Ausencia y susurros
Fuiste la voz que anunció
y dio vida a un sentimiento.
Fuiste la montaña a la que subí
para besar, enamorada, tu cumbre.
Fuiste río que traía día a día
las aguas que nutren las fuentes.
Fuiste paloma: flor de plumas en invierno,
y el viento que refresca el alma, en verano.
Pero un día, cualquier día…
tu voz se fue como se marchan
las cosas materiales en esta vida.
Sin embargo, en mis oídos,
me acarician tus ecos
que susurran dulcemente,
con profunda sensualidad:
“Estoy aquí. No me he ido”
Zizi Kessler
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