“... cuando algún miembro de la familia empieza a decir no me importa… no me interesa… ¿para qué voy a ir a verlo? Sabemos que ha iniciado el camino que no tiene regreso.”

Fernando Díaz Plaja
El viaje de mi vida, 1999



"El mas tacaño de los hombres hace una excepción al tratarse de ayudar a alguien con palabras."

Fernando Díaz-Plaja Contestí



“Es curioso lo poco lógicas que resultan las costumbres familiares cundo uno intenta razonarlas.” 

Fernando Díaz-Plaja Contestí



"Hasta 1789 el paysan está solamente preocupado por la cosecha y los problemas domésticos, pero poco a poco los rumores que llegan de la capital se mezclan con los procedentes de los pueblos vecinos en oleadas cada vez más confusas y por ello más inquietantes. Durante los primeros veinte meses de la revolución se extiende una curiosa psicosis; la seguridad de que ha caído el protector de todos (el rey) y su fuerza militar da lugar a un temor difuso que alimenta las más extrañas historias. Se habla de cientos de bandidos que se desplazan para entrar en los pueblos a robar en las casas de los ciudadanos, matar a ellos y violarlas a ellas y aun quemarán sus campos de trigo o de maíz. Los vecinos se reúnen, comentan las noticias y deciden armarse con picas, hoces y rastrillos para luchar contra una invasión que parece delatarse en una nube de polvo del lejano camino.
Cuando ese fantasma se concreta en unos seres humanos resulta que se trata de los habitantes del pueblo de al lado acudiendo en socorro de quienes creían habían sido, ¡a su vez!, atacados por bandidos que... Una hilera de malentendidos sacude la campiña francesa atemorizando a sus habitantes, porque todo puede ocurrir en un país que ha vivido ya la caída de la Bastilla, es decir, la caída del Orden."

Fernando Díaz-Plaja
Francia 1789-España 1936: dos revoluciones y un paralelo


"La puntualidad no es un defecto español."

Fernando Díaz-Plaja Contestí



"Procuré distraerme hablando con mis compañeros de mesa. Uno llamó mi atención por la forma meditativa en que bajaba la cabeza. Me di cuenta luego de que veía muy poco porque acercaba la comida a los ojos antes de llevarla a la boca. Me dijo que era de Esmirna.
Hablamos, naturalmente, de la guerra. Según él, todo era causado por los dioses. Hablaba de la familia divina como de unos amigos suyos en cuya casa entrara cuando quisiera. Y a juzgar por esas explicaciones, realmente parecía la casa de un vecino cualquiera. ¡Con qué confianza los describía!"

Fernando Díaz-Plaja
Un corresponsal en la guerra de Troya



“Quien sabe sonreírse de sus propios defectos está en el camino de corregirlos.”

Fernando Díaz-Plaja Contestí