Años 90
Se hablaba un idioma:
recuerdo la seguridad de mis padres
todos sabían lo que era un hombre
lo que era una mujer
y qué tenían que hacer cuando estaban juntos
Pisaban un suelo invencible
de menús del día, domingos
televisión y teléfono fijo
El humor era uno, el matrimonio también
El resto otro mundo
Ya nadie ríe con tanta confianza
como nuestros padres en aquellos veranos
Nosotros llegamos a ese mundo y ya estaba lleno
de paredes, camas y jardines
El resto vino luego
no ha dejado de venir
Las personas, casi siempre,
somos más lentas que la vida
Clara Núñez
Paseábamos y llovía, discutíamos
Sobre la lengua, el barroco
Los tres bajo un paraguas, todo era húmedo
Oscuro, salvaje, musgo en las cortezas
En la piedra, en los puentes
Agua sobre agua
Y cuando mi hermano exclamó clamando al cielo: ¡¡Porque el barroco!!
Todo el cielo se nos vino encima
Pero no pudimos callar
El milagro lo vieron otros
Nosotros seguimos mientras el Eume fluía,
Claro como una radiografía iluminando la tormenta
Clara Núñez
Promesa
Ana me escribió: “al final siempre llega la navidad
y luego la primavera”
y tenía razón
muchísimas veces la tiene
Ana escribe mejor que yo
pero eso a ella no le importa
a ella le importan los perros, el patriarcado, la vida
Dijo que llegaría la Navidad
y llegó, puntualmente
¿Hasta cuándo durarán estas promesas cumplidas?
Los osos ya no saben a dónde ir
en Riga ya no nieva
mi corazón es un sapo, una rana
un mal de isla, un alga ciega,
Pero yo me fío de lo que Ana diga
y por eso espero, sin miedo, sin duda
a que llegue,
tal y como ella prometió
la primavera
Clara Núñez
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