De mis sueños dulcísimo...
De mis sueños dulcísimo habitante,
obstinado inquilino de mi sombra,
tu voz me llama, pero no me nombra
y tu sonrisa se tornó distante.
Merodeas los días y la suerte
de mi dolor, en tierna marejada.
Con aire de partida y de llegada
me llevas en la vida por la muerte.
Pájaro silenciado en alto cielo
insumisa gaviota desvelada
tu residencia terrenal, truncada,
le dejó a mi porfiado desconsuelo
una lumbre de amor en llamarada
que incendia la ternura de mi vuelo.
Marta (o Martha) Claverie de Hernández Larguía
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