Seguramente, a medida que la conciencia humana se fue
desarrollando, las flores pudieron ser la primera cosa que los seres humanos
valoraron sin que representaran un valor utilitario para ellos, es decir, sin
que tuvieran alguna relación con su supervivencia. Sirvieron de inspiración
para un sinnúmero de artistas, poetas y místicos. Jesús nos dice que
contemplemos las flores y aprendamos a vivir como ellas. Se dice que Buda
pronunció una vez un "sermón silencioso" mientras contemplaba una
flor. Al cabo de un rato, uno de los presentes, un monje de nombre Mahakasyapa,
comenzó a sonreír. Se dice que fue el único que comprendió el sermón. Según la
leyenda, esa sonrisa (la realización) pasó a veintiocho maestros sucesivos y
mucho después se convirtió en el origen del Zen.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 2
La belleza de una flor pudo arrojar un breve destello de luz
sobre la parte esencial más profunda del ser humano, su verdadera naturaleza.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 2
Si utilizamos la palabra "iluminación" en un
sentido más amplio del aceptado convencionalmente, podríamos pensar que las
flores constituyen la iluminación de las plantas.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 3
Cuando el ser humano tiene un cierto grado de Presencia, de
atención y alerta en sus percepciones, puede sentir la esencia divina de la
vida, la conciencia interior o el espíritu de todas las criaturas y de todas
las formas de vida, y reconocer que es uno con esa esencia y amarla como a sí
mismo. Sin embargo, hasta tanto eso sucede, la mayoría de los seres humanos
perciben solamente las formas exteriores sin tomar conciencia de su esencia
interior, de la misma manera que no reconocen su propia esencia y se limitan a
identificarse solamente con su forma física y psicológica.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 3
¿Está lista la humanidad para una transformación de la
conciencia, un florecimiento interior tan radical y profundo que la
florescencia de las plantas, con toda su hermosura, sea apenas un pálido reflejo?
¿Podrán los seres humanos perder la densidad de las estructuras mentales
condicionadas y llegar a ser, lo mismo que los cristales o las piedras
preciosas, transparentes a la luz de la conciencia? ¿Podrán desafiar la fuerza
de gravedad del materialismo y la materialidad para elevarse por encima de la
forma cuya identidad mantiene al ego en su lugar y los condena a vivir
prisioneros dentro de su personalidad?
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 4
Si entendemos de manera más profunda las religiones y las
tradiciones espirituales antiguas de la humanidad, encontramos que debajo de
las diferencias aparentes hay dos principios fundamentales en los cuales
convergen prácticamente todas. Si bien las palabras utilizadas para expresar
esos principios son diferentes, todas apuntan hacia una doble verdad
fundamental. La primera parte de esa verdad es el reconocimiento de que el
estado mental "normal" de la mayoría de los seres humanos contiene un
elemento fuerte de disfunción o locura. Son quizás algunas de las enseñanzas
centrales del hinduismo las que más se acercan a ver esta disfunción como una
forma de enfermedad mental colectiva. La denominan maya , el velo de la
ilusión. Ramana Maharshi, uno de los grandes sabios de la India, afirma
claramente que "la mente es maya". El budismo utiliza términos
diferentes. Para Buda, la mente humana en su estado normal genera dukkha ,
vocablo que puede traducirse como sufrimiento, descontento o simple desdicha.
La ve como una característica de la condición humana. A donde quiera que vamos,
en cualquier cosa que hacemos, dice Buda, tropezamos con dukkha , que termina
manifestándose en todas las situaciones tarde o temprano. Según las enseñanzas
cristianas, el estado colectivo normal de la humanidad es el del "pecado
original". La palabra "pecado" ha sido mal comprendida y mal
interpretada. Traducida literalmente del griego antiguo, idioma en el cual se
escribió el Nuevo Testamento, pecar significa errar el blanco , como el arquero
que no clava la flecha en la diana. Por consiguiente, significa no dar en el
blanco de la existencia humana. Significa vivir torpe y ciegamente, sufriendo y
causando sufrimiento. Así, una vez despojado de su bagaje cultural y de las
interpretaciones erróneas, el término apunta a una disfunción inherente a la
condición humana.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 7
Las manifestaciones colectivas de la locura asentada en el
corazón de la condición humana constituyen la mayor parte de la historia de la
humanidad. Es, en gran medida, una historia de demencia. Si la historia de la
humanidad fuera la historia clínica de un solo ser humano, el diagnóstico sería
el siguiente: desórdenes crónicos de tipo paranoide, propensión patológica a
cometer asesinato y actos de violencia y crueldad extremas contra sus supuestos
"enemigos", su propia inconciencia proyectada hacia el exterior;
demencia criminal, con unos pocos intervalos de lucidez.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 9
No podemos llegar a ser buenos esforzándonos por serlo sino
encontrando la bondad que mora en nosotros para dejarla salir. Pero ella podrá
aflorar únicamente si se produce un cambio fundamental en el estado de
conciencia.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 10
El logro más grande de la humanidad no está en sus obras de
arte, ciencia o tecnología, sino en reconocer su propia disfunción, su locura.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 11
Gracias a algunas de esas personas, al interior de todas las
religiones principales se desarrollaron "escuelas" o movimientos que
representaron no solamente un redescubrimiento sino, en algunos casos, la
intensificación de la luz de la enseñanza original. Fue así como apareció el
gnosticismo y el misticismo entre los primeros cristianos y durante la Edad
Media, el sufismo en el Islam, el jasidismo y la cábala en el judaísmo, el
vedanta advaita en el hinduismo, y el Zen y el Dzogchen en el budismo. La mayoría
de estas escuelas eran iconoclastas. Eliminaron una a una todas las capas
sofocantes de la conceptualización y las estructuras de los credos mentales,
razón por la cual la mayoría fueron objeto de suspicacia y hasta de hostilidad
de parte de las jerarquías religiosas establecidas. A diferencia de las
religiones principales, sus enseñanzas hacían énfasis en la realización y la
transformación interior. Fue a través de esas escuelas o movimientos esotéricos
que las religiones recuperaron el poder transformador de las enseñanzas
originales, aunque en la mayoría de los casos solamente una minoría de personas
tuvieron acceso a ellas. Nunca fueron suficientes en número para tener un
impacto significativo sobre la profunda inconsciencia colectiva de las mayorías.
Con el tiempo, algunas de esas escuelas desarrollaron unas estructuras formales
demasiado rígidas o conceptualizadas como para permitirles conservar su
vigencia.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 13
El desafío de la humanidad en este momento es el de
reaccionar ante una crisis radical que amenaza nuestra propia supervivencia. La
disfunción de la mente humana egotista, reconocida desde hace más de 2.500 años
por los maestros sabios de la antigüedad y amplificada en la actualidad a
través de la ciencia y la tecnología, amenaza por primera vez la supervivencia
del planeta. Hasta hace muy poco, la transformación de la conciencia humana
(señalada también por los antiguos sabios) era tan sólo una posibilidad a la
cual tenían acceso apenas unos cuantos individuos aquí y allá,
independientemente de su trasfondo cultural o religioso. No hubo un
florecimiento generalizado de la conciencia humana porque sencillamente no era
todavía una necesidad apremiante. Una proporción significativa de la población
del planeta no tardará en reconocer, si es que no lo ha hecho ya, que la
humanidad está ante una encrucijada desgarradora: evolucionar o morir. Un
porcentaje todavía relativamente pequeño pero cada vez más grande de personas
ya está experimentando en su interior el colapso de los viejos patrones
egotistas de la mente y el despertar de una nueva dimensión de la conciencia.
Lo que comienza a aflorar no es un nuevo sistema de creencias ni una religión,
ideología espiritual o mitología. Estamos llegando al final no solamente de las
mitologías sino también de las ideologías y de los credos. El cambio viene de
un nivel más profundo que el de la mente, más profundo que el de los
pensamientos. En efecto, en el corazón mismo de la nueva conciencia está la
trascendencia del pensamiento, la habilidad recién descubierta de elevarse por
encima de los pensamientos, de reconocer al interior del ser una dimensión
infinitamente más vasta que el pensamiento. Por consiguiente, ya no derivamos
nuestra identidad, nuestro sentido de lo que somos de ese torrente incesante de
pensamientos que confundimos con nuestro verdadero ser de acuerdo con la vieja
conciencia. Es inmensa la sensación de liberación al saber que no somos esa
"voz que llevamos en la cabeza". ¿Quién soy entonces? Aquel que observa
esa realidad. La conciencia que precede al pensamiento, el espacio en el cual
sucede el pensamiento, o la emoción o la percepción.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 16
Si no cambian las estructuras de la mente humana,
terminaremos siempre por crear una y otra vez el mismo mundo con sus mismos
males y la misma disfunción.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 18
Una de las estructuras mentales básicas a través de la cual
entra en existencia el ego es la identificación. El vocablo "identificación"
viene del latín "ídem" que significa "igual" y
"facere" que significa "hacer". Así, cuando nos
identificamos con algo, lo "hacemos igual". ¿Igual a qué? Igual al
yo. Dotamos a ese algo de un sentido de ser, de tal manera que se convierte en
parte de nuestra "identidad". En uno de los niveles más básicos de
identificación están las cosas: el juguete se convierte después en el
automóvil, la casa, la ropa, etcétera. Tratamos de hallarnos en las cosas pero
nunca lo logramos del todo y terminamos perdiéndonos en ellas. Ese es el
destino del ego.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 25
LA IDENTIFICACIÓN CON LAS COSAS
Quienes trabajan en la industria de la publicidad saben muy
bien que para vender cosas que las personas realmente no necesitan deben
convencerlas de que esas cosas aportarán algo a la forma como se ven a sí
mismas o como las perciben los demás, en otras palabras, que agregarán a su
sentido del ser. Lo hacen, por ejemplo, afirmando que podremos sobresalir entre
la multitud utilizando el producto en cuestión y, por ende, que estaremos más
completos. O crean la asociación mental entre el producto y un personaje famoso
o una persona joven, atractiva o aparentemente feliz. Hasta las fotografías de
las celebridades ancianas o fallecidas cuando estaban en la cima de sus
carreras cumplen bien con ese propósito. El supuesto tácito es que al comprar
el producto llegamos, gracias a un acto mágico de apropiación, a ser como ellos
o, más bien, como su imagen superficial. Por tanto, en muchos casos no
compramos un producto sino un "refuerzo para nuestra identidad". Las
etiquetas de los diseñadores son principalmente identidades colectivas a las
cuales nos afiliamos. Son costosas y, por tanto, "exclusivas". Si
estuvieran al alcance de todo el mundo, perderían su valor psicológico y nos
quedaríamos solamente con su valor material, el cual seguramente equivale a una
fracción del precio pagado. Las cosas con las cuales nos identificamos varían
de una persona a otra de acuerdo con la edad, el género, los ingresos, la clase
social, la moda, la cultura, etcétera. Aquello con lo cual nos identificamos
tiene relación con el contenido; por otra parte, la compulsión inconsciente por
identificarse es estructural. Esta es una de las formas más elementales como opera
la mente egotista. Paradójicamente, lo que sostiene a la llamada sociedad de
consumo es el hecho mismo de que el intento por reconocernos en las cosas no
funciona: la satisfacción del ego dura poco y entonces continuamos con la
búsqueda y seguimos comprando y consumiendo. Claro está que en esta dimensión
física en la cual habita nuestro ser superficial, las cosas son necesarias y
son parte inevitable de la vida. Necesitamos vivienda, ropa, muebles,
herramientas, transporte. Quizás haya también cosas que valoramos por su
belleza o sus cualidades inherentes. Debemos honrar el mundo de las cosas en
lugar de despreciarlo. Cada cosa tiene una cualidad de Ser, es una forma
temporal originada dentro de la Vida Única informe fuente de todas las cosas,
todos los cuerpos y todas las formas. En la mayoría de las culturas antiguas se
creía que todas las cosas, hasta los objetos inanimados, alojaban un espíritu
y, en este sentido, estaban más cerca de la verdad que nosotros. Cuando se vive
en un mundo aletargado por la abstracción mental, no se percibe la vida del
universo. La mayoría de las personas no viven en una realidad viva sino
conceptualizada. Pero no podemos honrar realmente las cosas si las utilizamos
para fortalecer nuestro ser, es decir, si tratamos de encontrarnos a través de
ellas. Eso es exactamente lo que hace el ego. La identificación del ego con las
cosas da lugar al apego y la obsesión, los cuales crean a su vez la sociedad de
consumo y las estructuras económicas donde la única medida de progreso es tener
siempre más . El deseo incontrolado de tener más, de crecer incesantemente, es
una disfunción y una enfermedad. Es la misma disfunción que manifiestan las
células cancerosas cuya única finalidad es multiplicarse sin darse cuenta de
que están provocando su propia destrucción al destruir al organismo del cual
forman parte. Algunos economistas están tan apegados a la noción de crecimiento
que no pueden soltar la palabra y entonces hablan de "crecimiento
negativo" para referirse a la recesión. Muchas personas agotan buena parte
de su vida en la preocupación obsesiva por las cosas. Es por eso que uno de los
males de nuestros tiempos es la proliferación de los objetos. Cuando perdemos
la capacidad de sentir esa vida que somos, lo más probable es que tratemos de
llenar la vida con cosas. A manera de práctica espiritual, le sugiero
investigar su relación con el mundo de las cosas observándose a si mismo y, en
particular, observando las cosas designadas con la palabra "mi". Debe
mantenerse alerta y ver honestamente si su sentido de valía está ligado a sus
posesiones. ¿Hay cosas que inducen una sensación sutil de importancia o
superioridad? ¿Acaso la falta de esas cosas le hace sentir inferior a otras
personas que poseen más que usted? ¿Menciona casualmente las cosas que posee o
hace alarde de ellas para aparecer superior a los ojos de otra persona y, a
través de ella, a sus propios ojos? ¿Siente ira o resentimiento cuando alguien
tiene más que usted o cuando pierde un bien preciado?
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 26
La vida nos pone en el camino las experiencias que más
necesitamos para la evolución de nuestra conciencia. ¿Cómo saber si ésta es la
experiencia que usted necesita? Porque es la experiencia que está viviendo en
este momento.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 30
Para el ego, tener es lo mismo que Ser: tengo, luego existo.
Y mientras más tengo, más soy. El ego vive a través de la comparación. La forma
como otros nos ven termina siendo la forma como nos vemos a nosotros mismos. Si
todo el mundo habitara en mansiones o todos fuéramos ricos, nuestra mansión o
nuestra riqueza ya no nos serviría para engrandecer nuestro sentido del ser.
Podríamos irnos a vivir a una choza modesta, regalar la riqueza y recuperar la
identidad viéndonos y siendo vistos como personas más espirituales que los
demás. La forma como otros nos ven se convierte en el espejo que nos dice cómo
y quiénes somos. El sentido de valía del ego está ligado en la mayoría de los
casos con la forma como los otros nos valoran. Necesitamos de los demás para
conseguir la sensación de ser, y si vivimos en una cultura en donde el valor de
la persona es igual en gran medida a lo que se tiene, y si no podemos reconocer
la falacia de ese engaño colectivo, terminamos condenados a perseguir las cosas
durante el resto de nuestra existencia con la vana esperanza de encontrar
nuestro valor y la realización del ser. ¿Cómo desprendernos del apego a las
cosas? Ni siquiera hay que intentarlo. Es imposible. El apego a las cosas se
desvanece por sí solo cuando renunciamos a identificarnos con ellas.
Entretanto, lo importante es tomar conciencia del apego a las cosas. Algunas
veces quizás no sepamos que estamos apegados a algo, es decir identificados con
algo, sino hasta que lo perdemos o sentimos la amenaza de la pérdida. Si
entonces nos desesperamos y sentimos ansiedad, es porque hay apego. Si
reconocemos estar identificados con algo, la identificación deja inmediatamente
de ser total. "Soy la conciencia que está consciente de que hay
apego". Ahí comienza la transformación de la conciencia.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 33
El ego se identifica con lo que se tiene, pero la
satisfacción que se obtiene es relativamente efímera y de corta duración.
Oculto dentro de él permanece un sentimiento profundo de insatisfacción, de
"no tener suficiente", de estar incompleto. "Todavía no tengo
suficiente", dice el ego queriendo decir realmente, "Todavía no soy
suficiente". Como hemos visto, tener (el concepto de la propiedad) es una
ficción creada por el ego para dotarse a sí mismo de solidez y permanencia y
poder sobresalir y ser especial. Sin embargo, puesto que es imposible
encontrarnos a nosotros mismos a través de la tenencia, hay otro ímpetu más
fuerte y profundo relacionado con la estructura del ego: la necesidad de poseer
más, a la cual denominamos "deseo". No hay ego que pueda durar mucho
tiempo sin la necesidad de poseer más. Por consiguiente, el deseo mantiene al
ego vivo durante más tiempo que la propiedad. El ego desea desear más que lo
que desea tener. Así, la satisfacción somera de poseer siempre se reemplaza por
más deseo. Se trata de la necesidad psicológica de tener más, es decir, más
cosas con las cuales identificarse. Es una necesidad adictiva y no es
auténtica.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 34
Las formas de pensamiento de mi y mío, más que, quiero,
necesito, preciso tener y no es suficiente , no se relacionan con el contenido
sino con la estructura del ego. El contenido es intercambiable. Mientras no se
reconozca la existencia de esas formas de pensamiento y permanezcan en el
inconsciente, estamos sujetos a creer en ellas; estamos condenados a manifestar
esos pensamientos inconscientes, condenados a buscar sin encontrar, porque
cuando operan esas formas de pensamiento no hay nada que pueda satisfacernos,
ninguna posesión, ningún lugar, ninguna persona ni ninguna condición.
Independientemente de lo que tengamos u obtengamos, no podremos ser felices.
Siempre estaremos buscando algo que prometa una mayor realización, que encierre
la promesa de completar el ser incompleto y de llenar esa sensación de carencia
que llevamos dentro.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 35
Lo que denomino el "cuerpo interior"no es
realmente cuerpo sino energía vital, el puente entre la forma y lo informe.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 39
Lo que denomino el "cuerpo interior"no es
realmente cuerpo sino energía vital, el puente entre la forma y lo informe.
Desarrolle el hábito de sentir el cuerpo interior con la mayor frecuencia
posible. Al cabo de un tiempo ya no tendrá que cerrar los ojos para sentirlo.
Por ejemplo, trate de sentir el cuerpo interior cuando esté en compañía de
alguien. Es casi como una paradoja: al estar en contacto con el cuerpo interior
deja uno de identificarse con el cuerpo y con la mente. Quiere decir que ya no
nos identificamos con la forma, sino que nos apartamos de esa identificación
hacia lo informe, al cual podemos también denominar el Ser. Es nuestra
identidad esencial. Tomando conciencia del cuerpo no solamente nos anclamos en
el momento presente, sino que abrimos una puerta para escapar de la cárcel del
ego. También fortalecemos nuestro sistema inmunitario y la capacidad del cuerpo
de sanarse a sí mismo.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 39
La verdad última de lo que somos no está en decir yo soy
esto o aquello, sino en decir Yo Soy.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 42
La reacción ante una pérdida trágica es siempre resistirse o
ceder. Algunas personas se vuelven amargadas y profundamente resentidas; otras
se vuelven compasivas, sabias y amorosas. Ceder implica aceptar internamente lo
que es, es abrirse a la vida. La resistencia es una contracción interior, un
endurecimiento del cascarón del ego, es cerrarse. Toda acción emprendida desde
el estado de resistencia interior (al cual podríamos llamar negatividad)
generará más resistencia externa y el universo no brindará su apoyo; la vida no
ayudará. El sol no puede penetrar cuando los postigos están cerrados. Cuando
cedemos y nos entregamos, se abre una nueva dimensión de la conciencia. Si la
acción es posible o necesaria, la acción estará en armonía con el todo y
recibirá el apoyo de la inteligencia creadora, la conciencia incondicionada,
con la cual nos volvemos uno cuando estamos en un estado de apertura interior.
Entonces las circunstancias y las personas ayudan y colaboran, se producen las
coincidencias. Si la acción no es posible, descansamos en la paz y la quietud
interior en actitud de entrega; descansamos en Dios.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 42
Trate de atrapar a la voz de su mente en el momento mismo en
que se queja de algo, y reconózcala por lo que es: la voz del ego, nada más que
un patrón mental condicionado, un pensamiento. Cada vez que tome nota de esa
voz, también se dará cuenta de que usted no es la voz sino el ser que toma
conciencia de ella. En efecto, usted es la conciencia consciente de la voz.
Allá en el fondo está la conciencia, mientras que la voz, el pensador, está en
primer plano. Es así como usted se libera del ego, de la mente no observada.
Tan pronto como tome conciencia del ego que mora en usted, deja de ser ego para
convertirse en un viejo patrón mental condicionado. El ego implica
inconciencia. La conciencia y el ego no pueden coexistir. El viejo patrón o
hábito mental puede sobrevivir y reaparecer durante un tiempo porque trae el
impulso de miles de años de inconciencia colectiva, pero cada vez que se lo
reconoce, se debilita.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 47
La verdad no necesita defensa
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 50
Solamente hay una Verdad absoluta de la cual emanan todas
las demás verdades. Cuando hallamos esa Verdad, nuestros actos ocurren en
armonía con ella. Los actos humanos pueden reflejar la Verdad o la ilusión.
¿Puede la Verdad ponerse en palabras? Sí, pero las palabras no son la Verdad.
Sólo apuntan a ella.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 52
San Agustín dijo, "Ama y haz tu voluntad". No hay
palabras que se acerquen más a la Verdad que esas.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 53
La mayor parte de la violencia que los seres humanos nos
hemos infligido a nosotros mismos no ha sido producto de los delincuentes ni de
los locos, sino de los ciudadanos normales y respetables que están al servicio
del ego colectivo. Podemos llegar incluso a decir que, en este planeta,
"normal" es sinónimo de demente. ¿Cuál es la raíz de esa locura? La
identificación total con el pensamiento y la emoción, es decir, con el ego.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 54
Los patrones egotistas de los demás contra los cuales
reaccionamos con mayor intensidad y los cuales confundimos con su identidad,
tienden a ser los mismos patrones nuestros pero que somos incapaces de detectar
o develar en nosotros. En ese sentido, es mucho lo que podemos aprender de
nuestros enemigos. ¿Qué es lo que hay en ellos que más nos molesta y nos enoja?
¿Su egoísmo? ¿Su codicia? ¿Su necesidad de tener el poder y el control? ¿Su
deshonestidad, su propensión a la violencia, o cualquier otra cosa? Todo
aquello que resentimos y rechazamos en otra persona está también en nosotros.
Pero no es más que una forma de ego y, como tal, es completamente impersonal.
No tiene nada que ver con la otra persona ni tampoco con lo que somos. Es
solamente si lo confundimos con lo que somos que su observación puede amenazar
nuestro sentido del Ser.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 54
¿Qué es la realización espiritual? ¿La creencia de que somos
espíritu? No, ése es un pensamiento. Aunque se acerca un poco más a la verdad
que el pensamiento según el cual creemos que somos esa persona que aparece en
el registro de nacimiento, sigue siendo un pensamiento. La realización
espiritual consiste en ver claramente que no somos lo que percibimos,
experimentamos, pensamos o sentimos; que no podemos encontrarnos en todas esas
cosas que vienen y se van continuamente. Buda fue quizás el primer ser humano
en ver esto claramente, de tal manera que anata (la ausencia del yo) se
convirtió en uno de los puntos centrales de su enseñanza. Y cuando Jesús dijo,
"niégate a ti mismo", lo que quiso decir fue "niega (y, por
tanto, deshace) la ilusión del yo". Si el yo, el ego, fuera verdaderamente
lo que soy, sería absurdo "negarlo". Lo que queda es la luz de la
conciencia en la cual van y vienen las percepciones, las experiencias, los
pensamientos y los sentimientos. Ese es el Ser, el verdadero Yo interior.
Cuando me reconozco como tal, lo que sucede con mi vida deja de ser absoluto y
pasa a ser relativo. Aunque le rindo tributo, pierde su seriedad absoluta, su
peso. Lo único que finalmente importa es esto: ¿Puedo sentir mi Ser esencial,
el Yo Soy, como telón de fondo en todo momento de mi vida? Para ser más
exactos, ¿puedo sentir el Yo Soy que Soy en este momento? ¿Puedo sentir mi
identidad esencial como conciencia? ¿O me dejo arrastrar por los sucesos,
perdiéndome en el laberinto de la mente y el mundo?
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 58
La fuerza que motiva el comportamiento del ego, cualquiera
que éste sea, siempre es la misma: la necesidad de sobresalir, de ser especial,
de tener el control; la necesidad de tener poder, de recibir atención, de
poseer más. Y, por supuesto, la necesidad de sentir la separación, es decir, la
necesidad de la oposición, de tener enemigos.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 59
Mientras caminaba con un amigo por una reserva natural muy
hermosa cerca de Malibú en California, tropezamos con las ruinas de la que
fuera una casa de campo, destruida por el fuego hace muchos años. Al
aproximarnos a la casa, sepultada debajo de los árboles y una vegetación
imponente, vimos un aviso al lado del camino, puesto por las autoridades del
parque. Decía: "Peligro. Todas las estructuras son inestables". Le
dije a mi amigo, "Ese es un sutra (escritura sagrada) profundo".
Permanecimos allí, extasiados. Una vez que aceptamos y reconocemos que todas
las estructuras (las formas) son inestables, hasta las que parecen más sólidas,
emerge la paz en nuestro interior. Esto se debe a que al reconocer la
transitoriedad de todas las formas despierta en nosotros la dimensión de lo
informe que llevamos dentro y que está más allá de la muerte. Eso que Jesús
denominó "vida eterna".
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 60
La tristeza de ser famosos en este mundo es que nuestro
verdadero ser queda sepultado por una imagen mental colectiva.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 61
El ego se alimenta de la atención de los demás, la cual es,
después de todo, una forma de energía psíquica. El ego ignora que la fuente de
toda energía está en el interior, de manera que la busca externamente. El ego
no busca la atención informe de la Presencia, sino alguna forma de atención
como el reconocimiento, la alabanza, la admiración, o sencillamente ser notado
de alguna manera, lograr que se reconozca su existencia.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 63
La timidez suele ir de la mano con un concepto negativo de
uno mismo, la idea de ser inadecuado.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 63
La persona tímida que teme despertar la atención de los
demás no carece de ego. Tiene un ego ambivalente que teme y a la vez desea la
atención de los demás. El temor es que la atención adopte la forma de
desaprobación o crítica, es decir, algo que menoscabe su sentido de ser en
lugar de engrandecerlo. Así, el temor de recibir atención es mayor que la
necesidad de tenerla. La timidez suele ir de la mano con un concepto negativo
de uno mismo, la idea de ser inadecuado. Toda noción conceptual del ser (verme
a mi mismo de tal o cual manera) es ego, trátese de un concepto
predominantemente positivo (soy el mejor) o negativo (no sirvo para nada).
Detrás de todo concepto positivo de uno mismo está el temor de no ser lo
suficientemente bueno. Detrás de todo concepto negativo de uno mismo se oculta
el deseo de ser el mejor de todos, o mejor que los demás. Detrás de la sensación
de superioridad del ego seguro de sí mismo y de la necesidad de conservar esa
superioridad, está el temor inconsciente a la inferioridad. Y al revés, el ego
tímido que se siente inferior, tiene un fuerte deseo oculto de ser superior.
Muchas personas fluctúan entre la sensación de inferioridad y de superioridad,
dependiendo de las situaciones o de las personas con quienes entran en
contacto. Lo único que usted necesita saber y observar en usted mismo es lo
siguiente: cada vez que se sienta superior o inferior a alguien, es problema de
su ego.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 63
Definirse a través del pensamiento es limitarse a sí mismo.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 67
Si nos sentimos infelices, lo primero que debemos reconocer
es esa infelicidad que llevamos dentro. Pero no es cuestión de decir, "Soy
infeliz", porque la infelicidad no tiene nada que ver con nuestra esencia.
Debemos decir, "Hay infelicidad en mi", y luego proceder a
investigarla.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 71
Nunca es la situación la causa principal de la infelicidad,
sino lo que pensamos de ella. Debemos tomar conciencia de nuestros pensamientos
y separarlos de la situación, la cual siempre es normal y siempre es como es.
Por un lado está la situación o el hecho, y por el otro está lo que pensamos
sobre ellos.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 71
No debemos buscar la felicidad puesto que no la
encontraremos. La búsqueda es la antítesis de la felicidad. La felicidad es
evasiva, mientras que podemos liberarnos ya mismo de nuestra infelicidad
enfrentándola como es, en lugar de inventar historias sobre ella. La
infelicidad opaca nuestro estado natural de bienestar y paz interior, fuentes
reales de la verdadera felicidad.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 71
La conciencia es el factor de cambio más poderoso de todos.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 73
La humanidad está destinada a trascender el sufrimiento,
pero no de la manera como piensa el ego. Uno de los muchos supuestos erróneos
del ego, uno de sus muchos pensamientos ilusorios es "No tendría por qué
sufrir". Algunas veces ese pensamiento se transfiere a un ser cercano:
"Mi hijo no tendría por qué sufrir". Ese es el pensamiento que se
encuentra en la raíz del sufrimiento. El propósito del sufrimiento es noble:
promover la evolución de la conciencia y consumir al ego. El hombre crucificado
es un arquetipo. Representa a todos los hombres y a todas las mujeres. El
proceso se hace más lento en la medida en que nos resistimos al sufrimiento
porque la resistencia produce más ego al cual consumir. Sin embargo, cuando
aceptamos el sufrimiento se acelera el proceso gracias al hecho de sufrir
conscientemente. Podemos aceptar el sufrimiento para nosotros mismos o para
alguien más, como un hijo o un progenitor. La transmutación ocurre
simultáneamente con el sufrimiento consciente. El fuego del sufrimiento se
convierte en la luz de la conciencia. El ego dice, "no tengo por qué
sufrir", y ése pensamiento acrecienta el sufrimiento. Es una distorsión de
la verdad, la cual siempre ha sido paradójica. La verdad es que debemos acoger
el sufrimiento para poder trascenderlo.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 75
Somos seres humanos. ¿Qué significa eso? Dominar la vida no
es cuestión de control sino de encontrar el equilibrio entre nuestra humanidad
y nuestro Ser.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 77
En un mundo lleno de personajes que representan un drama,
las pocas personas que no proyectan una imagen fabricada por la mente (y las
hay incluso en la televisión, los medios y el mundo de los negocios) sino que
funcionan desde la esencia profunda de su Ser, que no aparentan ser más de lo
que son sino que son ellas mismas, se destacan como personas notables y son las
únicas que logran dejar una verdadera huella en este mundo. Son las portadoras
de la nueva conciencia. Imprimen gran poder a todo lo que hacen porque están en
armonía con el propósito del todo. Sin embargo, su influencia va mucho más allá
de lo que hacen, mucho más allá de su función. Su simple presencia sencilla,
natural, discreta, ejerce un efecto de transformación sobre todas las personas
con quienes entran en contacto.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 80
El consejo de "Sé tu mismo" es bueno, pero también
puede ser engañoso. La mente intervendrá para decir, "Veamos, ¿cómo puedo
ser yo mismo?" Entonces la mente desarrolla algún tipo de estrategia:
"De cómo ser yo mismo". Otro personaje. En realidad, la pregunta de
"¿Cómo puedo ser yo mismo?" es incorrecta. Implica que debemos hacer
algo para ser nosotros mismos. Pero el cómo no es válido porque ya somos
nosotros mismos. Debemos dejar de añadir carga a lo que ya somos. "Pero no
sé quién soy. No sé lo que significa ser yo mismo". Cuando logramos
sentirnos totalmente a gusto con el hecho de no saber quiénes somos, entonces
lo que queda es lo que somos: el Ser detrás del humano, un campo de
potencialidad pura en lugar de algo ya definido.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 80
Hay cuatro palabras en las cuales se encierra el secreto del
arte de vivir, el secreto del éxito y la felicidad: uno con la vida. Ser uno
con la vida significa ser Uno con el Ahora. Entonces nos damos cuenta de que no
vivimos la vida, sino que ésta nos vive. La vida es la bailarina y nosotros
somos la danza.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 85
En su mayor parte, nuestro proceso de pensamiento es
involuntario, automático y repetitivo. No es más que una especie de estática
mental que no cumple ningún propósito real. Estrictamente hablando, no
pensamos: el pensamiento es algo que nos sucede. Cuando decimos "yo
pienso" está implícita la voluntad. Implica que tenemos voz en el asunto,
que podemos escoger. Sin embargo, en la mayoría de los casos no sucede así. La
afirmación "yo pienso" es tan falsa como la de "yo digiero"
o "yo circulo mi sangre". La digestión sucede, la circulación sucede,
el pensamiento sucede.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 95
Estar alienado significa no estar a gusto en ninguna
situación o con ninguna persona, ni siquiera con uno mismo. Buscamos
constantemente llegar a "casa" pero nunca nos sentimos en casa.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 97
La diferencia fundamental entre una reacción instintiva y
una emoción está en que la primera es una reacción directa del cuerpo frente a
una situación externa, mientras que la emoción es la respuesta del cuerpo a un
pensamiento.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 98
La historia de Tanzan y Ekido, dos monjes Zen que caminaban
por un sendero rural anegado a causa de la lluvia ilustra maravillosamente la
incapacidad o la falta de voluntad de la mente humana para dejar atrás el
pasado. Cuando se acercaban a una aldea, tropezaron con una joven que trataba
de cruzar el camino pero no quería enlodar su kimono de seda. Sin pensarlo dos
veces, Tanzan la alzó y la pasó hasta el otro lado. Los monjes continuaron
caminando en silencio. Cinco horas después, estando ya muy cerca del templo
donde se alojarían, Ekido no resistió más. "¿Por qué alzaste a esa
muchacha para pasarla al otro lado del camino?" preguntó. "Los monjes
no debemos hacer esas cosas". "Hace horas que descargué a la
muchacha", replicó Tazan. "¿Todavía llevas su peso encima?"
Imaginemos cómo sería la vida para alguien que viviera como Ekido todo el
tiempo, incapaz de dejar atrás las situaciones del pasado, acumulando más y más
cosas. Pues así es la vida para la mayoría de las personas de nuestro planeta.
¡Qué pesada es la carga del pasado que llevan en su mente!
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 103
Todos los vestigios de dolor que dejan las emociones
negativas fuertes y que no se enfrentan y aceptan para luego dejarse atrás,
terminan uniéndose para formar un campo de energía residente en las células
mismas del cuerpo. Está constituido no solamente por el sufrimiento de la
infancia, sino también por las emociones dolorosas que se añaden durante la
adolescencia y durante la vida adulta, la mayoría de ellas creadas por la voz
del ego. El dolor emocional es nuestro compañero inevitable cuando la base de
nuestra vida es un sentido falso del ser. Este campo de energía hecho de
emociones viejas pero que continúan muy vivas en la mayoría de las personas, es
el cuerpo del dolor. Sin embargo, el cuerpo del dolor no es solamente
individual. También participa del sufrimiento experimentado por un sinnúmero de
seres humanos a lo largo de una historia de guerras tribales, esclavitud,
rapacería, violaciones, torturas y otras formas de violencia. Ese sufrimiento
permanece vivo en la psique colectiva de la humanidad y se acrecienta día tras
día como podemos comprobarlo viendo los noticiarios u observando el drama de
las relaciones humanas. En el cuerpo colectivo del dolor seguramente está
codificado el ADN de todos los seres humanos, aunque todavía no se haya podido
demostrar.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 105
Todos los seres que llegan al mundo traen consigo un cuerpo
de dolor emocional. En algunos es más pesado y denso que en otros. Algunos
bebés son bastante felices la mayoría de las veces. Otros parecen albergar una
gran cantidad de tristeza. Es cierto que algunos bebés lloran mucho porque no
reciben suficiente atención y cariño, pero hay otros que lloran sin razón
aparente, como si quisieran que todas las personas a su alrededor fueran tan
infelices como ellos, lográndolo a veces. Han llegado al mundo con una carga
pesada de sufrimiento humano. Otros bebés lloran con frecuencia porque detectan
las emanaciones de las emociones negativas de sus padres, lo cual agranda su
cuerpo del dolor al absorber la energía de los cuerpos del dolor de sus padres.
Independientemente de la razón, a medida que crece el cuerpo físico, crece
también el cuerpo del dolor. El bebé que nace con un cuerpo del dolor liviano
no será necesariamente un adulto más "avanzado espiritualmente" que
el que nace con un cuerpo más denso. De hecho, muchas veces sucede lo
contrario. Las personas cuyo cuerpo del dolor es más pesado generalmente tienen
mayores oportunidades de despertar espiritualmente que quienes llegan con un
cuerpo relativamente liviano. Mientras algunas permanecen atrapadas en sus
cuerpos densos, muchas otras llegan a un punto en que ya no toleran su
infelicidad, de manera que se acentúa su motivación para despertar.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 105
El cuerpo del dolor es una forma semiautónoma de energía ,
hecha de emociones, que vive en el interior de la mayoría de los seres humanos.
Tiene su propia inteligencia primitiva , muy parecida a la de un animal astuto,
y el principal objetivo de esa inteligencia es la supervivencia . Al igual que
todas las formas de vida, necesita alimentarse periódicamente (absorber nueva
energía) y su alimento es la energía compatible con la suya propia, es decir,
la energía que vibra en una frecuencia semejante . Toda energía emocionalmente
dolorosa puede convertirse en alimento para el cuerpo del dolor. Es por eso que
tanto le agradan al cuerpo del dolor los pensamientos negativos y el drama de
las relaciones humanas. El cuerpo del dolor es una adicción a la infelicidad.
Es probable que usted se sienta sorprendido al saber por primera vez que hay
algo en su interior que busca periódicamente la negatividad emocional y la
infelicidad . Es preciso estar más conscientes para verlo en nosotros mismos
que para verlo en los demás . Una vez que la infelicidad se apodera de
nosotros, no solamente no deseamos ponerle fin sino que tratamos de que los
otros se sientan tan infelices como nosotros a fin de alimentarnos de sus
reacciones emocionales negativas. En la mayoría de los casos, el cuerpo del
dolor tiene una fase activa y otra latente. Cuando está latente olvidamos
fácilmente que llevamos una nube negra o un volcán dormido en nuestro interior,
dependiendo del campo de energía de nuestro cuerpo del dolor en particular. El
período que permanece latente varía de una persona a otra: unas cuantas semanas
es lo más común, pero puede también ser unos cuantos días o unos meses. En
algunos casos infrecuentes, el cuerpo del dolor puede permanecer en estado de
hibernación durante años hasta que algún suceso lo despierta.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 107
Todas las cosas son campos de energía vibratorios en
constante movimiento. La silla en la cual nos sentamos, el libro que sostenemos
en las manos parecen sólidos e inertes solamente porque ésa es la manera como
nuestros sentidos perciben la frecuencia de sus vibraciones, es decir, el
movimiento incesante de las moléculas, los átomos, los electrones y las partículas
subatómicas que, en su conjunto, conforman eso que vemos en forma de silla,
libro, árbol o cuerpo. Lo que percibimos como materia física es energía que
vibra (se mueve) en una determinada gama de frecuencias. Los pensamientos están
hechos de la misma energía pero vibran a una frecuencia más alta que la de la
materia, razón por la cual no podemos verlos o tocarlos. Los pensamientos
tienen su propia gama de frecuencias: los negativos están en la parte inferior
del espectro, mientras que los positivos están en la parte superior de la
escala . La frecuencia vibratoria del cuerpo del dolor resuena con la de los
pensamientos negativos, razón por la cual solamente puede alimentarse de ellos.
El patrón usual por el cual el pensamiento crea las emociones se invierte en el
caso del cuerpo del dolor, por lo menos inicialmente. La emoción del cuerpo del
dolor no tarda en apoderarse del pensamiento y, una vez que eso sucede, la
mente comienza a producir pensamientos negativos. La voz de la mente comienza a
contar historias de tristeza, angustia o ira acerca de la vida, de nosotros
mismos, de las otras personas, de los sucesos pasados, presentes, futuros o
imaginarios. La voz culpa, acusa, reniega, se imagina. Y nosotros nos
identificamos totalmente con lo que dice la voz y creemos todos sus
pensamientos distorsionados. Es el momento en que se apodera de nosotros la
adicción a la infelicidad. No es tanto que no podamos frenar el tren de
pensamientos negativos, sino que no deseamos hacerlo. Esto se debe a que, en ese
momento, el cuerpo del dolor está viviendo a través de nosotros y suplantando a
nuestro verdadero ser . Y al cuerpo del dolor le es placentero el sufrimiento.
Devora ansiosamente todos los pensamientos negativos. En efecto, la voz que
habla usualmente en la mente se ha convertido en la voz del cuerpo del dolor y
ha asumido el control del diálogo interior. Se establece entonces un círculo
vicioso entre el cuerpo del dolor y el pensamiento. Cada pensamiento alimenta
el cuerpo del dolor y éste, a su vez, genera más pensamientos. En algún
momento, después de unas cuantas horas o hasta días, una vez que está
satisfecho, el cuerpo del dolor vuelve a dormir, dejando tras de sí un
organismo agotado y un cuerpo mucho más susceptible a la enfermedad. Se parece
mucho a un parásito psíquico, y eso es en realidad.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 108
La mayoría de los cuerpos del dolor buscan infligir
sufrimiento y ser a la vez víctimas de él, pero algunos son principalmente
victimarios o víctimas . En cualquiera de los dos casos, se alimentan de la
violencia, sea ésta física o emocional . Algunas parejas que creen estar
enamoradas en realidad se sienten atraídas porque sus respectivos cuerpos del
dolor se complementan. Algunas veces, los papeles de víctima y victimario
quedan claramente asignados desde su primer encuentro. Algunos matrimonios, en
lugar de hacerse en el cielo se hacen en el infierno. Quien haya tenido un gato
sabe que, incluso mientras duerme, el gato parece saber lo que sucede a su
alrededor porque al más mínimo ruido dirige las orejas hacia el lugar de donde
vino y abre ligeramente los ojos . Los cuerpos del dolor son iguales. En un
determinado nivel continú
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 111
¿Por qué las películas violentas atraen a un público tan
grande? Hay una industria enorme, parte de la cual se sostiene gracias a la
adicción de los seres humanos por la infelicidad . Es obvio que las personas
ven esas películas porque desean sentirse mal. ¿Qué es lo que motiva al ser
humano a querer sentirse mal y decir que eso es bueno? El cuerpo del dolor, por
supuesto. Buena parte de la industria del entretenimiento está dirigida a él.
Entonces, además de la reactividad, los pensamientos negativos y el drama
personal, el cuerpo del dolor también se renueva indirectamente a través del
cine y la televisión. Son cuerpos del dolor los que escriben y producen esas
películas para que otros cuerpos del dolor paguen por verlas. ¿Acaso siempre es
"malo" mostrar y ver violencia en la televisión y en las pantallas de
cine? ¿Alimenta toda esa violencia al cuerpo del dolor? En la actual etapa
evolutiva de la humanidad, la violencia no solamente es generalizada, sino que
va en aumento, a medida que la vieja conciencia egotista, amplificada por el
cuerpo colectivo del dolor, se intensifica antes de su muerte inevitable. Si
las películas muestran la violencia dentro de su contexto más amplio, si
muestran el origen y las consecuencias de esa violencia, si muestra lo que le
hace a la víctima y también al victimario, si muestran la inconsciencia que
está detrás de ella y que se pasa de generación en generación (la ira y el odio
que viven en forma de cuerpo del dolor en cada ser humano), entonces las
películas pueden desempeñar un papel fundamental en el despertar de la
humanidad. Pueden ser el espejo en el cual la humanidad vea reflejada su
locura. Aquello que reconoce la locura como tal (aunque sea la propia) es
cordura, es el despertar de la conciencia, es el fin de la demencia.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 113
Cuando se tiene sensibilidad suficiente, es posible sentir
el peso del campo de energía de ciertos países tan pronto como uno baja del
avión. En otros países se puede percibir un campo de energía de violencia
latente bajo la superficie de la vida cotidiana. En algunas naciones, por
ejemplo en el Medio Oriente, el cuerpo colectivo del dolor es tan agudo que una
parte importante de la población se ve obligada a manifestarlo a través de un
ciclo de locura interminable de crímenes y venganzas a partir del cual se
renueva constantemente el cuerpo del dolor.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 117
Realmente no importa cuál proporción de nuestro cuerpo del
dolor pertenezca a nuestra nación o nuestra raza y cuál proporción sea
personal. Cualquiera que sea el caso, la única manera de trascenderlo es
asumiendo la responsabilidad por nuestro estado interior en este momento.
Aunque la culpa parezca justificada, mientras culpemos a otros continuaremos
alimentando el cuerpo del dolor con nuestros pensamientos y permaneceremos
atrapados en el ego. Solamente hay una fuente de maldad en nuestro planeta: la
inconsciencia humana. En el simple hecho de reconocer esa realidad se alberga el
verdadero perdón. Con el perdón se disuelve nuestra identidad de víctimas y
aflora nuestro poder verdadero: el poder de la Presencia. En lugar de culpar a
las tinieblas, traemos la luz.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 119
Le pedí que llevara su atención a lo que sentía en el
interior de su cuerpo y que sintiera la emoción directamente, no a través del
filtro de sus pensamientos de infelicidad, de su historia de tristeza. Dijo que
había venido con la esperanza de que yo le mostrara el camino para salir de su
infelicidad, no para entrar en ella. Sin embargo, hizo lo que le pedí, aunque
con algo de renuencia. Lloraba y temblaba. "Eso es lo que siente en este
momento", le dije, "no hay nada que pueda hacer ahora porque eso es
lo que siente en este momento. Entonces, en lugar de cambiar la forma como se
siente en este momento, lo cual generará más sufrimiento, ¿cree posible aceptar
por completo lo que siente ahora?" Guardó silencio unos instantes.
Súbitamente se mostró impaciente como si quisiera levantarse y dijo enojada,
"no, no deseo aceptar esto". "¿Quién está hablando?", le
pregunté, "¿usted o su infelicidad? ¿Se da cuenta de que su infelicidad
por estar infeliz es otra capa más de infelicidad?" Calló nuevamente.
"No le estoy pidiendo que haga algo. Lo único que le pido es que trate de
descubrir si le es posible permitir que esos sentimientos residan ahí. En otras
palabras, y esto puede parecerle extraño, ¿qué sucede con la infelicidad? ¿No
desea averiguarlo? " Me miró intrigada durante unos momentos, y al cabo de
un minuto de silencio, noté un cambio importante en su campo de energía. Dijo,
"es raro, todavía me siento infeliz, pero ahora hay un espacio alrededor,
parece que me pesara menos" . Fue la primera vez que alguien utilizó esa
descripción: hay espacio alrededor de mi infelicidad . Ese espacio se produce
cuando aceptamos interiormente lo que estamos experimentando en el presente.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 122
El cuerpo del dolor de los padres puede afectar
profundamente a los niños altamente sensibles. El hecho de tener que presenciar
la demencia del drama de sus padres les provoca un dolor emocional
insoportable, de tal manera que son estos niños quienes llegan a tener cuerpos
del dolor muy densos en la edad adulta . Los padres que tratan de ocultar sus
cuerpos del dolor no engañan a sus hijos. "No debemos pelear delante de
Ios niños", dicen, pero eso sólo significa que mientras conversan
educadamente, el hogar está cargado de energía negativa. Suprimir el cuerpo del
dolor es extremadamente tóxico , mucho más que dejarlo manifestar abiertamente,
y los niños absorben esa toxicidad psíquica , la cual contribuye a acrecentar
sus propios cuerpos del dolor.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 126
La infelicidad del cuerpo del dolor siempre es completamente
desproporcionada en relación con su causa aparente. En otras palabras, es una
reacción exagerada. Es así como se la reconoce, aunque generalmente no es la
persona poseída quien la reconoce. Una persona con un cuerpo del dolor pesado
encuentra fácilmente las razones para sentirse alterada, molesta, afligida,
triste o temerosa. Las cosas relativamente insignificantes que en otra persona
provocarían solamente un encogimiento de hombros y una sonrisa indiferente, se
convierten en la causa aparente de un sufrimiento intenso. Y claro está que no
son la causa verdadera, sino el factor desencadenante, el cual revive las
viejas emociones acumuladas. La emoción se aposenta luego en la cabeza, donde
amplifica e imprime energía a las estructuras egotistas de la mente. El cuerpo
del dolor y el ego son parientes cercanos. Se necesitan mutuamente. El suceso o
la situación desencadenante se interpretan y se ponen en escena a través de la
pantalla de un ego altamente emocional. Esto quiere decir que su significado se
distorsiona completamente. Vemos el presente a través de los ojos del pasado
emocional que llevamos dentro. En otras palabras, lo que vemos o experimentamos
no está en el suceso ni en la situación, sino en nosotros. O, en algunos casos,
aunque sea parte del suceso o de la situación terminamos amplificándolo con
nuestra reacción. Esta reacción, esta amplificación, es el alimento que el
cuerpo del dolor desea y necesita. La persona poseedora de un cuerpo del dolor
pesado encuentra a veces imposible distanciarse de su interpretación distorsionada,
de su "historia " cargada de emoción. Mientras más emoción negativa
haya en una historia, más pesada e impenetrable es ésta. Así, la historia no se
reconoce como tal, sino que se la confunde con la realidad. Cuando estamos
completamente atrapados en el devenir del pensamiento y las emociones que lo
acompañan, es imposible desprendernos porque ni siquiera sabemos que podemos
hacerlo. Estamos atrapados en nuestra propia película o ilusión. Y hasta donde
sabemos, nuestra reacción es la única reacción posible.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 129
La emanación de energía de una persona con un cuerpo del
dolor activo es muy particular y les resulta muy desagradable a los demás.
Cuando se cruzan con esa persona, hay quienes sienten la necesidad de apartarse
inmediatamente o de reducir al mínimo su interacción con ella. Se sienten
repelidas por su campo de energía. Otras personas sienten una ola de agresión
dirigida contra ellas y reaccionan con grosería atacándola verbalmente o hasta
físicamente también. Eso significa que hay algo en su interior que resuena con
el cuerpo del dolor del otro. Aquello contra lo cual reaccionaron con tanta
fuerza vive en su interior también. Es su propio cuerpo del dolor. No sorprende
entonces que las personas cuyos cuerpos del dolor son pesados y activos vivan
con frecuencia en situaciones de conflicto. Algunas veces, como es natural,
ellas mismas las provocan. Pero otras veces quizás ni siquiera hagan nada. La
negatividad que emanan es suficiente para atraer la hostilidad y generar el
conflicto. Se necesita un alto grado de Presencia para evitar reaccionar cuando
se está frente a una persona con un cuerpo del dolor tan activo. Cuando
logramos estar presentes, a veces sucede que nuestra Presencia lleva a la otra
persona a dejar de identificarse con su cuerpo del dolor y a experimentar el
milagro de un despertar súbito. Aunque ese despertar sea de corta duración,
será la iniciación de todo el proceso.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 130
Reconocer la unicidad en nosotros mismos y en el otro es el
verdadero amor, el verdadero interés y la verdadera compasión.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 132
J. Krishnamurti, el gran filósofo y maestro espiritual de la
India, viajó casi continuamente por el mundo entero durante más de 50 años para
tratar de comunicar a través de las palabras (que son contenido) aquello que
está más allá de las palabras y del contenido. Durante una de sus últimas
conferencias, sorprendió al público preguntando, "¿desean conocer mi
secreto?" Todo el mundo quedó en vilo. Muchas de las personas habían
acudido a sus conferencias durante 20 o 30 años sin lograr comprender la
esencia de su enseñanza. Finalmente, después de todos esos años, el maestro
estaba a punto de revelarles la clave. "Mi secreto es el siguiente",
dijo, "no me importa lo que pueda suceder".
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 148
El ego podría definirse sencillamente como una relación
disfuncional con el momento presente.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 150
¡El universo toma conciencia de sí mismo a través de
nosotros!
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 165
Cuando el ojo no encuentra nada para ver, la nada se percibe
como espacio. Cuando el oído no encuentra nada para oír, el vacío se percibe
como quietud. Cuando los sentidos, diseñados para percibir la forma, se
tropiezan con la ausencia de la forma, la conciencia informe que está detrás de
la percepción y de la cual emana toda percepción, toda experiencia posible, ya
no se oculta detrás de la forma. Cuando contemplamos la profundidad
inconmensurable del espacio o escuchamos el silencio en las primeras horas del
amanecer, algo resuena dentro de nosotros como en una especie de
reconocimiento. Entonces sentimos que la vasta profundidad del espacio es
nuestra propia profundidad y reconocemos que esa quietud maravillosa es nuestra
más profunda esencia, más profunda que cualquiera de las cosas que conforman el
contenido de nuestra vida.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 165
La realidad dual del universo, la cual consta de cosas y
espacio (cosas y vacío), es también la nuestra. Una vida humana sana
equilibrada y fructífera es una danza entre dos dimensiones que conforman la
realidad: la forma y el espacio. La mayoría de las personas están tan
identificadas con la dimensión de la forma, con las percepciones de los
sentidos, los pensamientos y las emociones, que carecen de la otra mitad vital.
Su identificación con la forma las mantiene atrapadas en el ego.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 166
La enfermedad colectiva de la humanidad radica en que las
personas están tan inmersas en los sucesos, tan hipnotizadas por el mundo de
las formas fluctuantes, tan absortas en el contenido de sus vidas, que han
olvidado la esencia, aquello que está más allá del contenido, de la forma y del
pensamiento. Están tan sumidas en el tiempo que han olvidado la eternidad, la
cual es su origen, su hogar y su destino. La eternidad es la realidad viviente
de lo que somos.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 166
Hace algunos años, estando en China, tropecé con una estupa
en la cima de una montaña cerca de Guilin. Tenía unas letras doradas grabadas
cuyo significado consulté a mi anfitrión. "Significa Buda", me
respondió. "¿Por qué hay dos caracteres en lugar de uno?" pregunté.
"Uno significa 'hombre' y el otro significa 'no'. Los dos juntos
significan 'Buda'. Me quedé perplejo. El carácter representativo de Buda
contenía toda la enseñanza de Buda y, para quienes tuvieran ojos para ver,
contenía el secreto de la vida. Son esas las dos dimensiones que conforman la
realidad, lo que es y lo que no es: es decir, el reconocimiento de que no somos
la forma.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 167
Solamente lo eterno de nosotros puede reconocer la
temporalidad de lo temporal.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 170
¿Entonces es la televisión un medio para crear espacio
interior? ¿Nos ayuda a estar presentes? Desafortunadamente no es así. Si bien
la mente suspende su actividad durante períodos prolongados de tiempo, se conecta
con la actividad mental del programa de televisión. Se conecta con la versión
televisada de la mente colectiva y entra a pensar esos pensamientos. La mente
está inactiva únicamente en el sentido de no generar sus propios pensamientos.
Sin embargo, está absorbiendo continuamente los pensamientos y las imágenes
provenientes de la televisión. Esto induce una especie de estado de trance y
mayor susceptibilidad, parecido al de la hipnosis. Es por eso que es ideal para
manipular "la opinión pública", como lo saben bien los políticos, los
grupos de interés y los anunciantes. Es por eso que pagan millones de dólares
para sorprendernos inermes en ese estado de receptividad. Buscan reemplazar
nuestros pensamientos por los de ellos, y por lo general lo logran. Así, mientras
vemos televisión, la tendencia es a caer por debajo del pensamiento en lugar de
elevarnos por encima de él. En esto, la televisión se parece al alcohol y a
ciertas drogas. Si bien nos libera transitoriamente del yugo de la mente, el
precio también es alto: la inconsciencia. Lo mismo que las drogas, la
televisión tiene una cualidad adictiva grande. Tomamos el control para apagar
el aparato y en lugar de hacerlo comenzamos a repasar todos los canales. Media
hora o una hora después todavía estamos viendo y recorriendo los canales. Es
como si el botón de apagado fuera el único que el dedo no logra oprimir.
Continuamos pegados al aparato no porque algo interesante atrae nuestra
atención, sino precisamente porque no hay nada interesante para ver. Una vez atrapados,
mientras más trivial y más sin sentido, más adictiva se vuelve. Si fuera
interesante y desafiara el intelecto, llevaría a la mente a pensar nuevamente,
lo cual sería más consciente y preferible a un trance inducido por un aparato.
Entonces las imágenes de la pantalla no mantendrían totalmente cautiva nuestra
atención.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 172
¿Puedes oír la
quebrada en la montaña?
Un maestro zen caminaba en silencio con uno de sus
discípulos por un sendero de la montaña. Cuando llegaron donde había un cedro
antiguo, se sentaron para comer su merienda sencilla a base de arroz y
verduras. Después de comer, el discípulo, un monje joven que no había
descubierto todavía la clave del misterio del Zen, rompió el silencio para
preguntar: "maestro, ¿cómo puedo entrar en Zen?" Obviamente se
refería a la forma de entrar en el estado de la conciencia que es el Zen. El
maestro permaneció en silencio. Pasaron casi cinco minutos durante los cuales
el discípulo aguardó ansiosamente la respuesta. Estaba a punto de hacer otra
pregunta cuando el maestro le preguntó repentinamente, "¿oyes el sonido de
esa quebrada en la montaña"? El discípulo no se había percatado de ninguna
quebrada. Estaba demasiado ocupado pensando en el significado del Zen. Entonces
prestó atención al sonido y su mente ruidosa comenzó a aquietarse. Al principio
no oyó nada. Después, sus pensamientos dieron paso a un estado de alerta, hasta
que escuchó el murmullo casi imperceptible de una quebrada en la distancia.
"Sí, ahora lo oigo", dijo. El maestro levantó un dedo y con una
mirada a la vez dura y gentil, le dijo, "Entra al Zen desde allí". El
discípulo quedó asombrado. Fue su satori, un destello de iluminación. Sabía lo
que era el Zen sin saber qué era lo que sabía. Después siguieron su camino en
silencio. El discípulo no salía de su asombro al sentir la vida del mundo que
lo rodeaba. Lo experimentó todo como si fuera la primera vez. Sin embargo, poco
a poco comenzó a pensar nuevamente. El ruido de su mente sofocó nuevamente la
quietud de su conciencia y no tardó en formular otra pregunta:
"maestro", dijo, "he estado pensando. ¿Qué hubiera dicho usted
si yo no hubiera logrado oír la quebrada en la montaña?" El maestro se detuvo,
lo miró, levantó el dedo y dijo, "Entra al Zen desde allí".
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 177
Esta es la realidad de la mayoría de las personas: tan
pronto como perciben algo, el ego, ese ser fantasma, le da un nombre, lo
interpreta, lo compara con otra cosa, lo acepta, lo rechaza o lo califica de
bueno o malo . La persona es prisionera de las formas de pensamiento, de la
conciencia del objeto. No es posible despertar la espiritualidad hasta tanto
cese la urgencia compulsiva por nombrar o hasta tomar conciencia de ella y
poder observarla en el momento en que sucede. Es nombrando constantemente que
el ego mantiene su lugar en la mente no observada. Cuando cesa el impulso de
nombrar, e incluso en el momento mismo en que tomamos conciencia de él, se abre
el espacio interior y nos liberamos de la posesión de la mente.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 179
No son los pensamientos los que le interesan sino el acto
mismo de percibir. ¿Puede eliminar los pensamientos? ¿Puede mirar sin que la
voz de su mente comente, llegue a conclusiones, compare o trate de dilucidar
algo? Después de un par de minutos, dirija su mirada a su alrededor, haciendo
que su atención ilumine cada cosa sobre la cual se pose. Después lleve su
atención a los sonidos que se producen a su alrededor. Escuche de la misma
manera como observó los objetos, algunos sonidos pueden ser naturales (el agua,
el viento, los pájaros), mientras que otros son hechos por el hombre. Algunos
son agradables, mientras que otros pueden ser desagradables. Sin embargo, no
trate de diferenciar entre los buenos y los malos. Permita que cada sonido sea
como es, sin interpretaciones. La clave, nuevamente, es el estado de alerta y
atención. Cuando miramos y escuchamos de esa manera, tomamos conciencia de un
sentido de calma sutil y quizás casi imperceptible en un principio. Algunas
personas lo sienten como una quietud en el fondo, otras hablan de una sensación
de paz. Cuando la conciencia no está completamente absorta en los pensamientos,
parte de ella permanece en su estado original informe, y no condicionado. Ese
es el espacio interior.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 180
¿Quién es el experimentador? Lo que vemos, oímos,
saboreamos, tocamos y olemos son, naturalmente, objetos de los sentidos. Son
las cosas que experimentamos. Pero, ¿quién es el sujeto, el experimentador? Si
usted en este momento dice, "bueno, pues claro que el experimentador soy
yo, Pedro Pérez, contador, de cuarenta y cinco años, divorciado, padre de dos
hijos", estará equivocado. Pedro Pérez y todo aquello con lo cual se
identifique el concepto mental de Pedro Pérez, son los objetos de la
experiencia, no el sujeto que tiene la experiencia. Son tres los posibles
ingredientes de toda experiencia: las percepciones sensoriales, los
pensamientos o las imágenes mentales y las emociones. Son pensamientos Pedro
Pérez, contador, de cuarenta y cinco años, divorciado, padre de dos hijos y,
por tanto, son parte de su experiencia en el momento en que pasan por su mente.
Ellos y todo lo demás que usted pueda decir o pensar acerca de usted mismo son
los objetos, no el sujeto. Son la experiencia, no el experimentador. Usted
podría agregar miles de definiciones más (pensamientos) acerca lo que es usted
y sin duda alguna crecería la complejidad de su experiencia (y también los
ingresos de su psiquiatra), pero no es ése el camino para descubrir al
experimentador, el cual es anterior a todas las experiencias pero sin el que no
habría experiencia. ¿Entonces quién es el experimentador? Usted. ¿Y quién es
usted? La conciencia. ¿Y qué es conciencia? Esa pregunta no tiene respuesta
porque tan pronto como se da una respuesta se la falsifica y se la convierte en
otro objeto. La conciencia, cuyo nombre tradicional es Espíritu, no se puede
conocer en el sentido normal de la palabra, y es inútil buscarla. Todo el
conocimiento reside en el ámbito de la dualidad: sujeto y objeto, conocedor y
conocido. El sujeto, el yo, el conocedor sin quien sería imposible todo
conocimiento, toda percepción o todo pensamiento, debe eludir por siempre todo
conocimiento. Esto se debe a que es informe, solamente las formas son
susceptibles de conocerse y, no obstante, sin la dimensión informe, el mundo de
la forma sería imposible. Es el espacio luminoso en el cual emerge y se sumerge
el mundo. Ese espacio es la vida que Yo Soy. Es atemporal. Lo que sucede en ese
espacio es relativo y temporal: el placer y el dolor, la ganancia y la pérdida,
el nacimiento y la muerte. El mayor impedimento para descubrir el espacio
interior, para encontrar al experimentador, es fascinarse con la experiencia
hasta el punto de perderse en ella. Es la conciencia extraviada en su propio
sueño. Es dejarse atrapar hasta tal punto por cada pensamiento, cada emoción y
cada experiencia que en efecto permanecemos en una especie de ensoñación. Ese
ha sido el estado normal de la humanidad durante miles de años. Aunque no
podemos conocer la conciencia, podemos reconocer en ella lo que somos. Podemos
sentirla directamente en cualquier situación, independientemente de donde
estemos. Podemos sentirla aquí y ahora como la Presencia, el estado interior en
el cual se perciben las palabras de esta página y se convierten en
pensamientos. Es el Yo soy de fondo. Las palabras que estamos leyendo y
convirtiendo en pensamientos son la parte delantera del escenario y el Yo Soy
es el telón de fondo, el substrato, la base subyacente de toda experiencia,
pensamiento y sentimiento.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 181
Al tomar conciencia de la respiración apartamos nuestra
atención de los pensamientos y creamos espacio. Es una forma de generar
conciencia. Si bien la conciencia plena existe ya como no manifiesta, estamos
aquí en el mundo para traer la conciencia a esta dimensión. Tome conciencia de
su respiración. Note la sensación de respirar. Sienta cómo el aire entra y sale
de su cuerpo. Note cómo se expanden y se contraen ligeramente el pecho y el
abdomen al inhalar y al exhalar. Una respiración consciente basta para abrir
algo de espacio en medio del tren interminable de pensamientos. Una respiración
consciente (y dos todavía más) varias veces al día es una manera excelente de
traer espacio a la vida. Aunque medite con la atención en la respiración
durante dos horas o más, como lo hacen algunas personas, solo necesitará (o
podrá) tomar conciencia de una respiración. Las demás son recuerdos o
anticipación, es decir, pensamiento. Respirar no es realmente algo que hagamos,
sino algo que presenciamos mientras sucede. La respiración sucede
espontáneamente. La inteligencia de nuestro cuerpo se encarga de ella. No hace
falta esfuerzo alguno. Note también a breve pausa de la respiración,
especialmente el punto quieto, al final de la exhalación, antes de la siguiente
inhalación.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 183
La mayoría de las personas viven tan distraídas con sus
pensamientos, tan identificadas con la voz de la mente, que no logran sentir la
corriente de vida que las anima. El hecho de no poder sentir la vida que anima
el cuerpo físico, la vida que somos en esencia, es la mayor privación que nos
puede suceder. Entonces comenzamos a buscar sustitutos no solamente para el
estado natural de bienestar, sino también algo para sofocar la inquietud
continua que nos atrapa cuando no estamos en contacto con la corriente
vivificante siempre presente pero ignorada. Algunos de los sustitutos son el
estado de euforia producido por las drogas, el exceso de estímulos sensoriales
como la música fuerte, las actividades peligrosas o de alto riesgo, o una
obsesión por el sexo. Hasta el drama en las relaciones sirve de reemplazo para
esa sensación de vida. El disfraz más perseguido para tapar la inquietud
subyacente es el de las relaciones íntimas: el hombre o la mujer que "me
hará feliz". Pero claro está que también es una de las desilusiones más
frecuentes. Y cuando la inquietud emerge nuevamente, la persona tiende a culpar
a su pareja. Respire dos o tres veces con plena conciencia. Trate de percibir
la sutil corriente de vida que invade todo su cuerpo interior. ¿Puede sentir su
cuerpo desde adentro, por así decirlo? Deténgase brevemente en partes
específicas de su cuerpo. Sienta las manos, después, los brazos, las piernas,
los pies. ¿Siente el abdomen, el pecho, el cuerpo y la cabeza? ¿Y los labios?
¿Hay vida en ellos? Después tome conciencia nuevamente del cuerpo interior en
su totalidad. Al principio puede hacerlo con los ojos cerrados, y una vez que
aprenda a sentir el cuerpo, abra los ojos, mire a su alrededor y continúe
sintiendo el cuerpo simultáneamente.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 186
… lo más importante que debemos reconocer es lo siguiente:
tenemos un propósito interno y otro externo en la vida. El propósito interno se
relaciona con el Ser y es primario. El propósito externo se relaciona con el
hacer y es secundario. Si bien este libro se refiere principalmente a nuestro
propósito interno, en éste capítulo y en el siguiente nos referiremos también a
la pregunta de cómo lograr consonancia entre el propósito interno y el externo.
Sin embargo, los dos propósitos están tan íntimamente ligados que es casi
imposible hablar del uno sin hacer referencia al otro. Nuestro propósito
interno es el despertar. Es así de sencillo, es un propósito que compartimos
con todos los demás seres humanos de este planeta, porque es el propósito de la
humanidad. Nuestro propósito interno es parte esencial del propósito del todo,
del universo y de su inteligencia. Nuestro propósito externo puede variar con
el tiempo y es muy diferente según la persona. La base para poder cumplir con
nuestro propósito externo está en encontrar el propósito interno y vivir en
consonancia con él. Es la base del éxito verdadero. Sin esa consonancia podemos
lograr determinadas cosas a base de esfuerzo, lucha, dedicación o simplemente
mucho trabajo y sagacidad. Pero ese esfuerzo no encierra dicha alguna y termina
invariablemente por traducirse en alguna forma de sufrimiento.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 192
"Deseo conocer la mente de Dios", dijo Einstein.
"Lo demás son detalles". ¿Qué es la mente de Dios? Conciencia. ¿Qué
significa conocer la mente de Dios? Estar conscientes. ¿Cuáles son los
detalles? El propósito externo y lo que quiera que suceda en el plano externo.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 195
Así, quizás mientras usted espera que suceda algo
significativo en su vida, podría no darse cuenta de que lo más importante que
puede sucederle a un ser humano ya le ha sucedido: el comienzo del proceso de
separación entre el pensamiento y la conciencia.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 195
Muchas personas que se encuentran en las primeras etapas del
proceso de despertar sienten que ya no saben a ciencia cierta cuál es su
propósito externo. Aquello que mueve al mundo ya no las motiva. Al ver con
tanta claridad la demencia de nuestra civilización, podrían sentirse aisladas
hasta cierto punto de la cultura que las rodea. Hay quienes sienten que habitan
en tierra de nadie, en medio de dos mundos. Ya el ego no dirige su destino pero
la conciencia todavía no se ha integrado plenamente a sus vidas. No se ha
producido la fusión entre el propósito interno y el propósito externo.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 195
¿Acaso vivir de esa manera no me impedirá tratar de lograr
algo excepcional? Mi temor es permanecer encadenado a las minucias el resto de
mi vida, a cosas inconsecuentes. Temo no salir nunca de la mediocridad, no
atreverme jamás a lograr algo extraordinario, no realizar mi potencial. De las
cosas pequeñas a las cuales honramos y proporcionamos cuidados nacen las cosas
grandes. La vida de todas las personas realmente está hecha de detalles. La
grandeza es una abstracción mental y una fantasía del ego. La paradoja está en
que la base de la grandeza está en honrar los detalles del presente en lugar de
perseguir la idea de la grandeza. El momento presente siempre es pequeño en el
sentido de que siempre es simple, pero en él se encarna el mayor de los
poderes. Como el átomo, que es una de las cosas más pequeñas pero que encierra
un poder enorme. Es sólo cuando estamos en consonancia con el momento presente
que logramos acceso a ese poder. Pero podría ser más atinado decir que ese
poder tiene entonces acceso a nosotros, y a través nuestro, al mundo.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 199
UN DIÁLOGO SOBRE EL
PROPÓSITO INTERNO
El diálogo que viene a continuación resume un sinnúmero de
conversaciones que he sostenido con personas que estaban buscando su verdadero
propósito en la vida. Decimos que algo es verdad cuando resuena con nuestro Ser
más profundo, cuando está en consonancia con nuestro propósito interno. Es por
eso que en este diálogo dirijo primero la atención al propósito interno y
primordial. P: No sé exactamente de qué se trata, pero cuando pienso en un
cambio, siento que deseo expansión en mi vida; deseo hacer algo que deje huella
y, sí, deseo también la prosperidad y la libertad que viene con ella. Deseo
hacer algo importante, algo que deje una huella en el mundo. Pero si me
pregunta qué es exactamente lo que deseo, tendría que decir que no lo sé.
¿Podría ayudarme a encontrar mi propósito en la vida? R: Su propósito es estar
aquí, hablando conmigo, porque es aquí donde usted está y es esto lo que está haciendo,
hasta tanto se levante y comience a hacer otra cosa. Esa otra cosa se
convertirá entonces en su propósito. ¿Entonces mi propósito es sentarme en mi
oficina durante los próximos 30 años hasta jubilarme o hasta que me despidan?
En este momento no está en su oficina, de manera que ése no es su propósito.
Cuando esté en su oficina, haciendo lo que sea que haga, ése será su propósito.
No durante los próximos 30 años, sino ahora. Creo que no nos estamos
entendiendo. Para usted, el propósito es lo que hacemos ahora; para mí
significa tener una meta en la vida, algo grande e importante que imprima
sentido a lo que hago, algo que deje huella. Despachar documentos en la oficina
no lo es. Eso lo sé. Mientras no tenga conciencia de Ser, usted buscará
significado solamente en la dimensión del hacer y del futuro, es decir, en la
dimensión del tiempo. Y todo significado o toda realización que usted encuentre
en esa dimensión se disolverá o demostrará no ser más que una ilusión. El
tiempo terminará por destruirlo indefectiblemente. Todo significado que
encontremos en ese plano es verdadero solamente en términos relativos y
temporales. Por ejemplo, si ver por sus hijos le da significado a su vida, ¿qué
sucederá con ese significado cuando ellos ya no necesiten de usted y quizás ni
siquiera deseen escuchar lo que usted tiene que decir? Si le encuentra
importancia a la vida ayudando a los demás, dependerá de que otras personas
estén en peores circunstancias que las suyas para que su vida continúe teniendo
significado y usted pueda sentirse a gusto consigo mismo. Si sobresalir,
triunfar o tener éxito en esto o aquello le proporciona significado, ¿qué
pasará si nunca llega a triunfar o si algún día se termina su racha de buena
suerte? Tendría entonces que recurrir a su imaginación o a sus recuerdos, los
cuales le proporcionarán apenas un significado pobre e insatisfactorio a su
vida. Triunfar en cualquier campo tiene importancia siempre y cuando haya miles
o millones de personas que no hagan lo mismo. Por consiguiente, es preciso que
otros seres humanos "fracasen" para que su vida pueda tener
significado. No estoy diciendo que ayudar a los demás, ver por los hijos o
aspirar a la excelencia en cualquier campo no merezcan la pena. Para muchas
personas, son un aspecto importante de su propósito externo, pero éste por sí
solo siempre es relativo, inestable y transitorio. Pero no significa que usted
deba abstenerse de hacer todas esas cosas. Significa que debe conectarlas con
su propósito primario interno, de tal manera que pueda imprimir un significado
más profundo a todo lo que haga. Cuando no vivimos en consonancia con nuestro
propósito primario, cualquiera que sea el propósito que tengamos en la vida,
aunque sea crear el cielo en la tierra, provendrá del ego o sucumbirá con el tiempo.
Tarde o temprano, llevará al sufrimiento. Si usted desconoce su propósito
interno, todo lo que haga, aunque parezca espiritual, llevará la marca del ego
y, por tanto, acabará por corromperse. El dicho de que "el camino al
infierno está sembrado de buenas intenciones" apunta a esa verdad. En
otras palabras, no son las metas ni los actos los que son primordiales sino el
estado de conciencia del cual emanan. Alcanzar el propósito primario equivale a
sentar las bases para una nueva realidad, una nueva tierra. Una vez construidos
esos cimientos, el propósito externo se carga de poder espiritual porque las
metas y las intenciones se funden con el impulso evolutivo del universo.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 196
La vida de cada persona (todas las formas de vida en
realidad) representa un mundo, una forma única en la que el universo se
experimenta a sí mismo. Y cuando nuestra forma se disuelve se acaba un mundo,
uno entre un sinnúmero de mundos.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 211
Hasta ahora, el ego ha distorsionado y utilizado
equivocadamente la inteligencia humana, la cual es apenas un aspecto minúsculo
de la inteligencia universal. Es lo que denomino "la inteligencia al
servicio de la locura". Se necesita una inteligencia superior para dividir
el átomo. Usar esa inteligencia para construír y acumular bombas atómicas es
demencia o, en el mejor de los casos, lo menos inteligente que hay. La
estupidez es relativamente inofensiva, pero la estupidez inteligente es
altamente peligrosa. Esta estupidez inteligente, de la cual encontramos un
sinnúmero de ejemplos obvios, amenaza la supervivencia de nuestra especie.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 213
La conciencia ya es consciente. Es lo que no se manifiesta,
lo eterno. Sin embargo, el universo adquiere conciencia apenas gradualmente. La
conciencia misma es atemporal y, por tanto, no evoluciona. No tuvo principio ni
tendrá fin. Cuando la conciencia se manifiesta a través del universo, parece
sujeta al tiempo y al proceso evolutivo. La mente humana es incapaz de
comprender a cabalidad la razón de este proceso, pero podemos vislumbrarlo en
nuestro interior y hacernos partícipes conscientes del mismo. La conciencia es
la inteligencia, el principio organizador que está detrás de la manifestación
de la forma. La conciencia ha venido preparando las formas durante millones de
años a fin de poder expresarse a través de ellas en el universo manifiesto. Si
bien podríamos decir que el plano de la conciencia pura inmanifiesta es otra
dimensión, no está separada de esta dimensión de la forma. La forma y lo
informe están entretejidos. Lo inmanifiesto fluye hacia esta dimensión en forma
de conciencia, espacio interno, Presencia. ¿Cómo lo hace? A través de la forma
humana que toma conciencia y cumple así con su destino. Fue para este propósito
elevado que se creó la forma humana, y millones de formas distintas que la
antecedieron abonaron el camino para ella. La conciencia se encarna en la
dimensión de lo manifiesto, es decir, se hace forma. Al hacerlo entra en una
especie de estado de ensoñación. La inteligencia permanece, pero la conciencia
pierde conciencia de sí misma. Se pierde en la forma y se identifica con las
formas. Podría decirse que es el descenso de la divinidad a la materia. En esa
etapa de evolución del universo, la totalidad del movimiento expansivo ocurre
en ese estado de ensoñación. Vislumbramos el despertar solamente en el momento
de la disolución de una forma individual, es decir, en el momento de la muerte.
Y entonces comienza la siguiente encarnación, la siguiente identificación con
la forma, el siguiente sueño individual, el cual forma parte del sueño
colectivo. Cuando el león desgarra el cuerpo de una cebra, la conciencia
encarnada en la forma de la cebra se desprende de la forma que está en proceso
de disolución y, durante un instante despierta a su naturaleza esencial de
conciencia inmortal. Entonces cae nuevamente en el sueño y encarna en otra
forma. Cuando el león envejece y es incapaz de cazar, en el momento de su
última exhalación se producen nuevamente los destellos breves del despertar,
seguidos de otro sueño en la forma. En nuestro planeta, el ego humano
representa la etapa final del sueño universal, de la identificación de la
conciencia con la forma. Era una etapa necesaria de la evolución de la
conciencia. El cerebro humano es una forma altamente diferenciada a través de
la cual la conciencia entra en esta dimensión. Contiene cerca de cien mil
millones de células nerviosas o neuronas, más o menos equivalentes al mismo
número de estrellas de nuestra galaxia, las cuales podrían considerarse como el
cerebro del macrocosmos. El cerebro no es el creador de la conciencia; la
conciencia creó el cerebro, la forma física más compleja de la tierra, con el
propósito de expresarse. Cuando el cerebro se daña, no quiere decir que se
pierda la conciencia, sino que ésta ya no puede utilizarlo para penetrar en
esta dimensión. No podemos perder la conciencia porque es nuestra esencia.
Solamente podemos perder lo que tenemos, más no lo que somos.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 213
La alegría de Ser es la alegría de estar conscientes.
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 213
¿Acaso la visión de la nueva tierra no es más que otra
visión utópica? De ninguna manera. Todas las utopías tienen en común una
proyección mental de un futuro en el que todo será perfecto, todos nos
salvaremos, habrá paz y armonía y desaparezcan todos nuestros problemas. De
esas utopías ha habido muchas; algunas terminaron en desilusión y otras en desastre.
Todas las utopías tienen en su centro una de las principales
disfunciones estructurales de la vieja conciencia: aspirar a la salvación en el
futuro. La única forma como el futuro puede existir es en forma de pensamiento,
de tal manera que cuando proyectamos la salvación hacia el futuro lo que
hacemos realmente es buscarla en la mente. Permanecemos atrapados en la forma,
y eso es ego.
"Y vi un nuevo cielo y una nueva tierra"30,
escribió un profeta de la Biblia. Los cimientos de la nueva tierra están en el
nuevo cielo, en el despertar de la conciencia. La tierra (la realidad externa)
es solamente el reflejo externo de ese cielo. El surgimiento del nuevo cielo y,
con él, de la nueva tierra, no son unos sucesos liberadores que hayan de
suceder en un futuro. Nada nos habrá de liberar porque la libertad está
solamente en el momento presente. Ese reconocimiento es el despertar. El
despertar como un suceso futuro carece de significado porque despertar es
reconocer la Presencia. Así, el nuevo cielo, el despertar de la conciencia, no
es un estado futuro al cual aspiramos llegar. El nuevo cielo y la nueva tierra
están emergiendo dentro de nosotros en este momento y, si no es así, entonces
no son más que un pensamiento. ¿Qué les dijo Jesús a sus discípulos? "El
cielo está aquí, en medio de vosotros".
En el Sermón de la Montaña, Jesús hizo una profecía que
pocas personas han comprendido hasta la fecha. Dijo, "Bienaventurados los
humildes, porque ellos heredarán la tierra". ¿Quiénes son los humildes y
qué quiere decir eso de que heredarán la tierra?
Los humildes son quienes carecen de ego. Son las personas
que han despertado a su naturaleza esencial verdadera y reconocen esa esencia
en todos "los demás" y en todas las formas de vida. Viven en el
estado de entrega y sienten su unicidad con el todo y con la Fuente, encarnan
la conciencia despierta que está cambiando todos los aspectos de la vida en
nuestro planeta, incluida la naturaleza, porque la vida en la tierra es
inseparable de la conciencia humana que la percibe y se relaciona con ella. Es
así como los humildes heredarán la tierra.
Una nueva especie comienza a surgir en el planeta. ¡Está
surgiendo ahora y es usted!
Eckhart Tolle
Una nueva Tierra. Página 213
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