Según Lazar, a lo largo del invierno siguiente trabajó en S-4, casi siempre de noche, durante un total aproximado de diez días. El trabajo era intenso pero esporádico, lo cual le resultaba frustrante. A veces solo trabajaba una noche a la semana. Quería trabajar más. Nunca le contó a nadie lo que estaba haciendo en S-4, ni siquiera a su esposa, Tracy, o a su mejor amigo, Gene Huff. Una noche de principios de marzo de 1989, Lazar fue conducido por dos guardias armados hasta una sala del interior del S-4 y le ordenaron que mirara siempre hacia delante. Pero la curiosidad se apoderó de él. Miró hacia un costado a través de una ventana pequeña de 22 × 22 cm y, por unos instantes, asegura, vio el interior de una estancia sin identificar. Él cree haber visto a un pequeño ser extraterrestre de color gris con una cabeza grande que permanecía erguido entre dos hombres vestidos con trajes blancos. Cuando intentó fijarse más, recibió un empujón de un guardia que le recordó que debía mantener la cabeza gacha y la mirada hacia delante. Para Lazar, este fue un punto de inflexión. Algo cambió en él y sintió que ya no podía guardar el secreto de los platillos volantes o de lo que podía ser un extraterrestre, aunque «también pudo haber sido cualquier otra cosa». Al igual que la trágica figura de Fausto, Lazar había ansiado conocimiento secreto, información que ningún otro hombre poseyera. La obtuvo en S-4. Pero a diferencia de Fausto, Bob Lazar no cumplió su parte del trato. Se sintió obligado a compartir con su esposa y su amigo lo que había visto, con lo cual estaba infringiendo su juramento de secreto del Área 51. Lazar conocía los horarios de los vuelos de prueba del platillo volante que se llevaban a cabo en Groom Lake, y propuso a su esposa Tracy y a su amigo Gene Huff, así como a otro amigo llamado John Lear (un ufólogo comprometido e hijo del hombre que inventó el Learjet) que le acompañaran para comprobarlo por ellos mismos. El grupo hizo un recorrido por la carretera 375 hasta las montañas que quedan detrás de Groom Lake. Llevaban prismáticos de alta potencia y una cámara de vídeo. Esperaron. Estaban seguros de que empezaría la actividad. La esposa y amigos de Lazar vieron lo que parecía ser un platillo fuertemente iluminado que se alzaba por encima de las montañas que ocultaban el Área 51 de la vista. Vieron cómo estaba en suspensión y luego aterrizaba. El miércoles siguiente regresaron al lugar. Hicieron una tercera visita el 5 de abril de 1989 —esta vez siguiendo una larga carretera que conducía a la base llamada Groom Lake Road—, pero la excursión acabó en un chasco. Fueron descubiertos por los guardias de seguridad del Área 51, les detuvieron y les pidieron sus documentos de identificación personal. Después de contestar a varias preguntas en la oficina del sheriff del condado de Lincoln, los soltaron. Al día siguiente, Lazar fichó en el edificio de EG&G del aeropuerto de McCarran. Le esperaba Dennis Mariani, quien informó a Lazar de que no iría a Groom Lake tal y como estaba previsto. Lazar fue conducido a la base aérea de Indian Springs. El guardia que le había detenido la noche anterior viajó en helicóptero desde el perímetro del Área 51 para confirmar que Bob Lazar era una de las cuatro personas que habían estado merodeando por los bosques esa noche. Le comunicaron a Lazar que ya no era empleado de EG&G y que, si alguna vez era visto por las inmediaciones de Groom Lake, solo o en compañía de otras personas, le detendrían por espionaje.
Annie Jackobsen
Área 51. La historia jamás contada de la base militar más secreta de América, página 19
Ese mismo día más tarde, Frank Joyce, un joven redactor de United Press International y presentador de radio de la emisora KGFL de Roswell, recibió una llamada del aeródromo militar de Roswell. Era el jefe de prensa, Walter Haut, instándole a anunciar por radio un importante comunicado de prensa. Haut llegó a KGFL y le entregó a Frank Joyce el comunicado original de Roswell, que se hizo público esa misma tarde, el 8 de julio de 1947, y fue publicado en el San Francisco Chronicle al día siguiente. Los numerosos rumores sobre el disco volador se hicieron realidad ayer cuando la Oficina de Inteligencia de la División 509 de bombarderos de la Octava Fuerza Aérea, en el aeródromo militar de Roswell, tuvo la fortuna de hacerse con la custodia de un disco gracias a la cooperación de uno de los ganaderos de la zona y la Oficina del Sheriff del condado de Chaves. El objeto volador aterrizó en un rancho cerca de Roswell en algún momento de la semana pasada. Como no tenía línea telefónica, el granjero guardó el disco hasta que pudo contactar con la Oficina del Sheriff, quien a su vez notificó al mayor Jesse A. Marcel, de la Oficina de Inteligencia de la División 509 de bombarderos. Se tomaron las medidas oportunas de inmediato y se recogió el disco de la finca del ganadero. Fue inspeccionado por el aeródromo militar de Roswell y, posteriormente, fue entregado a instancias superiores por el mayor Marcel.
Annie Jackobsen
Área 51. La historia jamás contada de la base militar más secreta de América, página 23
Según la jerga de la Agencia Central de Inteligencia, existen dos clases de engaño estratégico: las tapaderas y la desinformación. La tapadera induce la creencia de que algo verdadero es falso; la desinformación aspira a generar la creencia de que algo falso es, en realidad, verdadero. Es decir, que las tapaderas ocultan la verdad mientras que la desinformación transmite información falsa. Cuando la CIA difunde información falsa, siempre intenta despistar. Cuando la prensa difunde información falsa que ayuda a mantener la información clasificada en secreto, entonces la CIA se reclina en su asiento y sonríe.
Annie Jackobsen
Área 51. La historia jamás contada de la base militar más secreta de América, página 76
… el último fascículo de la revista National Bulletin se publicó con un sorprendente titular: «Un fallo en la transmisión oculta el descubrimiento del Apolo 11. La Luna es un base ovni», decía. El autor del artículo, Sam Pepper..
Annie Jackobsen
Área 51. La historia jamás contada de la base militar más secreta de América, página 368
Steven Spielberg decidió rodar una película sobre alienígenas que visitan nuestro planeta. Envió a funcionarios de la NASA su guion de Encuentros en la tercera fase, esperando que fuera de su agrado. En cambio, la NASA envió a Spielberg una carta muy airada de veinte páginas oponiéndose a esta película. «Yo buscaba su cooperación —explicó Spielberg en una entrevista en 1978—, pero cuando leyeron el guion se enfadaron y creyeron que la película sería peligrosa. Creo que, principalmente, escribieron la carta porque Tiburón convenció a muchas personas de todo el mundo de que había tiburones en los lavabos y bañeras, no solo en los océanos y ríos. Tenían miedo de que se difundiera la misma epidemia con los ovnis.»
Annie Jackobsen
Área 51. La historia jamás contada de la base militar más secreta de América, página 368
En el año 2011, la conspiración del alunizaje es una de las tres conspiraciones más importantes supuestamente orquestadas desde el Área 51. Las otras dos que dominan el pensamiento conspirativo implican la captura de extraterrestres y ovnis, así como un túnel subterráneo y un sistema de búnkeres que se supone que existen debajo del Área 51 y que conectan con otras instalaciones militares y laboratorios nucleares de todo el país. Cada teoría de la conspiración contiene elementos verdaderos, y son percibidos de forma diferente por las tres agencias del gobierno a las que se dirigen: NASA, la CIA y el Departamento de Defensa. En cada teoría de la conspiración se esconde una pista importante sobre la verdad detrás del Área 51.
Annie Jackobsen
Área 51. La historia jamás contada de la base militar más secreta de América, página 373
Por muy creativos que sean los teóricos de la conspiración en lo concerniente al Área 51, resulta sorprendente que hayan pasado por alto un elemento subyacente que vincula las tres principales teorías acerca de la instalación secreta con la verdad. Para los teóricos de la conspiración, en la narrativa de los alienígenas y ovnis capturados, la agencia federal que orquesta toda la trama es la CIA. En la conspiración del alunizaje, la agencia que comete el fraude es la NASA. En los túneles subterráneos y la trama del búnker, la fuerza operativa malvada es el Departamento de Defensa. Aun así, la única agencia que desempeña un papel real en los hechos que subyacen a estas tres teorías de la conspiración es la Comisión de Energía Atómica. ¿Por qué los teóricos de la conspiración no lograron hacer esta conexión? ¿Por qué la Comisión de Energía Atómica ha eludido el escrutinio que merece? La verdad se esconde en el Emplazamiento de Pruebas de Nevada. En alusión a la metáfora del espía maestro de la CIA, James Angleton, aquí es donde encontramos un «desierto de espejos». Angleton creía que los soviéticos urdían una mentira tras otra, y al hacerlo así eran capaces de mantener a los agentes del servicio de inteligencia estadounidense perdidos en un bosque de ilusiones. De este mismo modo, durante toda la Guerra Fría, la Comisión de Energía Atómica creó su propio desierto de espejos en el desierto de Nevada, levantado a partir de medias verdades ilusorias y puras mentiras. La comisión fue capaz de alejar cada vez más al público de la verdad, no con «espejos» sino con documentos con sello de «material restringido», «secreto» y «confidencial» para mantenerlos alejados del escrutinio público. Las teorías de la conspiración del Área 51 que surgieron de la Guerra Fría —las que están pobladas por alienígenas, pilotadas por ovnis, y situadas en ciudades subterráneas y en estudios cinematográficos que recrean la Luna— estas conspiraciones tienen como finalidad ayudar a la Comisión de Energía Atómica a mantener al público alejado de las verdades secretas.
Annie Jackobsen
Área 51. La historia jamás contada de la base militar más secreta de América, página 378
El engaño puede ser un juego entre gobiernos, pero las consecuencias de enfrascarse en él son muy reales para algunas personas.
Annie Jackobsen
Área 51. La historia jamás contada de la base militar más secreta de América, página 381
AboveTopSecret.com. Según el Consejero Delegado Bill Irvine, el sitio web recibe cinco millones de visitas cada mes. AboveTopSecret.com tiene aproximadamente 2,4 millones de páginas de contenido, incluidos 10,6 millones de aportaciones («posts») individuales. El lema del sitio web es Deny Ignorance (Niega la Ignorancia), y sus miembros se consideran a sí mismos personas que «se indignan ante el insensato status-quo».
Annie Jackobsen
Área 51. La historia jamás contada de la base militar más secreta de América, página 382
Internet es el espacio en el que los teóricos de la conspiración comparten ideas, la mayoría de las cuales tienen que ver con tramas gubernamentales. Resulta irónico que Internet, que en un principio se llamaba DARPA Internet Program, fuera lanzado por la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (en un principio llamada ARPA) en 1969 como medio de permitir que los militares se comunicaran digitalmente durante la guerra de Vietnam.
Annie Jackobsen
Área 51. La historia jamás contada de la base militar más secreta de América, página 382
La premisa de la teoría de la conspiración del Nuevo Orden Mundial es que una camarilla poderosa y secreta de hombres aspiran a tomar el control del planeta por medio de un gobierno totalitario mundial. Algunos creyentes del Nuevo Orden Mundial lo llaman el Cuarto Reich porque, según ellos, será parecido al Tercer Reich de Alemania, e incluirá la eugenesia nazi, el militarismo y la monitorización orwelliana de las vidas privadas de los ciudadanos. Por muy extravagante que pueda parecer esta conspiración del Nuevo Orden Mundial a los que no creen en ella, apela al secreto original del Área 51: la verdadera razón por la cual el gobierno de EE. UU. no puede reconocer la existencia del Área 51.
Annie Jackobsen
Área 51. La historia jamás contada de la base militar más secreta de América, página 382
Después de la Segunda Guerra Mundial, la contratación y la protección por parte del gobierno americano de científicos nazis se basó en la premisa de que estos científicos eran los mejores del mundo y que su información era necesaria para hacer avanzar la ciencia, así como para ganar la guerra. Al hacerlo así, América hizo un pacto con el diablo. Este acuerdo pasó a ser un problema insidioso para las agencias que participaron en él, y jugar a este juego con antiguos nazis dio pie a una serie de problemas distintos, como por ejemplo la complicidad del gobierno federal en encubrir gran parte de los crímenes que cometieron estos científicos en origen. Aproximadamente seiscientos millones de páginas de información sobre el uso que hizo el gobierno de la posguerra del conocimiento de criminales nazis sigue siendo información clasificada en 2011. Muchos documentos sobre el Área 51 están en esta colección.
Annie Jackobsen
Área 51. La historia jamás contada de la base militar más secreta de América, página 422
—No sabes ni la mitad —me dijo con tristeza (el ingeniero de la empresa EG&G). Cogí un picatoste que había dejado de mi almuerzo, y lo coloqué en medio de un plato de porcelana blanca del restaurante. —Si lo que yo sé equivale a este picatoste —empecé, señalando al pequeño trozo de pan—, entonces lo que no sé, ¿es tan grande como este plato? —Bueno, querida —respondió, negando con la cabeza—. Toda la verdad es mayor que esta mesa en la que estamos comiendo, incluidas las sillas. No dijo más. Dijo que se encontraba mal y que no tardaría en morirse. Que realmente era mejor que no supiera más porque no tenía necesidad de saberlo.
Annie Jackobsen
Área 51. La historia jamás contada de la base militar más secreta de América, página 430
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