Paruyr Sevak

Cuando se congelan mis ojos

De la palabra soledad tiembla el aire de mi cuarto.
Y comprendo
Que son los ojos la parte más húmeda del hombre…

… Cuando se congelan los ojos
Dicen que va a venir alguien.
Si no es ello falso,
Es un bien que ha nacido
En la soledad de la miseria.
También se congelan mis ojos,
Pero tú no vendrás.
Tú no puedes. Lo sé.
Y el aire de mi cuarto
Seguirá temblando de la palabra soledad para siempre,
Despertando en mí ese antiguo pensamiento
De que quizás los abismos son sólo
Para que el hombre se arroje en ellos.

Si los abismos sirven sólo para éso,
Para que el hombre se arroje en ellos,
En tal caso yo
¿Qué hago?
Si no soy un cántaro,
Soy una flor:
No me rompo, me desplumo,
Y ya estoy cansado de todo,
Así como el papel de mis colmillos se ha cansado,
Decirte dos palabras desde lejos,
Que pueden traducirme tanto,
Como al avión, el pollo…

Hay mentira que vale verdad.
Y yo creo en aquello que inventamos
Que no nos perderemos.

Hay miedo que vale muerte.
Y yo tengo miedo de que gane la vida,
Ser así sólo un pobre que escriba el dolor.

Finalmente, hay paso que vale vuelo.
Y yo me arranco mis pensamientos
Como se arranca de la boca un diente sano.

Pero ya estoy cansado,
Y lo estoy tanto,
Que nada siento, nada,
Ni dolor siquiera.

Ah, y si hubiera también forma de no sentir
Que son los ojos la parte más húmeda del hombre…

Paruyr Sevak




"El aliento selvático traspira y se desvanece, jadea mudo como el viento, susurra dulcemente para ser como el bosque. Se enfurece y cae como el follaje del bosque. No se avergüenza en absoluto."

Paruyr Sevak
El bosque



Envejecemos

Envejecemos Paruyr Sevak,
envejecemos, querido mío…
Miramos como hermanas a las mujeres de nuestra edad
y las adolescentes
ni siquiera nos advierten,
ya no termina en amor cada nuevo encuentro
ni con un canto rústico, aunque impetuoso y ardiente…
Envejecemos Paruyr Sevak,
envejecemos, querido mío…
Nuestros rebeldes cabellos han sido condenados a muerte
o sometidos dócilmente a su majestad el peine.
Nuestros dedos indómitos se han vuelto obedientes
y nuestros pies conspiradores se aferran al hogar…
. . .
Envejecemos Paruyr Sevak,
envejecemos, querido mío…
Envejecemos, pero parece que no hay manera
de entrar en razones.
Todavía nos asombramos
y aún podemos seguirlo haciendo…
Atrasamos mentalmente la hora,
como queriendo hacer lo que ayer quedó trunco;
buscamos de alguna forma una imposible victoria.
A veces, esperannzados, volvemos a medir este mundo
con los pies del Quijote, el mismo compás gastado,
y cuando alguien pisotea nuestros sueños en lo más
profundo de la noche,
como antes… despertamos a los gritos, sobresaltados.
Envejecemos Paruyr Sevak,
pero… ¡no entramos en razones!

Paruyr Sevak




"Hay una cadena celeste e invisible que sujeta con hebillas las estrellas, que parpadea, distante, como una vela sacra, atada por los sueños, no por la necesidad."

Paruyr Sevak
Destino




Por un momento presumo

¡Ah! ¡Que suerte es vivir!
Como todos, 
Y con todos.
Tranquilo por las noches dormir,
Como todos, 
Y con todos.
Estar despreocupado,
Estar sereno,
Como todos,
Y con todos.
Contemplar la vida impasible,
Como todos,
Y con todos.
Sin pensar en el mañana, 
Como todos,
Y con todos. 
Dejar tu vida librada al azar,
Como todos,
Y con todos. 

Paruyr Sevak








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