A quien sé yo
"Me engañaste, y “¡No has sido tú el primero!”
dijieron mis amigos,
un tiempo de tus pérfidos engaños
victimas o testigos.
No sé quién fue el primero más el último
sé que será un gusano.
Buscará el corazón de tu cadáver,
y ha de buscarlo en vano."
Eusebio Blasco Soler
Abandoné aquí a su bebé
“El León con ser León,
adora su propia sangre;
y el chacal con ser chacal,
no vive sin sus chacales.
Defiende el Tigre a sus hijos,
la pantera es tierna madre,
los buitres de las montañas
amorosos nidos hacen;
y los hombres, con ser hombres,
han hecho una casa grande
¡para almacenar los hijos
arrojados a la calle!”
Eusebio Blasco Soler
Caer para sufrir el desengaño
"Caer, para sufrir el desengaño;
soñar, para llorar cuando despierto;
buscar la dicha cual remoto puerto,
que nunca abordo, por destino extraño.
Sembrar el bien y cosechar el daño;
dejar lo fijo por seguir lo incierto;
ver siempre cerca y a mis pies abierto
el ancho abismo de amoroso engaño.
Batallar con mi suerte rencorosa,
ocultar del dolor la eterna herida,
sentir el aire y respirar la prosa
y ver mi triste juventud perdida.
Tal es, en suma, mi existencia hermosa.
¡Y a esto llaman vivir... y esto es la vida!"
Eusebio Blasco Soler
Explicando una tarde anatomía
"Explicando una tarde anatomía
un sabio profesor,
del corazón a sus alumnos daba
perfecta descripción.
Anonadado por sus propias penas
la cátedra olvidó ;
y a riesgo de que loco lo creyeran
con alterada voz:
_Dicen, señores _exclama pálido_
que nadie consiguió
vivir sin esa víscera precisa,
¡Error, extraño error!.
Hay un ser de mi ser, una hija mía,
que ayer me abandonó,
¡las hijas que abandonan a sus padres
no tienen corazón!.
Un estudiante que del aula obscura
se oculta en un rincón,
mientras los otros asombrados oyen
tan público dolor,
sonriendo a su amigo y compañero
le dijo a media voz:
_Piensa que a su hija el corazón le falta...
y es que lo tengo yo."
Eusebio Blasco Soler
Petición
"Dame, Señor, paciencia en mis apuros;
valor de perdonar a quien me ofenda;
salud igual, de mi trabajo prenda;
resignación para los tiempos duros.
Dame la fe que va con pies seguros
del bien sin gloria por la hermosa senda;
oído humilde que el consejo atienda,
hijos honrados con instintos puros.
Esto no más, Señor, es bien que pida,
que oro y honores frágiles no ansío,
y es desear envenenar la vida.
Séame dulce de la muerte el frío,
y viendo en torno a la familia unida,
dame muerte cristiana en lecho mío."
Eusebio Blasco Soler
"Que siempre la privación fue causa del apetito."
Eusebio Blasco Soler