Afrutados
Veo las frutas en la cima
siendo recompensa en días áridos
de indivisas despedidas
y sueños a la mitad.
Reseca la boca
tientan con lujuriante aroma
alcanzada en tu refugio
donde ya ni a salvo estás,
embestida de apetitos y renuncias.
Elige una, aunque áspera te sea.
La más distante o la más esférica,
y álzala con su azul erotizado por la nostalgia
en el invisible ritual
de invertir el infortunio.
Edda Armas
Anudados
Nos luce oculto en la clavícula
así se clave como lascivo aguijón
al centro de la flor
y dejemos que avance
como ocurre algunos días
urgidos de bondad,
sobresalto en palabras graves oídas
estallido de la miel que nos sana
como le pasa al sesgo ciertamente
y al día de vez en cuando,
y es así, así, que nos hacemos
frágil nudo de estación.
Edda Armas
"Cada libro es como el testimoniante de un momento de vida, de un proceso de escritura, cada libro tiene su historia. No es que la vida termine reduciéndose a los libros, ellos te sobreviven a ti; pero el verdadero momento de sobrevivir de cualquiera de los libros es lograr los ojos del lector, si tiene alguien que los lea."
Edda Armas
Celaje naranja
Pertenezco a la tribu de los que escuchan
en el celaje naranja las llaves del misterio,
resonancias entre el objeto y la palabra
con el lazo simple de lo que espuma
en los espacios blancos de la página.
Algo vuela y cae en tierra, auscultadas
las mínimas sonoridades entre las grietas.
Reconocerse es trabajo silencioso en soledad.
El celaje atraviesa la concavidad del cielo
abanicando salvajes naranjas y turquesas
arenas oro en la rugosidad del césped,
donde meditas y alzas la mirada bien arriba,
mientras rebuscas en los fondos de memoria
rastros de rostros
puntas de lo poco quieto
los focos percutantes del deseo
la voz del padre
a la hora del grillo.
Edda Armas
Cuenco sagrado
La madre hace con el arca de sus manos
un cuenco a lo sagrado
amasa agrias o dulces palabras
haciendo alto o bajo el barro bruñido
para el que lleva en el vientre
y para el que cría
ardiente brasa del destello y la mordida
donde también
la carne del ciervo
transforma en manjar compartido
la tribu no sabe del inquisitivo mirar
del dardo previamente envenenado
del nómada que arma la casa
con el tapiz en el que duerme
y el hijo siembra
piedra tras piedra, piedra
incandescente, orilla
en el resguardo del afecto
El manto del cielo nos hace familia.
Edda Armas
"Es imposible que nadie escriba desde el vacío total, que escriba sin las circunstancias que vive, que escriba atemporalmente. A menos que esa fuera la propuesta de ese autor, hacer una poesía que pudiera haber sido escrita en cualquier siglo. Porque realmente estamos ubicados en la creación frente a un universo ilimitado, y cada quien hace lo que cree que puede hacer. Cada quien lleva el registro de lo que le parece que debe dejar registrado, y en eso, entonces, entraría el saber que el abanico de temas es inmenso, tan inmenso como número de personas exista, porque cada quien, aun cuando ahorita mismo hiciéramos un ejercicio de escribir sobre un tema, cada quien lo abordaría desde su propio aspecto, desde sus propias preocupaciones, desde su propio epicentro de angustia existencial, o de angustia creativa."
Edda Armas
"La escritura da pertenencia. Te sabes parte de un clan que, de alguna manera, imanta el mundo."
Edda Armas
"Las palabras son las piezas mágicas a mover en el rompecabezas infinito de la escritura."
Edda Armas
Manos del templo
Palabras-llaves brotan en las líneas
al centro decisivo de cualquier mano.
Sígueles en su carnal zigzag y verifica
sus bifurcados canalillos dialogantes.
¿Leerlas para qué?
La que resta, suma la elipsis.
La que resume, acopia anagramas.
La que abre revela secretos.
La que cierras contrae la suerte.
Una mano escribe nuestro dictado,
mientras a la otra se lo dictan.
Empiezo a comprender
el origen silente de las otras voces.
Las que sinuosas y subterráneas
a ritmo acompasan el latido del corazón
moviendo tangentes agujas
en el templo de la escritura.
Edda Armas
“Nada que nos importe debe postergarse.”
Edda Armas
“Todo lo que tú haces, lo que tú percibes, se convierte en imagen poética.”
Edda Armas
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