Cabañas de ramas y grutas de nieve

Estos poemas
no tienen nada especial, son sólo
unas cuantas palabras, unidas
al azar.
Pienso
sin embargo
que es divertido
hacerlos, entonces
se tiene algo como una casa
un instante.
Recuerdo las cabañas de ramas
que construíamos
cuando éramos niños:
entrar a gatas, sentarnos
a escuchar la lluvia,
saber que estábamos solos en plena naturaleza,
sentir las gotas en la nariz
y en el pelo–
O las cuevas de nieve en Navidad,
entrar a gatas y
cerrar tras de sí con una arpillera,
encender una vela, estar allí
en las noches frías.

Olav H. Hauge

Concha 

Le construyes una casa a tu alma. 
Y te paseas orgulloso 
a la luz de las estrellas 
con tu casa a la espalda 
como un caracol. 
Si adviertes peligro, 
te metes en la casa 
y te sientes a salvo 
detrás del duro 
caparazón. 

Y cuando ya no existas, 
quedará 
la casa 
y testimoniará 
de la belleza de tu alma. 
Y dentro susurrará 
el mar de tu soledad. 

Olav Håkonson Hauge


Humareda

El humo sale lentamente de la chimenea
entre los árboles, donde
vive la joven pareja.
Con alegría ofrendan
a los grandes poderes de la luz
trozos de abeto,
duros abedules.

Donde vive el avaro el humo
es delgado y turbio:
tiempos funestos,
no del todo propicios
para Dios.

Nunca verás
tu propia humareda.
Yo por años
permanecí sentado
cual Caín
en la oscuridad.

Olav Håkonson Hauge


Lágrima, no hace falta que caigas

Era poco para ti
pero mucho para mí:
Una sonrisa cuando hacía falta
y un apretón de manos era todo.
Lágrima,
no hace falta que caigas
sé que eres salada.

Olav Håkonson Hauge



La espada 

Corta 
Cuando se desenvaina, 
Si no otra cosa 
el aire.

Olav Håkonson Hauge


No acudan a mí con la verdad

No acudan a mí con la verdad.
No traigan el océano si me ven sediento,
ni el cielo si pido por la luz;
traigan mejor indicios, un poco de rocío, una partícula,
así como los pájaros llevan del agua sólo gotas,
y el viento
una brizna de sal.

Olav Håkonson Hauge


Un poema cada día

Quiero escribir un poema cada día,
cada día.
Tiene que ser posible.
Browning pudo hacerlo mucho tiempo, a pesar de
que rimaba y
marcaba el ritmo
con sus pobladas cejas.
Así pues, un poema cada día.
Algo se te ocurrirá,
algo pasará,
algo nuevo descubrirás.
–Me levanto. Clarea.
Tengo buenas intenciones.
Y veo al pardillo elevarse del cerezo
al que ha robado unas yemas.

Olav Håkonson Hauge


Una palabra

Una piedra
en un río frío.
Otra piedra más
tengo que poner más piedras
para poder cruzarlo.

Olav Håkonson Hauge










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