Cuando no se tiene una concepción pausada y responsable del tiempo, se vive dominado por el pesimismo o el optimismo a partes iguales. Y considero que es importante insistir en ello. Es probable que la realidad de cada día en cierto modo induzca a pensar así, porque da la impresión de que ésta cambia cada segundo. Sólo cuando se contempla el pasado y el futuro en perspectiva, se comprende que cualquier tiempo pasado fue peor y que cualquier periodo del futuro será mejor. La continuidad del optimismo que ha permitido a la especie sobrevivir depende precisamente de esta revelación, tan o más importante que la del Nuevo Testamento.

Eduardo Punset
Viaje al optimismo, pág. 2


Se ha comprobado que por cada calumnia lanzada contra alguien se requieren cinco cumplidos para compensar el daño infligido.

Eduardo Punset
Viaje al optimismo, pág. 14




El análisis detallado del genoma constituirá el método más expeditivo para calibrar por dónde aflorarán las amenazas a la salud

Eduardo Punset
Viaje al optimismo, pág. 43





Las neuronas deciden diez segundos antes de que nosotros tomemos una decisión que nos parece nueva y consciente.

Eduardo Punset
Viaje al optimismo, pág. 49


El cambio más significativo en la asimilación gradual del optimismo, a medida que los ciudadanos se van percatando de que su contrario, el pesimismo, no responde a la realidad, ha sido la constatación innegable de que el futuro no depende de los recursos mal distribuidos, sino de nuestra capacidad para profundizar en el conocimiento de las cosas. Porque lo que trasciende el presente es nuestro conocimiento, y no la disponibilidad de recursos.

Eduardo Punset
Viaje al optimismo, pág. 57


Menos contemplaciones y más interacciones es el mundo que viene.

Eduardo Punset
Viaje al optimismo, pág. 65


Estamos rodeados por personas que supeditan su conducta al dictado de los dogmas que les embargan, y no al análisis de la realidad. Ya sea el racismo, el machismo, las convicciones ideológicas, religiosas o el legado cultural del reducto que le cultivó, incluso y sobre todo cuando lo que hereda es incultura, determinan su conducta.

Eduardo Punset
Viaje al optimismo, pág. 72



Hay gente aparentemente racional que se convierte en agente de malos tratos por diferencias de sexo; les cuesta mucho más admitir los resultados de experimentos comprobados, que apuntan a la permanencia de un cierto infantilismo durante toda la vida del macho en comparación con la hembra, que hacer suya la convicción de que la mujer, los hijos y hasta los animales domésticos no son propios.

Eduardo Punset
Viaje al optimismo, pág. 72



A la hora de tomar decisiones complejas es mejor no reflexionar demasiado, ya que se podría interferir con la decisión correcta.

Eduardo Punset
Viaje al optimismo, pág. 90




 soledad tiene una influencia precisa tanto en la salud mental como en el bienestar físico. Se ha podido demostrar su vinculación con situaciones de timidez exagerada, neurosis, abandono social, escasa relación con el sexo opuesto, menor participación en actos públicos y religiosos, reticencia a revelar la propia intimidad, aumento de las precauciones antes de tomar una decisión y mayor desconfianza.

Eduardo Punset
Viaje al optimismo, pág. 131


La soledad debiera ser una de las bestias a abatir del entramado sanitario, un objetivo específico, en lugar de ser un añadido de terapias consideradas esenciales como la lucha contra la depresión. La soledad es tan importante o más que la depresión, y además es distinta. Los médicos y farmacéuticos sólo se ocupan de la depresión y atiborran, a menudo, a la población de fármacos que no están debidamente comprobados ni en la demora o plazo de su efecto ni el tipo de daño que, supuestamente, diluyen ni, por supuesto, en sus efectos secundarios, casi todos negativos. Si de la depresión sabemos poco, a pesar de los esfuerzos prolongados por profundizar en su naturaleza, de la soledad todavía sabemos menos. Los psicólogos y neurólogos apenas están empezando a desentrañar sus efectos. ¿Qué es la soledad y cuáles son sus causas? No es lo que parece. En realidad, la soledad es un estado mental que lleva a sentirse vacío por dentro, solo y rechazado por los demás. No se trata necesariamente de estar solo, puesto que puede darse en personas rodeadas de otras: lo que cuenta es la percepción de estar solo. La necesidad de pertenecer a algo suele manifestarse como un deseo avasallador de formar y mantener, por lo menos, una cantidad significativa de relaciones interpersonales. Los humanos necesitan pertenecer a algún sitio, a un colectivo social, a una manada, les da igual; lo importante es pertenecer. Y es muy difícil aquilatar el valor del colectivo al que se decide pertenecer; quiero decir que la etnia puede ser mucho menos importante que la camiseta que le han puesto a uno. Se ha comprobado con el desfile de imágenes que la ostentación de las señas de un equipo, por ejemplo, borra el sentimiento racista que provocaba la imagen de una persona de color. Aunque cueste creerlo, resulta que lo más importante para los humanos es pertenecer a alguien, y cuando esto falla, cuando no se pertenece a nadie porque a uno no le dejan, cuando a uno lo encierran solo, uno se asfixia. Los humanos soportamos muy mal la soledad. Resulta que toda la pasión, pensamiento y acción de muchísima gente es el resultado del impulso para evadir el aislamiento causado por la disolución del clan familiar, la pérdida de los amigos del trabajo, el amor del resto del mundo. Detrás de todo lo que hacen, piensan o dicen los ensimismados, está el pánico a la soledad. A pesar de la diversidad de culturas, religión, sexo, idiomas o edad, resulta que los humanos lucen similitudes sorprendentes, como la necesidad de amor y, para recabarlo, el rechazo tajante de la soledad. Durante muchos años, no sólo no nos hemos ocupado de la soledad, sino que la enaltecíamos. Si salías adelante solo, sin consultar con los demás, profundizando en tu propio universo, conociendo como nadie tus propios intestinos, eras merecedor de todos los elogios. No sabíamos casi nada del cerebro; no teníamos ni idea de que no se podía aprender sin el cerebro de los demás, que sólo los perversos podían ignorar los sentimientos de los otros, de que estabas condenado si no pertenecías a nada ni a nadie. Que lo peor era la soledad.

Eduardo Punset
Viaje al optimismo, pág. 134


John Cacioppo, psicólogo de la Universidad de Chicago, es un experto en el estudio de la soledad y se dedica a investigar el impacto biológico de ésta sobre las personas que la sufren de manera crónica. Por una parte, Cacioppo y sus colaboradores han podido determinar, mediante estudios con gemelos, que la soledad tiene un componente genético, por lo que estaríamos frente a un mal que podría ser heredable. 3 Por otro lado, han descubierto que la soledad induce alteraciones en el sistema inmune, cardiovascular y nervioso, lo que explicaría los datos epidemiológicos que dicen que las personas que se aíslan socialmente experimentan tasas elevadas de cáncer, infecciones, depresión y enfermedades coronarias.

Eduardo Punset
Viaje al optimismo, pág. 134


La gente necesita atención íntima y confirmación de su propia identidad; se acepta muy mal la falta de relaciones humanas de calidad y se estará dispuesto a cualquier cosa para satisfacer esa necesidad de otros. Aunque la especie humana es muy distinta, es sorprendente constatar que, al margen del sexo, edad, cultura, idioma o convicciones profundas todos se asemejan en algo fundamental: la búsqueda del amor y aceptación de los demás es generalizada e irrefrenable.

Eduardo Punset
Viaje al optimismo, pág. 137


La soledad es un fenómeno multidimensional; la soledad de un niño que acaba de perder a su madre no tiene nada o muy poco que ver con la de un niño sin amigos. Diferentes déficits anímicos dan lugar a distintas clases de soledad: la soledad emocional es el subproducto de la falta de aprecio hacia otra persona que puede suscitar sentimientos de vacío o ansiedad, mientras que la soledad social es el resultado de la falta de relaciones sociales gracias a las cuales la persona puede formar parte de un grupo; la exclusión o ausencia del grupo se traduce en sentimientos de aburrimiento, marginación y vida sin sentido.

Eduardo Punset
Viaje al optimismo, pág. 138



Se conocen mejor los efectos de la soledad que sus causas. De todos los impactos identificados, lo más inteligible consiste en agruparlos en físicos (como trastornos cardiovasculares, conducta antisocial o envejecimiento) o mentales (trastornos cerebrales, alcoholismo y drogadicción, baja autoestima y estrés, poca capacidad de aprendizaje y mecanismos de decisión anormales). Enfrentados con esos desafíos, los solitarios adoptan una dieta con elevados contenidos de grasa, duermen mal y se cansan más durante el día.

Eduardo Punset
Viaje al optimismo, pág. 139


La idea de que nuestras creencias sobre el origen, historia e incluso simbolismo de una persona u objeto condicionan la forma de relacionarse y, más allá de la mera ilusión, nos producen placer o dolor. Y es que los placeres más simples están influenciados por lo que cada individuo piensa previamente de ellos. Por tanto, podemos decir que el placer que nos producen una persona o cosa determinada arranca de lo que consideramos inherente o esencial a esa persona y esa cosa. En otras palabras, el placer está directamente influenciado por lo que la persona cree que le produce placer. El mundo que vemos no es el que cuenta, sino lo que consideramos esencial.

Eduardo Punset
Viaje al optimismo, pág. 141


Los psicólogos y fisiólogos se han puesto de acuerdo en que no sólo las emociones sino su expresión son interpretadas con idénticos criterios por personas de todo el mundo. Resulta que, al margen de su sexo, los rostros bellos activan el cerebro y los circuitos familiarizados con el placer. No sólo nuestros pensamientos y sentimientos íntimos canalizan nuestra conducta, sino que nuestra forma de comportarnos influye también en nuestro modo de pensar: un lápiz entre los dientes —forzando un rictus facial similar a una sonrisa— termina por generar un mayor sentimiento de felicidad; es bien conocido que mirarse a los ojos favorece el enamoramiento o que hacer el gesto de acercarse a la mesa de trabajo nos hace más creativos. A veces la experimentación y la prueba han torpedeado convicciones muy generalizadas, como que la música de Mozart es mejor que la de Brahms para recuperar el sosiego de los niños.

Eduardo Punset
Viaje al optimismo, pág. 145



Está comprobado, por ejemplo, que los hijos de divorciados tienden a comportarse de una manera determinada, que no es mejor ni peor, sino distinta: pubertad adelantada, determinados hábitos que sólo pueden ser el resultado de la ausencia paterna.

Eduardo Punset
Viaje al optimismo, pág. 158


Rara vez el futuro es el subproducto de una actitud innovadora, sino que tiende a asentarse, por el contrario, en la imitación del recuerdo ya conocido.

Eduardo Punset
Viaje al optimismo, pág. 205


Si la capacidad de representación mental —que algunos animales no humanos no tienen— y la flexibilidad necesaria para cambiar de opinión —de la que carecen algunos humanos— definen la inteligencia, podemos intuir la aleatoriedad que domina el ámbito de la predicción.

Eduardo Punset
Viaje al optimismo, pág. 206





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