III
En aquel momento
la risa acabó
y vino el espanto
y de mis lágrimas
la incomprensión
y de las manos unidas
vino el temblor de los dedos
y de las ganas de vida
vino el miedo.
En aquel momento
vino de ti el silencio
y el llanto de todos los hombres
brotó en tus ojos traslúcidos
y los míos se apartaron de los tuyos
y de los brazos largos
vino el corto adiós.
En aquel momento
el mundo se detuvo
y de las distancias
vinieron aguas
y el bullicio del mar.
Y del amor
vino el gran sufrimiento.
Y nada quedó
de las infinitas cosas presentidas
de las promesas en llamas.
Nada.
Hilda Hilst
VI
Hoy te canto y después en el polvo que he de ser
te cantaré de nuevo. Y tantas vidas tendré
cuantas me darás para otra vez amanecer
intentándote buscar. Porque vives de mí, Sin Nombre,
sutilísimo amado, relincho del infinito, y vivo
porque sé de ti tu hambre, tu noche de herrumbre
tu pasto es mi verso rociado de tintas
y de un verde negro tu casco en los arenales
donde me pisas hondo. Hoy te canto
y después enmudezco si te alcanzo. Y juntos
iremos a teñir el espacio. De luces. De sangre.
De sangre.
Hilda Hilst
Traducción: Leo Lobos
En: Sobre a tua grande face (1986)
XIII
"Existe siempre el mar
sepultando pájaros
renovando sollozos
rompiendo gestos.
Existe siempre una partida
que comienza en ti
que toma forma
y contigo desaparece.
Existe siempre un amigo perdido
un encuentro que se deshace
y amenazas de llanto en la retina.
Existe un canto de gloria
que no se inició nunca
pero está guardado en mi pecho
disolviendo la memoria.
Y más allá de la canción incontenible
de tu amor ausente
más allá de la amargura no revelada
de esta espera
existe siempre la tierra
que deshace
las primeras ganas de Existir."
Hilda Hilst
XXII
"Que las barcazas del Tiempo me devuelvan
la primitiva urna de palabras.
que me devuelvan a ti y a tu rostro
como lo conocí desde siempre: punzante
pero centellante de vida, renovado
como si el sol y el rostro caminasen
porque venia de uno la luz del otro.
Que me devuelvan la noche, el espacio
para sentirme tan vasta y poseída
como si aguas y maderas de todas las barcazas
se hiciesen materia rediviva, adolescencia y mito.
Que te devuelva la fuente de mi primer grito."
Hilda Hilst
“El poema no viene.
Y cuando viene resulta fallido,
impreciso.”
Hilda de Almeida Prado Hilst conocida como Hilda Hilst
“En el fondo, soy la perfecta edípica.”
Hilda Hilst
"Hay un paisaje sin corazón dentro de mí.
Lo veo tan cerca, tan esplendido…
súbita luz, nave dorada, espejo,
que transformándose en niebla
intacto emerge.
Sin duda, amigo mío, la isla
sería nuestro puerto.
Después de ella vendría el monólogo
y la certeza de las cosas imposibles."
Hilda Hilst
Hoy te canto
Hoy te canto y después en el polvo que he de ser
te cantaré de nuevo. Y tantas vidas tendré
cuantas me darás para otra vez amanecer
intentándote buscar. Porque vives de mí, Sin Nombre,
sutilísimo amado, relincho del infinito, y vivo
porque sé de ti tu hambre, tu noche de herrumbre
tu pasto es mi verso rociado de tintas
y de un verde negro tu casco en los arenales
donde me pisas hondo. Hoy te canto
y después enmudezco si te alcanzo. Y juntos
iremos a teñir el espacio. De luces. De sangre.
De sangre.
Hilda Hilst
"Las cosas no existen.
Lo que existe es la idea
melancólica y suave
que nos hacemos de las cosas.
El escritorio está hecho de amor
y de sumisión.
Sin embargo,
nadie lo ve
como yo lo veo.
Para los hombres
está hecho de madera
y cubierto de tinta.
Para mí también
pero la madera
sólo le protege el interior
y el interior es humano.
Los libros son criaturas.
Cada página un año de vida,
cada lectura un poco de alegría
y esta alegría
es igual al consuelo de los hombres
cuando estamos inquietos
en respuesta a sus inquietudes.
Las cosas no existen.
La idea, sí.
La idea es infinita
igual que los sueños de los niños."
Hilda Hilst
"... Lo que escribí es tan lindo... Lo leo y quedo pasmada. ¿Cómo es posible que haya hecho algo tan deslumbrante y nadie lo entienda? Llega un momento, al envejecer, en que se va dando un desapego y ya nada importa.”
Hilda Hilst
"Me dan pena
las mujeres que ríen con los brazos
y lloran de mentira para los hombres.
Y muestran los senos antes de que se lo pidan
y mueren de placer… con los ojos cerrados.
Me da pena
el poeta hecho sólo para ser padre… y ser poeta.
Y de aquellos que duermen sobre el papel
a la espera del vocablo
y de los que hacen hijos al azar
y de los locos y del perro que pasa
y de mí… que espero la muerte
en la confusión y el miedo."
Hilda Hilst
"No es verdad.
No todo fue tierra y sexo
en mí
si soy poeta
es porque también
se hablar de amor
suavemente.
Y como nadie se
acariciar
la cabeza de un perro
en la madrugada."
Hilda Hilst
"Prométeme que te quedarás
hasta que la madrugada te sorprenda.
Aunque no sea abril
esta noche que desciende
aunque no haya estrella y esperanza
en este amor que amanece..."
Hilda Hilst
"Queridísimo, no hables.
La palabra de los hombres desencanta.
Antes tus ojos de plata
en la noche espesa de tu rostro.
Antes tu gesto de amor
espera e infinito y un murmullo,
agua que brota de la fuente, espuma de mar.
Después descansarás en mi pecho
tus manos de sol. El viento de mañana
sepultará en mi vientre,
cálido como la arena, fecundo como el mar,
la simiente de vida.
Oye: sólo el llanto
grita ahora en mis oídos."
Hilda Hilst
"Yo le mostraba mis textos y él decía: no tienes aliento, amigo mío, todo termina muy rápido, no desarrollas el personaje, el personaje queda diluido, no tiene espesura, no es real. Pero es eso lo que yo quiero decir, no quiero contornos, no quiero espesura, quiero un tipo liviano, conciso, presuroso, libre de datos personales, el tipo fluctúa, sí, pero está vivo, más vivo de lo que estaría si se dejara apresar por palabras, por actos, él fluctúa libre."
Hilda Hilst
Cartas de un seductor
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