Al dejar la antigua vivienda

"Al dejarte, vivienda de mi antiguo respeto,
donde pasé los años más puros de mí vida,
quiero, como homenaje de cordial despedida,
ofrendarte el divino tributo de un soneto.

Bajo la paz augusta de tus viejos maderos
surgió, como un milagro, mi juventud en flor;
en ti soñé las gracias de mi primer amor,
en ti labré el tesoro de mis versos primeros.

Tú guardas en silencio todo el pasado mío; .
tu barro es carne mía, que hoy tirita de frío
en este lento viaje hacia la senectud…

Por eso, aunque te deje desolada y desierta,
vendré todas las noches a llamar a tu puerta,
¡a ver si me responde dentro mi juventud!"

Saulo Torón Navarro


Anhelo Infantil

Noche de enero, grande y fría como mi hastío;
He visto tristemente morir la luna; el mar
abrió el regazo inmenso de sus aguas profundas
para guardar en él toda su claridad…
¡Oh, quién fuera esta noche el orfebre divino
que hace mundos redondos para verlos rodar!…
¡Yo arrancaría del seno del mar la luna muerta
y la volvería al cielo para verla brillar!…"

Saulo Torón Navarro



Ante el bronce de Alonso Quesada

"[…] Mas lo que yo ahora quiero
Tiene un valor más alto:
Quiero que me reveles el secreto
De ese mundo ignorado
De paz perpetua e inenarrables goces;
Ese mundo soñado
Donde las almas fraternizan libres
En una alegre comunión de hermanos.

Háblame, Rafael, que hable tu bronce,
que el bronce es elocuencia en muchos casos.
Dime que es verdadero
todo lo que sentimos y anhelamos;
que hay una dicha cierta
tras de este afán y este bregar de espanto.
Que hemos de vernos juntos
otra vez como antaño,
los que en la vida fuimos compañeros,
los que en el Arte fueron soberanos.
Néstor magnífico y Tomás egregio,
cantores máximos del mar Atlántico,
-de este mar que meció también la cuna
del Abuelo inmortal que tanto amamos-.

Dime si has vuelto a ver
a los que en el desierto nos guiaron:
Los fraternos Doctores –siempre unidos-
con su Compañerito de la mano;
el viejo vate de arrogancia austera,
palabra sobria y pensamiento claro,
y tantos otros, deudos y maestros,
que sus nobles doctrinas nos legaron.
[…]"

Saulo Torón Navarro


Habla una voz

"He callado sintiendo el horror del combate,
el cañón que derrumba, la metralla que abate,
las espadas sangrantes en la siega feroz;
he callado sintiendo el temblor del espanto,
la tragedia del grito, el quejido del llanto…
porque todo se hacía en el nombre de Dios.

He mirado ciudades convertidas en llamas;
y entre escombros humeantes, muertos niños y ancianos,
en un bárbaro ataque sanguinario y atroz;
he mirado las cunas hechas pastos del fuego,
y he callado ante el loco, he callado ante el ciego…
porque todo se hacía en el nombre de Dios.

He sabido que el hambre hacía estragos tremendos,
que se han dado suplicios y castigos horrendos,
con el odio en el alma y el rugido en la voz;
y ante tanto hecho bárbaro, ante tanto delito,
he llorado de rabia, con dolor infinito,
¡porque todo se ha hecho en el nombre de Dios!"

Saulo Torón Navarro


Te he sentido, Señor…

"Te he sentido, Señor, en la llanura
en los valles, las cumbres y los mares;
hecho rocío en la mañana pura,
y esplendor en los signos estelares.

Te he sentido en las horas de ventura,
y en las noches sin fin de los pesares;
hecho esperanza y fe en la desventura,
hecho Amor y consuelo en los altares.

Te he sentido en la planta que germina,
en la flor, en el astro que ilumina,
en las tinieblas de la noche bruna….

Pero cuando más cerca te he sentido,
es cuando entre mis brazos he tenido
al hijo nuevo para darle cuna."

Saulo Torón Navarro