Tolstoi

"A un gran corazón, ninguna ingratitud lo cierra, ninguna indiferencia lo cansa."

Lev Nikoláievich Tolstói 


“Ahora, se sentía como un hombre que, mientras cruza tranquilamente un puente, se da cuenta de pronto de que el puente está roto y que un abismo se abre a sus pies. El abismo era la vida misma, el puente, la vida artificial que Alexei Alexandrovitch estaba viviendo.”

Tolstoi
Ana Karenina


"Al otro día Nejliúdov se despertó a las nueve de la mañana. Un joven empleado de la oficina, al oír al señor que se estaba moviendo, le trajo las botas —más relucientes que nunca— y una jarra de agua fría del manantial, y le anunció que los campesinos se estaban reuniendo. No quedaba ni rastro del sentimiento de lástima de que cedía la tierra y se deshacía de la propiedad. Lo recordó ahora con extrañeza. Se alegraba del asunto que le estaba esperando e involuntariamente se enorgullecía de él. Desde la ventana de su habitación se veía la explanada del lawn-tennis, cubierta de achicoria, en la cual —por orden del administrador— se estaban reuniendo los campesinos. No en vano las ranas croaban por la noche. El tiempo estaba encapotado. Desde por la mañana caía una lluvia tranquila, menuda y tibia, no hacía viento y las gotas cubrían las hojas, las ramas y la hierba. Por la ventana entraba no sólo el olor de la vegetación, sino el de la tierra mojada. Mientras se vestía, Nejliúdov miró varias veces por la ventana cómo se reunían los campesinos en la explanada. Llegaban, se quitaban la gorra unos ante otros, se colocaban en círculo y se apoyaban en sus cayados. El administrador, un hombre sanguíneo, musculoso, joven y fuerte, que llevaba una chaqueta corta con cuello alto verde y enormes botones, vino a decir a Nejliúdov que se habían reunido todos, pero que esperarían, que antes fuese Nejliúdov a tomar café o té, que las dos cosas estaban preparadas.
—No, mejor voy a verlos —dijo Nejliúdov, experimentando una sensación completamente desconocida para él de timidez y vergüenza ante la idea de tener que enfrentarse a hablar con ellos.
Iba a realizar un deseo de los campesinos en el que éstos no se atrevían ni a pensar. Cederles por un precio barato la tierra, es decir, iba a hacerles un bien, y, sin embargo, sentía remordimientos de conciencia. Cuando Nejliúdov se acercó a los reunidos y empezaron a descubrirse ante él cabezas de pelo castaño, rizado, calvas, de pelo blanco, se azoró tanto que durante largo rato no pudo decir nada. La lluvia menuda seguía cayendo y se detenía en los cabellos, las barbas y en el paño de los caftanes de los campesinos. Éstos miraban al señor y esperaban qué les iba a decir, pero estaba tan cohibido que no podía decir nada. El silencio turbador fue roto por el administrador alemán, tranquilo, seguro de sí mismo, conocedor del campesino y dominando perfectamente el idioma ruso, como si fuera el propio Nejliúdov. Ofrecía un enorme contraste con las caras delgadas y llenas de arrugas de los campesinos y sus omóplatos delgados y salientes, que se destacaban bajo los caftanes."

León Tolstoi
Resurrección



"Alimentarse de carne es un vestigio del primitivismo más grande. Pasar al vegetarianismo es la primera consecuencia natural de la Ilustración."


Tolstoi



"Antes de dar al pueblo sacerdotes, soldados, médicos y maestros, sería oportuno saber si por ventura no se está muriendo de hambre."

Tolstoi



“Así como avanza la vida propia de cada persona, de edad en edad, exactamente del mismo modo evoluciona la vida conjunta de la Humanidad. Y así como en la vida de cada individuo hay un tiempo en que el niño pasa a ser un joven y ya no puede volver a la infancia, para convertirse después en un hombre adulto y, finalmente, en un viejo, del mismo modo, la Humanidad va atravesando diferentes edades, y todo indica que ahora está viviendo el paso de una edad a otro. ¿No será el momento de empezar a vivir como es propio de la edad adulta?”

Tolstoi
La falsa doctrina del estado


“Busca entre estas personas a un hombre, pobre o rico, para quien, lo que gana asegure lo que él considera necesario de acuerdo a lo que el mundo enseña, y verás que hay uno entre mil. Todos luchan con toda su fuerza para obtener lo que no necesitan y se l es demanda de acuerdo a lo que el mundo enseña, y ante cuya ausencia, por lo tanto, se sienten infelices. Y tan pronto como obtienen lo que les es requerido, otra cosa, y nuevamente otra, se les exige, y así, este trabajo de Sísifo continúa sin fin, arruinando la vida del hombre... Todos ellos tienen que cargar más y más sobre su vida ya recargada con trabajo, y así consagran su existencia y alma enteramente al servicio de lo que el mundo enseña... Pero ¿será feliz la vida del hombre que hace todo esto?”


Tolstoi
A Confession and What I Believe 


"Como el fin del hombre en la vida es el de salvar su alma, es necesario vivir en Dios, y para vivir en Dios se debe renunciar a todos los placeres de la vida, trabajar, resignarse, sufrir y ser caritativo."

Tolstoi


"Comprenderlo todo es perdonarlo todo."

Tolstoi



“De la misma manera que el alcohólico sólo dispone de un medio para curarse de su adicción a la bebida, esto es, apartándose del vino,, la gente sólo dispone de un medio para liberarse de la enfermedad de la sociedad y es huyendo de la violencia personal, de predicarla y de cualquier justificación de la misma, causas todas ellas de la miseria de la Humanidad.”

Tolstoi
La esclavitud de nuestro tiempo, pág. 120-121



"Debe valorarse la opinión de los estúpidos: están en mayoría."

Tolstoi



“Decir que podrás amar a una persona toda la vida es como pretender que una vela continúe encendida durante todo el tiempo que te quede de vida.”

Tolstoi



“Del niño de cinco años que fui a lo que soy no hay más que un escalón. Del recién nacido al niño de cinco años hay una distancia sobrecogedora.”

Tolstoi



“Dentro de algunos siglos, la historia de eso que ahora llamamos actividad científica del progreso será un gran motivo de hilaridad y de compasión para las generaciones futuras.”

Tolstoi


"Dios existe; pero no tiene ninguna prisa de hacerlo saber."

Tolstoi


"Donde hay ley hay injusticia."

Tolstoi



"El ahora es el único momento sobre el que tenemos dominio."

Tolstoi




"El amor representa la Ley Superior y única de la vida... Y eso cada uno lo sabe y lo siente en lo profundo de su corazón."

Tolstoi



"El arte es uno de los medios de comunicación entre los hombres."

Tolstoi



"El dinero es una nueva forma de esclavitud, que sólo se distingue de la antigua por el hecho de que es impersonal, de que no existe una relación humana entre amo y esclavo."

Tolstoi



“El hecho de que los gobernantes se permitan someter a los hombres mediante la violencia prueba precisamente que están dotados de menos razón que aquellos a los que someten.”

Tolstoi
La esclavitud de nuestro tiempo, pág. 97




"El hombre puede ignorar que tiene una religión, del mismo modo que puede desconocer que tiene un corazón; más sin religión, lo mismo que sin corazón, el hombre no puede existir."

Tolstoi


"El matrimonio es una barca que lleva a dos personas por un mar tormentoso; si uno de los dos hace algún movimiento brusco, la barca se hunde."

Tolstoi


"El niño reconoce a la madre por la sonrisa."

Tolstoi



“El que ha conocido sólo a su mujer y la ha amado, sabe más de mujeres que el que ha conocido mil.”

Tolstoi


"El que hace sufrir al prójimo se causa daño a sí mismo. El que ayude a los demás se ayuda a sí mismo."

Tolstoi


"El secreto de la felicidad no consiste en hacer siempre lo que se quiere, sino en querer siempre lo que se hace."

Tolstoi


“El único sentido en esta vida consiste en ayudar a establecer el reino de Dios.”

Tolstoi


"El único templo verdaderamente sagrado es una congregación de hombres reunido por el amor."

Tolstoi



"El verdadero amor supone siempre la renuncia a la propia comodidad personal."

Tolstoi



"El vivir en contradicción con la propia razón es la situación más intolerable."

Tolstoi


"En esa época del año hay una magnífica variedad de flores: fragantes y delicados tréboles rojos, blancos y rosados; insolentes margaritas con su centro de un amarillo brillante, sus pétalos blancos como la leche y su intenso olor a podrido; la colza amarilla con su perfume de miel; las altas campanillas lilas y blancas, con forma de tulipanes; la arveja trepadora; ordenadas escabiosas, amarillas, rojas, rosadas, lilas; el llantén con su pelusa levemente rosada y ese aroma tan agradable y sutil; acianos recién abiertos, de un azul intenso a la luz del sol, más pálidos y rojizos al atardecer y cuando se marchitan; delicadas flores de rascalino, que huelen a almendra y se ajan nada más florecer.
Hice un gran ramo de flores diversas y proseguí mi camino; de pronto reparé en una zanja en la que crecía un maravilloso cardo en flor, de esa variedad carmesí que en estos lugares recibe el nombre de «tártaro»; los campesinos lo evitan cuidadosamente cuando siegan y, si alguna vez, por descuido, cortan alguno, lo apartan del heno para no pincharse las manos. Se me ocurrió arrancar ese cardo y ponerlo en el centro de mi ramo. Salté a la zanja, aparté a un aterciopelado abejorro que, tras introducirse en lo más hondo de la flor, se había sumido en un dulce sopor, y traté de cortar el tallo, pero la tarea se reveló muy complicada: no es sólo que la planta pinchara por todas partes, incluso a través del pañuelo con el que me había envuelto la mano, sino que era tan resistente que tuve que luchar con ella casi cinco minutos, arrancando las fibras una a una."

León Tolstoi
El cupón falso



"En las historias de amor la felicidad es siempre igual, en cambio, cada desgracia tiene su fisonomía propia."

Tolstoi


"Es asombroso cuán completo es el espejismo de que la belleza es bondad."

Tolstoi


"Es más fácil escribir diez volúmenes de principios filosóficos que poner en práctica uno solo de esos principios."

Tolstoi



"Es más fácil hacer leyes que gobernar."

Tolstoi



"Es valiente el que teme lo que debe temerse, y no teme lo que no debe temerse."

Tolstoi


"Está en mi facultad servir a Dios o no servirle. sirviéndole aumento mi propio bien y el bien de todo el mundo. No sirviéndole, renuncio a mi propio bien y privo al mundo de ese bien que yo podía crear."

Tolstoi


"Estoy siempre conmigo, y es este Yo quien me atormenta."

Tolstoi



"Hay quien cruza el bosque y sólo ve leña para el fuego."

Tolstoi



Incluso en el valle de las sombras de la muerte, dos y dos no hacen seis.”



Tolstoi


"Jamás se es más egoísta que cuando se está emocionado: uno cree entonces que es el eje del universo."

Tolstoi


"Jesucristo dijo: no opongáis resistencia al malo. El objeto de los tribunales es resistir al malo.
Jesucristo prescribe que se devuelva el bien por el mal. Los tribunales devuelven el mal por el mal.
Dice Jesucristo: no hagáis distinción entre los buenos y los malos. Y los tribunales no hacen otra cosa. Jesucristo dice: perdonad a todos. Perdonad no una vez o siete veces, sino perdonad incesantemente. Amad a vuestros enemigos; haced el bien a los que os odian. Los tribunales no perdonan, castigan; no dan el bien por el mal a los que consideran enemigos de la sociedad. Así, de todo eso, se deduce que Jesucristo debía reprobar las instituciones judiciales. Pero, tal vez, pensaba yo, Cristo no tendría nada que ver con los tribunales humanos y no pensaría en ellos. Mas veo que esa hipótesis es inadmisible: Jesucristo, desde su nacimiento hasta su muerte, tuvo que habérselas con Herodes, con el Sanedrín y los grandes sacerdotes. A mayor abundamiento, veo que en muchos pasajes, Jesucristo habla de los tribunales como de un mal. Dice a sus discípulos que los juzgarán y les enseña cuál habrá de ser su actitud. De él mismo decía que lo condenarían en justicia y enseñaba cómo había que mantenerse ante el tribunal humano. Así, Jesucristo pensó en los tribunales humanos que debían condenarle, a él y a sus discípulos, que condenan y han condenado a millones de personas. Jesucristo veía ese mal y lo consideraba directamente. Cuando se va a ejecutar la sentencia pronunciada contra la mujer adúltera, niega Jesucristo el tribunal y demuestra que el hombre no puede juzgar, ya que él mismo es culpable. Y ese pensamiento, lo expresa muchas veces diciendo que con ojos turbios no se puede distinguir un grano de arena en el ojo de otro y que un ciego no puede guiar a otro ciego. Y hasta explica cuál puede ser la consecuencia de semejante error. El discípulo puede llegar a ser como su maestro.
Sin embargo, después de emitir su pensamiento con ocasión del juicio de la mujer adúltera, después de enseñar en la parábola de la viga y de la paja la debilidad de juicio de toda criatura humana, podría creerse que así y todo no prohíbe dirigirse a la justicia de los hombres para protegerse contra los males; pero eso es inadmisible. En el Sermón de la Montaña, dice a la multitud Y si alguien quiere armarte pleito y quitarte la túnica; déjale también la capa.
Así, pues, en general, niega los tribunales. Pero tal vez no hablara Jesucristo más que de las relaciones personales de cada hombre con los tribunales, sin negar por ello la justicia, y admitiera, en una sociedad cristiana, individuos que, en corporación constituida, juzgasen a los demás. Mas veo que eso es también inadmisible. Jesucristo, en su oración, exhorta a todos los hombres sin excepción a que perdonen, para que sus culpas les sean perdonadas igualmente, y esa idea la expresa varias veces. Cada cual, al rezar y antes de aportar su ofrenda, debe perdonar a todo el mundo.
Luego si un hombre, según su religión, debe perdonar constantemente a todo el mundo, ¿cómo puede juzgar y condenar? Por consiguiente, según la doctrina de Jesucristo, un juez cristiano no puede condenar.
Tal vez se crea que al decir Jesucristo: "No juzguéis" no pensaba precisamente en las instituciones judiciales. No hay nada de eso. En Mateo y Lucas, antes de decir: no juzguéis, dice: no hagáis resistencia al malo, sufrid el mal, haced el bien a todos. Antes, segur Mateo, repite los términos de la antigua ley criminal hebrea: "ojo por ojo, diente por diente". Tras ese recuerdo de la ley criminal, añade: pero vosotros no obréis así; no opongáis resistencia al malo, y añade luego: no juzguéis de ningún modo. Así, Jesucristo habla precisamente de la ley criminal humana y la reprueba con las palabras: "No juzguéis."
Además, según Lucas, no sólo dice: no juzguéis, sino: no juzguéis ni condenéis. No en vano añade esas palabras cuyo sentido es casi el mismo. Quiso precisar el sentido que conviene atribuir a la primera palabra.
Si hubiera querido decir: no juzguéis al prójimo, hubiese añadido esta palabra; pero añade la palabra que se traduce en ruso por: "no condenéis" y después dice: "Y no seréis condenados, perdonad, y seréis perdonados." A pesar de eso, tal vez no pensase Jesucristo en los tribunales; acaso sea yo quien encuentre mi idea en esas palabras, que tienen otro sentido."

León Tolstoi
Cuál es mi fe



"La ambición no se hermana bien con la bondad, sino con el orgullo, la astucia y la crueldad."

Tolstoi



"La atracción principal del servicio de las armas ha consistido y consistirá en su atractiva e irreprochable pereza."

Tolstoi



“La completa y total tristeza es tan imposible como la pura y completa alegría.”

Tolstoi


"La cuestión si el ser humano tiene -en general- el derecho de suicidarse, está mal planteada. En realidad el problema no se debe plantear respecto al "derecho": en el momento que el ser humano tiene la posibilidad de suicidarse, tiene también el derecho de hacerlo.
Yo pienso que tal posibilidad de autodestruirse, que nos ha sido dada, representa una válvula de seguridad.
Ya que el ser humano puede suicidarse, no tiene el derecho - y aquí tal término se encuentra en el lugar adecuado- de decir que la vida le es insoportable. Si la vida se nos deviene insoportable, podemos recurrir al suicidio; por lo tanto ninguno de nosotros puede lamentarse de la intolerable dureza de la propia vida. Fue dada al ser humano la capacidad de suicidarse, por lo tanto lo puede hacer, tiene el derecho de hacerlo. Y continuamente él mismo hace uso de este derecho, suicidándose en duelos, en guerras, con los excesos, o con el alcohol, el tabaco, el opio, etc.
No se puede sólo preguntar si es razonable y moral -estos dos términos son inseparables- suicidarse.
¡No! Suicidarse es irracional, así como tallar los retoños de una planta que se quiere extirpar. Ésta no morirá, crecerá irregularmente, eso es todo. La vida es indestructible, está más allá del tiempo y del espacio. La muerte no puede más que cambiar la forma, poniendo fin a la manifestación en este mundo. Pero renunciando a la vida en este mundo, yo no sé la forma que ésta tomará de nuevo, si me será más grata y en segundo lugar yo me privo de la posibilidad de aprender y adquirir el provecho de mi yo, todo aquello que hubiese podido aprender en este mundo. Por otra parte y sobre todo, el suicidio es irracional porque, renunciando a causa del disgusto que ella me provoca, yo muestro tener un concepto errado de la finalidad de mi vida, suponiendo que sirve para mi placer, mientras ella tiene por finalidad, de un lado, mi perfeccionamiento personal y por el otro la cooperación a la obra general que se cumple en el mundo.
Y es por esto que el suicidio es inmoral. Al hombre que se suicida, la vida le fue dada con la posibilidad de vivir hasta su muerte natural, a condición de ser útil a la obra general de la vida y él, después de haber disfrutado de la vida, hasta que le parezca agradable, ha renunciado a ponerla al servicio de la utilidad general, apenas le sea desagradable; mientras verosímilmente él empezaba a hacerla útil en el preciso instante en el cual su vida se endurecía, porque cada obra comienza con sufrimiento."

León Tolstoi
Carta sobre el suicidio


“La especie humana dejará de existir, pero, ¿qué importa? ¿Quién puede dudar de esta verdad? Es tan cierto como la misma muerte. Todas las religiones prevén el fin de la Humanidad y, según los datos de la Ciencia, no es menos inevitable. Nada tiene, pues, de extraño que la doctrina moral llegue a la misma conclusión.”

Tolstoi




"La felicidad del hombre consiste en vivir y vivir sin esfuerzo... la vocación de todo hombre y toda mujer es servir a los demás."

Tolstoi



"La muerte no es más que un cambio de misión."

Tolstoi


"La princesa lo miró con asombro. No comprendía siquiera que pudiera hacerse semejante pregunta. Pierre entró en el despacho. El príncipe Andréi, a quien halló muy cambiado, vestía de paisano. Indudablemente parecía haber mejorado de salud, pero tenía una nueva arruga vertical en la frente, entre las cejas; hablaba con su padre y el príncipe Mescherski y discutía con energía y pasión. Hablaban de Speranski: la noticia de su súbito destierro y supuesta traición acababa de llegar a Moscú.
—Ahora lo juzgan y lo culpan todos aquellos que hace un mes lo ensalzaban y aquellos que no eran capaces de comprender sus fines— decía el príncipe Andréi. —Es muy fácil juzgar al caído en desgracia y achacarle todos los errores ajenos. Pero yo les digo que si algo bueno se ha hecho durante este reinado, a él se lo debemos y a nadie más.
Se detuvo cuando vio a Pierre. En su rostro hubo un ligero estremecimiento y al instante adoptó una expresión adusta.
—La posteridad le hará justicia— terminó, y se volvió a Pierre: —¡Hola! ¿Cómo estás? ¡Sigues engordando!— sonrió animadamente. Pero la arruga reciente de su frente se hizo más profunda.
Pierre le preguntó por su salud.
—Estoy bien— dijo el príncipe con una sonrisa irónica, y Pierre leyó claramente en la sonrisa de Andréi: “Estoy bien, es cierto, pero a nadie le importa mi salud”. Cambió con Pierre unas palabras sobre el pésimo estado de los caminos desde la frontera polaca, sobre varios conocidos de Pierre, a los que había visto en Suiza, y, por último, sobre el señor Dessalles, al que había traído como preceptor para su hijo Nikolái. Seguidamente volvió a intervenir con ardor en la conversación sobre Speranski, en la cual seguían enfrascados los dos viejos.
—Si fuera verdad lo de la traición— decía con vehemencia y apresuradamente, —se encontrarían pruebas de sus relaciones secretas con Bonaparte y se harían públicas. Personalmente, no me gustaba ni me gusta Speranski, pero me gusta la justicia.
Pierre reconoció en su amigo esa necesidad, que él tan bien conocía, de acalorarse y discutir sobre algo que no le importaba para apartar otras ideas demasiado dolorosas e íntimas.
Cuando marchó el príncipe Mescherski, Andréi tomó a Pierre del brazo y lo llevó a la habitación que le habían destinado. Había en ella una cama sin hacer y varias maletas y baúles abiertos. De uno de ellos sacó una cajita; la abrió y extrajo un paquete envuelto en papel. Todo lo hacía en silencio y rápidamente. Se enderezó y tosió. Su rostro estaba hosco, los labios contraídos."

León Tolstoi
Guerra y Paz




"La razón no me ha enseñado nada. Todo lo que yo sé me ha sido dado por el corazón."

Tolstoi


"La razón se le ha dado al hombre para librarse del tedio."


Tolstoi




“La sociedad condena a muerte a quien mata, y establece escuelas para enseñar a matar. ¡Qué contradicción!”

Tolstoi


“La transición que aguarda en estos momentos a la Humanidad es el paso del estado animal al racional, mas esta transformación sólo será posible mediante la desaparición de la violencia.”

Tolstoi
La falsa doctrina del estado



“La tristeza total es tan imposible como la alegría completa.”

Tolstoi


"La única revolución válida es la que uno hace en su interior."

Tolstoi


"La vida consiste en la comprensión de la verdad."

Tolstoi


"La vida pasa y el ser, como la bellota, como el niño, o a veces como el adulto, no advierte ese movimiento, ni lo impulsa ni lo estorba."

Tolstoi


"Las familias felices son todas iguales; las familias desgraciadas lo son cada una a su manera."

Tolstoi
Ana Karenina



"Las lágrimas manan también a través del oro."

Tolstoi



"Lo único que podemos saber es que no sabemos nada y ese constituye el vuelo más alto de la sabiduría humana."

Tolstoi


"Los días, las semanas, dos meses de vida apartada en la aldea pasaron sin que nos diésemos cuenta, según nos pareció entonces; y sin embargo, los sentimientos, las inquietudes y la felicidad de esos dos meses podrían ser suficientes para toda una vida. Mis sueños y los suyos sobre cómo organizaríamos nuestra vida en la aldea se hicieron realidad de una manera totalmente distinta de como esperábamos. Pero nuestra vida no desmerecía frente a nuestros sueños. No había que trabajar rigurosamente, ni cumplir con la obligación de sacrificarse en aras del otro como había imaginado mientras fui novia. Al contrario, lo que había era un sentimiento interesado de amor mutuo, el deseo de ser amado, una alegría constante y sin motivo y el olvido de todo en el mundo. Es cierto que a veces él se retiraba a su gabinete para ocuparse de alguna gestión, a veces iba a la ciudad por algún asunto o recorría la hacienda; pero yo veía cuánto le pesaba separarse de mí. Y él mismo confesaba que cualquier cosa en el mundo en la que yo no figurase le parecía tan absurda que no lograba entender cómo podía dedicarse a ella. A mí me sucedía lo mismo. Leía, me dedicaba a la música, a su madre, a la escuela; pero todo era únicamente porque cada una de estas ocupaciones estaba relacionada con él y merecía su aprobación; pero en cuanto él no estaba ligado a alguna cosa, los brazos se me caían, y me resultaba muy extraño pensar que hubiese en el mundo algo aparte de él. Quizá no fuera un sentimiento bueno, quizá fuera egoísta, pero era un sentimiento que me procuraba felicidad y me elevaba muy por encima del mundo entero. Sólo él existía para mí en el mundo, y para mí era el más maravilloso y el más impecable de los hombres; por eso no podía vivir para nada más que no fuese él, que no fuese ser a sus ojos lo que él creía que yo era. Y él me creía la mejor y la primera de las mujeres del mundo, dotada de todas las virtudes posibles; y yo intentaba ser esa mujer a los ojos del mejor y el primer hombre de todo el universo.
En una ocasión entró en mi alcoba en el momento en que yo estaba rezando. Lo miré y seguí rezando. Se sentó a la mesa para no molestarme y abrió un libro. Pero a mí me pareció que me estaba mirando y me volví. Él sonrió, yo me reí y no pude seguir mi oración.
—¿Tú ya has rezado? —le pregunté.
—Sí. Pero continúa, yo me voy.
—Tú rezas, espero…
Él, sin responder, quiso irse, pero lo detuve.
—Prenda mía, por favor, hazlo por mí, di una oración conmigo.
Se paró junto a mí y, bajando los brazos torpemente, con una cara muy seria, titubeando, comenzó la oración. De vez en cuando se volvía hacia mí, buscaba en mi rostro aprobación y ayuda.
Cuando terminó, me reí y lo abracé.
—¡Todo! ¡Todo es gracias a ti! ¡Como si de nuevo tuviera yo diez años! —dijo sonrojándose y besando mis manos.
Nuestra casa era una de esas viejas casas de pueblo en las que, respetando y queriendo una cosa y otra, habían vivido varias generaciones de parientes. Todos los rincones desprendían un olor a recuerdos agradables y honrados que súbitamente, en cuanto entré en la casa, parecieron volverse míos. La decoración y el orden los llevaba, a la antigua usanza, Tatiana Semiónovna. No se puede decir que todo fuese elegante y hermoso; había de todo en demasía, empezando por los sirvientes y terminando con los muebles y los guisos, pero todo estaba pulcro, era duradero, estaba bien cuidado e inspiraba respeto. En la sala, los muebles se hallaban acomodados simétricamente; también los retratos colgaban en simetría y sobre el suelo se extendían alfombras hechas en casa y esterillas. En la pieza de los divanes había un viejo piano, pequeños armarios de dos modelos distintos, divanes y mesitas con latón e incrustaciones. En mi gabinete, decorado gracias a la diligencia de Tatiana Semiónovna, se hallaban los mejores muebles de distintas épocas y modelos y, también, un antiguo espejo de cuerpo entero en el que al principio no podía mirarme de ninguna manera sin sentir vergüenza, pero al que después, como a un viejo amigo, llegué a querer. A Tatiana Semiónovna no se la oía, pero todo en casa funcionaba como un reloj, aunque había demasiada servidumbre. Pero toda esa servidumbre, que utilizaba un calzado suave y sin tacones (Tatiana Semiónovna consideraba el chirrido de las suelas y el golpeteo de los tacones la cosa más desagradable del mundo), toda esa servidumbre parecía orgullosa de su condición, temblaban frente a la vieja dama, pero a mi marido y a mí nos veían con un cariño protector y, al parecer, realizaban su trabajo con un deleite especial. Todos los sábados, sin excepción, se fregaban los suelos y se sacudían las alfombras; cada primero de mes se oficiaba un servicio religioso con agua bendita, cada día del santo de Tatiana Semiónovna, de su hijo (y mío, por primera vez ese otoño) se ofrecía un banquete para las gentes de los alrededores. Y todo esto se había realizado invariablemente desde que Tatiana Semiónovna tenía memoria de sí misma. Mi marido no intervenía en la administración de la casa y sólo trabajaba en las cuestiones relacionadas con los campos y con los campesinos, y trabajaba mucho. Se levantaba, aun en invierno, muy temprano, de manera que cuando yo me despertaba, él ya no estaba. Volvía, por lo general, para el té, que solíamos tomar a solas, y a esa hora, después de todas las gestiones y todos los disgustos relacionados con la explotación de las tierras, casi siempre se encontraba en ese alegre estado de ánimo que nosotros llamábamos «loco entusiasmo». Con frecuencia le pedía que me contara qué había hecho por la mañana, y él me contaba tales absurdos que nos moríamos de risa; a veces pedía un relato serio y él, conteniendo la sonrisa, me complacía. Yo miraba sus ojos, sus labios en movimiento y no entendía nada, sólo me complacía viéndolo y escuchando su voz."

León Tolstoi
La felicidad conyugal



"Los gobiernos necesitan ejércitos que los protejan contra súbditos esclavizados y oprimidos."

Tolstoi



“Los grandes personajes sólo parecen gigantescos a los que se encuentran arrodillados ante ellos: sólo con que éstos se levantasen del suelo se darían cuenta de que esas personas que aparentaban ser tan colosales son, en realidad, igual que ellos.”

Tolstoi
La falsa doctrina del estado



"Los hijos son un tormento, y no otra cosa."

Tolstoi



“Los hombres deben escoger entre la vida y la muerte. La vida está en el espíritu, la muerte en la carne. La vida del espíritu es el bien y la luz; la vida de la carne es el mal y las tinieblas.”

Tolstoi

"Los librepensadores son los que están dispuestos a utilizar sus mentes sin prejuicios y sin miedos a fin de comprender cosas que chocan con sus propias costumbres, privilegios o creencias. este estado mental no es frecuente, pero es esencial para el pensamiento correcto, que en caso de estar ausente, la discusión tiende a ser peor que inútil."


Tolstoi




"Los reyes son esclavos de la historia."

Tolstoi


“Madres: sois vosotras las que tenéis en vuestras manos la salvación del mundo.”

Tolstoi



“Me ha bastado obrar sobre mí mismo y todo se ha resuelto. No he tenido que hacer más que un pequeño esfuerzo sobre mí mismo y la dificultad quedó superada.”

Tolstoi


"¡Menudo vendaval! Va a caer tanta nieve sobre nosotros que por la mañana no seremos capaces de salir, pensó, prestando oídos al aullido del viento, que azotaba el pescante, doblándolo y cubriendo de nieve sus tablas. Se incorporó y miró a su alrededor: en la blanca y ondulante oscuridad sólo se veía la negra cabeza de Mujorti, su grupa, cubierta con la tremolante manta, y la espesa cola anudada; por todas partes, delante y detrás, se extendía la misma oscuridad, uniforme, blanca y oscilante, que unas veces parecía aclararse un poco y otras hacerse aún más densa.
«He hecho mal obedeciendo a Nikita —se decía—. Teníamos que haber seguido; a alguna parte habríamos llegado. Al menos podíamos haber vuelto a Gríshkino para pernoctar en casa de Tarás. Ahora vamos a tenernos que quedar aquí la noche entera. Pero ¿qué era eso tan agradable en lo que estaba pensando? Ah, sí, que Dios recompensa a los que se afanan y no a los holgazanes ni a los gandules ni a los estúpidos. Tengo que fumarme un cigarro.»
Vasili Andreich se sentó, sacó la petaca, se tumbó boca abajo, protegiendo el fuego con un faldón de la pelliza, pero el viento se abría paso y apagaba una cerilla tras otra. Finalmente se las ingenió para prender una y encendió un cigarrillo. Estaba muy contento de haber conseguido lo que quería. Aunque el cigarrillo se consumía más por efecto del viento que por sus propias chupadas, consiguió dar tres caladas y se sintió más alegre. Volvió a apoyarse en el respaldo del trineo, se arrebujó en la pelliza y de nuevo se puso a recordar y a fantasear; de pronto, de manera completamente inesperada, perdió la conciencia y se quedó dormido."

León Tolstoi
Amo y criado




"Mi felicidad consiste en que sé apreciar lo que tengo y no deseo con exceso lo que no tengo."

Tolstoi



"Mi silencio les estorba. Yo era como botella al revés cuya agua no puede salir porque la botella está demasiado llena."

Tolstoi


“Mientras existan los mataderos, existirán los campos de batalla.” 

Tolstoi


“Nada muestra con más claridad y transparencia el daño que el despotismo y la dominación de unos hombres sobre otros son capaces de infligir al alma humana.”

Tolstoi
No puedo callar



"No cometáis ninguna acción que sea contraria al amor."

Tolstoi


“No hagáis el mal y no existirá.”

Tolstoi


“No hagáis nada que sea contrario al amor.”

Tolstoi


"No hay más que una manera de felicidad: vivir para los demás."

Tolstoi


"No para todos los amores basta una vida."

Tolstoi


"No se puede ser bueno a medias."

Tolstoi


"No se vive sin fe. La fe es el conocimiento del significado que encierra la vida humana. La fe es la fuerza vital. Si el hombre vive es porque cree en alguna cosa."

Tolstoi


"No te cases nunca, nunca, amigo mío; te lo aconsejo. No te cases antes de que puedas decirte a ti mismo que has hecho todo lo posible por dejar de amar a la mujer escogida."

Tolstoi
Guerra y paz


“Nos aprovechamos de los beneficios de la cultura y de la civilización, pero no de los que nos aporta el espíritu. Ante la actual situación de los pueblos, podemos afirmar que la felicidad y el bienestar de los estados crece al unísono con la infelicidad de los hombres. Así que involuntariamente te planteas la siguiente pregunta: ¿no seríamos más felices si volviésemos a los orígenes, cuando no había cultura ni civilización?”

Tolstoi
La falsa doctrina del estado



"Nosotros todos profesamos la ley cristiana del perdón por las injurias y el amor al prójimo, ley por la que hemos erigido en Moscú cuarenta veces cuarenta iglesias, y, sin embargo, ayer han azotado hasta la muerte a un soldado desertor y el defensor de esa ley de amor y de perdón, el sacerdote, le hizo besar la cruz antes del castigo."

Tolstoi
Guerra y paz


"Nuestras labores lo exigen. Pero en cambio nuestra posición es más firme; no tenemos que inclinarnos ante nadie y a nadie tememos. Vosotros, en la ciudad, vivís rodeados de toda clase de tentaciones; hoy todo va bien, pero mañana el demonio puede tentar a tu marido con las cartas, el vino o una hermosa mujer. Y todo se convertirá en polvo. ¿Acaso no sucede así a menudo? Pajom, el dueño de la casa, estaba tumbado en lo alto de la estufa y escuchaba lo que decían las mujeres.
—Es la pura verdad —exclamó—. Ocupados desde pequeños en cultivar a nuestra madre tierra, no tenemos tiempo de pensar siquiera en tonterías. ¡La única pena es que disponemos de poca tierra! ¡Si tuviera toda la que quisiera, no tendría miedo de nadie, ni siquiera del diablo!
Las mujeres acabaron de beber el té, charlaron un rato de vestidos, recogieron la vajilla y se fueron a la cama.
El diablo se había sentado detrás de la estufa y lo había escuchado todo. Se había alegrado mucho de que la mujer del campesino hubiera inducido a su marido a alabarse: se había jactado de que, si tuviese mucha tierra, no temería ni siquiera al diablo.
«De acuerdo —pensó el diablo—. Haremos una apuesta tú y yo: te daré mucha tierra y gracias a ella te tendré en mi poder."

León Tolstoi
¿Cuánta tierra necesita un hombre?


"Nunca dijo Jesucristo una sola palabra afirmando su resurrección personal ni una vida después de la tumba."

Tolstoi


"Opino que lo que se llama belleza, reside únicamente en la sonrisa."


Tolstoi


“Para conquistar el poder se necesita amarlo. Ahora bien, la ambición no anda de acuerdo con la bondad, sino solamente con el engaño y con la violencia. Por ello no son los mejores, sino los peores los que siempre disfrutaron y siguen disfrutando del poder.”

Tolstoi


“Para los historiadores, los príncipes y los generales son genios; para los soldados siempre son unos cobardes.”

Tolstoi


"Pero qué diferentes de los que él había imaginado eran los sentimientos que le inspiraba aquel pequeño ser! En lugar de la alegría prevista, Lievin no experimentaba más que una angustiosa piedad. De allí en adelante habría en su vida un nuevo punto vulnerable. Y el temor de ver sufrir a aquella pequeña criatura indefensa, le impidió notar el movimiento de necio orgullo que se le había escapado al oírla estornudar!
(...)
Entonces Lievin comprendió claramente, por primera vez, lo que no había podido captar bien después de la bendición nupcial: que el límite que les separaba era intangible, y que nunca podría saber dónde comenzaba y dónde terminaba su propia personalidad. Aquella riña le produjo un doloroso sentimiento de escisión interior. A punto de ofuscarse, comprendió enseguida que Kiti no podía ofenderle de ninguna manera, desde el momento que ella formaba parte de su propio yo."

León Tolstoi
Ana Karenina


"¿Por qué la gente mala se agrupa tan rápidamente y la gente buena no?"

Tolstoi
Guerra y paz


"No se vive sin la fe. La fe es el conocimiento del significado de la vida humana. La fe es la fuerza de la vida. Si el hombre vive es porque cree en algo."

Tolstoi




"¿Qué es el bien? No es más que amor."

Tolstoi



"¿Qué es un judío? Esta pregunta no es tan extraña como parece. Veamos qué clase de criatura peculiar representa el judío, respecto de quien todos los gobernantes y todas las naciones, ya sea en conjunto o por separado, han cometido abusos y dado tormento, han oprimido y perseguido, […] y a pesar de todo ello, todavía sigue vivo. ¿Qué es un judío, que nunca ha permitido ser descarriado por todas las posesiones mundanas que sus opresores y perseguidores le han constantemente ofrecido para que cambiara su creencia y abandonase su propia religión judía y renegase de sus ancestros? El judío representa el emblema de la eternidad. Él es a quien ni la masacre, ni la tortura durante miles de años pudieron destruir; él es a quien ni el fuego ni la espada ni la inquisición pudieron borrar de la faz de la tierra; él, quien fue el primero en presentar las profecías de Dios; él es quien durante tanto tiempo ha sido el guardián de la profecía, y es quien la ha transmitido al resto del mundo. Una nación semejante no puede ser destruida. El judío es eterno como lo es la Eternidad misma."

Tolstoi
Tomada del libro Dios-la-ciencia-las-pruebas-el-albor-de-una-revolucion de Michel-Yves Bolloré y Olivier Bonnassies, página 373


“Qué interesante sería escribir la historia de las experiencias en esta vida de un hombre que se suicidó en su vida anterior; cómo tropieza ahora con las mismas exigencias que se le habían presentado anteriormente, hasta que llega a comprender que debe satisfacerlas... Los hechos de una vida previa encauzan la vida presente.”

Tolstoi


“¿Qué tiempo mejor que aquel en el que las dos virtudes más excelsas, la alegría inocente y la necesidad de amor, eran los dos resortes de la vida?”

Tolstoi


"Quien hace sufrir al prójimo se perjudica a sí mismo. Quien ayuda a los demás se ayuda a sí mismo."

Tolstoi

"Quien tiene dinero, tiene en su bolsillo a quienes no lo tienen."

León Tolstói
Tomada del libro de Pedro Baños, Así se domina el mundo, página 30


“Reconocer el libre albedrío del hombre como algo capaz de influenciar los acontecimientos históricos, es decir, no sujetos a leyes, es para la historia lo mismo que reconocer una fuerza libre que mueve los cuerpos celestes a la astronomía.”

Tolstoi



"Ser amado vale tanto como amar uno mismo, y esa felicidad debiera bastarnos en la vida."

Tolstoi


"Si buscas la perfección nunca estarás contento."

Tolstoi

Anna Karenina



"Si no quieres que el mal exista, no obres mal."

Tolstoi


"Si no se tomara la vida como una misión, dejaría de ser vida para convertirse en infierno."

Tolstoi


“Si un hombre aspira sinceramente a vivir una vida más amorosa y espiritual, su primera decisión debería de ser la de abstenerse de matar y comer animales.”

Tolstoi


"Si yo conozco el camino de vuelta a mi casa, y voy por él borracho y tambaleante, ¿prueba eso que el camino no es el adecuado? Si ando errabundo y tambaleante, ven en mi ayuda... Vosotros sois también seres humanos, y volvéis también a casa."


Tolstoi


"Sólo conozco dos males reales en la vida: el remordimiento y la enfermedad."

Tolstoi
Guerra y paz


“Sólo hay una manera de poner término al mal, y es devolver bien por mal.”

Tolstoi


"Sólo las personas capaces de amar profundamente pueden experimentar dolores también profundos; pero esa misma necesidad de amar sirve de contrapeso al dolor y las cura. De ahí que la naturaleza moral del hombre sea más resistente que la naturaleza física. El dolor nunca mata."

León Tolstoi
Infancia, adolescencia y juventud


“Son las mujeres quienes crean la opinión pública.”

Tolstoi



“Sucede a veces que se discute porque no se llega a comprender lo que pretende demostrar nuestro interlocutor.”

Tolstoi



"Toda la instrucción posible se adquiere con la vida y no con la escuela."

Tolstoi



"Toda reforma impuesta por la violencia no corregirá nada el mal: el buen juicio no necesita de la violencia."

Tolstoi


“Todas las familias felices se parecen unas a otras; pero cada familia infeliz tiene un motivo especial para sentirse desgraciada.”

Tolstoi



"Todas las felicidades se parecen, pero cada desgracia tiene una fisionomía diferente".

Tolstoi



“Todas las guerras, incluso las menos duras, con sus secuelas, la destrucción, las revueltas, los saqueos, las rapiñas, los extravíos y las matanzas, sin otra excusa que la necesidad o la legitimidad, con la exaltación de las gestas militares, con el amor a la bandera y a la patria, con las fingidas atenciones a los heridos, pervierten en un solo año más gente que los millares de saqueos, incendios y homicidios cometidos durante un siglo por personas aisladas, víctimas de la pasión.”

Tolstoi
“Todas las ideas que tienen siempre enormes consecuencias son ideas sencillas.”

Tolstoi


“Todo, todo lo que comprendo, lo entiendo porque lo amo.”

Tolstoi


"Todos quieren cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse así mismo."

Tolstoi



"Un hombre es como una fracción cuyo numerador corresponde a lo que él es, en tanto que el denominador es lo que cree ser."

Tolstoi


"Un matrimonio es una barca que lleva a dos personas por un mar tormentoso, si uno de los dos hace algún movimiento brusco, la barca se hunde."

Tolstoi


"Verdaderamente, la compasión es una de las más hermosas facultades del alma humana."

Tolstoi



“Vivir en contradicción con la razón propia es el estado moral más intolerable.”

Tolstoi


"Y entonces lo vio: en medio de las estrellas, como una silueta negra fantástica, navegaba la sombra alada de un barco."

Tolstoi
Aelita


“Yo que he estudiado todas las filosofías me he convencido de su inanidad.”

Tolstoi