La segunda persona
En un solo asado de cuatro horas
dijimos
que los desiertos del hemisferio sur
están recostados sobre el mismo meridiano
y en la costa oeste de cada continente
que pocas poblaciones son antípodas en el mundo
pero que nogoyá, en entre ríos
está justo del otro lado
de una ciudad de japón
que cuando de noche
la ruta va al lado de las vías
lo que parecen charcos tenues
son el reflejo de la luna en los rieles
que el colectivo pasa por cuatro iglesias
y cuatro veces el pasaje se persigna
en la coreografía más antigua del país
que en el norte uruguayo
hay buen torrontés porque si seguís
la línea trazada por los viñedos
llegás hasta cafayate.
¿Se encontraron en un set de pasolini
wilcock y prodan?
¿Estuvo bob dylan de incógnito
en un asado familiar en basavilbaso?
Tantos alambres invisibles sosteniendo el mundo
y acá nomás sobre una
persiana azul que se balancea con el viento
está la cabeza de dinosaurio más grande
en sesenta cuadras a la redonda.
Un tiranosaurus rex
pintado con aerosol blanco
epicentro, centinela
mirando hacia la izquierda.
Está pintado en los puentes, los baldíos,
lo vi en una estación de servicio y también
en un segundo piso
a veces es un solo trazo eficaz
con un punto como ojo
a veces aparecen pestañas, un lunar
detalles del momento.
Un dinosaurio
multiplicado
en córdoba, a veintidós días
del mes de noviembre
de 2015.
Alejo Carbonell
Regando la calle
la patria es un polvo
apático y ligero
que flota en el aire
tras el paso de los colectivos
iguala a la estanciera
con el escort azul y el galgo
afgano
que espera
rasgando el tapizado
del asiento trasero
los colores de la manguera
viven
en las gotas que la salpican
hasta que la tierra
las mimetice
usa musculosas sin corpiño
la mujer del programador porteño
y es amable
cuando saluda a la chilena
esposa del chileno que vende
hornos chilenos
y se chupa y es un león golpeando
el hule floreado de la mesa
bajo el foco de sesenta
deja las herramientas
en la caja del rastrojero
y la mujer las baja de noche
para que no se las roben
“no sé si meterme, eduardo”
“ellos son así, no digas nada”
pero el polvo viene
de más lejos
el viento es un puntero convencido
y lo trae
liviano y temeroso
como ganado bobo
ella dice “que tal”
mueve la cabeza en diagonal
las tetas y el mentón adelante
“que tal, como te va”
“buenos días” dice la chilena
conoce de memoria las baldosas
que separan las dos puertas
la presión de agua es la misma
las mangueras son iguales:
la camiseta de central
en la década del ochenta
salen a la tarde
los carteles del frente
nombran los trabajos de sus hombres
el del chileno, además
indica lugar de nacimiento
pasa una camioneta de la petrolera
las mujeres bajan sus mangueras
como bandera de largada
pero ya sólo quedan
dos huellas de tierra seca
y cardos
(estelas del desierto)
que ruedan
en la misma dirección.
Alejo Carbonell
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