Shmuel Halkin

El recién nacido

Qué el recién nacido sea bendito: 
que con la leche materna penetre en él 
sed de traer luz para la humanidad entera, 
pero que el resplandor sea también para su pueblo; 
cuando descubra para el mundo una nueva estrella, 
que por lo menos la suerte de su pueblo no oscurezca. 

Shmuel Halkin


¿Qué día es hoy?

¿Qué día es hoy? ¿Cómo se llama este día? 
Si lo has olvidado no es ninguna tragedia. 
¿Cómo se llama este día? ¿Qué interesa? 
¿Acaso comienzas de nuevo tu vida? 
Y si es para terminarla, ¿Qué importa cuándo? 
Si quieres, llama a tu día “ha sido” 
y llama “no ha sido” a la noche. no esta mal, 
observa que las noches no tienen nombre. 

Shmuel Halkin


Rusia

¡Rusia! Si no fuera por mi sólida fe en tí 
usaría hoy contigo otro lenguaje. 
Tal vez te dijera: —Nos has engañado, 
no has deslumbrado como a jóvenes gitanos. 

Cada acto de tu mano nos resulta querido 
y penosamente duro de ser soportado, 
y por grandes que sean la humillación y el daño 
venimos ahora ante ti a quejarnos: 

¿En que dirección se espesan hoy las aguas? 
¿Hacia dónde, hacia qué tierras? 
Entre vosotras hemos de sucumbir 
dichosas calles soviéticas. 

Ver como naufragamos bajo culturas agrestes 
no os estaba, hasta hoy, predestinado; 
y ahora marchamos uncidos 
y morimos de vuestros abrazos.

Shmuel Halkin













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