"Aplicamos al menos 100 innovaciones al proceso de mejorar la jeringuilla. Se redujo un 20% el espesor, multiplicamos los controles en todas las fases de producción para evitar riesgos en la calidad y registramos los procesos más críticos como en las cajas negras de los aviones. Conseguimos vencer el reto: aristas redondeadas para evitar cortes, mayor espacio para los dedos, mayor transparencia, deslizamiento suave, uso cómodo, escala nítida, completo hermetismo y quizá lo más importante, que pudieran destruirse fácilmente después de cada uso. Por algo acabamos exportando a 80 países desde nuestra fábrica de Fraga, Huesca. Muchas de las empresas de Estados Unidos, Suecia, Alemania y Francia, tuvieron que cerrar en cuanto salimos al mercado. De hecho, nos convertimos en la empresa del mundo con mayor número de proyectos y gestores. Aún hoy me atrevo a decir que no existe en España ninguna fábrica que desde el año 1979 haya sido siempre líder en tecnología en el mundo dentro de su sector. Hacer una jeringuilla o una fregona puede estar al alcance de muchas personas, pero desarrollar la mejor jeringuilla del mundo -se han hecho 25.000 millones, cuatro por cada habitante del planeta- no es tan fácil"

Manuel Jalón Corominas


Conseguí fabricar las primeras fregonas inspiradas en el modelo americano (con cubo metálico y rodillos), de una en una, en el año 1956, no sin sufrir un sinfín de penalidades. En España no existía un torcido de algodón suficientemente esponjoso para que absorbiera el agua ni tampoco que ofreciera tanta resistencia como para que no se deshilachara al ser usado mínimamente. Convencimos a una fábrica de hilados de algodón de Zaragoza para que modificara sus máquinas y pudiera fabricar un nuevo artículo y, en unos meses, ya estábamos produciendo los torcidos de fibra larga."

Manuel Jalón Corominas


"Las mentiras son muy difíciles de matar, pero una mentira que atribuye a un hombre lo que en realidad era el trabajo de una mujer tiene más vidas que un gato."

Manuel Jalón Corominas


"Leyendo una revista japonesa sobre plásticos me informé de que con la crisis del petróleo, en caso de escasez, los últimos productos que se fabricarían con esta materia serían los artículos de uso en medicina y farmacia. Así que pensé que si en Rodex habíamos optimizado al máximo el cubo y el escurridor de la fregona también podríamos, con nuestra tecnología, llegar muy lejos con otros productos. Me puse manos a la obra y convencí al consejo de administración de la empresa para que se destinaran 500.000 pesetas a la investigación de cómo fabricar jeringuillas. Un negocio sin competencia en España y con muchas posibilidades de triunfar en el mundo. Y la verdad es que lo tuve relativamente fácil porque, si cuando empecé a fabricar los prototipos de lo que más tarde sería la fregona tuve que reunir 45.000 pesetas -me las prestaron Enrique Míquez, meteorólogo, e Indalecio Velasco, médico, y un hermano- para el desarrollo de las jeringuillas contamos desde el primer momento con 300 millones de pesetas. De hecho, pudimos permitirnos empezar después de hacer un estudio exhaustivo en universidades y fábricas de materias primas en Europa, Estados Unidos y Japón."

Manuel Jalón Corominas



"Los primeros artículos los bautizamos como `aparatos lavasuelos' hasta que Enrique Falcón decidió escribir en las notas del primer pedido (julio de 1957) la palabra `fregonas'. Yo me llevé un gran disgusto porque consideraba más digna la palabra lavasuelos que la de fregona, porque así se llamaba peyorativamente a las mujeres empleadas en la cocina y la limpieza. Pero el pueblo dio la razón a Falcón e incluso la Real Academia Española admitió la acepción para los útiles de fregar el suelo de pie."

Manuel Jalón Corominas


"No soy rico. Las patentes eran mías. Muchas siguen siéndolo, simbólicamente, pero nunca cobré royalties. Muy poca gente entiende que yo haya sido un inventor sin vocación de magnate pero para mí la vida no es dinero. Es jugar y crear. De hecho, mis fregonas y mis jeringuillas han acabado en manos de dos multinacionales, las mejores en su sector. Las fregonas en Rubbermaid y las jeringuillas en Becton Dickinson."

Manuel Jalón Corominas


"Tomando como referencia la forma de la carcasa de un avión, diseñé el primer cubo de generatriz curva (que es la que da resistencia al fuselaje de los aviones) con su escurridor de plástico con forma de tricornio. Este modelo de fregona, de la que tengo patente de invención en muchos países del mundo -entonces había que hacerlo así-, es la primera en la que se puede inyectar el plástico y también la misma que, tras una existencia de 35 años en el mercado, no ha sido superada ni mejorada por nadie en el mundo."

Manuel Jalón Corominas



"Un día, en 1956, estando en una cervecería, un compañero me dijo: «Deberías dejar de pensar en fabricar elementos de mantenimiento para la aviación e inventar algo para que las mujeres -señalando a una que limpiaba de rodillas un rincón del bar- frieguen de pie«. «Esto está hecho«, le contesté muy convencido y ya no pude quitarme la idea de la cabeza. Entonces, me vino a la mente aquella idea visual con la que había tenido contacto durante mi incursión en América: los hombres fregando con unos cepillos de palo largo el aceite de los hangares de la base donde hice un curso de mantenimiento para los primeros aviones caza de reacción, F-86, que el Ejército del Aire trajo a España."

Manuel Jalón Corominas









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