Psicoterapia del este, psicoterapia del oeste



"A los psicoterapeutas les resulta cada vez más notorio que el estado de conciencia que nuestra cultura considera normal es no sólo contexto, sino también caldo de cultivo de la enfermedad mental".

Pág. 18

... las formas de liberación comparten dos aspiraciones: primero, la transformación de la conciencia, del sentimiento interior de la propia existencia; y segundo, la liberación del individuo de las formas de condicionamiento que le imponen las instituciones sociales".

Pág. 27


"La liberación no disminuye al ego sino que lo sobrepasa".

Alan Watts


"No podemos definir operativamente una situación si no es en relación con el organismo específico que se encuentra en ella; no podemos definir operativamente un organismo... si no es en referencia a la situación. Cada uno sirve para definir al otro".

Gardner Murphy
Tomado del libro de Alan Watts, "Psicoterapia del Este, Psicoterapia del Oeste". Pág. 42


"Cuando todos reconocen que la bondad es buena, existe ya el mal. Pues ser y no ser se engendran mutuamente".

Lao-Tse

"El mundo, no como es, sino que es, es lo místico... Lo inexpresable, pues, que se muestra; es lo místico".

Wittgenstein


"E1 maestro no enseña por medio de explicaciones, sino señalando nuevas formas de acción a partir de las erróneas consideraciones del discípulo, hasta que éste se convence del error"

Pág. 69


"¿Cómo puede estar tan oscuro el Tao que requiera una distinción entre lo cierto y lo falso? ¿Cómo es posible que el lenguaje se haya oscurecido hasta ser necesaria una distinción entre lo correcto y lo erróneo?... No hay nada que no sea esto; nada hay que no sea aquello. Lo que no puede ser visto por aquello (la otra persona) puedo conocerlo yo mismo. Por esto digo que esto emana de aquello; aquello deriva, también de esto. Esta es la teoría de la interdependencia de esto y aquello. Sin embargo, la vida es generada por la muerte, y viceversa. La afirmación se basa en la negación, y viceversa. Llegado el caso, el verdadero sabio rechaza toda distinción y se refugia en el Cielo (es decir, en la unidad básica del mundo)".

Chuang-Tzu


"El hombre se emancipa de la identificación corporal para asumir su forma real, hacia la gran iluminación. Un hombre tal está mejor entre sus semejantes, vive como un rey: come, juega, goza de mujeres, posesiones y familia, sin identificarse con su cuerpo".

Chandyoga Upanishad

"Ya no te sientes del todo humano.
Te han reducido de pronto al nivel de un objeto;
Objeto viviente, sí, pero ya no una persona...
Cuando te vistes para la fiesta
Y bajas las escaleras, todo en ti
Se conjuga para apoyarte en el papel que has escogido.
Pero luego ocurre, a veces, que cuando arribas
Al último escalón
Hay otro escalón, uno más de los que esperaban tus pies,
Y te precipitas escalera abajo. Durante un instante
Tienes la experiencia de ser un objeto
Librado a la merced de una malévola escalera.

T. S. Eliot
The Cocktail Party


La sociedad está persuadiendo al individuo de hacer lo que ella desea, creando la apariencia de que sus órdenes son la voz del yo íntimo del individuo. Lo que nosotros deseamos es lo que deseas tú. Y esto es un doble vínculo como la de aquella madre que dice a su hijo empecinado en cubrirse de lodo para amasar un pastel de barro: "¡Pero hijo querido, tú no quieres meterte en ese fango!" Esto es lo que yo llamo información capciosa, ni más ni menos que la "Gran Mentira social".

Pág. 96


"Los tontos piensan en la liberación como en algo enteramente distinto del goce de las cosas del mundo; pero todo aquello que resulte grato y sublime a los oídos, al tacto, a la vista, al olfato, al paladar, al conocimiento, es por completo bueno... El drama de este mundo ha de ser tenido por perfectamente puro, por naturaleza".

Subhastta-Samgraha, 47


"Las apariencias caen, finalmente, bajo el control de las funciones del cuerpo animal. Este funcionamiento, y los acontecimientos de las regiones contemporáneas (es decir, el medio circunstante al cuerpo) derivan de un pasado común, que afecta notoriamente a ambos. Cabe pues, preguntarnos si el cuerpo animal y las regiones externas no han sido conformados en armonía, sintonizados recíprocamente, de modo que, en circunstancias normales, las apariencias concordaran con la naturaleza de los hechos exteriores. Una concordancia de este tipo podría expresar la perfección de la Naturaleza, a nivel de las variedades superiores de la vida animal... Debemos preguntarnos si la Naturaleza no contiene, tal vez, en sí misma, una tendencia a sintonizar un Eros que promueve la perfección".

Whitehead
Tomado del libro de Alan Watts, "Psicoterapia del Este. Psicoterapia del Oeste". Pág. 108-109

"No podemos cambiar nada, a menos que lo aceptemos. La condenación no libera: oprime... Si un doctor pretende brindar ayuda a un ser humano, debe poseer la capacidad de aceptarlo tal como es. Y esto sólo puede hacerlo, auténticamente, cuando se ha visto y aceptado a sí mismo, tal como es. Lo que acabo de decir puede sonar muy sencillo, pero las cosas sencillas siempre son las más difíciles. En la vida real, ser simple exige un arte superior; la aceptación de uno mismo es la esencia del problema moral, a la vez que piedra angular de toda una visión personal de la vida. Alimentar a los pordioseros, personar agravios, amar a nuestros enemigos, son, indudablemente, grandes virtudes.. Mis actos hacia el último de mis prójimos son actos míos para con Cristo. Pero, ¿qué sucedería si descubriera yo que el más recóndito de todos ellos, el más pobre de los pordioseros, el más agresivo entre quienes me agravian, el mismo diablo, que todos ellos, en fin, están dentro de mí y que yo mismo imploro la limosna de mi propia misericordia, que yo mismo soy el enemigo a quien debo amar...? Entonces... ¿Qué...? De haberse presentado el mismísimo Dios bajo esta apariencia despreciable, lo habríamos negado mil veces, antes de que cantara un solo gallo".

C. G. Jung

"Los problemas serios de la vida, sin embargo, jamás permiten una solución acabada. Cada vez que parecemos haber resuelto un problema, es que algo hemos dejado por el camino. El sentido y designio de un problema no parece residir en su solución, sino en la incesante actividad que nos exige. Esto nos preserva, por sí solo, de la estupidez y la petrificación".

C. G. Jung

"En todos los sentidos, utilizamos a la vida como medio para justificar nuestros fines: leemos, o vamos a conciertos, para elevar nuestras mentes; descansamos para luego trabajar mejor; adoramos a Dios para mejorar nuestra moral; incluso nos embriagamos con el objeto de olvidar nuestras preocupaciones. Todo aquello que hacemos por puro placer, sin motivos ulteriores ni segunda intención, nos hace sentir culpables, e incluso hay muchos que creen que una acción completamente inmotivada es imposible. "¡Debe de haber una razón para que usted haga lo que hace!" Esta frase se aproxima más al tono de una exigencia que al de una observación. Tan pronto como el ego queda separado del mundo, limitado a mero efecto de su correspondiente causa, parece convertirse en una marioneta de las "motivaciones", que en realidad son aquellas partes de nosotros mismos que nos han sino enajenadas. Si pudiéramos vernos en forma global, como distintas posiciones dentro del campo unificado del mundo, advertiríamos que somos seres inmotivados: pues la totalidad fluye libremente y no se apoya sobre nada exterior a sí misma".

Pág. 120-121


".... La única cosa que puede hacer un guru o terapeuta es persuadir al individuo de que actúe en función de su falsa premisa, siguiendo determinadas direcciones coherentes, hasta descubrir en qué consiste su error. Para proceder de este modo, debe inducirse al individuo a participar en un juego, actuando como si su ego fuera real, pero no sujeto al vagabundeo o sendero circular de la vida ordinaria, que no es propicio a las experiencias necesarias para esta revelación. El guru inicia, pues, una "contratáctica", un juego que contraría las condiciones internas del juego social".

Pág. 144-l45


"El perfecto Camino (Tao) es sin dificultad.
Salvo que evita escoger y optar...
Si quieres asir la llana verdad,
No te cuides de lo que es bueno o malo.
El conflicto entre lo bueno y lo malo
Es la enfermedad de la mente"

Seng-ts'an (maestro zen)
"Esta incapacidad de morir, irónica pero inevitablemente, arroja a la humanidad fuera de la realidad de vivir, que para todos los animales normales es, al mismo tiempo, morir; el resultado en una negación de la vida (represión)... La absorción de la vida humana en esta guerra contra la muerte implica, a través de la misma ironía inevitable, un dominio de la muerte sobre la vida. La guerra contra la muerte cobra la forma de una preocupación por el pasado y el futuro, de modo que se pierde el tiempo presente, el tiempo de la vida".


Brown, Tomado del libro de Alan Watts, "Psicoterapia del Este, Psicoterapia del Oeste". Pág. 186


"El hombre siempre ha tenido el hábito de buscar una autoridad externa para validar sus normas éticas: las leyes naturales, las leyes de Dios. Jamás nos hemos sentido suficientemente libres como para basar nuestros principios éticos, simplemente, en lo que nos gustaría hacer y que nos hicieran: hemos temido que una conducta experimental de este tipo nos hiriera en forme imprevisible. Hasta cierto punto, tiene sentido mantenerse fiel a lo que ha funcionado bien en el pasado (siempre que haya sido efectivamente así) pero esto no implica, obviamente, atribuir una sabiduría superior a las formulaciones del pasado. Está perfectamente bien que usted crea que "Mamá siempre tiene razón" hasta que usted se convierte en Mamá, pero esa constante atribución dé una sabiduría misteriosa a la antigüedad está íntimamente ligada a nuestra incapacidad de superar la niñez. Olvidamos que los ancestros que tan gratuitamente nos impresionan también fueron incapaces de superar la infancia y, justamente por esa razón, reverenciaron a la autoridad con una actitud que nosotros heredamos".

Pág. 194


"Haley parte de la suposición de que los síntomas psicopatológicos deben estudiarse a la luz de su funcionamiento en un determinado contexto social. En otras palabras: ¿Cómo es que síntomas aparentemente involuntarios como, digamos, la ansiedad, la jaqueca, la depresión, el alcoholismo, las fobias o los estados letárgicos, permiten a sus víctimas relacionarse con las demás personas? Este autor adivina en dichos síntomas una doble estratégica: merced a ellos, una persona puede controlar a otras sin asumir responsabilidades por hacerlo; algo así cuando una madre impide que su hija se case, convirtiéndose en un ser que depende desesperadamente del cuidado exclusivo de su hija a causa de algún tipo de invalidez. La madre quiere decir que no es ella quien requiere las atenciones de su hija; es la enfermedad. La hija no puede, entonces, abandonar a su madre sin incurrir en una inhumana crueldad e ingratitud; pero tampoco puede quedarse sin negar su independencia y su amor por un hombre. Además, la hija no puede decir: "... pero estás usando esta enfermedad para controlarme", sin ofender o perturbar a su madre, pues esta última no puede, sencillamente, sentirse responsable por sus síntomas. De ahí que la hija soporte una doble atadura (...)
Haley procede, luego, a señalar que en cualquier situación social en que un individuo coloca a los demás frente a duplicidades conceptuales, recibe un pago en la misma moneda; es decir, que los demás muestran un comportamiento similar. En el ejemplo antes citado, la madre ansia el amor de su hija, pero ésta no puede decir "me quedo en casa porque así lo deseo y porque quiero". Se ve obligada a decir que actúa involuntariamente, pues su madre está mala. En rigor, lo que la hija está implicando es que ama a su madre porque no tiene otro remedio, y que en realidad no lo desea. Así que ahora también la madre se encuentra ante una duplicidad conceptual. No puede recibir amor de su hija sin advertir que no es verdadero amor; y, sin embargo, tampoco puede decir: "después de todo, veo que no me quieres", sin que la hija le responda: "¿y por qué crees que me estoy cuidando de ti?" Además, ella no puede echarle en cara que "sólo estás cuidándome para no sentirte avergonzada"; si así hiciera, negaría lo que ella desea, que es amor; daría por perdida su propia partida. De esta forma se perpetúan sus síntomas. Puesto que ella debe enfrentarse involuntariamente, su hija ha de amarla involuntariamente. Para obtener lo que desean, ambas están haciendo lo que no desean. Se encuentran sumergidas en el conflicto y la amargura, atrapadas en el círculo vicioso de un problema que no tiene solución.
Llegados a este punto, cabe hacer una pausa para indagar en lo más profundo de esta paradoja. ¿Qué pretendemos cuando rogarnos que nos amen voluntariamente? Sin duda, no solicitamos un amor emanado del sentido del deber, que es lo que normalmente recibe el nombre de responsabilidad. El amor forzado, o deliberado -cuando el ego trata de dominar las emociones- es exactamente lo que no deseamos. Seguramente, lo que estamos requiriendo es que la otra persona nos ame porque no puede evitarlo, que nos ame involuntariamente, pero que el ego no se resista a dicha emoción. Queremos que el individuo goce con su sentimiento involuntario hacia nosotros. Deberíamos evitar la confusión diciendo que este amor no es voluntario sino espontáneo. Ahora bien; lo espontáneo es aquello que sucede por sí mismo, el Tzu-jan taoísta, o "así, de por sí", que ocurre sin esfuerzo alguno. La espontaneidad no es acción propia del ego, en absoluto; muy al contrario, se trata de un acto no bloqueado por el mecanismo de control social llamado ego. Si alguien dice "te amo con todo mi corazón" quien habla no es el ego. Está diciendo que es delicioso amar espontáneamente, sin bloqueos ni conflictos con las nociones socialmente implantadas acerca del propio rol, su identidad y deber. Cuando alguien ama primero por una cuestión de deber y, luego, comienza esto a gustarle, podemos bien sospechar que ha comenzado a gozar de la seguridad de ser obediente, de sentir nuevamente el calor de la aprobación paternal•.
En esto reside la profunda confusión de tantas de nuestras convenciones éticas y conyugales. A la sociedad le asiste todo el derecho de establecer controles a la expresión de la espontaneidad, diciendo por ejemplo que "en tales ocasiones, y en tal sentido, tú no debes ser espontáneo". Pero declarar que uno "debe ser espontáneo" equivale a enunciar la neta contradicción que alienta en la misma raíz de toda duplicidad conceptual".

Págs. 165-166-167-168





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