El fulgor del pozo
A Mayte Martín, por la audacia de seguir
auténticamente su camino.
¡Pozo!, ¡Dame la sal y
no la sombra!
¿Qué guardas en tu interior?
¡Agua clara, agua fresca,
agua mediana o pequeña!
¿Y qué más…?
Guijarros que apenas se ven
atrapando
el fulgor en su fondo.
¿Y qué más…?
Un dedal de hojalata
que rescata y rescata.
¿Y qué más…?
Una niña que puede
con las tormentas y toma
el hierro vencido
de las cancelas
de las viejas reminiscencias.
¿ Y qué más…?
El surco multiplicador
del compás que hace vibrar
el brocal
y el verde metal
de los arabescos.
¿ Y qué más…?
El trueno del espliego
y de la menta.
Lo que ya no es desamparo
ni oquedad ni desnudez
y anuncia
el tránsito audaz,
la velada escalera,
el vértigo de la inminencia
Ana Patricia Santaella Pahlén
Del Poemario "La sonrisa del manzano"
Ediciones de Papel
Los puntos sobre las íes
"Los puntos sobre las íes vuelven.
La miseria de los míseros
ha espantado el vuelo.
El aciago ejército exterminador
de hombres ha sucumbido
a las razones esgrimidas por la historia,
a las razones oscurecidas de lo impune.
La inencontrable llave de tu obra
ha forjado versos
en la fragua incandescente
de lo que pervive y queda.
Tu llave Miguel, tu llave
ha cedido a la tapiada cerradura,
al herido contraluz de la ceguera,
al caño manantial de tus huertos.
Ya no andas enclaustrado,
ni el aguijón de la tuberculosis,
obcecado te atormenta.
Apaciguado andas,
apaciguado y sonriente.
Los puntos sobre las íes, Miguel,
como la vid, el pan de la tahona,
la risa rústica o la hormiga,
siempre retornan
al claro de tus versos,
al punto inicial de tus costados,
a las brasas de tu vientre."
Ana Patricia Santaella Pahlén
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