Inge Müller

A los 33 yo era una niña creyente

Mis padres eran buenos y trabajadores
Me hice adulta a los 39
Cuando estalló la guerra.
Oí esto y aquello
Contra Hitler y después a favor de Stalin
Vi: que este hizo eso y este lo dejó
Cuando eso se hizo cargo de él.
Tuve mi primer amor cuando estalló la guerra
Y cuando se marchó al frente
Lloré. Yo era una cosa tonta
Un ser inferior en relación a la nación.
Antes de caer regresó a mí
Totalmente destrozado por el crimen
No supe nada mejor que decirle: ven quédate aquí
Felices nunca hemos sido.
En el 45 todo el mundo era anciano
Yo no quería vivir y tampoco morir
Vi la herencia sin herencias
Y la movilización fue el precio.
Porque tuve que marcharme me fui
Busqué una razón
Y pensé en los árboles del parque
Y en sus labios suaves.
Bombas y cañones
Me enseñaron a tener paciencia
A considerar a los que sangran
A pensar: qué significa la culpa.

Inge Müller



Los he visto: hombres

Sin Dios.
A su suerte
y en silencio.
Yo ya no existiré.
Será mucho 
si se acuerdan.
Aunque no será literatura

Inge Müller


Máscaras

Me resisto a llevar máscaras
Me busco a mí misma
No quiero que ustedes me imiten
Busco nuestro rostro
Desnudo y cambiante.
Ni las lágrimas ni el tiempo
Nos quitan las larvas
Ningún fuego ningún Dios
Nosotros mismos
Nos llevamos a la tumba

Inge Müller


Mi madre no quería que naciera

Mi madre no quería que naciera
pues ella quería un niño
ya venía yo de camino
y mi hermano aún no yacía bajo tierra.
Alemania, madre vieja
ella quería un varón
lo que vino fue un cañón,
mucho cañón y poca manteca.
Fritz y Krupp y Carlos el Fuerte
la nación santificada
sí, sí, que ya lo sabemos
Marca Mundial Alemania.
Y el mundo se hizo pedazos
y Alemania un pedacito
a la hora de la Gran Muerte
el pedazo favorito.
Nuestros poetas y pensadores
morirían sin remedio.
la madre, en pie junto a su tumba
en Nuremberg, ciudad de maestros.
Mi madre no quería que naciera
yo no la quería tampoco
por eso no tendré rostro
hasta que esté bajo tierra.

Inge Müller






"No, repliqué yo, usted es mi Opa Meier. Según el escrito yo sería tu abuelo y tu padre sería mi hijo. ¿Es eso lo que quieres decir? -inquirió el Opa Meier en un tono de pretendida indefensión. «Aléjate de mí» -ordenó, golpeándolo con uno de sus briosos dedos. No podemos volar y tampoco dejaremos que nadie nos pisotee. No, prorrumpí yo en medio de un llanto inconsolable. «Usted no es mi abuelo. Sólo tengo un abuelo» «Usted es mi Opa Meier». «No, vociferó él con denuedo». «Estás equivocado. No tienes razón». «Al diablo con tu abuelo». Me sentí contento. Me pregunto cómo ha llegado a extraviar su raciocinio -maticé yo. Opa Meir deslizó rápidamente su mirada hacia la puerta principal. ¿Acaso te has hartado? Yo sabía que de alguna manera traía a colación la figura de mi madre. Asentí y me dispuse a sentarme junto a él al lado del muro. Tranquilízate, dijo quedamente y me atrajo más cerca de sí. Es posible que se distanciara demasiado. Ella parecía estar bien, pero quizás en el fondo no lo pudiera entender, asimilarlo. Esta vez miré yo hacia la puerta principal y le susurré al oído. La verdad es que ella continuamente vociferaba. Incluso me prohibió ir en bicicleta. Supongo que podríamos charlar sobre ello en el jardín y me dispuse a entrar en el jardín."

Inge Müller nacida Inge Ursula Elsa Meyer
Jona




Pregunta

Yo también estuve en prisión
Tres días en el sótano
Por desmoralizar a las tropas
No quise aceptar la Cruz de Hierro
(Otorgada por la suprema solapa)
Por algo sobrentendido
No quise
Dejar agonizar heridos y moribundos
No quise la cruz
Y todavía cargo el peso
En el sótano.
Quise escribir
Encontrar colores
Entender palabras
Amar
Ver
Seguir andando.
¿Pero quién
Está detrás de mí?

Inge Müller


¡Qué me asfixie de hacer tanto silencio!

Mamá conocía a mi padre apenas hace un año
Cuando era camarero en el Jardín del Edén
Cuando era camarero en el Jardín del Edén
Donde ella servía por las noches en el buffet de champán
Con violetas de Parma. Yo no conocí a mi padre.
Él no tenía nada y ella muy poco
Para ella fue una suerte, para él sólo un juego
Así llegué al mundo
Y él desapareció
Eso fue cuando mamá trabajaba en el Jardín del Edén
Con violetas de Parma.

Inge Müller


Te dejé anoche

Te dejé anoche
 Por un tiempo largo -tengo la sensación, para siempre.
 La mañana era un cuarto gris.
 Y cuándo saliste las calles estaban llenas de humo.

Inge Müller



















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