Jacopo Zabarella

“Aunque Aristóteles dijera que entender es padecer, pues en virtud de su origen es padecer y para conocer su naturaleza nos resulta más fácil nombrarlo por el padecer que por el actuar, sin embargo inteligir es también actuar. Y es que el conocimiento no consiste sólo en la recepción de las especies, que es una forma de pasividad, sino también en el juicio de las especies recibidas, que es una forma de actividad. Por lo tanto, el intelecto paciente al recibir la especie ciertamente padece, pero al juzgarla actúa, y actuando así se dice que abstrae, de ahí que se diga que la intelección es inmanente, pues es realizada por el propio intelecto paciente y por él mismo es recibida.”

Giacomo o Jacopo Zabarella


"Inspirados por los argumentos antes mencionados, Marcantonio Zimara y Alessandro Achillini adoptaron una visión intermedia, que consideraban más fiable. Alegaron que los puntos de vista de Santo Tomás y Escoto eran en general falsos, especialmente porque no se trataba de reglas universales con respecto a principios archiconocidos; por tanto Santo Tomás se equivocó cuando atribuyó a lo universal la sabiduría primigenia y Escoto al creer que ésta estaba bajo su dominio. En ambos casos es como si se presentara ante ellos una brizna de hierba, pero no pudieran identificar de qué tipo es o como si reconocieran la presencia de un ser vivo pero no pudieran identificar de qué tipo era; en este caso era anteriormente apreciado lo universal antes que sus diversos estratos. Pero a veces sucede lo contrario. Aristóteles afirmó en su libro de la metafísica que los géneros próximos al caballo y al burro eran desconocidos. En este caso, el tipo se conoce como el género, como especie el caballo y el burro son conocidos, pero no en cuanto a su género próximo. Zimara justificó esta diferencia en la percepción: cualquier conocimiento espiritual depende de la percepción, pero lo perceptible se percibe por sí mismo y por extraño que parezca las características y diversidades espirituales conllevan diferentes propiedades, porque si las características genéricas son más evidentes que la manera en que nuestra mente reconoce el género antes conocido como especie, las características inherentes a la especie son, sin embargo, más evidentes que las correspondientes al género, por lo que la mente reconoce antes el tipo que la especie. Las peculiares características del caballo y el burro eran más notables que las propiedades genéricas de ambos y por tanto la mente reconoce estos tipos antes que su siguiente clase."

Jacopo Zabarella
De rebus naturalibus libri XXX

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