Poema de Carmen Vascones
"El acuario revuelve la oquedad del pez
La mitad de una concha ilumina al marino
Que no pudo salir del sueño
La sirena fue una presencia inesperada
Entre cristales el cantar de los días
Sucede el carnaval
Viene la cuaresma...
La duda solloza su olvido
El cráter confiesa sobre la ciudad
Su círculo recorre la intimidad de una correspondencia
La vertiente del nudo cambia la rotación
La nevada una centrífuga del ciclo
Los ciclos de la llegada entonaron un eco de hábitos
Las historietas tras los despuntes del topo
La hiena pisa el esquema del degollador
La banda suelta día a día la torsión del tenor
El desbande aplasta algo dejado a la intemperie
Los modos del espectador resuenan en el génesis cancelado
El pasado levanta la efigie infantil
El paso de una reverencia elogia la inocencia
Con una noche oral desprendiéndose en el horizonte
El estilete recorta una hazaña
La sepultura conmemora su advenimiento
El ideal: un soplo de amor de cuerpo a cuerpo
El tribunal absuelve su propia condena
Un azar disecado en cada cuerpo
La colonia de caníbales acecha la historia
La nada: un silencio pegado a la huella
Baila sobre el cadáver del encomendado
El universo parece un ángel decapitado cayendo en el átomo
El color del círculo marcó la salida
Un deseo centrípeto acompaña la fuga
El destino se fragmenta en persecuciones
El fugitivo cruzó la frontera
Se acerca al reposo
Deja de huir
Se entrega a él."
Carmen Váscones
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