La importancia de discutirlo todo,



Y quien desee comprender de verdad a Shakespeare, debe comprender la relación que Shakespeare estableció con el Renacimiento y la Reforma, con el período isabelino y el período jacobita; debe estar familiarizado con la historia de la lucha por la supremacía entre las antiguas formas clásicas y el nuevo espíritu romántico, entre la escuela de Sidney[4], la de Daniel y la de Johnson, y la escuela de Marlowe y el mayor de sus hijos; debe conocer los materiales de los que Shakespeare disponía y su manera de utilizarlos y las condiciones de la representación teatral en los siglos XVI y XVII, sus limitaciones y sus oportunidades de libertad, y la crítica literaria de los tiempos del autor, sus fines, sus estilos y sus cánones; debe estudiar la evolución de la lengua inglesa, y el verso blanco o rimado en sus distintas modalidades; debe estudiar el teatro griego y la relación entre el arte del creador de Agamenón y el arte del creador de Macbeth; en resumidas cuentas, debe ser capaz de relacionar el Londres isabelino con la Atenas de Pericles y conocer la verdadera posición que ocupa Shakespeare en la historia del teatro europeo y mundial.
 
Oscar Wilde
La importancia de discutirlo todo, página 4
 
 
Para comprender a los demás debemos ahondar en nuestra propia individualidad.
 
Oscar Wilde
La importancia de discutirlo todo, página 6
 
 
ERNEST: Yo hubiera dicho que la personalidad es un elemento de distorsión. GILBERT: No, es un elemento de revelación. Para comprender a los demás debemos ahondar en nuestra propia individualidad. ERNEST: ¿Cuál es entonces el resultado? GILBERT: Te lo diré, y quizá pueda explicártelo mejor con un ejemplo concreto. Creo que, aun cuando el crítico literario ocupe el primer lugar, puesto que dispone de una mayor variedad, de un horizonte más amplio y de unos materiales más nobles, cada arte tiene asignado su propio crítico, por así decir. El actor es un crítico teatral. Muestra la obra del poeta bajo nuevas condiciones, sirviéndose de su particular método. Se apropia de la palabra escrita, y la acción, el gesto y la voz son el vehículo de la revelación. El cantante o el intérprete de laúd o de viola es el crítico musical. El grabador de un cuadro despoja a la pintura de sus bellos colores, pero, sirviéndose de unos materiales nuevos, nos revela la verdadera calidad de su color, sus tonos y sus valores, así como las relaciones de sus volúmenes, y de esta manera se convierte en un crítico pictórico, pues el crítico es el que nos muestra una obra de arte bajo una forma distinta de aquella de la obra original, y el uso de nuevos materiales es un elemento tanto crítico como creativo. También la escultura tiene su crítico, que puede ser el que talla una piedra preciosa, como en tiempos de los griegos, o algún pintor que, como Mantegna, buscaba reproducir sobre el lienzo la belleza de la línea plástica y la dignidad sinfónica del bajorrelieve procesional. Y en el caso de todos estos críticos de arte creativos es obvio que la personalidad es una condición absoluta y esencial para cualquier interpretación verdadera.
 
Oscar Wilde
La importancia de discutirlo todo, página 5
 
 
La vida nos hiere siempre que nos acercamos a ella. Las cosas duran demasiado o no duran lo suficiente.
 
Oscar Wilde
La importancia de discutirlo todo, página 7
 
 
ERNEST: ¡Mísera vida! ¡Mísera vida humana! Ni siquiera nos conmueven esas lágrimas que según el poeta romano son parte de la esencia de la vida.
 
Oscar Wilde
La importancia de discutirlo todo, página 8
 
 
La vida nos engaña con sus sombras, como un maestro titiritero. Le pedimos placer a la vida, y ella nos lo concede, pero siempre aparejado a la amargura y la decepción.
 
Oscar Wilde
La importancia de discutirlo todo, página 8
 
 
ERNEST: ¿La vida entonces es un fracaso?
GILBERT: Desde el punto de vista artístico no cabe duda de que sí. Y lo que principalmente convierte la vida en un fracaso desde esta perspectiva artística, es lo mismo que le confiere su sórdida seguridad, es el hecho de que nunca podamos repetir exactamente la misma emoción. ¡Qué distinto es en el mundo del arte! Detrás de ti, en un estante de la librería, está la Divina Comedia, y sé que si la abro por determinado pasaje sentiré un odio feroz por alguien que nunca me ha hecho ningún daño, o despertará en mí un profundo amor por alguien a quien jamás llegaré a ver. No hay estado de ánimo que el arte no pueda proporcionarnos, y quienes hemos descubierto su secreto sabemos de antemano cuáles serán nuestras experiencias.
 
Oscar Wilde
La importancia de discutirlo todo, página 8
 
 
El arte nunca nos hace daño.
 
Oscar Wilde
La importancia de discutirlo todo, página 13
 
 
GILBERT: Todo arte es inmoral.
ERNEST: ¿Todo?
GILBERT: Sí. Porque la finalidad del arte es la emoción por la emoción, mientras que la finalidad de la vida es la emoción por la acción, como también lo es de esa organización práctica de la vida que llamamos sociedad. La sociedad, que es el principio y la base de la moral, existe sólo para concentrar la energía humana, y con el fin de garantizar su propia continuidad en condiciones estables y sanas, exige de cada uno de sus ciudadanos, y bien está que así sea, la contribución al bien común mediante alguna forma de labor productiva: exige esfuerzo y trabajo para que pueda llevarse a cabo la tarea diaria. La sociedad con frecuencia perdona al criminal, pero jamás perdona al soñador. Las bellas y estériles emociones que el arte excita en nosotros son aborrecibles a ojos de la sociedad, y a tal grado están las personas dominadas por la tiranía de este terrible ideal social, que sin ningún pudor se nos acercan en espacios privados y públicos y nos interrogan con voz estentórea: «¿A qué se dedica usted?», cuando «¿Qué piensa usted?» es la única pregunta civilizada que a un ser humano debería estarle permitido formular a otro en voz baja. Obran con buena intención, qué duda cabe, estas gentes satisfechas. Quizá por eso resulten tan tediosas. Pero alguien debería enseñarles que, mientras que en opinión de la sociedad la contemplación es el pecado más grave del que puede acusarse a un ciudadano, en opinión de la más alta cultura la contemplación es la ocupación propia del ser humano.
 
Oscar Wilde
La importancia de discutirlo todo, página 14
 
 
No hacer nada es la cosa más difícil del mundo, la más difícil y la más intelectual.
 
Oscar Wilde
La importancia de discutirlo todo, página 15
 
 
ERNEST: Entonces, ¿existimos para no hacer nada?
GILBERT: Para no hacer nada existen los elegidos. La acción es limitada y relativa. Ilimitada y absoluta es la visión del que se sienta tranquilamente y observa, del que camina en soledad y sueña. Pero quienes hemos nacido en las postrimerías de esta época fascinante somos a un tiempo demasiado cultos y demasiado críticos, demasiado sutiles en lo intelectual y demasiado curiosos de placeres exquisitos, para aceptar ninguna especulación acerca de la vida a cambio de la vida misma.
 
Oscar Wilde
La importancia de discutirlo todo, página 15
 
 
Creo que conforme vayamos desarrollando el espíritu crítico seremos capaces de comprender, no sólo nuestras propias vidas, sino la existencia colectiva de la especie, y de esa manera seremos absolutamente modernos, en el verdadero sentido de la palabra modernidad. Porque aquél para quien el presente es lo único presente, no sabe nada de la época en que vive. Para comprender el siglo XIX debemos comprender todos los siglos que lo han precedido y han contribuido a convertirlo en lo que es. Para saber algo acerca de uno mismo, debemos saberlo todo acerca de los demás. Debemos ser capaces de simpatizar con todos los estados de ánimo, con todos los modos de vida ya muertos que no podemos resucitar. ¿Es esto imposible? Yo creo que no. Al revelársenos el mecanismo absoluto de toda acción y así liberarnos de las ataduras y de las cargas de responsabilidad moral que nos hemos impuesto, el principio científico de la herencia se ha transformado, por así decir, en derecho a la vida contemplativa. Nos ha mostrado que, cuando nos entregamos a la contemplación, no somos menos libres que cuando intentamos actuar. Nos ha atrapado con las redes del cazador y ha escrito en el muro la profecía de nuestro destino. No podemos contemplarlo, porque está dentro de nosotros. No podemos verlo salvo en un espejo que refleje el alma. Es Némesis desprovista de su máscara. Es la última de las Parcas, y la más terrible de todas. Es el único de los dioses cuyo verdadero nombre conocemos.
 
Oscar Wilde
La importancia de discutirlo todo, página 17
 
 
Cuando cenamos en compañía de un hombre que ha dedicado su vida a cultivarse —un espécimen raro en estos tiempos, lo admito, aunque todavía se encuentra de vez en cuando—, nos levantamos de la mesa enriquecidos, con la conciencia de que un noble ideal ha tocado y santificado nuestros días por un momento. Pero ¡ay de ti, querido Ernest, si te sientas en compañía de un hombre que se ha pasado la vida intentando educar a los demás! ¡Qué espantosa experiencia! ¡Qué aterradora la ignorancia que inevitablemente resulta de la fatal costumbre de impartir opiniones! ¡Cuán limitado nos resulta su espíritu! ¡Cuánto nos aburre y cuánto debe de aburrirse a sí mismo con sus infinitas repeticiones y sus insufribles redundancias! ¡Cómo carece de todo germen de crecimiento intelectual! ¡En qué círculo vicioso se mueve siempre!
 
Oscar Wilde
La importancia de discutirlo todo, página 22
 


A la gente le resulta muy fácil simpatizar con el sufrimiento y muy difícil simpatizar con el pensamiento. Es tan poco lo que la gente vulgar hace por entender el pensamiento que termina por convencerse de que basta con tachar una teoría de peligrosa para pronunciar su condena, cuando, precisamente, sólo las teorías peligrosas tienen algo de valor intelectual. Una idea que no sea peligrosa no merece llamarse idea.
 
Oscar Wilde
La importancia de discutirlo todo, página 23
 
 
La seguridad de la sociedad reside en la costumbre y en el instinto inconsciente, y el fundamento de la estabilidad social, como un organismo sano, es la ausencia total de inteligencia entre sus miembros. La mayoría de las personas tiene plena conciencia de esto, se coloca de manera natural del lado de ese magnífico sistema que las eleva a la categoría de máquinas, y combate con tal furia la intromisión de las facultades intelectuales en cualquier cuestión que concierna a la vida, que uno se siente tentado a definir al ser humano como un animal racional que pierde los estribos cuando debe actuar de acuerdo con los dictados de la razón.
 
Oscar Wilde
La importancia de discutirlo todo, página 23
 
 
El hombre es menos el que es cuando habla con su propia voz. Dale una máscara y te dirá la verdad.
 
Oscar Wilde
La importancia de discutirlo todo, página 25
 
 
¡Es tan fácil convertir a los demás y tan difícil convertirse a uno mismo!
 
Oscar Wilde
La importancia de discutirlo todo, página 27
 
 
Para llegar a lo que realmente creemos, tenemos que hablar por boca de otro. Para conocer la verdad debemos imaginar un sinfín de falsedades. Porque ¿qué es la verdad? En cuestión de religión no es más que la opinión que ha sobrevivido. En cuestión de ciencia es el último descubrimiento. En cuestión de arte es el último estado de ánimo propio.
 
Oscar Wilde
La importancia de discutirlo todo, página 27
 
 
¡Es tan fácil convertir a los demás y tan difícil convertirse a uno mismo! Para llegar a lo que realmente creemos, tenemos que hablar por boca de otro. Para conocer la verdad debemos imaginar un sinfín de falsedades. Porque ¿qué es la verdad? En cuestión de religión no es más que la opinión que ha sobrevivido. En cuestión de ciencia es el último descubrimiento. En cuestión de arte es el último estado de ánimo propio.
 
Oscar Wilde
La importancia de discutirlo todo, página 27
 
 
Quienes convierten la belleza en la nota dominante de sus vidas son percibidos por el mundo como visionarios puros.
 
Oscar Wilde
La importancia de discutirlo todo, página 29
 
 
Siempre es más difícil destruir que crear, y cuando lo que uno tiene que destruir es la vulgaridad y la estupidez, la tarea de la destrucción requiere no sólo valentía sino también desprecio.
 
Oscar Wilde
La importancia de discutirlo todo, página 33
 
 
El verdadero artista es el que avanza, no del sentimiento a la forma, sino de la forma al pensamiento y a la pasión.
 
Oscar Wilde
La importancia de discutirlo todo, página 35
 
 
Las peores obras se hacen siempre con las mejores intenciones.
 
Oscar Wilde
La importancia de discutirlo todo, página 37
 
 
ERNEST: Pero ¿no podría ser que el poeta sea el mejor juez de la poesía y el pintor de la pintura? Cada una de las artes debe seducir principalmente al artista que la cultiva. ¿No sería su juicio el más valioso?
 
GILBERT: El arte, todo arte, sólo seduce al temperamento artístico. El arte no se dirige al especialista. Se proclama universal y único en cualquiera de sus manifestaciones. En realidad, lejos de ser cierto que el artista sea el mejor juez del arte, un gran artista nunca puede juzgar en absoluto la obra de otros y apenas puede juzgar la suya. La misma visión concentrada que convierte a un hombre en artista limita, por su propia intensidad, su facultad de apreciación. La fuerza creadora lo empuja ciegamente en pos de su objetivo. Las ruedas de su carro levantan una nube de polvo alrededor. Los dioses se ocultan los unos de los otros. Reconocen a quienes los veneran. Nada más. Ernest: Dices que un gran artista no puede apreciar la belleza de una obra distinta de la suya. Gilbert: Le resulta imposible. Wordsworth sólo veía en el Endimión un bonito ejemplo de paganismo, mientras que Shelley, a quien tanto disgustaba la actividad, era sordo al mensaje de Wordsworth: su forma le repelía. Y Byron, ese individuo magnífico, apasionado, humano e incompleto, no apreciaba ni al poeta de las nubes ni al poeta de los lagos[26], y no alcanzaba a ver lo prodigioso que era Keats. El realismo de Eurípides se le hacía aborrecible a Sófocles. Ese lento goteo de cálidas lágrimas no tenía música para él. Milton, limitado por la grandilocuencia de su estilo, no pudo comprender el método de Shakespeare, como tampoco pudo Sir Joshua comprender el de Gainsborough. Los malos artistas se admiran mutuamente. A eso lo llaman amplitud de miras y ausencia de prejuicios. Pero un artista verdaderamente grande es incapaz de concebir que pueda mostrarse la vida o crearse belleza en condiciones distintas de las que él ha elegido. La creación emplea toda su capacidad crítica en su propia esfera. No puede utilizarla en la esfera de los demás. Y es precisamente el hombre incapaz de crear una cosa el que se convierte en el juez más idóneo para criticarla.
 
ERNEST: ¿De veras lo crees?
 
GILBERT: Sí, porque la creación limita la visión, mientras que la contemplación la amplía.
 
ERNEST: ¿Y qué me dices de la técnica? ¿No tiene cada arte su técnica particular?
 
GILBERT: Desde luego que sí: cada arte tiene su gramática y sus materiales. La técnica no encierra ningún misterio, de ahí que hasta el incompetente pueda ser correcto. Ahora bien, aunque las leyes por las que se rige el arte han de ser fijas y claras, para poder desarrollarlas plenamente deben ser elevadas por la imaginación a un grado de belleza tal que todas ellas parezcan una excepción. En realidad, la técnica es personalidad. Por eso el artista no puede enseñarla, y por eso el discípulo no puede aprenderla, y por eso el crítico estético sí puede comprenderla. Para el gran poeta no existe más que un método musical: el suyo. Para el gran pintor no hay más que una manera de pintar: la que él emplea. El crítico estético, y sólo él, puede apreciar todas las formas y estilos. Es a él a quien el arte se dirige.
 
Oscar Wilde
La importancia de discutirlo todo, página 37
 
 
ERNEST: Pero ¿no podría ser que el poeta sea el mejor juez de la poesía y el pintor de la pintura? Cada una de las artes debe seducir principalmente al artista que la cultiva. ¿No sería su juicio el más valioso?
GILBERT: El arte, todo arte, sólo seduce al temperamento artístico. El arte no se dirige al especialista. Se proclama universal y único en cualquiera de sus manifestaciones. En realidad, lejos de ser cierto que el artista sea el mejor juez del arte, un gran artista nunca puede juzgar en absoluto la obra de otros y apenas puede juzgar la suya. La misma visión concentrada que convierte a un hombre en artista limita, por su propia intensidad, su facultad de apreciación. La fuerza creadora lo empuja ciegamente en pos de su objetivo. Las ruedas de su carro levantan una nube de polvo alrededor. Los dioses se ocultan los unos de los otros. Reconocen a quienes los veneran. Nada más.
 
Oscar Wilde
La importancia de discutirlo todo, página 37
 
 
Los malos artistas se admiran mutuamente. A eso lo llaman amplitud de miras y ausencia de prejuicios. Pero un artista verdaderamente grande es incapaz de concebir que pueda mostrarse la vida o crearse belleza en condiciones distintas de las que él ha elegido. La creación emplea toda su capacidad crítica en su propia esfera. No puede utilizarla en la esfera de los demás. Y es precisamente el hombre incapaz de crear una cosa el que se convierte en el juez más idóneo para criticarla.
 
Oscar Wilde
La importancia de discutirlo todo, página 38
 
 
La creación limita la visión, mientras que la contemplación la amplía.
 
Oscar Wilde
La importancia de discutirlo todo, página 38
 
 
La creación sólo pervivirá a condición de volverse mucho más crítica de lo que es en el presente. Los viejos caminos y las calzadas polvorientas están demasiado trillados. Tanto trasiego ha terminado con su encanto y les ha hecho perder ese elemento de novedad o de sorpresa que es esencial para la novela. El que quiera emocionarnos hoy con la ficción debe ofrecernos un escenario completamente nuevo o revelarnos el funcionamiento del alma en sus niveles más profundos.
 
Oscar Wilde
La importancia de discutirlo todo, página 39
 
 
 
Me inclino a pensar que la creación está sentenciada. Surge de un impulso demasiado primitivo, demasiado natural. Sea como fuere, no cabe duda de que los temas a disposición del creador están en continua disminución, mientras que los de la crítica aumentan día a día. No faltan nuevas actitudes mentales y nuevos puntos de vista. El deber de imponer una forma al caos no decrece a medida que el mundo progresa. En ninguna época fue la crítica tan necesaria como lo es ahora. Sólo a través de la crítica puede la humanidad tomar conciencia del punto al que ha llegado.
 
Oscar Wilde
La importancia de discutirlo todo, página 40
 
 
Enseñamos a la gente a recordar, pero no la enseñamos a evolucionar.
 
Oscar Wilde
La importancia de discutirlo todo, página 41
 
 
Es la crítica, una vez más, lo que por acumulación hace posible la cultura. Requiere un enorme volumen de trabajo creador y le infunde una esencia más refinada. ¿Quién que desee conservar algún sentido de la forma podría abrirse camino entre esa monstruosa multitud de libros que el mundo ha producido, libros en los que el pensamiento apenas balbucea y en los que vocifera la ignorancia? El hilo que debe guiarnos por el intrincado laberinto está en manos de la crítica.
 
Oscar Wilde
La importancia de discutirlo todo, página 41
 
 
Sólo hay una cosa peor que la injusticia y es la justicia sin su espada en la mano. El bien sin poder es mal.
 
Oscar Wilde
La importancia de discutirlo todo, página 43
 
 
Nos dominan los fanáticos, el peor de cuyos vicios es la sinceridad. Todo cuanto se acerca un poco al libre ejercicio de la inteligencia nos es casi desconocido. La gente clama contra el pecador, pero no es el pecador sino el estúpido el que nos avergüenza. No hay más pecado que la estupidez.
 
Oscar Wilde
La importancia de discutirlo todo, página 44
 
 
Discernir la belleza de un objeto es el más alto grado de perfección que podemos alcanzar.
 
Oscar Wilde
La importancia de discutirlo todo, página 44
 
 
La creación va siempre a la zaga de la época. Es la crítica la que nos guía. El espíritu crítico y el espíritu del mundo son uno. ERNEST: Y entiendo que el que esté en posesión de ese espíritu o poseído por él no debe hacer nada… GILBERT: Como la Perséfone de la que nos habla Landor[29], esa dulce y pensativa Perséfone en torno a cuyos blancos pies florecen la amaranta y los asfódelos, ese individuo se quedará sentado y satisfecho «en la honda y silenciosa quietud de la cual la moral se compadece y en la cual se deleitan los dioses». Contemplará el mundo y desentrañará su secreto. Al entrar en contacto con las cosas divinas se volverá divino. Suya y sólo suya será la vida perfecta.
 
Oscar Wilde
La importancia de discutirlo todo, página 45
 
 
 
Sí, soy un soñador. Porque el soñador es el que sólo encuentra su camino a la luz de la luna, y su castigo consiste en ver la aurora antes que nadie.
 
Oscar Wilde
La importancia de discutirlo todo, página 46
 


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