"Admito que he realizado dibujos y acuarelas de naturaleza erótica. Pero no dejan de ser obras de arte."

Egon Schiele


Autorretrato

Yo soy todo a la vez,
pero nunca lo haré todo al mismo tiempo.

Egon Schiele


Dos clérigos

El prado verde–gris–naranja
realza
el cepo de satén redondo que gira en centelleos negros,
en la pesada cabeza siena–carmín,
la cabeza sobre la que centellean los cristales brillantes
resplandecientes.
La blanca cadena con la cruz se balancea.
A su lado, con largos pasos de segador,
camina
en una permanente cólera negra el mirón que lleva lentes
y habla mascullando en el paisaje abandonado.

Egon Schiele



Música durante el ahogamiento
Por momentos, el río negro doblegaba
todas mis fuerzas bajo su yugo.
Las aguas bajas, yo las veía profundas,
y las orillas en pendiente suave, abruptas y elevadas.
Arrastrado por el torbellino de las olas, luchaba
y oía las aguas en mí,
las buenas, las bellas aguas negras ––
Después, de nuevo respiré una fuerza dorada.
La corriente fluía, poderosa, siempre más poderosa.

Egon Schiele




“No hay arte nuevo. Hay artistas nuevos. El artista nuevo tiene que ser completamente fiel a sí mismo, ser un creador, ser capaz de construir sus propios cimientos directamente y solo, sin apoyarse en el pasado o la tradición… la formula es su antítesis.”

Egon Schiele



"Paseo por el patio de la cárcel. Ciertamente Roller es un gran artista, pero su patio de la prisión en Fidelio no es más que teatro, mientras que la pintura Patio de prisión de Van Gogh es una verdad de las más sobrecogedoras: es arte grande. Tap-tap, trotar en círculo. Como dementes, siempre uno detrás de otro. Durante una hora.
Ese anillo de hombres al trote me causa una impresión menos trágica de lo que esperaba en este nauseabundo presente.
Sentía sobre mí las miradas curiosas de los otros presos, y, yo, a mi vez, los miraba a ellos con asombro. Desde aquí y allá se dirigían a mí. Al principio no comprendí sus palabras musitadas, cuchicheadas, gargoteadas, ventrilocuadas; se trataba de expresiones susurradas del argot de los ladrones y chulos. Poco a poco acabé por comprender lo que aquellos tipos querían saber: por qué yo había “caído”, es decir por qué había sido arrestado. Respondí que ignoraba la razón. Ante lo cual sus rasgos se deformaron, volviéndose maliciosos, con muecas de desprecio. Verdaderamente, incluso aquellos seres depravados aún podían hacer demostración de desprecio hacia otros.
La mayoría también me preguntó si no tenía una “mascada” para ellos, una colilla o tabaco para mascar. Yo no tenía nada de eso. Uno de ellos –un tipo robusto y pelirrojo, de ojos verdiglaucos–, escupió sobre mis zapatos americanos; insistía con encono en que se los diese, que se los cambiase por alguna de sus cosas.
Un hombre ya mayor, el auténtico Schigolch, se movía hábilmente buscando mi proximidad. Se deslizaba sin parar y sin llamar la atención delante del hombre que le precedía, hasta que justamente se encontró detrás de mí, arrastrando los pies cerca de mis talones. Me hizo preguntas a las que no respondí porque no las comprendía. También me preguntó por qué estaba allí. Se lo dije. Entonces se echó a reír con una voz ronca y se lo susurró al que iba detrás de él, que también se echó a reír."

Egon Schiele
En prisión



Sensación

Los grandes vientos de las alturas
enfriaron mi columna vertebral,
y ahora mi mirada es estrábica.
Sobre una pared leprosa, vi
el mundo entero
con todos sus valles, y sus montañas, y sus extensiones
          de agua,
con todos sus animales que se desplazaban a lo lejos –
Las sombras de los árboles y las manchas del sol
me recordaron las nubes.
Sobre esa tierra, yo caminaba
y no percibía mis miembros
de tan ligero como me sentía.

Egon Schiele