Cuando nos sentimos culpables por odiar a nuestras madres, o algo por el estilo, o simplemente por odiar a alguien, nos decimos: «No deberías odiar». Pero lo hacemos. Decimos: «Debes amar». Pero no lo hacemos. Y, obviamente, si hacemos un gran esfuerzo por amar a alguien a quien no amamos, entonces siempre es detectable una especie de actitud fingida. La gente que quiere a la fuerza crea resentimiento y hostilidad en ambas partes. Si amamos a alguien, o mejor dicho, si manifestamos lo que podría llamarse acciones de amor, vacías y por obligación, la persona a la que se ama de esa manera se siente desvalida, desprovista de algo. Siente que en realidad no ponemos el corazón en ello, porque estamos siendo insinceros con nuestros propios sentimientos. Pero esa es la especie de burla que aparece cuando estamos interiormente divididos entre el que piensa por un lado y los pensamientos por el otro;
Alan Watts
pág. 18 Salir de la trampa
Siempre pueden señalarse las cosas que están ocultas, pero resulta muy difícil, señalar algo que todo el mundo mira pero que nadie ve.
Alan Watts
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