A un niño que duerme
Ya te hubiera despertado hace mucho,
ya es tiempo…
Duermes tan a gusto.
A pesar de tener tu almohadita infantil
apretada a la mejilla
puede que en sueños estés tremendamente lejos.
Una piernita rosa asoma de bajo la colcha;
un pie nunca lastimado todavía.
No hallaras espinas en tu senda;
pero han de tocarte también a ti seguramente
rutinarios días difíciles.
Ahora vuelas en sueños
hacia estrellas desconocidas;
entonces detengo mi mano;
si tocase tu hombro ahora
podría destruir tu dulce sueño.
Para no inmiscuirme en él
retrocedo.
Aun cuando todas tus horas
estuvieran ungidas de dicha
no quisiera robarte
el mínimo momento.
Avrom Gontarn
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