Sin embargo, llegué a la conclusión de que, para seguir fascinado con lo imposible, la clave estaba en el dominio de la física. Sin un sólido fundamento en física avanzada, estaría especulando indefinidamente sobre tecnologías futuristas sin llegar a entender si eran o no posibles. Comprendí que necesitaba sumergirme en las matemáticas avanzadas y estudiar física teórica. Y eso es lo que hice.

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 4


… como físico, he aprendido que «imposible» suele ser un término relativo.

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 5


Durante mi no muy larga vida he visto una y otra vez cómo lo aparentemente imposible se convertía en un hecho científico establecido. Entonces, ¿no cabe pensar que un día podremos ser capaces de teletransportarnos de un lugar a otro, o construir una nave espacial que nos lleve a estrellas a años luz de distancia? Normalmente tales hazañas serían consideradas imposibles por los físicos actuales. ¿Serían posibles dentro de algunos pocos siglos? ¿O dentro de diez mil años, cuando nuestra tecnología esté más avanzada? ¿O dentro de un millón de años? Por decirlo de otra manera, si encontráramos una civilización un millón de años más avanzada que la nuestra, ¿nos parecería «magia» su tecnología cotidiana? Esta es, en el fondo, una de las preguntas que se repiten en este libro: solo porque algo es «imposible» hoy, ¿seguirá siéndolo dentro de unos siglos o de millones de años?

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 5


Una y otra vez vemos que el estudio de lo imposible ha abierto perspectivas completamente nuevas y ha desplazado las fronteras de la física y la química, obligando a los científicos a redefinir lo que entendían por «imposible». Como dijo en cierta ocasión sir William Osler, «las filosofías de una época se han convertido en los absurdos de la siguiente, y las locuras de ayer se han convertido en la sabiduría del mañana».

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 9


… el cosmólogo Stephen Hawking intentó demostrar que el viaje en el tiempo era imposible, para lo cual trató de encontrar una nueva ley física que lo prohibiera, a la que llamó la «conjetura de protección de la cronología». Desgraciadamente, tras muchos años de arduo trabajo fue incapaz de probar este principio. De hecho, los físicos han demostrado ahora que una ley que impida el viaje en el tiempo está más allá de nuestras matemáticas actuales. Hoy día, debido a que no hay ninguna ley de la física que impida la existencia de máquinas del tiempo, los físicos han tenido que tomar muy en serio tal posibilidad.

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 10


… divido las cosas que son «imposibles» en tres categorías.

La primera es la que llamo «imposibilidades de clase I». Son tecnologías que hoy son imposibles pero que no violan las leyes de la física conocidas. Por ello, podrían ser posibles en este siglo, o en el próximo, de forma modificada. Incluyen el teletransporte, los motores de antimateria, ciertas formas de telepatía, la psicoquinesia y la invisibilidad.

La segunda categoría es la que llamo «imposibilidades de clase II». Son tecnologías situadas en el límite de nuestra comprensión del mundo físico. Si son posibles, podrían hacerse realidad en una escala de tiempo de miles a millones de años en el futuro. Incluyen las máquinas del tiempo, la posibilidad del viaje en el hiperespacio y el viaje a través de agujeros de gusano.

La última categoría es la que llamo «imposibilidades de clase III». Son tecnologías que violan las leyes de la física conocidas. Lo sorprendente es que no hay muchas de tales tecnologías imposibles. Si resultaran ser posibles, representarían un cambio fundamental en nuestra comprensión de la física.

Pienso que esta clasificación es significativa, porque hay muchas tecnologías en la ciencia ficción que son despachadas por los físicos como totalmente imposibles, cuando lo que realmente quieren decir es que son imposibles para una civilización primitiva como la nuestra. Las visitas de alienígenas, por ejemplo, se consideran habitualmente imposibles porque las distancias entre las estrellas son inmensas. Aunque el viaje interestelar es claramente imposible para nuestra civilización, puede ser posible para una civilización que esté cientos, o miles, o millones de años por delante de nosotros. Por ello es importante clasificar tales «imposibilidades». Tecnologías que son imposibles para nuestra civilización actual no son necesariamente imposibles para civilizaciones de otro tipo. Las afirmaciones sobre lo que es posible o imposible tienen que tener en cuenta las tecnologías que nos llevan miles o millones de años de adelanto.

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 11


Imposibilidades de clase I


… por extraño que parezca, un campo de fuerza es quizá uno de los dispositivos más difíciles de crear en el laboratorio. De hecho, algunos físicos creen que podría ser realmente imposible, a menos que se modifiquen sus propiedades.

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 17

En ciencia, una imagen física es a veces más importante que las matemáticas utilizadas para describirla).

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 19
… los campos de fuerza de Michael Faraday son las fuerzas que impulsan la civilización moderna, desde los bulldozers eléctricos a los ordenadores, los iPods y la internet de hoy.

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 20



En física, decir de alguien que «piensa como una línea de fuerza», se toma como un gran cumplido.

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 20


… quizá un día los físicos sean capaces de crear un «superconductor a temperatura ambiente», el Santo Grial de los físicos del estado sólido. La invención de superconductores a temperatura ambiente en el laboratorio desencadenaría una segunda revolución industrial. Sería tan barato conseguir potentes campos magnéticos capaces de elevar coches y trenes que los coches flotantes se harían económicamente viables.

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 27


Resulta bastante embarazoso que por el momento no exista ninguna teoría que explique las propiedades de estos superconductores a alta temperatura. De hecho, un premio Nobel aguarda al físico emprendedor que pueda explicar cómo funcionan los superconductores a alta temperatura. (Estos superconductores a alta temperatura están formados por átomos dispuestos en diferentes capas. Muchos físicos teorizan que esta estratificación del material cerámico hace posible que los electrones fluyan libremente dentro de cada capa, creando un superconductor. Pero sigue siendo un misterio cómo sucede con exactitud). Debido a esa falta de conocimiento, los físicos tienen que recurrir a procedimientos de ensayo y error para buscar nuevos superconductores a alta temperatura. Esto significa que los míticos superconductores a temperatura ambiente pueden ser descubiertos mañana, el año que viene o nunca. Nadie sabe cuándo se encontrará una sustancia semejante, si es que llega a encontrarse. Pero si se descubren superconductores a temperatura ambiente, podría desencadenarse una marea de aplicaciones comerciales. Campos magnéticos un millón de veces más intensos que el campo magnético de la Tierra (que es de 0,5 gauss) podrían convertirse en un lugar común.

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 28


… yo clasificaría los campos de fuerza como una imposibilidad de clase I; es decir, algo que es imposible con la tecnología de hoy, pero posible, en una forma modificada, dentro de un siglo más o menos.

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 30


… la clave para la invisibilidad puede estar en la nanotecnología, es decir, la capacidad de manipular estructuras de tamaño atómico de una milmillonésima de metro.

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 46


En realidad, los «saltos» cuánticos tan comunes dentro del átomo no pueden generalizarse fácilmente a objetos grandes tales como personas, que contienen billones de billones de átomos. Incluso si los electrones de nuestro cuerpo están danzando y saltando en su viaje fantástico alrededor del núcleo, hay tantos de ellos que sus movimientos se promedian. A grandes rasgos, esta es la razón de que en nuestro nivel las sustancias parezcan sólidas y permanentes. Por consiguiente, aunque el teletransporte está permitido en el nivel atómico, habría que esperar un tiempo mayor que la edad del universo para presenciar realmente estos extraños efectos en una escala macroscópica. Pero ¿podemos utilizar las leyes de la teoría cuántica para crear una máquina para teletransportar algo a demanda, como en las historias de ciencia ficción? Sorprendentemente, la respuesta es un sí matizado.

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 81


Pero ¿alguna máquina MRI futurista podrá algún día leer pensamientos precisos, palabra por palabra, imagen por imagen, como lo haría un verdadero telépata? Esto no está tan claro. Algunos han argumentado que las máquinas MRI solo podrán descifrar vagos esbozos de nuestros pensamientos, porque realmente el cerebro no es ni mucho menos un ordenador. En un ordenador digital, la computación está localizada y obedece a un conjunto de reglas muy estricto. Un ordenador digital obedece las leyes de una «máquina de Turing», una máquina que contiene una unidad central de procesamiento (CPU), entradas y salidas. Un procesador central (por ejemplo, el chip Pentium) ejecuta un conjunto definido de manipulaciones sobre las entradas y produce una salida, y por ello «pensar» se localiza en la CPU. Nuestro cerebro, sin embargo, no es un ordenador digital. Nuestro cerebro no tiene un chip Pentium, ni CPU, ni sistema operativo Windows, ni subrutinas. Si se quita un solo transistor de la CPU de un ordenador, probablemente queda inutilizado. Pero hay casos registrados en los que puede faltar la mitad del cerebro y la otra mitad toma el mando. En realidad, el cerebro humano se parece más a una máquina de aprender, una «red neural», que se recablea continuamente después de aprender una nueva tarea. Estudios MRI han confirmado que los pensamientos en el cerebro no están localizados en un punto, como en una máquina de Turing, sino que están dispersos sobre buena parte del cerebro, lo que es una característica típica de una red neural. Exploraciones por MRI muestran que pensar es en realidad como un juego de ping-pong, con diferentes partes del cerebro que se iluminan secuencialmente y con actividad eléctrica que recorre el cerebro.


Michio Kaku
Física de lo imposible, página 107


En el futuro quizá sea posible emitir señales electromagnéticas a partes precisas del cerebro de las que se sabe que controlan funciones específicas. Lanzando tales señales a la amígdala se podrían provocar ciertas emociones. Al estimular otras regiones del cerebro se podrían evocar imágenes y pensamientos visuales. Pero la investigación en esta dirección está solo en sus primeras etapas.

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 110


Por mucho que nos concentremos, no podemos acumular energía suficiente para realizar las hazañas y milagros que se atribuyen a la psicoquinesia.

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 119


La palabra «robot» procede de la obra de 1920 R.U.R., del autor checo Karel Capek («robot» significa «trabajo duro» en lengua checa y «trabajo» en eslovaco).

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 131


En lugar de ser aclamado como un héroe de guerra que ayudó a invertir el curso de la Segunda Guerra Mundial, Turing fue perseguido hasta la muerte. Un día su casa fue asaltada y él llamó a la policía. Por desgracia, la policía encontró pruebas de su homosexualidad y le detuvo. Un tribunal le obligó a inyectarse hormonas sexuales, lo que tuvo un efecto desastroso: se le desarrollaron mamas y fue presa de una gran angustia. Se suicidó en 1954 comiendo una manzana envenenada con cianuro. (Según un rumor, el logo de la Apple Corporation, una manzana con un mordisco, rinde homenaje a Turing).

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 133


… la forma en que trabaja nuestro cerebro puede compararse a un enorme iceberg. Solo tenemos conocimiento de la punta del iceberg, la mente consciente. Pero bajo la superficie, oculto a la vista, hay un objeto mucho mayor, la mente inconsciente, que consume vastas cantidades de la «potencia de computación» del cerebro para entender cosas sencillas que le rodean, tales como descubrir dónde está uno, a quién le está hablando y qué hay alrededor. Todo esto se hace automáticamente sin nuestro permiso o conocimiento. Esta es la razón de que los robots no puedan navegar por una habitación, leer escritura a mano, conducir camiones y automóviles, recoger basura y tareas similares.

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 139


Como han descubierto los científicos de Cycorp, hay que programar millones y millones de líneas de código para que un ordenador se aproxime al sentido común de un niño de cuatro años.

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 142


Los seres humanos estamos basados principalmente en carbono, pero los robots se basan en silicio (al menos por el momento). Quizá la solución esté en fusionarnos con nuestras creaciones. (Si alguna vez encontramos extraterrestres, no deberíamos sorprendernos si descubriéramos que son en parte orgánicos y en parte mecánicos para soportar los rigores del viaje en el espacio y progresar en entornos hostiles).

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 154


Al analizar cómo evolucionó la vida en este planeta, también podemos especular sobre cómo podría haber evolucionado la vida inteligente en la Tierra. Los científicos han concluido que la vida inteligente requiere probablemente: Algún tipo de mecanismo sensorial o de visión para explorar su entorno. Algún tipo de pulgar utilizado para agarrar —también podría ser un tentáculo o garra. Algún tipo de sistema de comunicación, tal como el habla. Se requieren estas tres características para sentir nuestro entorno y eventualmente manipularlo —cosas ambas que son los distintivos de la inteligencia—. Pero más allá de estas tres características, todo vale. Al contrario de tantos alienígenas mostrados en la televisión, un extraterrestre no tiene por qué parecerse a un humano en absoluto…
(No obstante, algunos antropólogos han añadido un cuarto criterio para la vida inteligente con el fin de explicar un hecho curioso: los humanos son mucho más inteligentes de lo necesario para sobrevivir. Nuestros cerebros pueden dominar el viaje en el espacio, la teoría cuántica y las matemáticas avanzadas, habilidades que son totalmente innecesarias para cazar y recolectar en la selva. ¿Por qué este exceso de potencia cerebral? Cuando vemos en la naturaleza animales como el guepardo y el antílope, que poseen habilidades extraordinarias mucho más allá de las requeridas para su supervivencia, encontramos que había una carrera de armamentos entre ellos. Análogamente, algunos científicos creen que hay un cuarto criterio, una «carrera de armamentos» biológica que impulsa a los humanos inteligentes. Quizá dicha carrera de armamentos era con otros miembros de nuestra propia especie).

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 173


Imposibilidades de clase II


¿Hay alguna vía de escape del famoso dictum de Einstein de que «Nada puede ir a más velocidad que la luz»? La respuesta, sorprendentemente, es sí.

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 233


Con estas reservas, quizá un modo de viajar más rápido que la luz es invocar la relatividad general. Puede hacerse de dos maneras: Estirar el espacio. Si usted llegara a estirar el espacio que tiene detrás y entrar en contacto con el espacio que tiene delante, entonces tendría la ilusión de haberse movido más rápido que la luz. De hecho, no se habría movido en absoluto. Pero puesto que el espacio se ha deformado, ello significa que puede llegar a las estrellas lejanas en un abrir y cerrar de ojos. Rasgar el espacio. En 1935 Einstein introdujo el concepto de un agujero de gusano. Imaginemos el espejo de Alicia, un dispositivo mágico que conecta la campiña de Oxford con el País de las Maravillas. El agujero de gusano es un dispositivo que puede conectar dos universos. Cuando estábamos en la escuela aprendimos que la distancia más corta entre dos puntos es una línea recta. Pero esto no es necesariamente cierto, porque si doblamos una hoja de papel hasta que se toquen dos puntos, entonces veríamos que la distancia más corta entre dos puntos es realmente un agujero de gusano.

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 240


Los científicos han buscado materia negativa en la naturaleza, pero hasta ahora sin éxito. (Antimateria y materia negativa son dos cosas totalmente diferentes. La primera existe y tiene energía positiva pero carga invertida. La existencia de materia negativa está por demostrar). La materia negativa sería muy peculiar, porque sería más ligera que la nada. De hecho, flotaría. Si existiera materia negativa en el universo primitivo, se habría ido hacia el espacio exterior. A diferencia de los meteoritos que llegan a estrellarse en los planetas, atraídos por la gravedad de un planeta, la materia negativa evitaría los planetas. Sería repelida, y no atraída, por cuerpos grandes tales como estrellas y planetas. Así, aunque pudiera existir la materia negativa, solo esperamos encontrarla en el espacio profundo, y no ciertamente en la Tierra.

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 243


Recordemos que una civilización tipo III, que es galáctica en su uso de energía, consume una energía 10 000 millones de veces mayor que una civilización tipo II, cuyo consumo se basa en la energía de una única estrella. Y una civilización tipo II consume, a su vez, una energía 10 000 millones de veces mayor que una civilización tipo I, cuyo consumo se basa en la energía de un único planeta. En cien o doscientos años, nuestra débil civilización tipo 0 alcanzaría un estatus de tipo I.

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 253


… el diseño más prometedor para una máquina del tiempo es el «agujero de gusano practicable», mencionado en el capítulo anterior, un agujero en el espacio-tiempo por el que una persona podría caminar libremente hacia atrás y hacia delante en el tiempo. Sobre el papel, los agujeros de gusano practicables pueden proporcionar no solo un viaje más rápido que la luz, sino también un viaje en el tiempo. La clave para los agujeros de gusano practicables es la energía negativa.

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 265

… la clave para entender el viaje en el tiempo es entender la física del horizonte de sucesos, y solo una teoría del todo puede explicarlo. Esta es la razón de que la mayoría de los físicos estén hoy de acuerdo en que una manera de zanjar la cuestión del viaje en el tiempo es dar con una teoría completa de la gravedad y el espacio-tiempo. Una teoría del todo unificaría las cuatro fuerzas del universo y nos permitiría calcular lo que sucedería cuando entráramos en una máquina del tiempo. Solo una teoría del todo podría calcular con éxito todos los efectos de la radiación creados por un agujero de gusano y zanjar de manera definitiva la cuestión de cuán estables serían los agujeros de gusano cuando entráramos en una máquina del tiempo. E incluso entonces, quizá tendríamos que esperar siglos o incluso más para construir realmente una máquina para poner a prueba estas teorías. Puesto que las leyes del viaje en el tiempo están tan íntimamente relacionadas con la física de los agujeros de gusano, parece que el viaje en el tiempo debe clasificarse como una imposibilidad de clase II.

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 270


Hay al menos tres tipos de universos paralelos que se discuten con intensidad en la literatura científica: a. el hiperespacio, o dimensiones más altas, b. el multiverso, y c. los universos paralelos cuánticos.

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 272


Aplicar el principio de incertidumbre al universo entero lleva de forma natural al multiverso.

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 290


¿Contacto entre universos?

Esto deja abiertas algunas cuestiones preocupantes: si los físicos no pueden descartar la posibilidad de varios tipos de universos paralelos, ¿sería posible entrar en contacto con ellos? ¿Visitarlos? ¿O es posible que seres de otros universos nos hayan visitado? El contacto con otros universos cuánticos que no estén en coherencia con nosotros parece bastante improbable. La razón de que hayamos perdido la coherencia con estos otros universos es que nuestros átomos han rebotado incesantemente con otros átomos en el ambiente circundante. Cada vez que se produce una colisión, la función de onda de dicho átomo parece «colapsar»; es decir, el número de universos paralelos decrece. Cada colisión reduce el número de posibilidades. La suma total de todos estos billones de «minicolapsos» atómicos produce la ilusión de que los átomos de nuestro cuerpo están totalmente colapsados en un estado definido. La «realidad objetiva» de Einstein es una ilusión creada por el hecho de que tenemos muchos átomos en nuestro cuerpo, cada uno de los cuales está chocando continuamente con los demás y reduciendo cada vez el número de universos posibles. Es como examinar una imagen desenfocada a través de una cámara. Esto correspondería al micromundo, donde todo parece borroso e indefinido. Pero cada vez que ajustamos el foco de la cámara, la imagen se hace más y más nítida. Esto corresponde a billones de minúsculas colisiones con átomos vecinos, cada una de las cuales reduce el número de universos posibles. De esta manera hacemos suavemente la transición del micromundo borroso al macromundo. Así pues, la probabilidad de interaccionar con otro universo cuántico similar al nuestro no es nula, pero disminuye con rapidez con el número de átomos en nuestro cuerpo. Puesto que hay billones de billones de átomos en nuestro cuerpo, la probabilidad de que interaccionemos con otro universo que contenga dinosaurios o alienígenas es infinitesimalmente pequeña. Se puede calcular que tendríamos que esperar un tiempo mucho mayor que la vida del universo para que suceda tal acontecimiento. Por lo tanto, el contacto con un universo paralelo cuántico no puede descartarse, pero sería un suceso extraordinariamente raro, puesto que no estamos en coherencia con ellos. Pero en cosmología encontramos un tipo diferente de universo paralelo: un multiverso de universos que coexisten unos con otros, como burbujas de jabón que flotan en un baño de burbujas. El contacto con otro universo en el multiverso es una cuestión diferente. Sin duda sería una hazaña difícil, pero una hazaña que sería posible para una civilización tipo III.

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 293


En la imagen de Guth/Fahri una civilización avanzada puede crear un universo bebé, pero las constantes físicas (por ejemplo, la masa del electrón y del protón y las intensidades de las cuatro fuerzas) son las mismas. Pero ¿qué pasa si una civilización avanzada pudiera crear universos bebés que difieren ligeramente en sus constantes fundamentales? Entonces los universos bebés serían capaces de evolucionar con el tiempo, y cada generación de universos bebés sería ligeramente diferente de la generación anterior. Si consideramos que las constantes fundamentales son el «ADN» de un universo, eso significa que la vida inteligente podría ser capaz de crear universos con ADN ligeramente diferente. Con el tiempo, los universos evolucionarían, y los universos que proliferaran serían aquellos que tuvieran el mejor «ADN» que permitiera que floreciera la vida inteligente. El físico Edward Harrison, basándose en una idea previa de Lee Smolin, ha propuesto una «selección natural» entre universos. Los universos que dominan el multiverso son precisamente los que tienen el mejor ADN, el que es compatible con crear civilizaciones avanzadas que, a su vez, crean más universos bebés. «Supervivencia de los más adaptados» es simplemente supervivencia de los universos que son más proclives a producir civilizaciones avanzadas. Si esta imagen es correcta, explicaría por qué las constantes fundamentales del universo están «finamente ajustadas» para permitir la vida. Significa sencillamente que los universos con las deseables constantes fundamentales compatibles con la vida son los que proliferan en el universo. (Aunque esta idea de «evolución de universos» es atractiva porque podría explicar el problema del principio antrópico, la dificultad reside en que no puede ponerse a prueba y no se puede refutar. Tendremos que esperar hasta tener una teoría del todo completa antes de poder dar sentido a esta teoría). Actualmente, nuestra tecnología es demasiado primitiva para revelar la presencia de estos universos paralelos. Por lo tanto, todo esto se clasificaría como una imposibilidad de clase II —imposible hoy, pero que no viola las leyes de la física—. En una escala de miles a millones de años, estas especulaciones podrían convertirse en la base de una tecnología para una civilización tipo III.

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 298


Imposibilidades de clase III


Las máquinas de movimiento perpetuo como la de Cox llevaron finalmente a los físicos a hacer la hipótesis de que tales máquinas solo podían funcionar de manera indefinida si en el aparato se introducía energía desde el exterior, es decir, si la energía total se conservaba. Esta teoría llevó a la primera ley de la termodinámica: la cantidad total de materia y de energía no puede ser creada ni destruida. Finalmente se postularon tres leyes de la termodinámica. La segunda ley afirma que la cantidad total de entropía (desorden) siempre aumenta. (Hablando crudamente, esta ley dice que el calor fluye de manera espontánea solo de los lugares más calientes a los más fríos). La tercera ley afirma que nunca se puede alcanzar el cero absoluto. Si comparamos el universo a un juego y el objetivo de este juego es extraer energía, entonces las tres leyes pueden parafrasearse de la siguiente forma: «No se puede obtener algo por nada» (primera ley). «Ni siquiera se puede mantener» (segunda ley). «Ni siquiera se puede salir del juego» (tercera ley). (Los físicos tienen cuidado al afirmar que estas leyes no son necesariamente ciertas en todo momento. En cualquier caso, todavía no se ha encontrado ninguna desviación. Cualquiera que trate de refutar estas leyes debe ir contra siglos de cuidadosos experimentos científicos.

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 306


Cuando estudiaba en la facultad, me quedé sin habla el día en que finalmente aprendí el verdadero origen de la conservación de la energía. Uno de los principios fundamentales de la física (descubierto por la matemática Emmy Noether en 1918) es que cuando quiera que un sistema posea una simetría, el resultado es una ley de conservación. Si las leyes del universo siguen siendo las mismas con el paso del tiempo, entonces el sorprendente resultado es que el sistema conserva la energía. (Además, si las leyes de la física siguen siendo las mismas si uno se mueve en cualquier dirección, entonces el momento lineal también se conserva en cualquier dirección. Y si las leyes de la física siguen siendo las mismas bajo una rotación, entonces el momento angular se conserva). Esto fue sorprendente para mí. Comprendí que cuando analizamos la luz estelar procedente de galaxias lejanas que están a miles de millones de años luz, en el mismo límite del universo visible, encontramos que el espectro de la luz es idéntico a los espectros que podemos hallar en la Tierra. En esta luz reliquia que fue emitida miles de millones antes de que la Tierra o el Sol hubieran nacido, vemos las mismas «huellas dactilares» inequívocas del espectro del hidrógeno, el helio, el carbono, el neón, y demás elementos que encontramos hoy en la Tierra. En otras palabras, las leyes básicas de la física no han cambiado durante miles de millones de años, y son constantes hasta los límites exteriores del universo. Como mínimo, advertí, el teorema de Noether significa que la conservación de la energía durará probablemente miles de millones de años, si no para siempre. Por lo que sabemos, ninguna de las leyes fundamentales de la física ha cambiado con el tiempo, y esta es la razón de que la energía se conserve.

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 311




Hoy todo el planeta está electrificado sobre la base de las patentes de Tesla, no de Edison

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 313


Una de las lagunas más embarazosas en la física moderna es que nadie puede calcular la cantidad de energía oscura que podemos medir con nuestros satélites. Si utilizamos la teoría más reciente de la física atómica para calcular la cantidad de energía oscura en el universo, llegamos a un número que está equivocado ¡en un factor de 10120! Esto es, «uno» ¡seguido de ciento veinte ceros! Es con mucho el mayor desacuerdo entre teoría y experimento en toda la física. La cuestión es que nadie sabe cómo calcular la «energía de la nada». Esta es una de las preguntas más importantes en física (porque finalmente determinará el destino del universo), pero por el momento estamos sin claves acerca de cómo calcularla. Ninguna teoría puede explicar la energía oscura, aunque la evidencia experimental a favor de su existencia esté delante de nosotros. Así pues, el vacío tiene energía, como sospechaba Tesla. Pero la cantidad de energía es probablemente demasiado pequeña para ser utilizada como una fuente de energía útil. Existen enormes cantidades de energía oscura entre las galaxias, pero la cantidad que puede encontrarse en la Tierra es minúscula. Pero lo embarazoso es que nadie sabe cómo calcular esta energía, ni de dónde procede. Lo que quiero resaltar es que la conservación de la energía surge de razones cosmológicas profundas. Cualquier violación de estas leyes significaría necesariamente un cambio profundo en nuestra comprensión de la evolución del universo. Y el misterio de la energía oscura está obligando a los físicos a encarar de frente esta cuestión. Puesto que la creación de una verdadera máquina de movimiento perpetuo quizá nos exija reevaluar las leyes fundamentales de la física en una escala cosmológica, yo colocaría las máquinas de movimiento perpetuo como una imposibilidad de Clase III; es decir, o bien son realmente imposibles, o bien necesitaríamos un cambio fundamental en nuestra comprensión de la física fundamental en una escala cosmológica para hacer posible una máquina semejante. La energía oscura sigue siendo uno de los grandes capítulos inacabados de la ciencia moderna.

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 314


… ¿es posible la precognición hoy en la Tierra? Sofisticados tests realizados en el Centro Rhine parecen sugerir que algunas personas pueden ver el futuro; es decir, pueden identificar cartas antes de que sean desveladas. Pero experimentos repetidos han demostrado que el efecto es muy pequeño, y suele desaparecer cuando otros tratan de reproducir los resultados. De hecho, es difícil reconciliar la precognición con la física moderna porque viola la causalidad, la ley de causa y efecto. Los efectos ocurren después de las causas, y no al revés. Todas las leyes de la física que se han descubierto hasta ahora llevan la causalidad incorporada. Una violación de la causalidad señalaría un colapso importante de los fundamentos de la física. La mecánica newtoniana se basa firmemente en la causalidad. Las leyes de Newton son tan omnicomprensivas que, si se conoce la posición y la velocidad de todas las moléculas en el universo, se puede calcular el movimiento futuro de todos los átomos. Así pues, el futuro es calculable. En teoría, la mecánica newtoniana afirma que, si tuviéramos un ordenador suficientemente grande, podríamos computar todos los sucesos futuros. Según Newton, el universo es como un reloj gigantesco, al que Dios dio cuerda en el comienzo del tiempo y que desde entonces marcha según Sus leyes. No hay lugar para la precognición en la teoría newtoniana.

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 320


Hacia atrás en el tiempo

Cuando se discute la teoría de Maxwell, el escenario se hace mucho más complicado. Cuando resolvemos las ecuaciones de Maxwell para la luz no encontramos una, sino dos soluciones: una onda «retardada», que representa el movimiento estándar de la luz de un punto a otro; y también una onda «adelantada», donde el haz luminoso va hacia atrás en el tiempo. Esta solución adelantada ¡viene del futuro y llega al pasado! Durante cien años, cuando los ingenieros han encontrado esta solución «adelantada» que va hacia atrás en el tiempo, simplemente la han descartado como una curiosidad matemática. Puesto que las ondas retardadas predecían de forma tan exacta el comportamiento de la radio, las microondas, la televisión, el radar y los rayos X, ellos simplemente arrojaron la solución adelantada por la ventana. Las ondas retardadas eran tan espectacularmente bellas y acertadas que los ingenieros se limitaron a ignorar la gemela fea. ¿Por qué empañar el éxito? Pero para los físicos, la onda adelantada fue un problema constante durante el siglo pasado. Puesto que las ecuaciones de Maxwell son uno de los pilares de la era moderna, cualquier solución de estas ecuaciones tiene que ser tomada muy en serio, incluso si entraña aceptar ondas que vienen del futuro. Parecía que era imposible ignorar totalmente las ondas adelantadas. ¿Por qué la naturaleza, en su nivel más fundamental, iba a darnos una solución tan extraña? ¿Era esto una broma cruel, o había un significado más profundo? Los místicos empezaron a interesarse por estas ondas adelantadas, y especularon con que aparecerían como mensajes del futuro. Quizá si pudiéramos dominar de alguna manera estas ondas, podríamos enviar mensajes al pasado, y con ello alertar a las generaciones precedentes de lo que les iba a acaecer. Por ejemplo, podríamos enviar un mensaje a nuestros abuelos en el año 1929 advirtiéndoles para que vendieran todas sus acciones antes del Gran Crash. Tales ondas adelantadas no nos permitirían visitar el pasado personalmente, como en el viaje en el tiempo, pero nos permitirían enviar cartas y mensajes al pasado para alertar a la gente sobre sucesos clave que todavía no habrían ocurrido. Estas ondas adelantadas eran un misterio hasta que fueron estudiadas por Richard Feynman, que estaba intrigado por la idea de ir hacia atrás en el tiempo. Después de trabajar en el Proyecto Manhattan, que construyó la primera bomba atómica, Feynman dejó Los Alamos y fue a la Universidad de Princeton para trabajar con John Wheeler. Mientras analizaba el trabajo original de Dirac sobre el electrón, Feynman encontró algo muy extraño. Si invertía la dirección del tiempo en la ecuación de Dirac, e invertía también la carga del electrón, la ecuación permanecía igual. En otras palabras, ¡un electrón que fuera hacia atrás en el tiempo era lo mismo que un antielectrón que fuera hacia delante en el tiempo! Normalmente, un físico veterano descartaría esta interpretación, calificándola de simple truco, algo matemático sacado de la manga pero carente de significado. Ir hacia atrás en el tiempo parecía no tener sentido, pero las ecuaciones de Dirac eran claras en este punto. En otras palabras, Feynman había encontrado la razón de que la naturaleza permitiera estas soluciones hacia atrás en el tiempo: ellas representaban el movimiento de la antimateria. Si hubiera sido un físico más viejo, Feynman podría haber arrojado esta solución por la ventana, pero al ser un estudiante licenciado, decidió seguir su curiosidad. Cuando siguió profundizando en este enigma, el joven Feynman advirtió algo aún más extraño. Lo normal es que si un electrón y un antielectrón colisionan, se aniquilan mutuamente y crean un rayo gamma. Él lo dibujó en una hoja de papel: dos objetos chocan y se convierten en una ráfaga de energía. Pero entonces, si se invertía la carga del antielectrón, este se convertía en un electrón ordinario que iba hacia atrás en el tiempo. Ahora se podía reescribir el mismo diagrama con la flecha del tiempo invertida. Era como si el electrón fuera hacia delante en el tiempo y repentinamente decidiera invertir la dirección. El electrón hacía un giro en U en el tiempo y retrocedía en el tiempo, liberando en el proceso una ráfaga de energía. En otras palabras, es el mismo electrón. ¡El proceso de aniquilación electrón-antielectrón era simplemente un mismo electrón que decidía volver atrás en el tiempo! Así, Feynman reveló el verdadero secreto de la antimateria: es tan solo materia ordinaria que va hacia atrás en el tiempo. Esta sencilla observación explicaba el enigma de que todas las partículas tienen antipartículas compañeras: es porque todas las partículas pueden viajar hacia atrás en el tiempo, y así enmascararse como antimateria. (Esta interpretación es equivalente al «mar de Dirac» antes mencionado, pero es más sencilla, y es la explicación actualmente aceptada). Supongamos que tenemos una masa de antimateria que colisiona con materia ordinaria, lo que produce una enorme explosión. Existen ahora billones de electrones y billones de antielectrones que se aniquilan. Pero si invirtiéramos la dirección de la flecha para el antielectrón, convirtiéndolo en un electrón que va hacia atrás en el tiempo, esto significaría que el mismo electrón iba zigzagueando hacia atrás y hacia delante billones de veces. Había otro curioso resultado: debe haber solo un electrón en la masa de materia. El mismo electrón zigzagueando en el tiempo atrás y adelante. Cada vez que hacía un giro U en el tiempo, se convertía en antimateria. Pero si hacía otro giro en U en el tiempo se convertía en otro electrón. (Con su director de tesis, John Wheeler, Feynman especuló con que quizá el universo entero consistía en solo un electrón, zigzagueando atrás y adelante en el tiempo. Imaginemos que del caos del big bang original solo salió un electrón. Billones de años después, este único electrón encontraría finalmente el cataclismo del Día del Juicio Final, donde haría un giro en U y retrocedería en el tiempo, liberando un rayo gamma en el proceso. Volvería atrás hasta el big bang original, y entonces haría otro giro en U. El electrón repetiría entonces viajes en zigzag hacia atrás y hacia delante, desde el big bang al Día del Juicio Final. Nuestro universo en el siglo XXI es solo un corte en el tiempo de este viaje del electrón, en el que vemos billones de electrones y antielectrones, es decir, el universo visible. Por extraña que esta teoría pueda parecer, explicaría un hecho curioso de la teoría cuántica: por qué todos los electrones son iguales. En física no se pueden etiquetar los electrones. No hay electrones verdes o electrones Juanito. Los electrones no tienen individualidad. No se puede «marcar» un electrón, como los científicos marcan a veces a los animales salvajes para estudiarlos. Quizá la razón es que el universo entero consiste en el mismo electrón, solo que rebotando atrás y adelante en el tiempo). Pero si la antimateria es materia ordinaria que va hacia atrás en el tiempo ¿es posible enviar un mensaje al pasado? ¿Es posible enviar el Wall Street Journal de hoy al pasado para que uno pueda hacer una buena operación en la Bolsa? La respuesta es no. Si tratamos la antimateria como tan solo otra forma exótica de materia y entonces hacemos un experimento con antimateria, no hay violaciones de causalidad. Causa y efecto siguen siendo iguales. Si ahora invertimos la flecha del tiempo para el antielectrón, y lo enviamos hacia atrás en el tiempo, solo hemos realizado una operación matemática. La física sigue siendo la misma. Nada ha cambiado físicamente. Todos los resultados experimentales siguen siendo los mismos. Por eso es absolutamente válido ver el electrón yendo hacia atrás y hacia delante en el tiempo. Pero cada vez que el electrón va hacia atrás en el tiempo, simplemente satisface el pasado. Por ello parece como si las soluciones adelantadas procedentes del futuro fueran realmente necesarias para tener una teoría cuántica consistente, pero no violan la causalidad. (De hecho, sin estas extrañas ondas adelantadas la causalidad se violaría en la teoría cuántica. Feynman demostró que si sumamos la contribución de las ondas adelantadas y retardadas, encontramos que los términos que podrían violar la causalidad se cancelan exactamente. Así pues, la antimateria es esencial para preservar la causalidad. Sin antimateria, la causalidad podría venirse abajo). Feynman desarrolló el germen de esta idea descabellada hasta que finalmente cristalizó en una completa teoría cuántica del electrón. Su creación, la electrodinámica cuántica (QED), ha sido verificada experimentalmente hasta una precisión de una parte en 10 000 millones, lo que la hace una de las teorías más precisas de todos los tiempos. Le valió a él y a sus colegas Julian Schwinger y Sin-Itiro Tomonaga el premio Nobel en 1965. (En el discurso de aceptación del premio Nobel, Feynman dijo que cuando era joven se había enamorado impulsivamente de estas ondas adelantadas procedentes del futuro, como quien se enamora de una hermosa joven. Hoy esa hermosa joven se ha convertido en una mujer adulta que es la madre de muchos niños. Uno de estos niños es su teoría de la electrodinámica cuántica).

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 320


Los taquiones viven en un mundo extraño donde todo viaja más rápido que la luz. Cuando los taquiones pierden energía, viajan más rápidos, lo que viola el sentido común. De hecho, si pierden toda su energía viajan a velocidad infinita. Sin embargo, cuando los taquiones ganan energía se frenan hasta que alcanzan la velocidad de la luz. Lo que hace tan extraños a los taquiones es que tienen masa imaginaria. (Por «imaginaria» entendemos que su masa se ha multiplicado por la raíz cuadrada de menos uno, o «i»). Si simplemente tomamos las famosas ecuaciones de Einstein y sustituimos «m» por «im», sucede algo maravilloso. De repente, todas las partículas viajan más rápidas que la luz. Este resultado da lugar a extrañas situaciones. Si un taquión atraviesa la materia, pierde energía porque colisiona con átomos. Pero cuando pierde energía se acelera, lo que aumenta sus colisiones con los átomos. Estas colisiones deberían hacer que pierda más energía y con ello se acelere todavía más. Puesto que esto crea un círculo vicioso, el taquión alcanza de manera natural una velocidad infinita por sí solo. (Los taquiones son diferentes de la antimateria y la materia negativa. La antimateria tiene energía positiva, viaja a una velocidad menor que la de la luz y puede crearse en nuestros aceleradores de partículas) …
Una teoría que toman muy en serio los cosmólogos es que un taquión, llamado el «inflatón», inició el proceso de inflación original. Como he mencionado antes, la teoría del universo inflacionario afirma que el universo empezó como una minúscula burbuja de espacio-tiempo que experimentó una fase inflacionaria turbocargada. Los físicos creen que el universo empezó originalmente en el estado de falso vacío, donde el campo inflatón era un taquión. Pero la presencia de un taquión desestabilizó el vacío y formó burbujas minúsculas. Dentro de una de estas burbujas el campo inflatón tomó el estado de verdadero vacío. Esta burbuja empezó entonces a inflarse rápidamente, hasta que se convirtió en nuestro universo. En el interior de nuestro universo-burbuja la inflación ha desaparecido, de modo que ya no puede detectarse en nuestro universo. Por ello los taquiones representan un estado cuántico extraño en el que los objetos van más rápidos que la luz y quizá incluso violan la causalidad. Pero ellos desaparecieron hace mucho tiempo, y quizá dieron lugar al propio universo.

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 325-326


… la precognición está descartada por la física newtoniana. La regla de hierro de causa y efecto nunca se viola. En la teoría cuántica son posibles nuevos estados de materia, tales como antimateria, que corresponden a materia que va hacia atrás en el tiempo, pero la causalidad no se viola. De hecho, en una teoría cuántica la antimateria es esencial para restaurar la causalidad. A primera vista los taquiones parecen violar la causalidad, pero los físicos creen que su verdadero propósito era desencadenar el big bang y por ello ya no son observables. Por consiguiente, la precognición parece estar descartada, al menos en el futuro previsible, lo que la hace una imposibilidad de clase III. Si se probara alguna vez la precognición en experimentos reproducibles, ello causaría una conmoción importante en los mismos fundamentos de la física moderna.

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 328

¿Hay verdades que estarán para siempre más allá de nuestro alcance? ¿Hay dominios del conocimiento que estarán fuera de las capacidades de incluso una civilización avanzada? De todas las tecnologías analizadas hasta ahora, solo las máquinas de movimiento perpetuo y la precognición caen en la categoría de imposibilidades de clase III. ¿Hay otras tecnologías que sean imposibles de un modo similar? Las matemáticas puras son ricas en teoremas que demuestran que ciertas cosas son realmente imposibles. Un sencillo ejemplo es que es imposible trisecar un ángulo utilizando solo regla y compás; esto fue demostrado ya en 1837. Incluso en sistemas simples tales como la aritmética hay imposibilidades. Como he mencionado antes, es imposible demostrar todos los enunciados verdaderos de la aritmética dentro de los postulados de la aritmética. La aritmética es incompleta. Siempre habrá enunciados verdaderos en la aritmética que solo pueden ser demostrados si pasamos a un sistema mucho mayor que incluye a la aritmética como un subconjunto.

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 328


Los detectores de ondas de gravedad pueden desvelar los secretos mismos de la creación.

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 333


en las próximas décadas debería haber datos suficientes procedentes de los detectores de ondas de gravedad en el espacio para distinguir entre las diferentes teorías pre big bang.

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 336


El patinazo de Einstein, la constante cosmológica, determinará probablemente el destino final del universo.

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 339


Una teoría del todo es necesaria para determinar el destino final del universo. La ironía es que algunos físicos creen que es imposible alcanzar una teoría del todo.

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 340


En 1958 Pauli presentó la teoría unificada de Heisenberg-Pauli en la Universidad de Columbia. Niels Bohr estaba entre el público y no quedó impresionado. Bohr se levantó y dijo: «Aquí estamos convencidos de que su teoría es descabellada. Pero en lo que no estamos de acuerdo es en si es suficientemente descabellada». La crítica era demoledora. Puesto que todas las teorías obvias habían sido consideradas y rechazadas, la verdadera teoría del campo unificado debía apartarse abiertamente del pasado. La teoría de Heisenberg-Pauli era demasiado convencional, demasiado ordinaria, demasiado cuerda para ser la teoría verdadera. (Ese año Pauli se molestó cuando Heisenberg comentó en una emisión radiofónica que solo quedaban unos pocos detalles técnicos en su teoría. Pauli envió a sus amigos una carta con un rectángulo en blanco, con el pie: «Esto es para mostrar al mundo que puedo pintar como Tiziano. Solo faltan detalles técnicos»).

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 342


Una crítica importante hoy a la teoría de cuerdas es que no se puede poner a prueba. Se necesitaría un colisionador de átomos del tamaño de la galaxia para poner a prueba esta teoría, dicen los críticos. Pero esta crítica olvida el hecho de que la mayor parte de la ciencia se hace indirectamente, no directamente. Nadie ha visitado aún el Sol para hacer una prueba directa, pero sabemos que está hecho de hidrógeno porque podemos analizar sus líneas espectrales.

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 344


¿Está la física incompleta?

En 1980 Stephen Hawking avivó el interés en una teoría del todo con una conferencia titulada «¿Está a la vista el final de la física teórica?», en la que afirmaba: «Es posible que algunos de los aquí presentes lleguen a ver una teoría completa». Afirmaba que había una probabilidad del 50 por ciento de encontrar una teoría final en los próximos veinte años. Pero cuando llegó el año 2000 y no había consenso sobre la teoría del todo, Hawking cambió de opinión y dijo que había una probabilidad del 50 por ciento de encontrarla en otros veinte años. Luego, en 2002, Hawking cambió de opinión una vez más y declaró que quizá el teorema de incompletitud de Gödel sugería un defecto fatal en su línea de pensamiento. Escribió: «Algunas personas quedarán muy decepcionadas si no hay una teoría final que pueda formularse como un número finito de principios. Yo pertenecía a ese grupo, pero he cambiado de opinión. […] El teorema de Gödel aseguró que siempre habría trabajo para un matemático. Pienso que la teoría M hace lo mismo para los físicos». Su argumento es viejo: puesto que las matemáticas son incompletas y el lenguaje de la física es las matemáticas, siempre habrá enunciados físicos verdaderos que estarán más allá de nuestro alcance, y por ello no es posible una teoría del todo. Puesto que el teorema de incompletitud acabó con el sueño griego de demostrar todos los enunciados verdaderos en matemáticas, también pondrá a una teoría del todo más allá de nuestro alcance para siempre. Freeman Dyson lo dijo de forma elocuente cuando escribió: «Gödel demostró que el mundo de las matemáticas puras es inagotable; ningún conjunto finito de axiomas y reglas de inferencia puede abarcar la totalidad de las matemáticas. […] Yo espero que una situación análoga exista en el mundo físico. Si mi visión del futuro es correcta, ello significa que el mundo de la física y de la astronomía es también inagotable; por mucho que avancemos hacia el futuro, siempre sucederán cosas nuevas, habrá nueva información, nuevos mundos que explorar, un dominio en constante expansión de vida, consciencia y memoria». El astrofísico John Barrow resume el argumento de esta manera: «La ciencia se basa en las matemáticas; las matemáticas no pueden descubrir todas las verdades; por lo tanto, la ciencia no puede descubrir todas las verdades».[104] Tal argumento puede ser cierto o no, pero hay defectos potenciales. La mayor parte de los matemáticos profesionales ignoran el teorema de incompletitud en su trabajo. La razón es que el teorema de incompletitud empieza por analizar enunciados que se refieren a sí mismos; es decir, son autorreferenciales. Por ejemplo, enunciados como el siguiente son paradójicos: Esta sentencia es falsa. Yo soy un mentiroso. Este enunciado no puede demostrarse. En el primer caso, si la sentencia es verdadera, significa que es falsa. Si la sentencia es falsa, entonces el enunciado es verdadero. Análogamente, si estoy diciendo la verdad, entonces estoy diciendo una mentira; si estoy diciendo una mentira, entonces estoy diciendo la verdad. En el segundo caso, si la sentencia es verdadera, entonces no puede demostrarse que es verdadera. (El segundo enunciado es la famosa paradoja del mentiroso. El filósofo cretense Epiménides solía ilustrar esta paradoja diciendo: «Todos los cretenses son mentirosos». Sin embargo, san Pablo no vio esto y escribió, en su epístola a Tito: «Uno de los propios profetas de Creta lo ha dicho, “Todos los cretenses son mentirosos, brutos malvados, glotones perezosos”. Seguramente ha dicho la verdad»). El teorema de incompletitud se basa en enunciados como: «Esta sentencia no puede demostrarse utilizando los axiomas de la aritmética» y crea una malla sofisticada de paradojas autorreferenciales. Hawking, sin embargo, utiliza el teorema de incompletitud para demostrar que no puede existir una teoría del todo. Afirma que la clave para el teorema de incompletitud de Gödel es que las matemáticas son autorreferenciales, y la física adolece también de esta enfermedad. Puesto que el observador no puede separarse del proceso de observación, eso significa que la física siempre se referirá a sí misma, puesto que no podemos salir del universo. En último análisis, el observador está hecho de átomos y moléculas, y por ello debe ser parte integral del experimento que está realizando. Pero hay una manera de evitar la crítica de Hawking. Para evitar la paradoja inherente en el teorema de Gödel, hoy los matemáticos profesionales simplemente afirman que su trabajo excluye todo enunciado autorreferencial. En gran medida, el explosivo desarrollo de las matemáticas desde el tiempo de Gödel se ha logrado ignorando el teorema de incompletitud, es decir, postulando que el trabajo reciente no hace enunciados autorreferenciales. Del mismo modo, quizá sea posible construir una teoría del todo que permita explicar cada experimento conocido independientemente de la dicotomía observador/observado. Si una teoría del todo semejante puede explicar todo, desde el origen del big bang al universo visible que vemos a nuestro alrededor, entonces la forma de describir la interacción entre el observador y lo observado se convierte en una cuestión puramente académica. De hecho, un criterio para una teoría del todo debería ser que sus conclusiones sean totalmente independientes de cómo hagamos la separación entre el observador y lo observado. Además, la naturaleza puede ser inagotable e ilimitada, incluso si está basada en unos pocos principios. Consideremos un juego de ajedrez. Pidamos a un alienígena de otro planeta que descubra las reglas del ajedrez con solo observar el juego. Al cabo de un rato el alienígena puede descubrir cómo se mueven los peones, los alfiles y los reyes. Las reglas del juego son finitas y simples, pero el número de juegos posibles es realmente astronómico. De la misma forma, las reglas de la naturaleza pueden ser finitas y simples, pero las aplicaciones de dichas reglas pueden ser inagotables. Nuestro objetivo es encontrar las reglas de la física. En cierto sentido, ya tenemos una teoría completa de muchos fenómenos. Nadie ha visto nunca un defecto en las ecuaciones de Maxwell para la luz. Al modelo estándar se le llama a veces una «teoría de casi todo». Supongamos por un momento que podamos desconectar la gravedad. Entonces el modelo estándar se convierte en una teoría perfectamente válida de todos los fenómenos si exceptuamos la gravedad. La teoría puede ser fea, pero funciona. Incluso en presencia del teorema de incompletitud, tenemos una teoría del todo (excepto la gravedad) perfectamente razonable. Para mí es notable que en una simple hoja de papel se puedan escribir las leyes que gobiernan todos los fenómenos físicos conocidos, que cubren cuarenta y tres órdenes de magnitud, desde los más lejanos confines del cosmos a más de 10 000 millones de años luz hasta el micromundo de quarks y neutrinos. En esa hoja de papel habría solo dos ecuaciones, la teoría de la gravedad de Einstein y el modelo estándar. Para mí esto muestra la definitiva simplicidad y armonía de la naturaleza en el nivel fundamental. El universo podría haber sido perverso, aleatorio o caprichoso. Y pese a todo se nos aparece completo, coherente y bello. El premio Nobel Steven Weinberg compara nuestra búsqueda de una teoría del todo con la búsqueda del Polo Norte. Durante siglos los antiguos marineros trabajaban con mapas en los que faltaba el Polo Norte. Las agujas de todas las brújulas apuntaban a esa pieza que faltaba en el mapa, pero nadie la había visitado realmente. De la misma forma, todos nuestros datos y teorías apuntan a una teoría del todo. Es la pieza ausente de nuestras ecuaciones. Siempre habrá cosas que estén más allá de nuestro alcance, que sean imposibles de explorar (tales como la posición exacta de un electrón, o el mundo que existe más allá del alcance de la velocidad de la luz). Pero las leyes fundamentales, creo yo, son cognoscibles y finitas. Y los próximos años en física podrían ser los más excitantes de todos, cuando exploremos el universo con una nueva generación de aceleradores de partículas, detectores de ondas de gravedad con base en el espacio, y otras tecnologías. No estamos en el final, sino en el principio de una nueva física. Pero encontremos lo que encontremos, siempre habrá nuevos horizontes esperándonos.

Michio Kaku
Física de lo imposible, página 346






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