"El espíritu correspondiente a la pirámide del Norte es un diablo amarillento y desnudo, de largos dientes. El de la pirámide del Sur es una mujer que deja ver sus partes naturales, es hermosa, pero también tiene largos dientes, encanta a los hombres que la miran, les sonríe, les atrae y hace que pierdan la razón. El espíritu de la pirámide pintada es un viejo que sostiene un incensario donde se queman perfumes. Muchas gentes han visto muchas veces estos espíritus dando la vuelta a la pirámide hacia el mediodía y a la hora del crepúsculo."
Al-Maqrizi
Tomada del libro Territorios talismán de Jesús Callejo, página 108
"Surid hizo llenar las pirámides de talismanes, de maravillas, riquezas e ídolos; hizo depositar en ellas los cuerpos de los reyes y, siguiendo sus órdenes, los sacerdotes trazaron sobre estos monumentos todas las máximas de los sabios; se escribió sobre todos los lugares posibles de las pirámides —techos, bases, murallas—, todas las ciencias conocidas, y se dibujaron las figuras de las estrellas, se inscribieron los nombres de las drogas y sus propiedades útiles y nocivas, la ciencia de los talismanes, de las matemáticas, de la arquitectura...
El guardián de la pirámide oriental era una estatua de piedra negra, con manchas blancas y negras, de ojos abiertos y brillantes; estaba sentada en un trono y sostenía una jabalina. Si alguien la miraba, oía una voz espantosa, procedente de la estatua, que te hacía caer sobre el rostro, y moría allí, sin poder levantarse.
La pirámide occidental (la de Kefrén) fue colocada bajo la custodia de una estatua de mosaico de granito, se encontraba de pie y tenía en la mano algo parecido a una jabalina y llevaba como casco una víbora enroscada sobre sí misma. Si alguien se acercaba, la serpiente se le lanzaba al cuello, lo mataba y volvía a su lugar.
La tercera pirámide (la de Micerinos, también llamada pirámide pintada o encarnada), la vigilaba un pequeño ídolo de basalto (o de piedra de águila), de pie sobre un zócalo del mismo color y material. Ejercía una atracción fatal: atraía a todos cuantos le miraban sin que pudieran apartarse de él, quedaba pegado a la estatua y solo se desprendía una vez muerto. Cuando todo ello estuvo concluido, las pirámides fueron rodeadas por espíritus inmateriales; en su honor se degollaron víctimas, ceremonia que las protegería de todo aquel que quisiera acercarse a ellas."
Al-Maqrizi
Tomada del libro Territorios talismán de Jesús Callejo, página 102
"… el primer Hermes cuya personalidad encarna la de un profeta, un rey y un sabio, y de estas tres maneras se le llama (este es el que los hebreos llaman el hijo de Jared, hijo de Mahalalel, hijo de Kenan, hijo de Enos, hijo de Seth, hijo de Adán —salve Hermes—), y este es el Idris que leyó en las estrellas aparentemente. Entonces mandó construir las pirámides de forma que los tesoros y los textos eruditos que se encontraban dentro de ellas quedaran protegidos y se mantuvieran en buen estado, también mandó ponerlos a salvo pues su posible pérdida o desaparición le preocupaba."
Taqi al-Din Ahmad ibn 'Ali ibn 'Abd al-Qadir ibn Muhammad al-Maqrizo más conocido como al-Maqrizi o Makrizi
Hitat
Tomada del libro La historia miente de Erich von Däniken
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