Alguna vez
alcanzar la humildad de la lluvia
Que cae, y no teme repetirse.
Que es, siempre
celebración de los comienzos.
Alguna vez
ser como el niño:
capaz de celebrar la lluvia,
sin tener la sed por excusa.
Carlos Andrés Jaramillo
Hemos abierto nuestra soledad:
las semillas del tiempo
(Horas que crecen en la boca,
como una floración vacía)
Nidos de la tristeza
(pájaros del pesar)
Y hemos puesto en la madera,
la fragilidad de las larvas
En el acero,
el orín de la corrosión
Amado la luz al desleírse, noche:
como los cuerpos al entrar en la muerte.
Hemos olvidado la palabra del comienzo
y la palabra del final.
Carlos Andrés Jaramillo
Instrucciones para mi muerte
Quiero estar tan solo como lo fui en vida
Que nadie rompa el silencio
por fin conseguido
haciéndose presente
Que nadie me recuerde, si yo mismo me olvido
Ninguna palabra, ninguna lágrima
contenida
que aprese un reflejo
Solo una luz muy tenue que
al entrar por la ventana
lleve una claridad inútil
una ofrenda
a los espacios que habité siendo un hombre
Carlos Andrés Jaramillo
Las formas del silencio
Un animal que mira el día
La lluvia que nadie oye caer
Una página no escrita (y aun la escrita)
El momento en el que el deseo nace en cada ser
La música recordada
Todo sueño es callado
Callada es también la apertura de una flor
El muerto, que es ahora una visión del universo
El momento infinito de la caída de una hoja en la tierra
de una flor en el agua
Todo aquello que no existe
El sonido del tiempo en las cosas, su desgaste
El olvido, que no duele
La atención que presta el girasol al cielo
La soledad que no aceptamos y llamamos Dios
Carlos Andrés Jaramillo
Llueve,
y la lluvia,
recién nace para quien la ve.
Cada lluvia es su caída,
Cae por única vez.
Carlos Andrés Jaramillo
"No hay libro mío que no haya surgido de una dificultad. Aquí se habla de dos enfermedades. De una muerte. Pero sobre todo de la vida. De lo distante, de lo cercano. De lo que no necesita hablar en voz alta para existir. Aquí se habla de Lo callado, del sentido elusivo de cada vida, de cada ser."
Carlos Andrés Jaramillo
Pequeñas costumbres de los animales
O asomarse a los ojos del perro
que meditativo, contempla la luz
y, como remoto, devuelve una mirada:
(inquisitiva, cálida)
como quien sabe una verdad
y no la dice, la acalla.
Como quien se asoma a sus ojos y piensa:
ese remoto animal.
Carlos Andrés Jaramillo
Sé que en la tristeza las palabras se rompen como los huesos
(no trates de pronunciarlas)
Sé que la muerte teje tus cabellos,
las hebras del río
que llega una hora desapacible,
en que la luz fenece
(un pájaro desespera en su vuelo)
Una hora en que el muerto encuentra un espejo
para mirar su boca:
el llanto de los enmudecidos,
de los que no pueden hablar.
Carlos Andrés Jaramillo
Sólo el viento no se refleja en el agua
Sólo el viento acaricia sin quedarse
Sólo él sabe Ser sin mostrase
estar mientras se va
llegar en su irse.
Sólo el viento
o la muerte:
tu ausencia.
Carlos Andrés Jaramillo
Tiempo en que una hora abre sus manos,
y un hombre cierra, en sí, todas las puertas
(El ángel de la soledad se posó en tu boca).
Mudas a la destrucción,
se agitan las sombras
Todo arderá sin fuego
callará porque no calla
comí parte de mi corazón.
Carlos Andrés Jaramillo
Veo crecer una flor hasta su muerte y,
delicado, el atardecer dormita sobre el muro
No somos sino lo que acaba
(Voz a voz)
Todo es sin nombre,
profundo.
Carlos Andrés Jaramillo
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