Investigar la relación entre las representaciones prehistóricas y los cuerpos celestes es, todavía hoy, tabú en ciertos círculos académicos, porque casi nadie quiere reconocer que la cultura neolítica pudo poseer una ciencia astronómica mucho más avanzada que la medieval. Esta posibilidad ha abonado el campo a ideas que sugieren cierta injerencia externa: la teoría de los dioses astronautas.

Josep Guijarro
Aliens Ancestrales, página 23


"En la piedra está escrita la historia de la humanidad. Primero fue la piedra bruta y luego la tallada. Ésta fue, al principio, residencia de poderes divinos; después albergó el espíritu de los antepasados y también fue, en forma de megalito, un catalizador de energías magnéticas. Con el paso del tiempo, el menhir se transformó en obelisco, en estela y en templo."


Josep Guijarro
Aliens Ancestrales, página 23


Todas las religiones antiguas nos hablan de una especie de dioses que llegaron del cielo y que habrían intervenido en la creación de los seres humanos, acompañándonos a lo largo de la historia. Las pruebas de su presencia se hallan en cada texto que los menciona, en cada religión que los adora, en cada piedra que se erigió para ellos y hasta en los restos de nuestros ancestros. Si el ser humano llegó a convivir con una raza extraterrestre en el pasado, ¿volveremos a hacerlo en un futuro?

Josep Guijarro
Aliens Ancestrales, página 97


Ascendí los 365 escalones que me separaban de la cúspide de la Pirámide del Sol, uno por cada día del año. La subida no es fácil, presenta diversas inclinaciones y los peldaños varían de tamaño, lo que obliga a mirar al suelo e acto de sumisión. Distinguí piedras que sobresalían y que, en l antigüedad, habrían estado cubiertas de pirita, lo que debía de otorgar al edificio un brillo refulgente. En lo alto, aspiré profundamente y presté atención a un punto brillante, de apariencia metálica, que parecía hundirse en las entrañas de la mastodóntica construcción.
-Es el punto de mayor telurismo –me dijo Elba.
Tal vez en este punto resida la magia del lugar, la energía que pudo servir de faro a los aztecas y, antes que a ellos, a los fundadores de Teotihuacán, sean éstos toltecas, mayas, atlantes o… extraterrestres. Y es que, curiosamente, la cara occidental de la Pirámide del Sol está alineada con el punto de la puesta de las Pléyades, al igual que muchas de las calles aledañas. ¿Por qué esa obsesión hacia ese conjunto estelar? ¿Qué extraña relación tenían los constructores de Teotihuacán con la constelación de las cabrillas? ¿Era tal vez el lugar de procedencia de sus dioses instructores?

Josep Guijarro
Aliens Ancestrales, página 152-153


Amo los espacios remotos porque hacen que nos olvidemos de nosotros mismos.

Josep Guijarro
Aliens Ancestrales, página 159


Para un investigador, un descubrimiento inesperado tiene un gran valor. Los hay quienes, como yo, se entregan al hechizo de este juego, sintiendo que es la investigación quien te conduce a ti en lugar de ser tú quien conduce la investigación.

Josep Guijarro
Aliens Ancestrales, página 23


Algunos escritores han tratado de estimar el tiempo que tardaría una civilización desarrollada en colonizar la galaxia entera, y determinan que se necesitaría entre cinc y cincuenta millones de años para hacerlo posible. Un tiempo relativamente pequeño a escala geológica (sobre todo para la primera variable) y más aún a escala cosmológica.
Cabe plantearse entonces: ¿es posible que en el universo hayan civilizaciones de más de cincuenta millones de años de existencia? Es más que probable.
También es posible que esas hipotéticas civilizaciones, en un momento de su historia, preocupados por su futuro, hubieran lanzado al espacio elementos biológicos, una panspermia dirigida, para perpetuar la vida o terraformar otros mundos.
A partir de ahí caben, al menos, dos posibilidades:
1) Que después no desarrollaran la tecnología necesaria para vencer las distancias siderales y se extinguirán,
2) Que consiguieran viajar por el espacio y colonizar alguno de los mundos donde la vida germinó. Uno de ellos pudo ser la Tierra.

Josep Guijarro
Aliens Ancestrales, página 318