Atardecer:
una línea de cipreses
en la pálida colina
una flor blanca
una brisa
Tiembla
tu imagen
en el desasimiento
inusitado
En tu cuerpo
demando
la desposesión
para el ritual nocturno
Celebraremos el rito
de la entrega
una sola vez
y eternamente
Ana María del Re
Descansa
alma mía
Déjate seducir por el silencio
Aún no ha cesado
la noche
Ana María del Re
En el jardín del amado
las rosas
tienen espinas
que no hieren
Ana María del Re
En nosotros
la plenitud
del relámpago
Ana María del Re
Háblame de nuevo
con palabras
húmedas
para que florezcan
aun en los desierto
Ana María del Re
No escribes el poema
sino su nostalgia,
su última penuria
Ana María del Re
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