazamiento natal.
Este tránsito es un momento para reflexionar, no solamente
sobre la vida sino también sobre la muerte. ¿Que hay más allá? ¿Seguirá
viviendo nuestro espíritu de alguna otra forma? Y, tal como dijimos en la
sección que trata del retorno de Urano, la muerte requiere algo más que
pensamiento y especulación: también requiere preparación. Si podemos ordenar
los asuntos inconclusos y atar los cabos sueltos en nuestra vida, es más
probable que podamos irnos de ella en paz.
NEPTUNO
- PLUTÓN
Cuando un tránsito lleva a
Neptuno a formar un aspecto con nuestro Plutón natal, nos abrimos y nos
volvemos más receptivos a todo lo que representa este último planeta.
Principalmente, esto significa que, nos guste o no, en este momento hay alguna
parte de nosotros que va en busca de cambio y renovación Por la vía de las
esferas vitales que indican las casas que están en juego, Neptuno empuja a la
acción a Plutón. Tal como sucede con cualquier tránsito que afecte a Plutón, si
no tomamos conciencia de cuál es la parte de nosotros que necesita cambiar, es
mayor la probabilidad de que provoquemos una situación de ruptura en nuestra
vida. Inconscientemente, nos montaremos las cosas dé tal modo que algún aspecto
de la vida se nos desmorone. También puede suceder que un acontecimiento
colectivo, como una guerra o una recesión económica, interfiera en nuestra vida
creando en ella una conmoción durante este periodo.
Los tránsitos Neptuno-Plutón sacan fuera (Neptuno) lo que
está sepultado dentro de nosotros (Plutón). Durante estos períodos es más
probable que nos veamos dominados por complejos y compulsiones inconscientes.
Esto puede sucedernos durante cualquier tránsito Neptuno-Plutón, pero es más
probable que los efectos más espectaculares sean los producidos por la
cuadratura y la oposición. Los complejos emocionales no resueltos de la niñez,
sacados a la luz por el tránsito de Neptuno, se elevan al nivel superficial de
la conciencia y desde allí colorean nuestra forma de ver la vida e influyen en
lo que atraemos hacia nosotros. Esto se pone particularmente de manifiesto
cuando el tránsito de Neptuno activa aspectos natales de los planetas personales con Plutón.
Cuando en su tránsito Neptuno forma algún aspecto con nuestro
Plutón natal puede ser que nos veamos abandonados o que experimentemos pérdidas
en relación con los signos y las casas que están en juego.
Si bien cualquier tránsito Neptuno-Plutón puede remover
problemas relacionados con la sexualidad, es probable que los más difíciles en
este aspecto sean la cuadratura y la oposición.
Neptuno saca a la luz lo que Plutón ha mantenido oculto, de
manera que durante este tránsito pueden quedar al descubierto debilidades y
dolencias físicas. Más específicamente, con la oposición por tránsito se nos
podría requerir que aceptemos (Neptuno) algo que se nos está muriendo (Plutón)
en la vida. Para algunas personas este tránsito puede coincidir con la pérdida
de uno de los padres, de un amigo intimo o de la pareja, o con otros cambios
vitales importantes, como pueden ser un divorcio, la jubilación o la
menopausia. Aquí volvemos a ver la influencia de Neptuno: hay que desprenderse
de una etapa de la vida para dejar lugar a algo nuevo. Una actitud de buena
disposición, aceptación y fe ayudará a hacer la transición, pero aun así es
necesario dejar margen para el enojo, el resentimiento, la culpa y el dolor que
se generan cada vez que muere alguien cercano a nosotros o se cierra una fase
de la vida.