“Yo quiero preguntar: ¿Qué es lo que constituye el mal fundamental de nuestra sociedad moderna, lo que nosotros debemos abolir? Hay dos posibles contestaciones posibles a esta pregunta, y estoy seguro de que muchísima gente, de buena fe, se decidirá por la falsa. Respondería: -la pobreza-, cuando debería contestar: -la esclavitud-. Frente a frente cada día con los contrastes vergonzosos de la riqueza y la miseria, de grandes dividendos y pequeños sueldos, y dolorosamente consciente de la futilidad de intentar ajustar el equilibrio por medio de la caridad privada o pública, esta gente contestaría fríamente que quieren la abolición de la miseria. ¡Muy bien! En este aspecto todo socialista está con ellos. Pero su contestación a mi pregunta no es por eso menos falsa. La miseria es el síntoma; la enfermedad es la esclavitud. Los extremos de riqueza y miseria siguen inevitablemente a los extremos de libertad y esclavitud. La mayoría no está esclavizada porque es pobre, sino es pobre porque está esclavizada. A pesar de ello, los socialistas han fijado demasiado frecuentemente su atención en la miseria material de los pobres, sin darse cuenta de que ésta se basa en la degradación espiritual del esclavo.”

G. D. H. Cole