Al pasar
¡Que distinto el barrio esta!
¡Como da melancolía
todo aquello que varia,
todo aquello que se va!
Hay casas nuevas... Las gentes
que viven ahora aquí,
son ¡ay! harto diferentes
de las bondadosas gentes
que en mi infancia conocí.
...¿Dónde estará el carpintero
en cuyo estrecho taller
había un loro parlero
que hablaba a más no poder?
¿Dónde la amable mujer, la gallarda carpintera
que me regalaba frutas
y me daba las virutas
salidas de la madera?
...¿Y aquel zapatero viejo,
devoto del vino añejo,
amador de las botellas
de aguardiente,
buscador de mil querellas.
y charlador permanente?
Aquel viejo no era malo,
Aunque usaba un grueso palo.
Aun su ronca voz escucho.
Él me hizo mas de un regalo.
Me quería mucho, mucho...
Aquel viejo no era malo.
...¿Y don Luis que era nuestro
Maestro? ¡Pobre maestro!
Era un hombre quejumbroso,
siempre enfermo y bondadoso
y que, en plena juventud,
necesitaba el reposo
de quien no tiene salud...
Hoy evoco su silueta,
Su aspecto tan triste y grave
y su soledad discreta...
Hablaba con voz suave
y no usaba la palmeta...
A aquel varón dulce y serio
cierto día lo llevamos,
con muchos hermosos ramos,
a dormir al cementerio.
Emilio Finot
Para la tumba soy
¿Nunca hallaré en el mundo el abrigaño
que no suele faltar ni a los bandidos?
¿Nunca en mi quieta vida de ermitaño
sonaran los gorjeos de los nidos?
Por su promiscuidad odio el rebaño;
solo a la noche entrego mis gemidos;
mas nunca ha de mostrar mi rostro huraño
el gesto que revela a los vencidos.
Huérfano soy; mas mi altivez patricia
Aminora mi peso de pesares
Y me impide adular a la estulticia.
Indiferente al soplo de la racha,
Mi existir, sin cuidados familiares,
Es gobelino que se deshilacha.
Emilio Finot
Se digno
No pidas favores ni a tu propio hermano
si sobre este mundo te hallas libre y sano.
No grites ni llores en instantes críticos.
Aprende a ser hombre dominando obstáculos.
¡Solo los ancianos y los paralíticos necesitan báculos!
Trabaja, y no llames "infame egoísta"
a quien, trabajando, bienestar conquista,
y labra una dicha con paciente afán,
y come un pan hoy, guardando otro pan
para que mañana, si el pan escasea,
quien fue hábil obrero, mendigo no sea...
Debes saber, joven, que quizá no existe
En el triste mundo situación mas triste
Que la de las gentes que deben favores
Y oyen la voz agria de los acreedores.
Si, buscando un puesto que vivir permita
toda una existencia de holganza infinita,
pides el apoyo de falsos políticos,
darás el más triste de los espectáculos.
¡Solo los ancianos y los paralíticos necesitan báculos!
Emilio Finot
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