A mi madre
Por los campos azules
caminaba mi madre
transparente y diáfana
como tarde de abril.
Al rasgarse una nube
la vi cual una diosa,
mas bella que la aurora
mas bella que la flor.
Sus ojos al mirarme
irradiaban dulzura,
y me tendió sus brazos
con infinita ternura.
No pude contenerme,
la llame suplicante:
Madre, madre, -le dije-
¡Mi madrecita amante...!
Los sollozos me ahogaban,
de mis ojos las lágrimas
por mi cara corrían
y la tierra reseca, humedecían.
"No llores, hija mía
- oí que me decía-
No llores, hija mía,
turbas mi corazón"
Vi por un instante
nublarse su semblante
y tuve mucho miedo
verla desaparecer.
¡Oh, madre, madre santa!
no quiero verte triste,
lo único que quiero
es irme allá con vos.
Pues, sé que son las madres,
amor de los amores,
los ángeles custodios
y el corazón de Dios.
Edda Aguilera de Arce
Razas diferentes
Somos dos razas diferentes
la tuya montaña, piedra, hielo
la mía llanura infinita
pampas floridas, selva virgen
inmensos mares verdes
verdes como la esperanza de mis sueños...
Por eso tu y yo
somos diferentes
unidos tan solo
por los lazos indisolubles del amor
Edda Aguilera de Arce
Risas y sonrisas
Entre risas y sonrisas
doña tarde se alejo,
y en un mar de conjeturas
el hornero se quedo.
"Pero mira que coqueta
–le dijo al tordo cantor–
Se ha vestido de escarlata
y en su pelo va una flor".
"Si parece una muchacha
en edad primaveral,
con sus risas y sonrisas
quiere a alguno enamorar".
"De seguro es al lucero
que en las noches veo brillar
y entre risas y sonrisas
va la tarde a enamorar".
Edda Aguilera de Arce
Una rosa para el cielo
Floreciste primavera, en la tierra de soles
y engalanada cortaste una rosa para el cielo.
Hoy luciendo esta radiante
en la solapa de Dios.
En el jardín lozano se hizo hondo vacío
y el jardinero clama
se la devuelva el cielo,
pero inútil es su ruego.
Y aunque digan que este muerta
no existe la palabra!
Esta viva y radiante
y sus ojos de lucero
brillan hoy en el cielo.
Su fragancia envuelve el Todo
y su recuerdo late
dentro del corazón con rosas y con rimas
del jardinero poeta.
No llores mas, amigo poeta
que lo bello es de Dios.
Desde allí donde hoy reside,
ella sigue contigo,
derramando ternuras
y dándote inspiración.
Edda Aguilera de Arce
Una vida ha pasado
Sin que yo me de cuenta
Se ha pasado mi vida,
De la infancia primero
Y después de la mujer.
Las muñecas quedaron
Dormidas en un cuarto
De la amada casona,
Allá en mis viejos pagos.
Con los cuentos de hadas
Y las verdes praderas
Y las noches de luna
Y un deseo de vivir…
Una vida ha pasado
Con su carga de cosas…
Y de pronto me encuentro
Ensartando recuerdos
En la aguja del tiempo,
De la cuna a la plancha,
De la plancha al fogón.
Y en la tarde que muere
Con el sol en su ocaso,
Voy rimando poemas
En tus brazos, amor.
No, no te vayas cariño
No te vayas mi bien
Que la tarde es eterna
Y el invierno también.
Quiero estar a tu lado
Quiero estar junto a ti
Y que mi pecho palpite
Para ti…para mi…
Y así unidos nos halle
Nuestro fin ya cercano
Y en sus alas nos lleve
Al insondable arcano.
Edda Aguilera de Arce
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