Dante A. Linyera

Autobiografía rasposa

Me yamo Dante A. Linyera... Pero no es ese mi nombre,
¿pa’ qué batirlo?, si es fulo como una mina sin tren
y en el fichero ‘e la vida ‘toy prontuariao como hombre,
como hombre que la ha yirado de un cotén a oro cotén.

Soy d’este país del bizcocho, la quiniela y la macana,
nací en un convento grande como panza de burgués
en una noche fulera sobre una almohada italiana,
en la caye Independencia mil cinco cuarenta y tres.

P’aquellos que gambetearon los azares de mi infancia
yo soy el cantinerito del viejo barrio ‘e Solís;
desde chico me tiraron los potros de la atorrancia
y desde pibe en el fango yo fui a meter la nariz.

¡Cha digo! Cuando me acuerdo que tuve catorce abriles,
justo cuando a la garufa de la vida me largué,
m’entran ganas de matarme, como hacen los tipos giles
pero después fumo un pucho batiendo: ¡Qué va cha che!

Mi jovie trajo ‘e Calabria la sbrufatta ‘e su entusiasmo,
me dijo un yorno: “Mequito, marino va ser osté”,
y quiso hacerme almirante de una escuadra... ¡Qué sarcasmo!
y hoy no me ayudan los remos, ¡porque ni remar yo sé!

Fui al colegio, y un buen día campaniando el estofao
de la vida mishia y triste, sentí bronca, protesté...
¡la abacanada maroma que recorre el asfaltao
me dio bronca, y por las cayes del anarquismo dentré!

Y junando una mañana como un pobre musolino
rejuntaba los bollitos con cariñoso ademán
la inspiración como Pedro por su casa se me vino
¡y empecé a escribir puemas enchastrados de gotán!

Y aquí estoy: Dante A. Linyera... cantor de la mishiadura,
del bulín, de la percanta, de la milonga, aquí estoy.
¿Quién será? Baten los rantes que catan mi caradura,
y yo mismo compañeros, ¡no sé siquiera quién soy!

Y aunque soy arrabalero, más que el farol de Pompeya,
ni soy guapo, ni lancero, ni me tuerzo pa’un gotán,
no uso daga en la culata, ni tengo Rubia Mireya,
ni soy aquel amorcito que se yamaba Julián...

No uso lengue en el pescuezo y a nadie le di la biaba,
no escabio guinado en el mate, ni manyo al Tano Pascual.
No uso liones con franjitas, ni soy de la yunta brava...
y mis veintiséis abriles dentro de un año se irán.

No soy rey del escolaso ni del barrio de las latas,
me vine para Corrientes transformao en un fifí,
nunca he cascao una mina, ni la voy con caferatas
pero la letra de “Pato” parece escrita pa’ mí...

No se tirar del carrito como no sea el de la yeta
y una tristeza muy honda se escrachó en mi corazón:
nunca pa’una lora papa fui gil, el choma, el shusheta
ni aquel garabito guapo que es dueño de su ilusión.

¿Y quién soy al fin y al cabo? Psh... un mamerto cualquiera
prontuario como un salame que ha manyao la gran cuestión.
Yo bato: “Semos hermanos... Me yamo Dante A. Linyera
y, aunque es vergüenza batirlo: ¡Ni siquiera soy ladrón!”

Dante A. Linyera


Boedo

Sos barrio del gotán y la pebeta,
el corazón del arrabal porteño,
cuna del malandrín y del poeta,
rincón cordial,
la capital
del arrabal.

Yo me hice allí de corazón malevo
porque enterré mi juventud inquieta
junto al umbral en el que la pebeta
ya no me espera
pa' chamuyar.

Boedo, vos sos como yo:
malevo como es el gotán,
abierto como un corazón
que ya se cansó de penar.
Lo mismo que vos soy así:
por fuera cordial y cantor,
a todos les bato que sí
y a mi corazón le bato que no.

Sos como yo de milongón... Un cacho
del arrabal, en su emoción del lengue,
ande el gotán, provocador y macho
hoy es el Dios
Nuestro Señor
del Berretín.

¿Qué quiere hacer esa fifí Florida?
¡Si vos ponés tu corazón canyengue,
como una flor en el ojal prendida,
en los balcones
de cada bulín!

Dante A. Linyera


Como nos divertimos

Hay que reír y bailar
que es un dolor el vivir...
Bebamos, pues, hoy en los ojos
de toda mujer de locura,
mañana serán los despojos
que duermen en la sepultura...
Y sólo una vez, compañeros,
la Barra jovial y florida
entona, al pasar por la vida,
este canto de juventud:

Muchachos, vengan, vean
cómo nos divertimos... (Hurra)
Y los contentos gozan,
mientras los tristes dicen:
Muchachos, vengan, vean
cómo nos divertimos... (Hurra)
Y en tanto el corazón
tras la careta llora de emoción.

Hay que reír y bailar
si una vez hay que morir...
Cantemos, pues, hoy la demencia
de un sueño de amor y alegría,
mañana tal vez la existencia
nos muestre su faz más sombría...
Y el justo Arlequín de lo Eterno,
lo mismo al tristón amargado
que al riente y feliz potentado
en sus tumbas hará descansar.

Dante A. Linyera



"El laburo, ese viejo cafiolo de la existencia."

Dante A. Linyera



"La verdad siempre resulta menos valiosa que las buenas coartadas."

Dante A. Linyera



"No soy cristiano ni soy judío, ni creo más que en el dolor humano."

Dante A. Linyera


"Para vivir sin esgunfio basta con ser mediocre complaciente."

Dante A. Linyera



Tenés dos posibilidades: ser feliz de prepo o conocer la realidad."

Dante A. Linyera



"Todas las luchas nobles son estériles. Doblemente en caso de ser libradas por un solitario."

Dante A. Linyera



















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