"El primer círculo contiene sumariamente el inicio de la tierra habitable, tanto del continente como de las islas de los hijos de Noé; al componerlo he procurado volver a casar el cielo con la tierra, es decir, atribuir a cada región terrestre el propio y particular signo celeste que la gobierna, y por la etimología y virtud del nombre de cada uno de los fundadores susodichos… 
En el segundo círculo he tratado de la arquitectura…
En el círculo tercero hablo particularmente del saber admirable de nuestros druidas en el conocimiento de todas las disciplinas, hasta la cumbre y grado superior de la magia natural y la facultad de predecir las cosas futuras. Y como de pasada he subrayado algunos puntos de la magia reprobada y condenada…
En el cuarto círculo, he tratado de la música y armonía tanto del mundo arquetípico, celeste y elemental como del hombre o pequeño mundo y de los efectos maravillosos que ella produce. 
Finalmente en el quinto y último he tratado de la poesía, que aunque la haya incluido entre las artes y las ciencias más bien parece un santo furor y una elevación del espíritu."

Guy Le Fèvre de la Boderie


"Lo que hizo que esto que cayó en mis manos me fuera cada vez más agradable, pues reconocí en ello que mis concepciones se correspondían muy bien con las del autor y en verdad esto me animó a traducirlo. Pues hubiera podido emplear esos casi tres años de tiempo que dediqué a ello a invenciones propias o bien a versiones de antiguos libros hebreos, caldeos o siríacos que me habrían aportado más honores y renombre, si no hubiera preferido a mi honor y provecho particular, el provecho y la utilidad que espero que se desprenda de esta obra para Francia. En la concordia de la economía de la casa de Jacob y la Iglesia de Israel con la casa y la familia Apostólica se descubre, a quien quiera mirar de cerca, el secreto de la Teología revolutiva y profética, en la cual se afirma que el Abad Joaquín fue más excelente que todos los demás; el Conde de la Mirandola solía decir de él que había leído en el libro de la vida. Y en verdad, quien comprenda bien la concordancia entre el antiguo y el nuevo Testamento así como la concordia de la Astronomía con la Geografía, podrá penetrar fácilmente en la búsqueda y el conocimiento de los más profundos secretos y misterios de la escritura santa, incluso llegar a ver como de lejos y desde una atalaya elevada algunas sombras y oscuras apariencias del restablecimiento de la Iglesia tan deseado por todas las gentes de bien. Pues leyendo a los profetas canónicos de los Hebreos y remarcando las amenazas o promesas que le fueron hechas al pueblo de Israel, (pueblo peculiar y escogido por el Eterno en su reparto entre todas las naciones, el cual es la verdadera figura de la Iglesia Católica, que extiende el dominio de Judea o Tierra Santa sobre toda la tierra habitable dividida, por así decirlo, en doce Patriarcados, tal como Judea lo estaba en doce Tribus), uno encontrará fácilmente, por la concordia del antiguo y del nuevo Testamento, por la continuidad de los tiempos y las historias y por la Geografía, no sólo algo de lo que ha pasado después de ser escritas las citadas profecías, sino también de los acontecimientos futuros que se hallan significados y trazados bajo el velo de las palabras oscuras y misteriosas."

Guy Le Fèvre de la Boderie



"Muchas veces, considerando en mí mismo, por una parte, cuánto abunda el presente siglo en felicidad por el conocimiento de todas las buenas artes, todas las lenguas y disciplinas, y por otra parte viendo cómo cada día surgen y abundan sectas y herejías nuevas, o al menos renovadas y como remendadas, no puedo pensar más que aquí se da el último y más áspero combate de la Eterna y divina Sabiduría contra el espíritu de la mentira y el error. Pues quien quiera considerar ecuánimemente y sin pasión de qué tesoros y riqueza de espíritu –constituida por el conocimiento de las letras– se halla ahora ornada esta parte de Occidente, confesará, como yo lo estimo, que hoy no sólo disponemos de los restos de los Latinos y los Griegos –que fueron las dos últimas monarquías permisivas–, sino también de los Persas, Arabes, Caldeos, Egipcios y Hebreos… de manera que parece que la Sabiduría suprema haya abierto todos sus tesoros y sagrados gabinetes, incluso si me permite decirlo así, haya retirado la piedra sellada de siete sellos ante la fuente suprema que se expande en cuatro ríos y que riega con delicias espirituales el Paraíso que está por encima del mundo, por la cual, así como por medio de canales, las aguas vivas discurren hasta los habitantes de esta tierra baja… "

Guy Le Fèvre de la Boderie
L’ésotérisme



"¡Oh humilde! ¡oh santa! ¡oh casta! y pura en todo, – Que has ligado un extremo al otro, – Tu eres el nudo y el verdadero himeneo – Que ha conjugado la tierra con el divino cielo, – El hombre finito con el Dios infinito, – La Eternidad con nuestra infancia nacida – ¡Oh Pabellón del Tabernáculo grande! – ¡Arca del Arca! O predio que comprende – Lo que el cielo en sí comprender no puede."

Guy Le Fèvre de la Boderie




"Para convencer a los descreídos e impíos que prevalecen en todas partes, ha querido servirse [Giorgi] no solamente de razones naturales, sino también de las autoridades y testimonios tanto de los nuestros, es decir, de los doctores Cristianos, como también de los extranjeros Hebreos, Caldeos, Egipcios, Persas, Arabes, Griegos y Latinos, para no dejar ni una afirmación sin probar debidamente. Por este motivo, ha querido demostrar una cuestión al principio del primer Cántico: que todo Cristiano que quiera disputar con Pagano, Bárbaro, Filósofo, Mahometano o Judío, o de cualquier otra secta que pueda haber, siempre debe poner por fundamento la antigüedad, autoridad y primacía de Moisés y de los Profetas Hebreos por encima de los demás Filósofos o autores que haya habido ya que, como dice san Pablo, ellos han recibido el crédito y la preeminencia de que se les haya otorgado y dado en depósito los oráculos de Dios, con el fin de demostrar por este medio que cualquiera que quiera hablar dignamente de Dios, de la Creación del Mundo y de su Providencia admirable en la administración y gobierno del mismo, debe apoyarse en la autoridad y los testimonios de los santos personajes y Profetas inspirados por el espíritu de Dios. Pues donde las alas de la naturaleza desfallecen, es necesario tomar las de la Gracia, y donde la luz natural vuelve a taparse y se ciega, es necesario solicitar la luz infusa y divina...
Vuelvo a mi propósito para decir que nuestro autor, en todo el largo discurso de su obra, ha seguido siempre la cadena y sucesión de las causas, ascendiendo primeramente, como he dicho, por las cuatro gradas de la escala de la naturaleza. Después entra en la escala de Jacob, cuya imagen está grabada en el Trono de la Gloria. Según la opinión de Moisés Egipcio (del cual, por su singular erudición y conocimiento, es común y vulgar este proverbio entre los Hebreos, ממשה ועד משה לאהוה כמו משה Mi Mosçeh veaad Mosçeh lo hauah chemo Mosçeh, es decir, "Desde Moisés hasta Moisés no ha habido nadie como Moisés"), esta escalera tiene también cuatro escalones y no sólo contiene los cuatro Elementos y los cuerpos que se componen, sino también las Esferas (…). En los Angeles que ascienden y descienden por esta escalera, ve representados a los Profetas, los cuales suben hasta la divinidad por la sublimidad de su Profecía alcanzando ciertos grados, y después descienden cuando la manifiestan, y enseñan a las criaturas la vía del Señor eterno.

Guy Le Fèvre de la Boderie



"Pero, ¡ay!, esta concordia y Armonía del Alma y el cuerpo juntos es muy difícil de mantener y conservar con un buen temperamento de los cuatro humores, que son las cuerdas de la Salvación, y con el Cuaternario del Alma, que es el Tetracordio del hombre interior, y todavía mucho más difícil mantener la concordia de ambos juntos con la suprema y divina Tetraktys (Tetractyde); si el gran Espíritu armonioso (que templa, acuerda, que une la misericordia y la justicia en el Arquetipo, y que como dice Job, hace la paz en los altos lugares; que armoniza los Angeles, concuerda el baile y la danza de los Cielos medidos, mantiene la mutación y las vicisitudes de los cuatro Elementos por acuerdos discordantes o por la Discordia acordada, como dijo Empédocles), si este Espíritu de amor y de unión no se entona en la Roseta de nuestro Laúd o Guitarra y produce la dulce consonancia de las Virtudes y los Himnos, Cánticos y motetes espirituales, que continuamente debemos salmodiar de espíritu y pensamiento, cantar de corazón y de boca, celebrar en versos numerosos y armonizar para dar gracias a aquél de donde procede toda verdadera concordia y armonía, en vano intentaremos alcanzarlo. Pero si le place aspirar nuestro deseo e inspirar en nuestro interior, entonces seremos los eslabones de voz y de alma sana de su cadena. Y como su divino arpista, bajo los siete dones y emanaciones de su santo Espíritu, los siete brazos del Candelabro que está por encima del mundo, los siete espíritus que asisten ante su Trono, por las siete Iglesias de las cuales hace mención san Juan el Paraninfo o… Sosbina (como dicen los caldeos), del Esposo y de la Esposa, y los siete sacramentos que riegan el jardín de la Iglesia, nosotros haremos clamar las siete voces del Eterno, que resuenan altamente en el Salmo 29 de David. Estas siete voces, según los secretos de los Hebreos, infunden la virtud a los 72 nombres divinos, los 72 asesores del gran Consejo, los 72 Angeles gobernadores de las 72 Naciones o pueblos. Pues cuando דבור Dibour, la Palabra, sale de la boca de la שכינה Shekinah, la Gloria cohabitante, se expande en siete voces, y las siete voces en 72 lenguas. Y por ello cada pueblo y nación oye la palabra, porque se reparte entre los 72 pueblos."

Guy Le Fèvre de la Boderie


"Pero yo quiero hacer volar por el mundo – Del gusano de seda salida en huevos a resguardo – La Mariposa que hace su tienda redonda… 
El gran Hebreo que encontró la entrada – Del arquetipo donde vio radiantes – Diez sefiroth que cubren – El Tabernáculo donde está el Dios de los dioses, – Diseñó antiguo el Tabernáculo – Imitando a la Mariposa mística.
Cuando sobre el monte se le descubrieron – Los grandes secretos que relata en los desiertos.
El obrero único que construyó la arquitectura – Del Pabellón del triple mundo hueco, – Del gusano de Adán, primera criatura, – Que mató a todos sus hijos y sus nietos, – Ha suscitado la Mariposa única, – Y por David real cantor lírico, – Ha restablecido entre los hombres siervos – El Tabernáculo que había caído del revés – Y que en el espíritu de la Virgen se funde: – Donde el Espíritu santo anima las venas y los nervios – A la Mariposa que hace su tienda redonda."

Guy Le Fèvre de la Boderie




"Pues la he nombrado Galliade, no para imitar Ilíada-Eneida ni otros poemas e invenciones tales tomadas en préstamo de las fábulas enmohecidas de los Griegos o de los viejos Romanos, sino porque he intentado tratar sobre la revolución de las artes y las ciencias, y a la vez, recopilar los honorables testimonios y muestras de la antigüedad que todos los buenos autores de casi todas las lenguas y naciones dan sobre los antiguos Galos, nuestros mayores y predecesores, a los cuales atribuyen la invención de las artes, disciplinas y escuelas públicas del continente tras el Diluvio universal. Tomo prestada la etimología y deducción de Galliade del verbo hebreo Galal que significa replegar y devolver; y por tanto he dividido y distinguido la obra entera en cinco círculos."

Guy Le Fèvre de la Boderie





"Y este bello Tabernáculo tan bien preparado – En tres estancias plenas justamente separado, – Está encortinado por diez tiendas alzadas, – De lino, púrpura, jacinto y de rojo trenzadas.

Y el visible mundo está cubierto y tapizado – Con diez cielos azula­dos…

Pero más allá del horizonte donde la imagen en movimiento – Que sigue a la Eternidad, va en su interior incubando – Siglos, y años, y meses, semanas, días y horas – Son las diez sefiroth de las diez mejores esferas.

Las diez luciendo hábitos como relámpago fulminante – Del que antaño se vestía el Eterno omnividente, – Cuando arrancaba la fecunda simiente – Del vientre del caos del que el mundo fue formado: – Las cuales hizo expandir en torno a sí – Desde el centro de esplendor, del cual solo quiere gozar.

No es otra cosa lo que se ve (si razón me dispensa – De comparar la Nada al Ser, sin ofensa) – En el gusano al devanar una dorada espesura – En torno a sí para hacer su clausura.

Y así como de rango diferente aquellas cortinas – Ellas tienen nombres diversos en las letras divinas.

Letras, acentos y puntos, los rayos ideales – Por los que vemos la gran palabra invisible.

La primera cortina o bien sefira esférica – Empezando de abajo como en línea espiral – Se enrolla en muchos pliegues, y varios nombres recibe – Como en diversos efectos un hombre la concibe: – Tan pronto es el Reino, y tan pronto se la denomina – La piedra de Zafiro, la Esposa toda bella, – El Pozo de las vivas aguas, y el profundo Mar – Donde ríos y riachuelos se vienen a abismar: – La tierra de los vivos, y el Libro de la Vida, – El árbol de la ciencia, que el hombre tanto deseaba: – La Reina de los pájaros, Aguila de dignidad, – Y la Habitación de la divinidad.

La segunda su nombre sobre el Justo funda: – Porque sólo el Justo es fundamento del mundo.
También se denomina el buen Entendimiento, – La Memoria, la Paz y el Mandamiento: – El alto monte de Sión, la Alianza y el Signo, – Y el día de reposo entre los siete insignes.

La tercera es la alabanza, y el Rey sin par, – La Columna de la siniestra y del Consejo el Lugar.

La cuarta es también llamada del consejo el Pretorio; – Columna del brazo derecho, el Preste y la Victoria.

Pero la del medio, donde reluce profundo – El nombre de cuatro letras impronunciable, – Se reviste de Ornamento, y Belleza admirable, – Y del árbol de la vida al hombre deseable.
En ella está recostado uno de los Padres que vio – La escala tocante al cielo que su alma raptó, – De donde los ángeles benditos ascienden y descienden – Al grado del Eterno del que ellos sólo dependen.

La sexta se llama Fuerza y Verdad, – Aquilón, Juicio, Mérito o Pureza: – Se viste además de Estremecimiento y de Temor, – El símbolo de Isaac que es el alma oprimida.
El Isaac superior llevando la propia madera – Que el ardiente fuego de amor quemó sobre la cruz.

La séptima contiene la Misericordia toda, – El Amor, el mediodía, y de Abraham la ruta.

El octavo cielo esférico de Prudencia vestido – Es la gran Trompeta, y el gran Jubileo, – La Fuente y Surtidor que con agua viva riega – El blanco monte del Líbano de donde debe venir la Esposa.


La novena más alta de Sabiduría rodeada – Es de Pensamiento profundo y de Voluntad ornada: – Pero la que en Sí envuelve a las otras – Se denomina el Oriente, la Nada y la Corona."

Guy Le Fèvre de la Boderie
















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