Neus Català

"El buen humor me mantuvo con vida en los campos de concentración. Nunca me he reído tanto como durante los 18 meses que pasé en aquel infierno. Era un sistema de autodefensa, una especie de cortina para resistir los tormentos que sufría a diario. En realidad, un campo de concentración tiene muy poco de cómico."

Neus Català Pallejà



"Las aberraciones sufridas se superan, pero las convicciones morales, los principios, es algo que siempre te queda. Además, yo había estado al borde de la muerte varias veces. A mí me llegaron a condenar a muerte, pero la orden de ejecución no llegó a tiempo desde Berlín."

Neus Català Pallejà




"Se vuelve una más humana. Desarrollas el sentido de la solidaridad y consigues reafirmarte en tus convicciones. Tus principios se hacen más fuertes. Quizás por eso seguí en la resistencia tras la guerra, haciendo de enlace entre Francia y España. Los nazis fueron derrotados en 1945, pero el fascismo continuaba mandando en España y yo seguía trabajando en la clandestinidad. Pasaba la frontera de noche, caminando, en coche, en tren, repartiendo propaganda… Cualquier acción era buena para combatir y seguir en la lucha."

Neus Català


"Siempre he ido unos metros por delante de la guerra. Recuerdo que cuando salí de España en 1939 ejercía de responsable sanitaria en un hospital para niños. La noche que cruzamos la frontera teníamos un mal presentimiento. Tras marchar, los fascistas tardaron media hora en bombardear el recinto. Siempre he vivido huyendo de la guerra y luchando."

Neus Català Pallejà
















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